Los padres y el buen ejercicio de la autoridad

A inicios del presente siglo, siglo marcado por la violencia social, pobreza moral, económica e intelectual, un desgobierno por parte de los representantes de los poderes del estado, cada vez una mayor desintegración familiar y un sistema educativo incapaz de poder solucionar sus propios problemas; además de todo esto, que la sociedad peruana se halle dominado por un sistema neoliberal globalizado con sus efectos cada vez más degradantes al ser humano y demás vicios que pueda presentar la sociedad. En este incierto panorama ¿Qué papel le corresponde a la familia a través del ejercicio de una autoridad positiva?.

Consideramos que la familia como núcleo vital de la sociedad, debe iniciar el nuevo cambio personal, moral y social a través del buen ejercicio de la autoridad, ejercicio que se refleje en todo ámbito de la acción humana por la prediga de los hechos por el ejemplo y no por el discurso.

A todo esto el papel del ejercicio de la autoridad y el irrestricto cumplimiento de los roles asignados a cada miembro de la familia es el punto de partida propuesto en el presente ensayo, reitero, con la finalidad de reconocer cual es el papel del ejercicio de la autoridad asignada a los padres, la cual deberá marcar distancia de las antípodas contrarias a nuestra labor, no propugnamos el gobierno familiar ni por el autoritarismo, ni tampoco por el permisivismo.

Una de las formas acostumbradas de ejercer la autoridad sobre el núcleo familiar o especialmente sobre los hijos es quizá el simplemente repartir ordenes, u ordenar lo que se tiene que hacer, sólo esta acción consiste en ordenar sin reparar en muchos casos sobre cuales son los intereses de los hijos, sin reparar en las necesidades, ni tampoco en la caracterización bio-sico-social de nuestros niños, este modo de actuar sin darnos cuenta conlleva a una actitud típica del autoritarismo. Pero tampoco se puede aceptar toda demanda de los niños sin mediar ningún tipo de censura, este tolerar sus caprichos con todas sus consecuencias lamentables que derivarían se convierte en un vicio del permisivismo.

El gran pedagogo Makarenko en sus obras "libro para los padres" (1937) y en sus "Conferencias sobre educación infantil"(1938), considera que las funciones educadoras de la familia, son las funciones educadoras de la sociedad, ¿en ello se basa quiza el desgobierno nacional?, por ello los padres deben a aprender a regular correctamente las demandas infantiles.

"En la conducta de los padres, en el estilo de la familia, que incluye el trabajo, la mentalidad, costumbres, sentimientos y afanes se encuentra también las raíces de la autoridad paternal. Para gozar de autoridad, los padres mismos deben lograr la realización de una vida plena, consciente y moral de ciudadanos del país. Pero esto significa que también respecto a los hijos ellos deben encontrarse a una cierta mayor altura, pero a una altura natural humana y no creada artificialmente para utilizarla frente a los hijos." (1).

Algunos autores consideran que la autoridad paternal (la cual debe diferir del autoritarismo y su otro extremo errado, el permisivismo) debe ser evidente dada la condición de progenitores y responsables de los hijos que desearon tener, pero que esta autoridad para ejerserla de manera correcta supone que en primer lugar los padres deben de gozar de prestigio y confianza de quienes depende su labor, así mismo debe de gozar de autoridad moral y respeto. Lo expresado nos conlleva a recordar el viejo dicho que refiere a que " se predica con el ejemplo".

También se ha dicho que los padres, "por el hecho de ser padres, tienen autoridad y tienen el deber de ejercer esa autoridad. Ese deber se fundamenta en que la educación de los hijos es responsabilidad, en primer e insustituible lugar,de los padres. Dicho de otra manera, la educación de los hijos es la dimensión espiritual de los padres. Y los hijos, que son los primeros destinatarios de esa autoridad, tienen el derecho al ejercicio de la autoridad de los padres. Ese derecho se fundamenta en que la autoridad de los padres, siempre que tenga esa finalidad de servicio, está orientada hacia el crecimiento en responsabilidad y libertad, es decir, hacia una verdadera educación de la voluntad. Y esto se consigue mediante el esfuerzo continuado en el desarrollo de las virtudes humanas" (2).

La autoridad auténtica consiste en hacer que el niño sepa tomar

decisiones para lo cual los padres deben proteger y dar seguridad a sus hijos, se necesita que el niño sepa que los padres a la vez que pueden no festejar sus ocurrencias malignas más sino reprenderlo, pero también deben comprender los niños que si de algo no son responsables y son objeto de abusos y recriminaciones que no le corresponden por parte de terceros, que sus padres lo entienden y que son muy solidarios con el niño, de tal manera que este niño se identifique más con los padres.

Pero, ¿cómo lograr tal identidad entre padres e hijos por el buen ejercicio de la autoridad?.

