Usted tiene libertad creadora
La educación que no se enseña en la universidad: la educación para la vida. Gran Tema Específico: La Afectividad Humana Y El Arte De Amar Y Ser Amado
El plan general de desarrollo de estas monografías implica en trabajar primero con sus fuerzas internas, creando de ese modo confianza en usted mismo, pasando después gradualmente a aplicar esas fuerzas para el medio exterior, dirigiéndolas para otras personas, pero nunca para dominarlas ni para esclavizarlas y si para transmitirles el sutil poder que desabrocha en su corazón, poder pleno de armonía, impregnado de amor y saturado de paz de espíritu.
A medida en que usted se profundice en el estudio de estas monografías, hará irradiar cada vez con más intensidad, un cálido sentimiento que será sentido por las personas que lo rodean. Ellas, tal vez, nunca descubran la causa, pero percibirán en usted tonalidades, matices, vislumbres que antes eran desconocidos y como un suave perfume, exhalando de su aura.
Así sucediendo, las personas empezarán a gustar de usted o si eso ya se manifestaba, ellas gustarán cada vez más y más. No se trata de ningún milagro, simplemente usted mejoró su campo magnético y se transformó, por lo tanto, en un imán más y más potente. Habiendo elevado su nivel espiritual, usted atraerá personas cada vez más interesantes. De este modo, sus antiguas experiencias con personas problemáticas, quedarán como un recuerdo olvidado del pasado y apenas percibirá un vibrante presente, así como un fulgurante futuro, pleno de maravillosas promesas de amor y realización.
A medida en que usted va leyendo las monografías y realizando los ejercicios indicados, y a medida en que sea perseverante y pleno de fe, de esperanza y de confianza en los resultados, irá pasando gradualmente de las tinieblas afectivas para el mundo de la luz, donde podrá formar un bellísimo ramillete con las rosas de los sueños y los claveles de la realidad, con los lirios de la ternura y las orquídeas de la pasión, con los crisantemos de las caricias y las amapolas de los besos.
Así, su corazón se abrirá como una fruta madura y sabrosa, derramando su espléndido aroma por los campos y atrayendo para sí aquella persona que usted ama, no por la fuerza, ni utilizando medios ilícitos y sí a través de los canales cósmicos, de los vehículos divinos, de la energía del propio Ser Supremo, o sea, del Amor pleno y universal.
Usted atraerá, porque estará sintonizado, armonizado con ideales elevados y altruistas. Usted atraerá, porque dejará de ser una marioneta y se colocará en la misma faja de los efluvios amorosos del Creador. Usted atraerá, porque se transformará en un canal, por donde fluye la maravillosa energía divina. Usted atraerá, porque se concientizara que el amor, aún humano, no es el oscuro sentimiento de poseer otra persona, y si crecer espiritualmente junto a ella. Usted atraerá por haberse constituido en un foco deslumbrante, derramando luz y paz de espíritu a su vuelta.
La sociedad moderna está tan penetrada por el consumismo, por el comodismo y por las formas fáciles de hacerse las cosas, que la inercia, la pereza y la ineficiencia se han constituido en atributos bien representativos de la misma.
Las personas pretenden obtener las cosas gratuitamente, sin hacer el mínimo esfuerzo. No comprenden que el esfuerzo no es un peso excesivo ni un castigo impuesto por capricho divino y si una herramienta que el hombre debe usar en su gradual aprendizaje de las lecciones cósmicas. El esfuerzo es el vehículo que llevará el ser humano hasta la meta trazada, cualquier que esta sea: afectiva, económica, espiritual.
Veamos, pues, un bello cuento que ilustra esta situación:
Un papagayo de radiantes colores no gustaba de esforzarse y vivía todo el día desperezándose, canturreando y jugando, mientras veía pasar otros pájaros cargando bolsas con alimentos de diversos tipos, obtenidos después de grandes esfuerzos.
Un día, él sintió que el hambre le apretaba el estómago y preguntó a un esforzado pajarillo, de plumas grises, que por allí pasaba cargando una bolsa:
– ¡Oh buen hermano!: ¿Qué cargas en esa bolsa? ¿Por acaso alguna comida sabrosa?
– Así es, granos de maíz y semillas de diferentes plantas que estoy juntando para el invierno que se acerca – respondió el pájaro gris.
