- Introducción
- Definición
- Acciones que se deben tomar
- Métodos utilizados en pruebas
- Diagnóstico y pronóstico
- Tratamiento
- Conclusión
- Fuentes de consulta
Introducción
En este articulo se contemplara la Acidemia Isovalérgica ai como algunos de los síntomas que esta puede presentar que tan frecuente puede llegar a ser esta enfermedad como en el que consiste en que gen actuará específicamente y si este padecimiento se podría presentar en otra etapa de la vida además de la etapa de recién nacido algunos también de las recomendaciones que se deben practicar en caso que el infante tengan sospechas o exámenes que se realizaron sobre pacientes confirmando síntomas que son similares entre ellos una característica común de los pacientes partes del cuerpo donde presentan dolor y que lugares de el cuerpo llega a atacar un enfermedad tan raro y hasta la actualidad poco se sabe poco estudios se han hecho al respecto.
Para R. Dodelson de Kremer (1992) "La academia Isovalérgica (AIV) es una enfermedad genérica causada por una deficiencia de la Isovaleril-CoA deshidrogenasa enzima involucrada en un paso catabólico de la leucemia además con un cuadro clínico caracterizado por crisis Cetoacidóticas los signos y síntomas de academia Isovalérgica aparecen durante la infancia y pueden aparecer y desaparecer con el tiempo además esta condición ocasiona que no aumenten de peso esto provocara un retraso en el desarrollo los periodos prolongados sin alimentos traería consecuencias graves en algunas personas las mutaciones genéticas causan academia Isovalérgica es asintomática lo que significa que no presentara ningún signo o síntoma de la condición.
Frecuencia:
Se estima que la Acidemia Isovalérgica afecta a al menos 1 de cada 250,000 nacimientos.
Cambios genéticos:
El gen IVD (proporcionan instrucciones para elaboración de enzima para descomposición de proteínas) esta mutación reduce o elimina la actividad de la enzima encargada de descomponer las proteínas en la dieta con un resulta en un acido orgánico llamado acido Isovalérgico se acumulan en niveles dañinos con consecuencias en cerebro y sistema nervioso.
Patrón de herencias:
Esta condición se hereda de manera autosómica recesiva patrón lo que significa que las copias de el gen en casa célula tiene mutaciones por lo tanto los padres de un individuo recesivo lleva una copia de el gen mutado el problema de esta condición es que ninguno presentara síntomas visibles o característicos de la condición.
Comuníquese con la familia para informarles sobre el resultado del cribado del recién nacido y determinar el estado clínico (alimentación deficiente y olor a pies sudorosos).
Consultar con especialistas metabólicos pediátricos. Evaluar al recién nacido; si el bebé está enfermo, inicie el tratamiento de emergencia según lo indique un especialista en metabolismo y transporte. Inmediatamente al centro terciario con especialista en metabolismo.
Iniciar las pruebas de confirmación / diagnóstico oportunas según lo recomendado por el especialista.
Educar a la familia sobre signos, síntomas y necesidad de tratamiento urgente de acidosis metabólica.
Informar hallazgos al programa de cribado del recién nacido.
El diagnóstico bioquímico se basó en la detección de Isovalerilglicina y otros metabolitos en la orina, así como la Isovalerilcarnitina en el plasma y las manchas de sangre. Se confirmó que tenía IVA en el examen repetido de MS / MS de análisis de sangre y ácido orgánico de la orina. El Paciente muere de acidosis metabólica. El BHJ del paciente mostró vómitos recurrentes y alimentación deficiente sin ningún diagnóstico específico.
Sintomatología bioquímica y clínica:
La acumulación de ácidos orgánicos produce una serie de síntomas bioquímicos característicos en los pacientes con AIV como: acidosis (pH3.5 mmol/L), hiperamonemia (hasta >500 µmol/L), calcio normal o ligeramente disminuido y cetonemia/cetonuria (12, 13). Han sido reportadas tres formas de presentación clínica de la AIV: una forma aguda neonatal, una forma crónica intermitente y una forma lentamente progresiva (12).
Las alteraciones bioquímicas más frecuentes encontradas son hipo/ hiperglicemia, cetoacidosis con aumento del anión gap, hiperamonemia, hiperglicinemia, aumento Acidemia isovalérica Figura 1.- Vía catabólica del aminoácido esencial leucina ácido láctico, cetonuria, y anemia síntomas aparecen en un recién nacido de término sin causa aparente, después de un período sin síntomas que pueden ser de pocas horas o días (de 1 a 14 días, usualmente de 3 a 6 días) junto a una grave cetoacidosis metabólica inexplicada Aparecen síntomas de disfunción del sistema nervioso central (SNC) debido al acúmulo de ácidos orgánicos y amonio, con letargia, hipotonía, temblores y convulsiones. El bebé sin causa aparente inicia además dificultad respiratoria, bradicardia, apneas e hipotermia, pudiendo llegar al coma y muerte.
Es común hallar una acidosis metabólica en ocasiones con hiperamonemia, cetonuria, trombocitopenia, neutropenia y pancitopenia. En algunos casos se presenta alopecia e hiperglicemia. La mayoría de estos pacientes tienen desarrollo psicomotor normal, otros en cambio presentan hipotonía y retardo del crecimiento y desarrollo (2, 4, 12-14, 17-19). La forma lentamente progresiva se caracteriza por anorexia persistente, síntomas digestivos, retardo en el desarrollo pondoestatural y psicomotor, osteoporosis, sintomatología extrapiramidal/piramidal e incluso deterioro mental progresivo.
Debido a que las acidurias orgánicas comparten rasgos clínicos comunes, para un diagnóstico discriminatorio se requiere del análisis de los ácidos orgánicos. La búsqueda de los metabolitos anormales en los fluidos biológicos y la cuantificación de los constituyentes normales en el diagnóstico de AIV y se realizan fundamentalmente empleando la técnica de cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas.
La espectrometría de masas tándem ha sido útil para la detección de carnitina e isovalerilcarnitina (aunque esta técnica no distingue entre los diferentes isómeros: 2-metilbutirilcarnitina, isobutirilcarnitina y butirilcarnitina). Esta técnica tiene la ventaja de permitir un diagnóstico temprano en recién nacidos de esta aciduria orgánica, al poder ser utilizadas las muestras de sangre seca sobre papel de fi ltro recogidas para el cribado neonatal rutinario.
Entre otros exámenes bioquímicos se recomienda la cuantificación de aminoácidos en plasma y orina, siempre teniendo presente que un perfil normal no excluye el diagnóstico. En los pacientes con AIV se encuentra una ligera elevación de glicina, y cistinuria-lisinuria (12). La mayoría de los conjugados isovaleril- y acetil-aminoácidos son detectados y cuantificados mediante la técnica cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas, salvo los conjugados de los aminoácidos triptófano, lisina, histidina y asparagina (debido a sus características polares), que se identifican y cuantifican (30).
A los pacientes con AIV durante los episodios agudos y descompensaciones agudas se les indica un tratamiento que consiste en:
a. Suprimir el aporte proteico durante 24 a 48 horas hasta que el amonio sea inferior a 80 µmol/ L, a partir de entonces se reintroducen proteínas sin leucina (hasta 2 g/kg/día) y se comprueba tolerancia.
b. Simultáneamente, mantener el aporte calórico, mantener hidratación y forzar diuresis con soluciones glucosadas al 10% o 15% con electrolitos (100-150 ml/kg/día), vía intravenosa.
c. Administración de lípidos (0,5-4 g/kg/día), L-glicina (150 a 600 mg/kg/día) vía Enteral y L-carnitina (100 a 400 mg/kg/día), endovenosa si es preciso.
d. Aportar bicarbonato para corregir acidosis si pH sanguíneo es menor de 7.20.
e. Tratamiento de las infecciones intercurrentes.
f. Si es necesario, soporte circulatorio, intubación y ventilación asistida.
g. Para evitar catabolismo proteico puede ser de ayuda la insulina y/o la alanina.
h. En pacientes graves puede ser necesario el uso de procedimientos rápidos de eliminación de toxinas (exanguinotransfusión, diálisis o hemofiltración) y/o alimentación parenteral. (2, 4, 12, 48-52).
Es importante tener en cuenta que son causas de descompensaciones agudas las infecciones, inmunizaciones, fiebre de cualquier origen, cambios de dieta, anorexia, vómitos, diarrea y cirugía. Los síntomas de descompensación más comunes son: anorexia, disminución de la actividad con tendencia al sueño, hipotonía, I Martín-Hernández equilibrio inestable y polipnea (12). El tratamiento nutricional crónico se comienza una vez establecido el diagnóstico definitivo. Este deberá ser individualizado en función de cada paciente, la tolerancia, respuesta a los cofactores, estado nutricional y las descompensaciones.
La enfermedad es relativamente desconocida o poco frecuentada no se tiene un claro diagnostico de ella si no hasta que se realizan exámenes más profundos puede llegar a ser confundida por sus síntomas poco característicos solo con algunos rasgos que destacarían anormalidades en el infante sin embargo esta enfermedad se tarda en detectar con los trabajos e investigaciones realizadas se busca un método para que estos exámenes sea posible detectarlas en temprano desarrollo algunos de estos tratamientos son no son para todos los casos ni los definitivos para estos casos aparte seria realizan exámenes, pruebas que especifiquen la enfermedad tomando en cuenta al paciente y su estado de salud para que sea más personalizado estos exámenes deben tomarse en cuenta como parte de un análisis de rutina en el recién nacido para evitar algunas complicaciones graves o la muerte.
Anónimo. (2007). U.S. National Library of Medicine: Isovaleric Acidemia. Revisado el día 15 de octubre de 2017:
https://ghr.nlm.nih.gov/condition/isovaleric-acidemia#statistics
Yong-Wha Lee. (2007). Different spectrum of mutations of isovaleryl-CoA dehydrogenase (IVD) gene in Korean patients with isovaleric acidemia. Revisado el día 13 de octubre de 2017:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4136440/
Medicina Revista sobre información de medicina (1992) vol 52 Buenos aires Fundacion Revista Medicina
Martín-Hernández Ivonne Actualización en el diagnóstico y tratamiento de la acidemia isovalérica. Rev Biomed Vol. 17/No. 3/Julio-Septiembre, 2006
Autor:
Fabiola Lara