Planteándose exigencias, para que el hijo vaya logrando poco a poco los diferentes aspectos de su autonomía con la madurez correspondiente. Esta autonomía será bien llevada si los padres conllevan un ejercicio de la autoridad a través de un diálogo sincero donde puedan entender cuáles son los intereses y necesidades de los niños y además añadirle consejos y obligaciones que le parezcan a los padres, pero obligaciones positivas que fortalezcan y propugnen el desarrollo pleno de los niños por el buen ejercicio de la autoridad, consideramos que el padre como ser de mayor experiencia puede discernir cuales de sus intereses son positivos y que lograrán que el niño sea un ser útil más adelante.

Otro aspecto importante en la formación de los niños bajo normas positivas es la autoridad compartida entre el padre y la madre, esto es importante por que ambos son responsables de la familia y de la educación de los hijos, en este sentido el ejercicio de roles debe ser compartido, donde el niño sepa que del respeto mutuo que se ofrecen los padres, de la cooperación y el diálogo en la toma de decisiones, existira un respeto a los dos progenitores por que ellos se respetan, este acto obligará que también el niño respete a sus dos padres como a las personas mayores, los cuales sepan ganarse el respeto por sus actos o simplemente por que den lugar a que ello sea así.

Lo expresado anteriormente no debe limitar el desarrollo autónomo del niño, el niño para desarrollarse necesita de libertad para ir asumiendo también aprendizajes por el ejercicio de la acción sobre la vida misma y que no sea al final una persona dependiente, pero esta libertad debe tener sus límites, por ello se le debe clarificar bien las ideas, darle orientaciones, presentarle opciones para que sepa a que atenerse y no optar por las cosas que no son razonables. "Los padres sabemos reconocer que la libertad del hombre consiste en hacer la facultad de optar la voluntad de Dios, para poder transmitir a los hijos la facultad de optar por el triunfo, por lo grande, por lo bueno, por lo divino" (3).

Pablo Pascual Sorribas en su ensayo referido a "Como lograr una autoridad positiva", nos comparte un gran cúmulo de experiencias que no podemos dejar de considerar por su trascendencia en este nuestro

trabajo y considera que algunas de las acciones positivas que ayudan a tener un prestigio y una autoridad positiva ante los hijos serían:

Tener unos objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos, esto se entendería que debemos fijar un horizonte a donde y como debería forjarse un hijo en beneficio personal, familiar y social, esto considérese respetando los interese del niño y revisando continuamente cuales deben ser las acciones que debemos de realizar para no equivocarnos a realizar u ordenar obligaciones en el niño.

• Enseñar con claridad cosas concretas, observando y corrigiendo actitudes que nos parezcan incorrectas pero de una manera amigable.
• Dar tiempo de aprendizaje, el hecho es que a la larga hade aprender lo que necesita, pero que para ello necesita de mucha paciencia.
• Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, resaltando lo que hace bien y pasando por alto lo que hace mal, esto no implica celebrar o ignorar siempre lo que se equivoca continuamente, sino que se debe corregir de una manera cuidadosa, como bien lo dice el autor no se equivoca por molestarnos, y nosotros agregamos si le corregimos no es por hacerle saber que sabemos mas, sino que continuamente no podemos estar equivocándonos.
• Dar ejemplo para tener fuerza moral y prestigio, esto se logra articulando las palabras con los hecho, en otras palabras predicando con el ejemplo.
• Confiar en nuestros hijos, la confianza es para mucho autores la clave para el ejercicio de la autoridad, solo se logrará una actitud positiva en quien ordena y de quien recibe la orden si existiera una confianza mutua, caso contrario esto ocasionara la ruptura de los canales de respeto y obediencia entre ambos antes mencionados.
• Actuar y huir de los discursos, muy de vez en cuando permitir que el niño realice alguna acción contraria a lo indicado y ante el error corregirlo dándole a entender que a veces lo que indicamos los mayores lo realizamos por la fuerza de la experiencia y la razón.
• Reconocer los errores propios, entendiendo que los errores no son fracasos sino equivocaciones para evitar equivocarnos nuevamente y se convierten a la vea en oportunidades de superación constante.

Al concluir este ensayo vale considerar la vigencia de la frase pedagógica "Un niño bien educado, será un adulto disciplinado" y gran papel le toca en esto a la educación familiar (de los padres) a través de una actitud buena al interrelacionarse con los niños por una autoridad positiva, autoridad positiva que llevará a formar los futuros hombres que les toque dirigir y transformar el país.

1. Makarenko "Libro para los Padres"
2. Vida Sánchez "Autoridad en la Familia"

(3) Escuela de Padres Católicos " Creciendo en Familia"

BIBLIOGRAFIA

 Nilo Orlando Gama Acero