Resumen
Chile vive un envejecimiento acelerado y para que seamos capaces de enfrentar todos los efectos sociales que esto involucra se hace necesario analizar temáticas relevantes y referentes a este proceso. Esta nueva estructura presenta una serie de desafíos y ciertamente la fortaleza más grande con que cuenta nuestro país la representa la familia.
El envejecimiento en la población lleva aparejado cambios en la conformación de los hogares, la forma en que las personas envejecen es afectada por la calidad de las relaciones de pareja y familiares que le rodean.
A continuación analizaremos los cuadros depresivos con que lidian día a día nuestros adultos mayores, enfermedad que dificulta gradualmente la autonomía y libertad de cada persona.
Desarrollo
Cuando hablamos de adulto mayor, es frecuente que nos venga a la mente el típico anciano sentado en una plaza con ropas gastadas, lentes grandes, pelo cano, con mirada perdida en el horizonte y en la mayoría de los casos SOLO.
La soledad que actualmente viven los adultos mayores se propaga día a día como una plaga sin control, es así como las enfermedades psicológicas avanzan en este grupo etáreo y no permiten una vida placentera a los ancianos.
Dentro de los trastornos psicopatológicos más frecuentes, encontramos los trastornos emocionales: ansiedad y depresión.
En esta oportunidad ahondaremos en la depresión, trastorno que ocupa el primer lugar dentro de las enfermedades que aquejan preferentemente a los ancianos. Debemos tener un constante estado de alerta que permita su detección, para poder abordarla con los tratamientos que se requieran.
Como muchas otras enfermedades, la depresión en el anciano tiene características especiales y una de las principales es la tendencia que tienen a negar o a quitar importancia a su tristeza. Muchas veces los ancianos con depresión, en lugar de manifestar que están tristes, se retraen o se aíslan o se vuelven más irritables.
La persona anciana tiende a no quejarse de que está mal o triste, principalmente por no ser una molestia para quienes están a su cuidado, tampoco es raro que junto a la tristeza la persona deprimida note una sensación de inutilidad y baja autoestima, por lo que piensan que no merece la pena pedir ayuda, o que el médico y la familia pueden emplear su tiempo en mejores cosas.
Puede ocurrir también que sean los propios familiares o incluso el médico los que acusen los síntomas de la depresión al propio envejecimiento, lo cual también impide hacer el diagnóstico y por tanto tratar la enfermedad, en estos casos lo importante es entender y destacar que la mayoría de las personas de edad se sienten satisfechas con sus vidas y no están predispuestas psicológicamente a la depresión, por lo tanto si la depresión no se diagnostica ni se trata, causa un sufrimiento innecesario para él aciano y para el resto de su familia.
La depresión según la OMS se define como un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional. (Organización Mundial de la Salud).
La depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado por especialistas en el ámbito de la atención primaria en salud.
"Chile actualmente cuenta con una política de salud del adulto mayor orientada a mantener su capacidad funcional, el mejor indicador de bienestar y a identificar aquellos factores que tienen valor predictivo y son susceptibles de intervenciones costo-efectivas" (Las Personas Mayores en Chile). Es por ello que el Plan de Acceso Universal con Garantías Explicitas en Salud (AUGE) incluyo dentro del perfil de enfermedades la Depresión en personas mayores de 15 o más, lo cual garantiza una priorización en la atención de salud publica definiendo estrategias y planificando actividades necesarias para mejorar la salud en la población. Todo ello a fin de dar resguardo, cobertura y oportunidad a las enfermedades que generan mayor cantidad de muertes en el país.
Dentro de las enfermedades crónicas que más afectan a los adultos mayores de nuestro país encontramos con un 62% Hipertensión Arterial, 21% Diabetes, 11% enfermedades Pulmonares y 18% de la población con depresión. Situación que preocupa a las políticas estatales, quien se esfuerza por mejorar las condiciones medicas de estos usuarios.
En relación a lo anterior podemos decir que pese a la fuerte batalla que nuestro país ha puesto a favor de ir mejorando la política en relación al adulto mayor, se puede apreciar que aún falta mucho camino por recorrer, Chile no cuenta con la cantidad de profesionales necesarios y capacitados que verdaderamente brinden una atención eficaz y de calidad, lo cual dificulta alcanzar un envejecimiento pleno, exitoso donde prime una buena calidad de vida.
La gerontología es la ciencia que trata de la vejez y del envejecimiento en todas sus dimensiones, este término comenzó a usarse desde el siglo XX constituye el enfoque más general de envejecimiento y puede incluir a cualquier materia, profesión o técnica. (Diplomado en Gerontología Social, Gobierno de Chile).