– ¿Y cuanto cuestan? – inquirió el papagayo, con mucha hambre.
– Una espiga de maíz por cada pluma tuya – informó el pájaro.
El papagayo vio que aquello era fácil y bueno, entregó su pluma y comió con mucha satisfacción todo el maíz de aquella espiga, mientras comentaba para sí: ¿"Quién será el tonto que piensa en trabajar, siendo tan fácil conseguir comida?"
Pero el hambre volvió día tras día, hasta que el papagayo quedó desnudo, sin siquiera una de sus bellas plumas, utilizadas para comprar el maíz necesario para matar el hambre. Y ésta aumentó con el frío del invierno, multiplicado por la pérdida de su manto protector.
El papagayo sufrió mucho en aquel invierno, mucha hambre y mucho frío. Pero consiguió sobrevivir y ya al año siguiente había aprendido una lección: no existen soluciones mágicas, atajos cortos, ni resultados sin esfuerzos: cada uno tiene lo que se merece. Comience hoy, pues, a trabajar con perseverancia para la soñada realidad futura: amar y ser amado.
Usted recibirá un mapa completo para llegar a la cumbre del amor
La realización afectiva es más que un simple deseo, es una necesidad profunda, innata, inherente al ser humano. Amar y ser amado, junto con las necesidades vitales envueltas en la sobrevivencia, son las dos necesidades básicas de aquél.
Pero es importante saber cuántas personas se realizan afectivamente, a un nivel más o menos razonable. ¿Cuántas personas son capaces de transferir a sus hijos, un cálido sentimiento de amor y colaboración mutua, mismo que no sea la perfección, sentimiento que les permitirá desarrollar una vida afectiva futura relativamente equilibrada? ¿Cuántas personas consiguen establecer un intercambio justo entre el amor sentido y el amor recibido? ¿Cuántas personas sienten con plenitud, la maravillosa vibración mutua del amor, o sea: amar una persona y ser correspondido por ella?
En verdad, todos conocemos algunas personas que parecen tener esas características, pero seguramente ellas constituyen casos bastante infrecuentes, aislados. La mayor parte de las personas con las cuales lidiamos todos los días, viven conflictos afectivos permanentes o cíclicos, sea debido a la soledad por falta de compañero, sea por desajuste o incompatibilidad con éste, o todavía por cambio continuo de compañeros.
El número de divorcios y separaciones aumenta asustadoramente cada día que pasa, los vínculos afectivos son cada vez más frágiles y quebradizos, la inseguridad afectiva amenaza gran número de personas. Sin embargo, a pesar de todo, algunas personas consiguen alcanzar la fulgurante cumbre de la realización afectiva; a pesar de todo, ciertas parejas se ajustan maravillosamente, a pesar de todo es posible conocer personas felices; ¡a pesar de todo, es posible amar y ser amado!
Surge, entonces, una fascinante luz de esperanza para su corazón: si otras personas pueden alcanzar el deslumbrante tope de la montaña del Amor, ¿por qué usted no podrá llegar hasta allá? Si su duda es la de no saber cómo hacer para encontrar el camino hasta aquel glorioso lugar, ya tiene la solución en sus manos. A través del desarrollo de estas monografías, se ofrecerá el mapa completo para usted llegar a tan deseado local y acunarse en los brazos del dios del Amor, el eterno Cupido.
Usted tiene libertad creadora Pero es importante analizar por qué las personas difieren tanto en relación con su realización afectiva. ¿Acaso habrá algunas personas que nacen con buena suerte y la mayoría, mientras tanto, con mala suerte, predestinadas por algún capricho divino a sufrir física y emocionalmente? La buena y la mala suerte son excelentes disculpas o pretextos para explicar muchas cosas, pero el Universo las desconoce completamente. Imaginen lo que sucedería, digamos, si la Luna tuviera buena suerte y la Tierra mala suerte, El Sol, en este caso, iluminaría la Luna permanentemente o casi, mientras que la pobre Tierra recibiría los rayos solares apenas de vez en cuando.
Esas cosas no suceden; el sol llega a la atmósfera terrestre en un momento exactamente determinado y se aparta de ella en otro instante, perfectamente calculado. ¿Por qué? Porque tanto el Sol, como la Luna, la Tierra y todos los cuerpos celestes, están guiados por ciertas leyes universales, cósmicas, naturales, instituidas por el Ser Supremo. Lo mismo sucede con la vida humana. Ella no es regida por el azar y por la suerte, y sí por leyes bien definidas, como la Ley de Causa y Efecto y la Ley de Compensación.
