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La malnutrición hace que el pobre sea menos productivo: Consejo Gratuito a los Gobernantes de este Hemisferio (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

No es todo. La nutrición requiere otros factores. Los micro-nutrientes son asimismo esenciales.

Unas dos mil millones de personas en el mundo, especialmente aquellos que residen en zonas montañosas, consumen muy poco yodo; elemento esencial, para alimentar el cerebro y para la prevención del bocio endémico. El costo de añadir yodo a la sal es ínfimo. Esta práctica hay que legislarla.

Fortificar el harina con hierro, evita y previene la anemia. El suministro de la vitamina A previene la ceguera y, en algunos casos, la muerte. La vitamina B12, combate la anemia y aun la locura megaloblástica — la mencionamos aquí para que alguien informe, a quienes planean, de qué se trata.

Le aseguramos, a los burócratas, que lo aquí propuesto, cuesta menos de lo que cuesta un vehículo de lujo para una de las tantas sinecuras del un gabinete presidencial.

Con la vitamina A se mejora la productividad y se alivia la pobreza del pueblo.

Indiscutiblemente, que sería mucho mejor si todos gozaran acceso a una dieta tan rica y tan variada, que no se necesitarían ni suplementos ni píldoras.

Ya que la mayor parte de los pobres labran sus parcelas, debemos ayudarlos a que sean mejores granjeros. Sus cosechas pueden rendir más con la ayuda de las tecnologías modernas.

Las cosechas de alimentos modificados genéticamente, deben de ser estimuladas, a pesar de los esfuerzos que hacen seres sin educación o conocimientos, que oponen lo que no esté de acuerdo con sus creencias irracionales e irresponsables.

Hay que ayudar al pobre a tener menos hijos. Otros oponen la anticoncepción…

Nigeria…

A un plazo más largo, asistir al pobre a que obtenga sus títulos de propiedad, símbolo de autoestima. De esta manera se fomenta la fe en sí mismos y en un sistema equitativo y justo.

Los títulos otorgados al pobre, los harán más inteligentes a ellos, mientras que sería una decisión sutil, por parte de todo gobierno central, del que nada bueno nunca se espera.

El hambre todavía menoscaba naciones y sus economías.

Resolvamos juntos ese problema en sus países.

No hay escuelas en números suficientes para dar clases a todos los niños que son de edad escolar en la América latina.

Necesitamos más aulas escolares. No hay que mentir y decir al pueblo que lo que se necesita son helicópteros, aviones de combate y vehículos blindados.

No hay comida suficiente, ni agua, ni electricidad, ni combustible, ni gas propano, ni condiciones de salubridad, ni medicinas, ni limpieza, ni higiene básica.

No hay nada…

Nuestro continente es región de belleza excepcional y de mayor pobreza aún.

En Malawi, un paisito miserable en el África austral, los niños reciben alimentos en las escuelas. Pero, con la ayuda del Programa de Comida Mundial, ellos han descubierto que el suministro de comidas balanceadas y enriquecidas, con la adición de meriendas, cocinadas por voluntarias (apoyo mutuo, del que tanto hemos publicado) es lo necesario. Ellos entienden que una comida al día no basta, y que al resto de la familia hay que ofrecerles algo de comer — eso es, a todos los demás.

El resultado. La escuela se ha convertido en un laboratorio a la vez que en un plantel donde todos aprenden y todos participan enseñando y aprendiendo.

La comida es esencial. La educación, aunque importante, no lo es… El hambre impide la concentración. La desnutrición opone el aprendizaje.

En la mayoría de nuestros pueblos no gozamos de la presencia ni de la una ni de la otra.

Pero, no olvidemos, como hacen tantos políticos. Para tener buenas escuelas se necesitan buenos maestros.

Y, para tener buenos ciudadanos, se necesitan buenos ejemplos que simbolicen las buenas figuras paternas.

Nuestros políticos, a menudo no lo son.

La buena nutrición resulta en niños más ágiles física y mentalmente. La razón es simple, el cerebro necesita, lo mismo que el resto del cuerpo, nutrición y ejercicio. Pero si carece de comida, vitaminas, micro-nutrientes y proteínas, se atrofian ambos.

La malnutrición es rara en los países ricos. Debiera ser en Latino América, lugar privilegiado, donde los desfalcos políticos, bancarios y de los economistas se hacen en una escala de los miles de millones de dólares que, por virtud de arreglos entre quienes gobiernan, ni van a retornar lo robado ni los culpables van a ser castigados.

Es un arreglo muy decoroso: Yo robo, tú robas, él roba… todos robamos.

Verbo muy útil de conjugar para el beneficio del pueblo, particularmente si se eliminan los otros verbos: yo restituyo, yo cumplo y yo pago.

Quizás no podemos hacerlos a todos igualmente ricos. Pero, permítanle al pobre, por lo menos comer…

Pero, no les asignen a los políticos y a sus amigotes la tarea de decidir quiénes van a administrar esos programas tan delicados. Ellos, lo que de nada saben mucho, de esto, ni siquiera saben…

Aquí ilustraremos cómo y con cuánta presteza algunas naciones y sus dietas se han enriquecido al unísono. En el Japón, por ejemplo, la estatura ha crecido unas cuatro pulgadas, en promedio, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El "milagro" nutricional observable en el Japón, es debido tanto a la eliminación de la desnutrición, como a la dieta balanceada de que antes habláramos.

