Muchas personas en este mundo no comprenden el gran momento histórico que está viviendo la humanidad. Tienen sus miradas puestas en los acontecimientos mundiales, confundidos y atemorizados. Esto es exactamente lo que se espera que haga toda persona, mientras los poderes fálicos y fácticos se colocan al control del mundo. Los tiempos de hoy, lógicamente no son los de ayer. Por lo tanto, el pez que ayer capturaste con una lombriz, hoy debes atraparlo con otra carnada. Los pensamientos han cambiado, las tendencias han transformado las formas de concebir el mundo. Desde que Dios permitió que la iglesia pasara a manos de Lutero, se produjeron fuertes cambios en la manera de pensar de las personas, y aunque no cuajaron inmediatamente, si retoñaron como planta nueva y robusta; provocando que en Francia (1789) se produjera un hecho, que hoy día ha sido reencausado hacia otro fin, provocara una herida profética (Apocalipsis 13:3) a ese poder fálico que gobernaba a todas las naciones, de tal manera que nada se hacía sin su aprobación.
Para muchos los conflictos en oriente son puramente por controlar las reservas de petróleo que en esos lugares existe. Por un lado tienen razón, pero solo es el placebo. El verdadero propósito es controlar todos los territorios, para arrebatárselo a la ideología musulmana y reinstaurar aquel poder fálico que controla a todo occidente, descrito en Daniel 7. Otro ejemplo tácito que hoy vemos es el conflicto de Corea del Norte. Pero para comprender estos conflictos hay que remontarnos al pasado. Al año de 1773.
Muy pocas personas de los casi 8,000 millones que habitamos el planeta, entienden los hechos acontecidos durante el siglo XVIII. Pero el suceso que ha provocado todo lo que hoy padece la humanidad, se produjo cuando el Papa Clemente XIV en 1773, expulsó a los Jesuitas del Vaticano y otras naciones en las que ejercían su control. Estos al verse desprovistos de su posición de control, decidieron hacer algo más extraordinario y siniestro. Mordiendo la mano que los alimentaba, dieron la espalda y sembraron en todo el mundo una semilla que habían escondido por siglos. Dando como resultado la Revolución Francesa de 1789. La revolución francesa preñó al mundo con los ideales de libertad y fraternidad, así como el de la soberanía popular.
Hasta la aparición del emperador Napoleón Bonaparte, toda Europa y las colonias estaban bajo la total influencia del papado. Aunque el sacro imperio romano había perdido su esencia, no así el poder que lo controlaba.
Napoleón, megalómano, no aceptaba que nadie estuviese por encima de él. El papa Pio VI tronó cuando se enteró de la noticia de que Napoleón deseaba controlar toda Europa, pues él se atribuía este derecho. El desenlace fue una herida mortal a una de las cabezas de la bestia de Apocalipsis 13. El papa Pio VI murió en Valencia (Francia, el 29 de agosto de 1799).
Con la revolución francesa y la herida de muerte al poder papal, el mundo comenzó una escalada ideológica descontrolada. Pero ya otro movimiento extraordinario estaba produciéndose. Al mismo tiempo que se daban los conflictos entre Napoleón y el papado, otra bestia (Imperio) estaba despuntando. En Apocalipsis 13:11-15 aparece una bestia distinta a las demás. En la Biblia, una bestia representa a un poder religioso, político o ambas cosas a la vez; así mismo sucede con los cuernos.
En 1776 las 13 Colonias de Norteamérica iniciaron su escalada hacia la independencia. Pero para lograrlo todas las colonias debían estar unidas como una sola. De esa manera hicieron frente al imperio Británico, arrebatándoles su independencia. Para 1798, esta bestia que surge de la tierra, comenzó a tomar fuerza, de tal manera que el cuerno pequeño (Daniel caps. 7 y 8) se sorprendió y vio la oportunidad de recuperar el poder que había perdido, cabalgando sobre esta nueva nación. Para lo cual utilizó a su arma más efectiva y despiadada: Los "IHS".