Dios, el Ser Supremo, creó el hombre a "su imagen y semejanza". Esto fue interpretado por algunos como si el Creador tuviera forma humana, con largas barbas blancas. Pero "imagen y semejanza" tiene relación con potencialidades interiores. En efecto, el hombre tiene la capacidad creadora y la libertad (o libre albedrío), dos atributos divinos, que por ejemplo una piedra, un vegetal o un animal, siendo integrantes de la Naturaleza, no poseen.
El ser humano tiene, pues, dos atributos divinos, que se combinan en uno: libertad creadora. Él puede crear lo que quiera. Muchas personas concuerdan con esto, sólo que apenas consideran creaciones materiales: la televisión, los computadores, las naves espaciales, etc. Pero esa libertad creadora es más amplia, ella es prácticamente ilimitada y se extiende en todas las direcciones, aspectos y asuntos relacionados con la vida humana.
Esto es extraordinariamente importante: y puede ser resumido en este principio básico: cada ser humano, cada uno de nosotros, modela, crea, reproduce externamente, lo que está dentro de él. De este modo, producimos "buena" o "mala" suerte, felicidad o infelicidad, conflicto o armonía, amor o celos y odio, y así por delante. Esto es libertad creadora.
Si una pareja se realiza afectivamente, si consigue integrar adecuadamente el amor y el sexo, si consigue transmitir para sus hijos un mensaje de armonía, paz y consideración mutua a través de su ejemplo, es porque por medio de alguna forma, sea a través del intelecto o de la intuición, sea consciente o inconscientemente, ha conseguido impregnar y saturar su mundo interior con aquellas imágenes, sentimientos, pensamientos y actitudes. O sea, ha utilizado su libertad creativa en forma positiva.
Otras parejas y personas individuales han usado – por el contrario – su libertad creativa de forma negativa. De la misma forma algunos científicos han dirigido su creatividad para el desarrollo de bombas atómicas, defoliantes y venenos de la más variada naturaleza, desfigurando, así, la libertad donada por Dios a la especie humana. Muchas personas erran el camino y dirigen su libertad creativa en la esfera afectiva, para el mundo de las tinieblas, sembrando inseguridad, miedo, ansiedad, celos, envidia y posesividad. ¿Es de sorprender, si la cosecha nuestra sólo frutos venenosos, enfermos y malsanos?
Por lo tanto, es fundamental, antes que cualquier providencia pueda ser tomada, reconocer que todo lo que acontece en nuestra vida no es escrito en el cielo o en el infierno y sí dentro de nosotros. Esto no significa que todo el día estemos tomando decisiones concientes, con relación a nuestra vida afectiva. El gran problema del ser humano, no es que él usa su libertad creativa negativamente, porque en ese caso seria suficiente con un cambio de dirección. El drama es que el hombre no utiliza su libertad creativa de forma conciente; ella está oxidada en su interior. El hombre actúa, básicamente, en función de la presión de la opinión externa, del mundo que lo rodea, o sea, no ejerce su potestad de crear conforme el modelo divino.
El análisis anterior nos conduce a un punto fundamental: la felicidad y la realización afectiva, serán alcanzadas cuando se complete el proceso de limpieza interior y sea libertada la luz fulgurante de nuestra libertad creativa. Y debemos estar concientes que este proceso lleva su tiempo, no puede ser inmediato, y quien diga lo contrario estará faltando a la verdad. Prepárese, pues, a ejercer su libertad creativa de forma positiva y entonces reproducirá, modelará y manifestará en el mundo exterior, sólo cosas buenas: armonía, alegría y sobretodo su sueño más fascinante: amar y ser amado.
Pero acuérdese que nada importante fue conquistado en un día. Anote, pues, lo siguiente: los guías luminosos de la victoria son dos: la perseverancia, a pesar de las dificultades y hasta algunos fracasos, y la confianza plena en la obtención final del objetivo deseado: amar y ser amado.