Este es un fenómeno que hemos estudiado en Singapur, Hong Kong, China y en Australia. Donde la estatura ha crecido, como también se ha agrandado el diámetro de la cintura, cuando llagaran los fast foods. No olvidemos, la obesidad es otra forma de desnutrición.

Hay que tener esto en cuenta, porque esta sobrealimentación es paralela a la llegada de comidas, a nuestros países, en la forma de cadenas, que realmente no nos benefician y que nos conducen a la obesidad…

Me refiero a los fast food.

No importa lo que nadie diga. Esto no es ni comida, ni alimentará al chinito…

He aquí la razón por la que se necesita la educación de los pueblos. A todos los niveles. La madre de ese niño no sabe lo que le inflige cuando le permita ingerir lo que empuja…

La máxima de don Fabio, el curandero de los campos: "lo que no mata… engorda…" puede que sea muy cómica, pero no es muy acertada.

La dieta del ser humano está exquisitamente adaptada a las poblaciones donde se consume.

No hay razón para que se espere que el habitante del altiplano dependa, para su alimento, de mariscos, que el esquimal viva de verduras, que los habitantes del Himalaya coman legumbres, o que los habitantes de Suiza coman plátanos…

Lo que sucede es que hemos sido fascinados por los consejos de nutricionistas, economistas, políticos y dietistas que, ignorando el total, examinan una parte minúscula del problema — aconsejándonos a todos, sin saber lo que nos dicen.

¡Las virtudes del ser ignorante! — El famoso Efecto de Dunning-Kruger…

No vayan más lejos, si las dietas funcionaran, no hubieran tantos gordos.

Entonces, planear para los pueblos, requiere que quienes gobiernan reconozcan y admitan que el hambre existe.

Pero, siempre recordando, que lo que es bueno (si bueno, lo es) para el Japón y para otros países no es necesariamente bueno para todo lugar en el mundo en que vivimos.

Veamos como comen otras naciones

China, casi la mitad del África y otros países asiáticos consumen más, pero no mejores, calorías de lo que antes acostumbraran. Así lo es, porque sus calorías provienen de fuentes equivocadas y no naturales.

Pero la marcha apocalíptica de la malnutrición avanza con sus efectos negativos en la disminución de la eficiencia del sistema inmune y el incremento a la susceptibilidad a todas las enfermedades de contagio.

Las enfermedades contagiosas, a su vez, se acompañan de la anorexia, o cesación del hambre lo que aumenta la desnutrición.

El hambre causa la exposición a las enfermedades de transmisión sexual; ya que mujeres hambrientas se tornan a la prostitución más fácilmente.

Lo que necesitamos, entonces no sólo es más, sino mejor comida. Comida rica, balanceada, nutritiva y sana. Todas las dietas del Tercer Mundo, de acuerdo, a la Organización Mundial de la Salud, son deficientes en micro-nutrientes. Todas…

Ya advertimos, los micro-nutrientes son esenciales para la salud de todos…

La evidencia más obvia de la falta de yodo es el bocio. Pero, de acuerdo a las Naciones Unidas, cada año, unos 20 millones de bebés nacen con varias formas de daño al cerebro por falta de este mineral durante la preñez de sus madres.

La madre sufre de bocio endémico, la hija de cretinismo y retardo mental… por falta de yodo

El cretinismo es uno que causa baja estatura y retardo mental. Con problemas de inteligencia se torna difícil ganarse y vivir vidas saludables.

Las deficiencias del hierro, son importantes, porque las personas que son anémicas, no oxigenan la sangre adecuadamente. Unos 4.5 mil millones de seres humanos están sufriendo por falta de este mineral esencial en la dieta.

En Bangla Desh, la anemia ha reducido la productividad humana por un 7.9% anualmente.

La falta de hierro también causa trastornos en el desarrollo intelectual de los jóvenes.

Por esas razones no olvidemos las vitaminas que arriba mencionáramos. Son factores esenciales…

Pero, el problema de salubridad pública se compone por la alta incidencia de diarrea y por la propensión a sufrir de enfermedades debilitantes y contagiosas.

Para participar en la escuela, cualquier escuela, el cerebro del niño tiene que estar intacto y en proceso de un desarrollo saludable. Cuando un ser humano no se aprovecha de sus oportunidades, su atrofia es general, no sólo intelectual.

Aquí, en la República Dominicana, lo reducimos todo al pan con chocolate aguado.

La batalla contra la malnutrición tiende a ser perdida en los países que gobiernan sistemas despóticos. En la Corea del Norte la población es una dos pulgadas más corta que la de la del Sur — si excluimos la del enano que gobierna la del Norte.

En resumen, con un programa desarrollado eficientemente, la guerra contra el hambre y sus efectos secundarios, puede ser ganada.

Pero no la ganemos al riesgo de ponernos gordos.

La educación de los pueblos y la de los más ignaros de todos, los políticos mismos, es cosa esencial.

Pero, ¿quién va a educar los "sabe-tos" — los políticos?

Como nos decía Juvenal: Sed Quis Custodiet Ipsos Custodes? ¿Pero quién guardará los propios guardias?

Bibliografía

"Malnutrition Is Cheating Its Survivors and Africa’s Future" article in the New York Times by Michael Wines, December 28, 2006

Andersen, J. and Deskins, B: The Nutrition Bible. (1995) William Morrow NY

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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