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Economía: nota y comentarios bibliográficos

Enviado por Carlos Prebble


Partes: 1, 2

    1. ¿Una nueva crisis económica mundial?
    2. Economía de mercado y doctrina social de la iglesia. Por Gabriel J. Zanotti
    3. La Argentina de posguerra, por Gary Wynia
    4. La deuda externa latinoamericana por Andrés Bianchi (compilador)
    5. Economía, ciencia e ideología. Por el Dr. Vicente Vázquez – Presedo
    6. Los cazadores de talentos. Por Didier Pourquery
    7. El trabajo negro y la economía de mañana. Por Alfredo Sauvy
    8. Poder económico y delito. Por Klaus Tiedeman
    9. Exportar. El camino de los países que crecen. Por Elvio Baldinelli

    En este trabajo reúno una nota y comentarios bibliográficos acerca de Economía. Dichos comentarios y nota fueron publicados en diversos diarios argentinos.

    ¿UNA NUEVA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL? Por Carlos Prebble

    Algunos testigos de la Gran Crisis se preguntaban, a mediados de la década del setenta, si todo aquello volvería a suceder, si la experiencia vivida sería, en definitiva, inútil para prevenir otra crisis como aquella. Las argumentaciones y observaciones tienden a agruparse en dos vertientes que nosotros intentaremos exponer.

    Los mecanismos de la Crisis que vivimos actualmente son los mismos de todas las grandes crisis del sistema capitalista, en particular desde 1885 hasta 1895 y desde 1925 hasta 1945. Estos mecanismos se relacionan fundamentalmente con una deficiencia estructural de la demanda y con un financiamiento inadecuado de la inversión. La primera causa mencionada implica una tendencia a la sobreproducción y al subempleo de la capacidad productiva; la debilidad en el financiamiento se relaciona, a su vez, con la tendencia a la baja de las ganancias de las empresas y con el incremento en el endeudamiento.

    Se comprende que para esta vertiente, la salida de la crisis tenga que pasar, necesariamente, tanto en el presente como en 1930, por la superación de los obstáculos antes señalados. Las modernas tecnologías tendrían que crear los nuevos productos que levantarán a la economía; ésta debería ser reforzada por una nueva distribución del ingreso, cambiando profundamente su estructura. En cuanto al financiamiento, debería acompañar a la transformación de la demanda.

    Un primer argumento podría sostener que el propio sistema ha cambiado fundamentalmente y que las categorías económicas no son las mismas en 1890, 1930 y 1975. El capitalismo del presente es un sistema de "economía mixta", en el cual el gasto del sector público representa una proporción que tiende al 50% de los productos nacionales.

    Este sistema se encuentra en un mundo mucho más integrado económicamente, a pesar de tener que compartirlo con un bloque soviético y otro menos definido de naciones subdesarrolladas y endeudadas y que constituyen, también, una novedad en la medida en que han tornado como grupo conciencia de esta situación. Las restricciones, controles e intervenciones reguladores son, en la actualidad, tan distintas cuanto son las intensidades comparadas de las dos crisis. La producción industrial cayó violentamente en 1930, lo mismo que el empleo y los precios; en el presente, tuvimos inflación y desempleo, pero la caída de la actividad económica no llegó a aquellos niveles. Por otra parte, cambiaron las restricciones y regulaciones internacionales; la crisis del 29 se agravó como consecuencia de un proteccionismo que los acuerdos y las instituciones intergubernamentales del presente tratan de evitar, en buena parte, para mantener los niveles del intercambio.

    A modo de conclusión, se recuerda que Peter Drucker postuló "Desde ahora, cualquier país (pero también cualquier empresa, especialmente las grandes) que quiera prosperar, tendrá que aceptar que es la economía mundial la que lleva la delantera, y que las políticas económicas nacionales solo tendrían éxito si refuerzan, o al menos no deterioran, la posición competitiva de su país en la competencia internacional". Para la crisis del treinta se generó una salida indeseada, que derivó en la producción armamentista solucionando el desempleo; evitar este camino -a criterio del Dr. Vicente Vázquez-Presedo- se hará posible solo si cesan las medidas unilaterales, si aumenta la cooperación internacional, si se termina con el desorden monetario, si se canaliza el endeudamiento para permitir el desarrollo.

    Es obvio que prima la necesidad de reconstruir el sistema monetario internacional y lograr acuerdos que beneficien al intercambio; se accederá, así, a una manera eficiente de mantener precios viables para los insumos básicos

    Diario El Tiempo de Azul. Buenos Aires, 25 de octubre de 1986

    ECONOMÍA DE MERCADO Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Por Gabriel J. Zanotti.

    profesor y licenciado en filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomas de Aquino. Actualmente se dedica a la investigación en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas y a la docencia. Ha publicado diversos trabajos en su especialidad. La obra es un ensayo acerca de la ausencia de contradicción entre los principios de ética social de la Doctrina Social de la Iglesia y los principios de la economía de mercado sobre la base de la Escuela Austriaca de Economía.

    El trabajo se encuentra dividido en cuatro capítulos, comenzando con "La primacía del bien común", definiéndolo y estableciendo diferencias con el bien particular. En el segundo capitulo se aborda el tema de la "subsidiariedad", estableciendo la relación de la economía libre con el respeto al ser humano.

    El tercer capítulo toca el tema de la propiedad enlazándolo con la justicia social y la caridad cristiana. En la última parte de la obra el autor expone "La justicia entre las retribuciones laborales", demostrando las incompatibilidades entre la doctrina marxista y la católica. En otro pasaje del mismo define la dignidad de la persona con su fundamento metafísico y las condiciones de justicia en el contrato laboral.

    Como reflexión final, Zanotti nos dice que entre la razón y la Fe, la libertad y la Gracia, la ciencia y la Moral, la autonomía legítima de lo temporal y lo Sobrenatural, existe distinción, pero no contradicción. La contradicción entre esos dos campos conduce a la ruina del hombre.

    Diario El Tiempo de Azul. Buenos Aires, 3 de agosto de 1986

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