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Secretos del Vaticano (página 3)


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La santa sede es el órgano ejecutivo del gobierno de la iglesia católica bajo el gobierno supremo del pontífice la santa sede tienen rango de monarquía democrática ya que el papa es elegido democráticamente por los cardenales pero absoluta en parte porque el papa tiene el máximo y único poder ejecutivo

Las historias de Moisés, que originariamente incluían ocho recuadros, cada uno presentado por un título en el friso superior, iniciaban de la pared del altar con el Nacimiento y el Hallazgo de Moisés del Perugino, fresco que se perdió al realizar elJuicio Universal de Miguel Ángel. Por lo tanto, en la actualidad el ciclo del Antiguo Testamento inicia con el Viaje de Moisés a Egipto, en el que aparecen en un solo recuadro la Despedida del suegro Jethro (Éxodo 4,18-20), el Regreso a Egipto con la familia (Éxodo 4,18-20), la Circuncisión del segundogénito (Esodo 4,24-26). El segundo recuadro describe algunos Hechos de la vida de Moisés: la muerte del egipcio (Éxodo 2,11-15), la lucha con los pastores para defender a la hijas de Jethro (Éxodo 2,16-22) y la visión de la zarza ardiente (Éxodo 3,1-12). El tercer fresco ilustra el Paso del Mar Rojo(Éxodo 14,5-31), al que sigue la Entrega de las Tablas de la Ley en la que se narran al mismo tiempo la Subida de Moisés al Monte Sinaí (Éxodo 24,12-1731,18 ) para recibir las Tablas de la Ley, la Adoración del becerro de oro (Éxodo 32,1-20), el Castigo de los judíos idólatras (Éxodo 32,25-35) y el regreso del Profeta con las nuevas Tablas de la Ley (Éxodo 34,1-4). El recuadro siguiente ilustra un episodio un tanto extraño, es decir, el Castigo de Coré, Datán y Abirón (Números 16,1-35), sacerdotes judíos que negaban a Moisés y Arón la autoridad civil y religiosa sobre el pueblo elegido; por este motivo, fueron tragados por la tierra y consumidos por un fuego invisible junto con sus familias. El último fresco muestra el Testamento y muerte de Moisés (Deuteronomio 33, 34), tras ver la Tierra Prometida. El ciclo se concluye en la pared de la entrada con la Disputa por el cuerpo de Moisés (Carta de Judas, 9). Cada recuadro de historias coincide en la faja inferior con una cortina falsa con las hazañas de Sixto IV. La serie de los Pontífices se extendía a lo largo de todas las paredes de la Capilla iniciando desde la del altar, en la que en el centro se hallaban representados Cristo y el primer papa Pedro, además de Lino y Cleto. Las cuatro figuras se perdieron cuando Miguel Ángel, por orden de Pablo III en 1536 pintó en esta pared el Juicio Universal. Los Pontífices están colocados dentro de nichos a los lados de las ventanas: La serie no está representada en secuencia, sino que se alterna en las paredes. Los autores son los mismos de los ciclos de la vida de Moisés y de Cristo, es decir, Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Cosimo Rosselli y Domenico Ghirlandaio. Los diferentes personajes se diferencian ligeramente sólo por la posición o en la fisonomía de los gestos; por lo general se encuentran representados de tres cuartos con un libro o rollo, o bien, bendiciendo. En los lunetos y enjutas que se encuentran encima, Miguel Ángel ha representado a los Antepasados de Cristo, precursores de su venida y por ello, de la Redención. Están enumerados al comienzo del Evangelio de Mateos (Mateos 1,1-17), que desde Abrahán, incluye los nombres de cuarenta progenitores de Cristo (diferenciándose de la otra versión del evangelista Lucas, que al comenzar por Adán se refiere en cambio a 75 familias), representados aquí no tanto como imágenes históricas, sino como símbolos de una humanidad durante actividades varias y sobre todo, al constituirse en núcleos familiares. Sin embargo, los numerosos intentos de asociar los nombres inscritos en las placas a los personajes representados, no han permitido identificarlos hasta ahora de manera segura.