El gerontólogo sabe que hoy en día envejecer en la sociedad contemporánea es muy distinto a como lo era en generaciones pasadas, por ello entiende que para asumir los diversos desafíos que imponen las sociedades modernas es necesario tener un enfoque interdisciplinario y transversal sobre la vejez.
Si analizamos los cambios biológicos, psicológicos, económicos y sociales que se observan en el proceso de envejecimiento, asociado a las numerosas enfermedades que aparecen en esta etapa de la vida, conllevan a pensar que en los ancianos existen una serie de factores que favorecen la aparición de una depresión. Según datos de la OMS el 25 % de las personas mayores de 65 años padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico, siendo el más frecuente la depresión, hasta los 75 años.
En este caso la labor de gerontólogo es contribuir a generar mecanismos tendientes a promover la creación de políticas públicas que de alguna manera beneficien a los adultos mayores que sufren de este tipo de enfermedades.
Al realizar un recorrido por los países latinoamericanos, nos encontramos con que en la mitad de ellos, la proporción de adultos mayores en el área rural, es mayor que en la urbana, ello se debe a la acentuada emigración de adultos jóvenes, lo que envejece aun más la estructura demográfica de la población rural y en especial de la población masculina.
Los adultos mayores que viven en las áreas rurales constituyen un grupo poblacional que requiere especial atención. El área rural se ha caracterizado históricamente por su menor cobertura de servicios y un mayor deterioro económico; esto sumado a la emigración de los hijos y familiares más jóvenes, lo cual reduce el tamaño y la posibilidad de apoyo de los familiares directos. Por ende un aumento considerable de procesos depresivos esporádicos y permanentes de los adultos mayores.
La Región de la Araucanía posee una población de 150.704 adultos mayores de los cuales 63,2 son jefes de hogar, por ende personas con un alto grado de responsabilidad sobre sus familias, es en estos casos donde se aprecia un factor de riego importante en cuanto al tema depresivo, generalmente los hombre son mucho menos explícitos ante situaciones de dolor o problemáticas, tanto en el ámbito de salud, laboral como personal.
El doctor Cristián Mercado, geriatra de los centros Megasalud Arauco-Las Condes, Ñuñoa y Providencia, explica que, en general, los cuadros depresivos pueden afectar a los adultos mayores en cualquier momento del año. Sin embargo, menciona que durante la época de invierno, esto puede volverse más agudo aun debido a que las condiciones climáticas les imponen la necesidad de estar más tiempo recluidos en sus casas.
En muchos casos y bajo estas condiciones, dice, los familiares o cuidadores los visitan menos, descuidando aspectos fundamentales como la alimentación, la administración de medicamentos y controles de salud, y por supuesto la compañía.
Si llevamos esto a la ruralidad nos encontramos con un sin número de adultos mayores en total abandono, donde los hijos no sienten ningún tipo de responsabilidad, dando paso a adultos mayores abandonados, mientras las generaciones nuevas utilizan gran parte de su tiempo en trabajo y dedicación exclusivas a las familias que cada uno a formado.
Finalmente podemos decir que solo la dedicación marca una pauta importante a la hora de atacar los cuadros depresivos por ello se recomienda permitir al adulto mayor vivir la vida plenamente, condición principal para evitar que ellos caigan en estados depresivos, permitir el acceso a actividades sociales de manera permanente, junto con compartir con familiares y pares también resulta vital entre los adultos mayores, pues les permite alejarse de los sentimientos pesimistas que caracterizan estos cuadros.
Además es relevante consultar a tiempo si se ven cambios en el patrón de conducta de las personas de la tercera edad, ya que cualquier intervención precoz posibilita mejorar su calidad de vida.
Siempre será necesario contar con el apoyo expresivo de los demás, del conocimiento, la comprensión y el afecto. Lo ideal es que las relaciones que se den entre el adulto mayor y la familia sean de intercambio, es decir, que este no sea solo receptor de beneficios sino también que los otorgue.
Una depresión no diagnosticada o que no esté bien tratada es igualmente peligrosa que cualquier enfermedad prevalente.
Bibliografía
1.- Las Personas Mayores en Chile.
2.- Estudio Nacional de Dependencia en las Personas Mayores.
3.- Gerontología Social a Distancia.
4.- Pagina Internet Organización Mundial de la Salud.
5.- Pagina Internet SENAMA.
6.- Material Complementario del profesor.
Autor:
Zenobia Montecinos Chamorro
Carrera: Servicio Social Vespertino
Temuco, noviembre de 2012.