Estos fueron restituidos nueva vez en 1814, por orden de Pio VII. De los cuales el propio Napoleón dijo: "Los Jesuitas son una organización Militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despótico ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mundo bajo la voluntad de un sólo hombre". Los Estados Unidos nacieron como potencia mundial y se le dio el poder de controlar al mundo.
Con la revolución francesa, la decapitación del poder papal y la aparición de los Estados Unidos, el mundo se polarizó, dando origen a una cadena de eventos ideológicos, que provocaron nuevas naciones y otras corrientes del pensamiento político. El papado fue aprisionado por una cadena de circunstancias que le impidieron ejercer su poder fálico hegemónico sobre las naciones durante casi dos siglos, hasta los Pactos de Letrán del 11 de febrero de 1929, cuando la herida a la cabeza de la bestia le fue sanada.
Aterrizando ya en nuestros días. En el siglo XX el mundo estaba configurado de otra manera. La semilla plantada por los "Señores de la Guerra" ya había parido muchos pensamientos ideológicos. Aunque esto les iba a hacer perder un poco de tiempo (Algo más de un siglo) y el sacrificio de millones de víctimas inocentes; sopesaron que es el precio a pagar por tener el poder absoluto de toda la tierra. Estos Señores de la Guerra (IHS) se granjearon la deferencia de la mayoría de los líderes mundiales, aunque de otras naciones fueron echados como viles delincuentes. Pero de donde quiera que fueron expulsados, aplicaban el mismo método del pasado: Procesos revolucionarios que convulsionaban a las naciones, haciendo que estas se descuidaran mientras se mataban entre sí, lo que les permitía colocarse sigilosamente y por detrás en las posiciones estratégicas y atrincheradas, de las cuales ya no les podían sacar.
Para 1913 el mundo ya estaba fraccionado en, por lo menos, dos formas de gobierno que se disputaban el poder mundial. Una añeja por siglos, otra robusta y espirituosa, lista para la pelea: Las monarquías y los presidentes. No podían coexistir ambas al mismo tiempo, sino que una debía ceder el poder a la otra. Pero había una forma monárquica clavada en la memoria de los Señores de la Guerra que no les permitía conciliar la idea mundial que tenían: "El Imperio Otomano".
Para provocar un cambio y colocar la ideología de gobierno deseada, se armó el cuadrilátero mundial y con una débil excusa (Francisco Fernando, 28 de junio de 1914), sonó la contentosa y subió el telón. Los Señores de la Guerra alquilaron el palco presidencial y se sentaron confortablemente a ver la carnicería. Finalizada la contienda en 1918, el experimento arrojó como resultado que el presidencialismo (Primer ministro) era la mejor forma de gobierno. Mientras la monarquía se retiraba a sus apacibles aposentos. Se repartieron los territorios y se olvidaron promesas arábigas que se hicieron para hacer caer alianzas.
Pero el mundo necesitaba más ajustes. Ya se tenía la forma de gobierno, ahora había que determinar qué ideología debía predominar. Como en el laboratorio del Dr. Frankenstein, los IHS se encerraron y rápidamente mezclaron una nueva poción, para dársela a beber a los líderes mundiales. Aplicando la misma fórmula, pero modificada a los escenarios, repartieron en el mundo cuatro formas ideológicas: "Capitalismo, Comunismo, Nacismo y Fascismo".
Pasadas casi tres décadas era tiempo de darle vida al engendro. Para 1938 el "Mundo en Guerra". Millones murieron. De las ideologías enfrentadas adrede solo quedaron dos en pie. Capitalismo y Comunismo. Pero como el objetivo primo del ensayo era determinar cuál debería ser la mejor ideología, se inició la segunda fase de la prueba. En un tubo de ensayo mundial se echaron ambas ideologías, se agitaron y se esperó a ver cuál desplazaba a la otra, en una reacción química fatal. A esa ecuación se le llamó: "Guerra Fría".
De todo este Big Bang ideológico, los Señores de la Guerra (IHS) destilaron y refinaron el mejor etílico para darlo a beber a las naciones, el cual es descrito en Apocalipsis 17 como: "con ella los reyes de la tierra cometieron actos inmorales, y los moradores de la tierra fueron embriagados con el vino de su inmoralidad." Las fuertes luchas imperceptibles en algunos lugares y horripilantes en otros, era la forma en que la reacción química se producía; dando lugar a la creación de naciones o estados alineados a una u otra tendencia ideológica.