En esta pared se ilustran los dos episodios conclusivos de los ciclos de Moisés y Cristo: la Resurrección de Cristo (Mateos 28,1-8) y la Disputa por el cuerpo de Moisés (Letra de Judas 9). Ambos frescos, originariamente obras del Ghirlandaio y de Signorelli, respectivamente, fueron destruidas por el derrumbe del arquitrabe de la puerta en 1522 y fueron reemplazados durante el pontificado de Gregorio XIII (pontífice desde 1572 hasta 1585) por obras con el mismo tema realizadas por Hendrik van den Broeck y Mateos de Lecce. Al igual que en las paredes norte y sur, además de las historias de la vida de Moisés y de Cristo, se hallan representados arriba algunos pontífices y los lunetos, y en el registro inferior las cortinas falsas.

La sala, destinada a recepciones y ceremonias oficiales, fue decorada por la escuela de Rafael, basándose en los dibujos del maestro, muerto prematuramente antes de acabar los trabajos (1520). Ésta coge el nombre de Constantino (306-337 d.C.), primer emperador romano en reconocer oficialmente la religión cristiana y conceder la libertad de culto. En las paredes se hallan representados cuatro episodios de su vida que testimonian la derrota del paganismo y el triunfo de la religión cristiana: la Visión de la Cruz, la Batalla de Constantino contra Majencio, el Bautismo de Constantino y la Donación de Roma. La decoración de la sala se concluye con importantes pontífices y figuras alegóricas de Virtudes a los lados. El tejado de madera originario de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) fue reemplazado, bajo el pontificado de Gregorio XIII (desde 1572 hasta 1585), con la bóveda actual, cuya decoración se encargó, por orden del pontífice a Tomás Laureti quien representó en el recuadro central el Triunfo de la religión cristiana. Los trabajos se concluyeron a finales de 1585 bajo el pontificado de Sixto V (desde 1585 hasta 1590).

En el Museo Gregoriano Egipcio, fundado bajo iniciativa de Papa Gregorio XVI en 1839, se hallan reunidos monumentos y restos del antiguo Egipto, en parte procedentes de Roma y Villa Adriana (Tivoli), lugares a los que se habían trasladado principalmente durante la época imperial, y en otra, pertenecientes a colecciones privadas, es decir, adquiridos de coleccionistas del siglo XIX. El interés de los Papas por Egipto estaba relacionado con el papel fundamental dado a este país por las Sagradas Escrituras en la Historia de la Salvación. El Museo está articulado en nueve salas intercaladas por un amplio hemiciclo que da hacia la terraza del "Nicho de la Piña", en el que se encuentran numerosas esculturas. Las últimas dos salas contienen restos procedentes de la antigua Mesopotamia y de Siria-Palestina.

El museo fue fundado por Papa Gregorio XVI en 1837 y reúne preferentemente objetos que a partir de 1828 fueron hallados en las excavaciones de las antiguas ciudades de la Etruria meridional (actualmente Lacio septentrional), y en aquel entonces incluidas en el Estado Pontificio. Tras la desaparición de dicho Estado, en 1870 cesan las competencias territoriales del museo, que ya no se verá enriquecido con materiales procedentes de excavaciones, sino exclusivamente con esporádicas adquisiciones de colecciones arqueológicas, todas ellas ya existentes y de extraordinaria importancia: la adquisición de la Falcioni (1898), las donaciones de Benedetto Guglielmi en 1935 y de Mario Astarita en 1967 y la adquisición de la de Giacinto Guglielmi en 1987.

En el museo se encuentran presentes materiales de los períodos comprendidos entre el s. IX y el I a.C., desde la edad de hierro hasta la progresiva y definitiva fusión de las ciudades etruscas en la estructura del estado romano. La milenaria historia del pueblo etrusco está representada por cerámicas, bronces, platas y oros que documentan una floreciente artesanía y una peculiar civilización artística. Parte integrante del museo es una gran colección de vasos griegos, aunque fueron hallados en las necrópolis etruscas, y de vasos italiotas (realizados en las ciudades helenizadas de Italia meridional), que permite recorrer la historia de la pintura antigua a través de célebres producciones de alfareros y ceramógrafos. Anexa al museo etrusco se halla una sección dedicada a las antigüedades romanas (Antiquarium Romanum), procedentes de Roma y Lacio, con bronces, cristales, terracotas arquitectónicas y cerámica de uso común. El museo se encuentra hospedado dentro del Palacete de Inocencio VIII (1484-1492) y del anexo edificio de la época de Pío IV (1559-1565), donde se pueden admirar partes importantes de la decoración original, entre las cuales se destacan los frescos de Federico Barocci y Federico Zuccari (1563) y de Santi di Tito y Niccolò Circignani delle Pomarance (1564).

 

 

Autor:

Rodrigo Romero Ramírez

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