No se olvide, grabe en su mente la siguiente imagen: una rosa no florece de repente, es necesario que primero se desarrollen las hojas de la planta, después nazcan los pimpollos, originalmente pequeños, luego mayores y sólo al final se transmutan en flores espléndidas de colores bellísimos y aroma agradable. Esto implica un pasaje de tiempo, cuidados del jardinero, lluvia y sol amorosos alimentando la planta. Sea su propio jardinero, su propia lluvia, su propio sol y a través del tiempo ejerza su libertad creativa, generando dentro de sí una flor maravillosa que irradia en el medio ambiente los divinos atributos del amor, de la paz y de la alegría.
Pero gracias a la prerrogativa humana de la libertad creativa, usted tendrá un recurso extra, un recurso que El Creador dio a la Humanidad: podrá mantener indefinidamente su flor abierta, evitando que marchite como sucede con la flor de materia vegetal. Sí usted continúa haciendo fluir en su interior el nutriente del amor, su flor espiritual, su rosa sagrada, su realidad de amar y ser amado, quedará permanentemente viva en su corazón y será un luminoso ejemplo, un farol fulgurante para las demás personas, que percibirán en usted y a través de usted, que el mundo no está perdido y que todavía restan maravillosa esperanzas para una vida plena, exuberante en sentimientos elevados y cautivantes por sus promesas de un futuro aún mejor.
Como ya fue mencionado anteriormente, no existen el almuerzo gratuito ni los botones mágicos. El ser humano no puede esperar recibir regalos de un Dios bondadoso, sin haberlo merecido.
Si usted desea su realización plena en el Amor, debe hacer su parte. No es necesario cargar fardos pesados ni trabajar 15 horas diarias. Sin embargo, es sí necesario un cambio radical en su forma de percibir el mundo y las otras personas.
Debemos comprender que el error más generalizado del ser humano es tentar cambiar el mundo y a los otros sin cambiar nada dentro de sí mismo. La causa de este desastre es lógica: Si El Creador dio al hombre el libre albedrío, ¿cómo es que una persona va a cambiar a otra? Si alguien permite que otro le cambie su interior, estará negando aquella dádiva divina y perderá entonces su valor de ser humano, transformándose en un simple animal doméstico.
La gran tarea a realizar es, pues, la de transformar nuestro mundo interior, y lo interesante es que somos propietarios absolutos de él. Por eso, en este texto se habla de que nadie puede impedir su victoria, ¡a no ser usted mismo! ¿Percibió la importancia de tener disciplina consigo mismo, para poder alcanzar su maravilloso sueño?
Usted puede utilizar la técnica que desee (oración, meditación, conversación consigo mismo, etc.). La técnica depende exclusivamente de su modo de ser y de sus experiencias anteriores. Lo importante es que se mantenga bien calmo, tentando entrar en contacto con la Fuente Universal, con el Ser Supremo, con el Dios de las religiones cada una con un nombre diferente y permanecer allá el tiempo que considere adecuado (unos 15" son suficientes).
a) Relaje su cuerpo completamente. Cierre los ojos;
b) Respire profundamente y al exhalar, lentamente diga la palabra PAZ, pero de un modo muy gradual, algo así como: P…A…A…A…Z, de modo que ella acompañe su expiración, acabando ambas juntos. Repita esto cinco veces.
c) Ahora la programación específica. Repita lentamente cuantas veces lo desee: "Soy invulnerable a todos los sentimientos y pensamientos negativos, porque el Ser Supremo está dentro de mí y yo dentro de Él. Me regocijo en este maravilloso contacto, pues Él cambia mis padrones internos, haciéndolos iguales a los suyos; plenos de amor, desbordantes de alegría y radiantes de armonía. Gracias por todo".
Después de haberla practicado como ejercicio, puede aplicar esta mentalización cada vez que se sienta amenazado por acontecimientos exteriores negativos, que puedan contaminar sus sentimientos y sus pensamientos, haciéndolos asíí frágiles a los impactos de la Mente Colectiva.
Las Monografías de este Gran Tema (Afectividad Humana), deben ser consideradas como un estímulo, una inyección de luz y esperanza para las personas que sufren de problemas afectivos. El autor, dentro de sus posibilidades, está dispuesto a enviarles, de forma totalmente gratuita, el libro completo, titulado "El Arte de Amar y Ser Amado", a todos aquellos y aquellas, que demuestren interés en los mensajes ofrecidos, a través de comentarios simples, enviados directamente a cualquiera de los contactos siguientes:,
Autor:
Prof. José A. Bonilla
(Universidad de la República, Uruguay; Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil)