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Cambios en la cultura empresarial en Cuba. Necesidad y oportunidad

Enviado por fernandez


    1. Resumen
    2. Planteamiento de la necesidad del cambio de cultura empresarial
    3. Acercamiento al término de "cultura empresarial"
    4. Consideraciones finales
    5. Bibliografía

    RESUMEN

    En la ponencia se aborda el tema de la cultura empresarial como concepto y herramienta del management actual y la función que ha de desempeñar en el escenario económico contemporáneo de Cuba. En este sentido se plantea la necesidad del cambio de cultura organizacional y las premisas fundamentales acerca del proceso de cambio, el cual no puede efectuarse al margen de las características actuales y del proceso de construcción de un modelo de desarrollo económico y social propio.

    La necesidad del cambio se sustenta fundamentalmente en la búsqueda de niveles adecuados de eficiencia, eficacia y efectividad de la empresa cubana actual, en el contexto de su inserción en a economía internacional, marcada por estándares cada vez más competitivos. De forma general no se establece una fórmula única en este proceso, dado lo irracional del hecho, sino que se establecen las bases en el tránsito de nuestras empresas a un nivel superior de gestión empresarial, donde sin dudas la cultura organizacional jugará un papel decisivo.

    PALABRAS CLAVES

    Cultura empresarial. Cambio. Empresa cubana actual. Competitividad. Empresario.

    INTRODUCCIÓN

    Muchos han sido los cambios operados en el acontecer económico, social y político de Cuba en los últimos años. Abordar causas, consecuencias, medidas correctivas, transformaciones u otros aspectos afines, es redundar en elementos sumamente tratados por estudiosos del tema económico de la última década.

    Sin embargo, alrededor del mismo todos coinciden en que la economía cubana está llamada a lograr niveles de eficiencia, eficacia y efectividad en pos del desarrollo, pero sobre todo como complemento al gran proyecto social que desarrollamos en aras del pleno bienestar de la sociedad.

    En este sentido abordamos un aspecto que adquiere suma importancia en el debate sobre el tema: el papel de la cultura empresarial en el logro del avance económico y social del país.

    La ponencia tiene como objetivo demostrar la necesidad que tiene Cuba de lograr que en el escenario económico y social contemporáneo la empresa y el empresario se conviertan en protagonistas del cambio en la búsqueda de la competitividad y el éxito.

    Operar cambios en la cultura organizacional, quizá sea uno de las más difíciles tareas a las que puedan enfrentarse las administraciones de las empresas cubanas, dadas las condiciones actuales y sus antecedentes.

    Sin embargo el cambio se impone, y aunque el tránsito en este sentido se ha iniciado desde hace algunos años, cada día es más importante avanzar instrumentando en cada una de nuestras empresas, a partir de herramientas gerenciales donde los principios y fundamentos socialistas constituirán una fortaleza innegable, estrategias que reviertan la situación actual.

    DESARROLLO

    1. A partir del año 1989 se produjeron en el ámbito internacional una serie de acontecimientos que provocaron un impacto muy fuerte en la estructura y desarrollo de la economía cubana. La humanidad fue testigo de profundas transformaciones económicas, políticas y sociales ocurridas en los países de Europa del Este, que tuvieron su punto culminante a inicios de la década del 90 y que desembocaron en la desintegración del campo socialista y de la propia Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

      Estos hechos significaron para Cuba, la ruptura de todo un conjunto de relaciones que se habían establecido y desarrollado a lo largo de más de 30 años, además de profundas transformaciones en el orden interno desde el punto de vista económico y social.

      La situación cubana estuvo caracterizada por fuertes descensos económicos y comerciales, el país perdió más de las tres cuartas partes de su mercado, tanto de suministros de materias primas para las producciones nacionales y de productos para el consumo, como sus productos de exportación. En el plano económico comenzamos a convivir con una brusca reducción de recursos y la necesidad de buscar nuevos mercados, caracterizados por ser sumamente agresivos y dinámicos.

      Las condiciones creadas exigieron un reordenamiento de la economía del país, la definición de nuevas áreas de desarrollo, nuevas concepciones estratégicas , la búsqueda de otros mercados y todo ello en medio de un brutal recrudecimiento del bloqueo de EE.UU.

      Los cambios y reformas que se emprendieron a partir de entonces en el orden económico, las medidas que se instrumentaron de forma paulatina, con serenidad e inteligencia, a fin de preservar los avances sociales de la Revolución, tenían su punto de mira en el objetivo de frenar el decrecimiento económico y avanzar hacia un desarrollo ulterior, equilibrado y sostenible.

      En los momentos actuales, dada la coyuntura económica, política y social internacional, se ha generalizado la necesidad de mejorar la competitividad de las empresas, como principal vía para incrementar y mejorar el posicionamiento en el mercado y la obtención de superávit comercial. En este sentido Cuba no es la excepción: sumergida en una profunda crisis económica y empeñada en proteger e incluso potenciar su proyecto social deben buscarse respuestas acorde a nuestras condiciones concretas, lo que requiere de planteamientos novedosos, pertinentes, y sobre todo verosímiles y coherentes.

      Es en este análisis donde cabe resaltar el papel que desempeña la empresa y el empresario en la búsqueda de estas respuestas, dada su posición protagónica de forma incuestionable en el escenario económico nacional.

      Específicamente en los Principios Generales del Perfeccionamiento Empresaria se señala que la empresa estatal es el eslabón fundamental de la economía y que debe potenciarse su nivel de eficiencia, autoridad y ejecutividad y por otra parte que los cuadros de dirección juegan un papel fundamental en la consecución de los objetivos del nuevo sistema de gestión empresarial, dadas sus habilidades, constante preparación, entrenamiento para el cambio, etc.

      De forma general puede decirse que la empresa y el empresario cubano se enfrentan a nuevos retos que demandan cambios sustanciales en su proyección orientada a la eficiencia y eficacia inherentes a una óptima adaptación al entorno y a la obtención de la competitividad tan proclamada.

    2. Planteamiento de la necesidad del cambio de cultura empresarial.
    3. Acercamiento al término de "cultura empresarial".

    Es útil en el análisis que desarrollamos plantear algunos conceptos e ideas relacionados con el término "cultura empresarial u organizacional". Este es uno de los conceptos más tratados en los últimos años por los estudiosos del tema de comportamiento organizacional y su relación con las diferentes técnicas de dirección que se han desarrollado.

    De forma general el término se refiere al conjunto de valores, creencias, entendimientos importantes, que los integrantes de una organización tienen en común. La cultura ofrece formas definidas de pensamiento, sentimiento y reacción que guían la toma de decisiones y otras actividades de los participantes en la organización.

    Las diferentes definiciones de Cultura Organizacional comparten conceptos comunes: subrayan la importancia de los valores y creencias compartidos y su efecto sobre el comportamiento.

    La cultura es el pegamento social o normativo que mantiene unida a una organización. Expresa los valores o ideales sociales y creencias que los miembros de la organización llegan a compartir, manifestados en elementos simbólicos, como mitos, rituales, historias, leyendas y un lenguaje especializado.

    La cultura organizacional incluye lineamientos perdurables que dan forma al Comportamiento. Cumple con varias funciones importantes al:

    • Transmitir un sentimiento de identidad a los miembros de la organización.
    • Facilitar el compromiso con algo mayor que el yo mismo.
    • Reforzar la estabilidad del sistema social.
    • Ofrecer premisas reconocidas y aceptadas para la toma de decisiones.

    Sin lugar a dudas la cultura cumple funciones importantes en la organización. Los artefactos culturales, incluyendo el diseño y el estilo de administración, transmiten valores y filosofías, socializando a los miembros, motivan al personal y facilitan la cohesión del grupo y el compromiso con metas relevantes.

    Las definiciones sugieren lo que todos sabemos por nuestras experiencias personales: las organizaciones tienen culturas diferentes – objetivos y valores, estilos de administración y normas – para realizar sus actividades. Igualmente coinciden en que las organizaciones comprometidas con el éxito están abiertas a un constante aprendizaje, diseñando estructuras más flexibles para el cambio producto del aprendizaje.

    Los estudios que se han hecho al respecto permiten contar con una amplia fundamentación sobre el tema y numerosas herramientas que permiten crear y fomentar una cultura de éxito en nuestras empresas. Afortunadamente en los últimos tiempos nos hemos ido acercando a esto, donde el papel de la Universidad y la Academia de forma general no puede soslayarse.

    En este punto se hace preciso cuestionarnos, planteada ya la necesidad del cambio, qué es preciso para iniciarlo. El epígrafe a continuación se dedica al "cómo cambiar".

    1. Dadas las características del sector empresarial y del propio hombre que dirige o administra nuestras organizaciones sería un error craso pensar que los cambios pueden efectuarse al margen de la cultura existente. Aunque se imponen nuevas tendencias orientadas a la búsqueda de la eficiencia, la eficacia y la competitividad, a la adaptación al entorno, en fin, al cumplimiento de las metas de nuestras empresas en el proceso de recuperación económica, el proceso de cambio debe partir de la adaptación de nuestra cultura y forma de hacer y pensar en las organizaciones a estas nuevas metas.

      Es en este contexto donde cabe preguntarnos hacia dónde deben dirigirse nuestras acciones. ¿Cuál debe ser nuestro comportamiento futuro? ¿Qué cambios deben operarse en nuestro sistema de valores, creencias, códigos de actuación en las organizaciones empresariales?

      En los últimos años como parte del proceso de recuperación económica se han dado cambios estructurales y financieros que nos han permitido revitalizar paulatinamente nuestro sistema empresarial adecuándolo a las nuevas condiciones en este caso a partir del redimensionamiento de las empresas estatales.

      El propio proceso de Perfeccionamiento Empresarial, como un nuevo sistema de gestión integral que permitirá a nuestras entidades obtener productos y servicios cada día más competitivos, así lo avala. Varios han sido los cambios que se han dado en este sentido con resultados, que aunque discretos, alientan en el proceso de recuperación.

      No obstante, consideramos que en cualquier condición, y en especial en las nuestras, el éxito y la vitalidad organizacional dependen en gran medida del desarrollo de culturas y valores apropiados teniendo en cuenta que la cultura constituye la base del funcionamiento organizacional y fuente invisible donde estrategias, estructuras y sistemas adquieren su energía. Es por ello que deben transformarse no solo las características formales de las empresas (estrategias, estructura organizacional, sistema gerencial, etc.) sino también e inevitablemente, los valores básicos, presunciones, sistema de significados, es decir, la cultura de la empresa.

      El hecho de que el cambio debe manifestarse en el comportamiento humano hace que este sea difícil de obtener. Las administraciones deben centrarse en la compleja tarea de revolucionar la cultura de sus organizaciones, partiendo de la cultura motriz y reemplazando las creencias, valores y símbolos (los necesarios) por una cultura que propicie la realización de sus metas.

      En este sentido en Cuba es necesario fomentar una cultura adaptativa, abierta, flexible, cuyos valores organizacionales estén orientados hacia la calidad, la eficiencia, la innovación, el emprendimiento, la aceptación del riesgo, el cambio y sobre todo hacia la potenciación del papel de la empresa socialista, la preservación de la propiedad social y el avance mancomunado de la economía nacional.

      Esto requiere disciplina y sistematicidad en las acciones que se lleven a cabo. En una cultura con estos valores, funcionarán las metas y las estrategias organizacionales, así como las personales de cada trabajador, las sociales inherentes al sistema que construimos, existiendo una plena identificación entre ellas y por tanto una alta motivación, productividad y estabilidad.

      Sin lugar a dudas Cuba necesita de esa cultura y está en nuestra manos fomentarla. Proporcionar una fórmula o receta única sería irracional: la fórmula debe ser encontrada por cada empresario, administrador en cada una de nuestras organizaciones, basada siempre en la premisa de adaptación de nuestra cultura base a las nuevas condiciones nacionales e internacionales y a los retos que enfrentamos en busca del cambio en los valores y principios de funcionamiento de nuestras empresas.

    2. ¿Cómo cambiar?
    3. Los principios socialistas como fortaleza en el proceso de cambio.

    El hecho de que la preservación de la propiedad estatal en el país no se ha debido exclusivamente a su carácter de atributo esencial de la economía socialista, sino que ha devenido en premisa económica y política para dirigir el proceso de superación de la crisis económica en beneficio de la sociedad toda, da una idea de la importancia que tiene la revitalización de la empresa estatal socialista.

    El propio proceso de Rectificación de errores y tendencias negativas iniciado en los años 80 llamó a la revisión de los mecanismos de funcionamiento de las empresas en busca de la ampliación de facultades de forma que los productores recuperaran la iniciativa en la producción, comercialización e innovación; existieran directivos capaces de asumir las nuevas características que ha adoptado la gestión empresarial, el logro de la eficiencia, eficacia y competitividad del sistema empresarial socialista cubano.

    De lo anterior se deduce que este proceso de cambio en la cultura empresarial no está divorciado del proceso de fortalecimiento de la construcción del Socialismo, o un poco más allá, de las transformaciones al modelo teórico de la economía socialista en la actualidad. Debe recordarse que fue el propio Comandante en Jefe Fidel Castro quien en 1984 orientara la necesidad de que los cuadros de dirección estudiaran las modernas técnicas de dirección desarrolladas por la ciencia económica universal – comúnmente conocidas bajo el nombre de Management-. Valorada esa indicación y otros pasos que se han ido dando en estos años puede afirmarse que la adaptación a nuestras condiciones de esos conocimientos y de forma general las nuevas técnicas y concepciones gerenciales constituyen un factor importante a la hora de evaluar la capacidad demostrada por el sistema socialista para remontar la crisis económica.

    Más allá de decir que la adaptación de estos conocimientos a nuestras condiciones no contradice los postulados del sistema socialista en la actualidad, puede afirmarse que los principios socialistas y revolucionarios de la masa de trabajadores y cuadros de dirección en Cuba constituyen una fortaleza en el proceso de cambio en la cultura empresarial. El hecho de que nuestro pueblo esté formado bajo conceptos de sacrificio, heroísmo, voluntad y haya demostrado en numerosas ocasiones la capacidad para hacer frente a difíciles situaciones demuestra la posibilidad real de obtener la victoria en la batalla de recuperar la vitalidad de nuestra economía, a la que estamos abocados todos.

    CONSIDERACIONES FINALES

    1. Cuba, inmersa en profundas transformaciones en busca de la adaptabilidad a la inestable situación internacional existente y la preservación de su modelo político y social, debe potenciar el papel de la empresa estatal socialista como eslabón fundamental del desarrollo económico.
    2. En esta tarea juega un papel fundamental la adaptación de la empresa estatal a las nuevas condiciones internas y externas, transformando estructuras, funciones, pero sobre todo valores y códigos que le permitan desenvolverse bajo premisas de eficiencia, eficacia y competitividad.
    3. El entender la cultura empresarial como el conjunto de valores, creencias, entendimientos importantes, que los integrantes de una organización tienen en común da una idea de la importancia de operar cambios en esta en la búsqueda del éxito empresarial en Cuba.
    4. Como parte del proceso de cambio debe crearse una cultura adaptativa, flexible, acorde a las características propias de cada organización, y donde los principios socialistas constituirán una fortaleza indiscutible.
    5. La construcción del Socialismo en Cuba y de diseño de un modelo propio de desarrollo económico y social exigen adaptar a nuestras condiciones técnicas, herramientas de corte gerencial en el proceso de fortalecimiento del funcionamiento de nuestras empresas.
    6. En este proceso de apropiación de conocimientos y técnicas al desempeño de nuestras empresas el papel de la Universidad y la Academia de forma general es vital, dada la fuerte relación entre ambos sectores.

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    Angie Fernández Lorenzo

    Estudiante de 5to año de Licenciatura en Economía

    Facultad de Ciencias Económicas

    Universidad de Pinar del Río

    Calle Martí # 270 Esquina Agramonte

    Pinar del Río, Pinar del Río

    Cuba

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