El resultado de su brebaje no dio como veneno una sola sustancia, sino que se produjo una amalgama con la cual se están erigiendo los nuevos pilares del mundo. Como dicen en la masonería: "Si quieres construir un nuevo mundo, debes derribar el viejo", por lo cual: "Abajo el Muro de Berlín y el World Trade Center".
Para no alargar más esta historia de paquito, los conflictos que hoy vemos en Siria y Corea del Norte no son más que el resultado de la creación final de la mezcolanza Capitalismo-Comunismo, creada por los Señores de la Guerra.
Se debe entender con toda claridad, que el beneficio económico que las potencias mundiales obtengan de toda esta desgracia mundial es el placebo, el pago por los esfuerzos de guerra.
El verdadero propósito de todo esto está oculto, a los ojos de los que no quieren aceptar. Lo que sucede en todo el mundo hoy día tiene que ver directamente con el ideal religioso. Los beneficios que se puedan obtener son simplemente el despojo del botín.
No nos engañemos. Las guerras cruzadas no han terminado. Aún pelea oriente contra occidente. Sino pongamos nuestros ojos en Siria. Fue en ese lugar donde las mayores batallas cruzadas se llevaron a cabo y aún hoy día la sangre sigue produciendo petróleo. En cuanto a los Cruzados no murieron, solo se escondieron por un tiempo, se cambiaron la capa y ahora son ellos que controlan el mundo bajo el seudónimo de Jesuitas. En cuanto al conflicto de Corea del Norte, la interpretación es la misma que para las guerras cruzadas: "Tesis, Antítesis, Síntesis". Como en el yin yang, el ideal católico no puede existir sin el musulmán; igualmente pasa con el capitalismo y el comunismo.
Todo se ha expandido, pero sigue siendo la misma masa. Los sucesos que han acaecido y los que precederán son el preludio de aquella convulsión en la que se encontrará el mundo antes de la venida de nuestro señor Jesucristo y descrita en el capítulo 24 del evangelio de San Mateo. Lo que sucede es que los líderes religiosos han sabido hacer bien su trabajo, distraen las mentes de las personas sanas y deseosas de creer, con sofismas, rituales, tradiciones y dogmas espiritistas; mezclando la verdad con el error.
De lo cual Karl Marx dijo: "hacen de la religión el opio de los pueblos". Hegel y Marx comprendieron con claridad las intenciones de Jesús, pero lamentablemente los Señores de la Guerra ya estaban bien presentes y arraigados en el escenario mundial, para cuando ellos llegaron con sus ideologías sociales. De tal manera que los propios pensamientos de esos filósofos ya estaban viciados con las ideas de los IHS.
A ti que lees te pido que me permitas preguntarte: ¿Estás listo para lo que viene? Jesús vendrá y así como está descrito en el libro del profeta Daniel capítulo 3, donde habla de la gran estatua que el rey Nabucodonosor vio en sueños. Al final de ella, en el último reino, una roca pegó contra los pies de hierro y barro desmenuzándolos. Este simbolismo representa el último imperio que gobernará la tierra antes del reino de Jesús. La iglesia (El barro) y el Estado (El Hierro), están mezclados hoy día, es cuestión de tiempo que la roca caiga y desmenuce todo. Nunca creas que la Biblia sea cuentos de fábulas o hechos históricos que no pueden ser comprobados. Si apartas por un momento el ruido que hacen los religiosos y los eventos que están acaeciendo, podrás ser encumbrado por encima de los sucesos y las nubes de confusión se disiparán, dejándote ver todo el panorama desde arriba, así como lo ve Dios.
Aunque los Señores de la Guerra sean reales y estén llevando a cabo todos sus planes, Dios es quien está al control de la historia y el que ha de venir vendrá. ¿Estarás listo para ver su resplandor?
Autor:
Osbaldo Ant. García Peralta.
Para la realización de este análisis se han utilizado fuentes externas al pensamiento del autor, pero ligadas directamente. Abril, 2017.