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El conflicto del hombre “moderno”


    El conflicto del hombre "moderno" – Monografias.com

    El conflicto del hombre "moderno"

    ¿Por qué es tan neurótico el hombre moderno? Es por que el hombre moderno está, por primera vez, deviniendo humano. La anterior humanidad no era de seres humanos. Hasta ahora el hombre ha existido como parte de la multitud, no como individuo; el hombre existía en colectividades. El individuo está naciendo; de ahí que el hombre moderno sea muy neurótico. Es un buen indicador, es una gran revolución por la que está pasando la conciencia humana. (Osho, 2010:9)

    En realidad, ¿Qué es la neurosis? La neurosis es un estado mental indefinido, indeciso, no decidido. ¿Ser esto o ser aquello? Todas las definiciones externas han desaparecido, se han retirado todos los apoyos. La propia identidad es muy frágil, todo el mundo lo sabe.

    En el pasado, era muy fácil responder a la pregunta: ¿Quién soy yo? Hindú, cristiano, musulmán, indio, chino tibetano, blanco/negro, hombre/mujer; las cosas estaban claras, la gente sabía quién era. Ahora no está tan claro; todas esas etiquetas han desaparecido. Todo el mundo está desnudo, sin etiquetas, y surge una gran ansiedad. Todo el mundo tiene que definirse (Osho, 2010:9).

    Antes, el trabajo de definir lo hacían otros; padres, sacerdotes, políticos. Eran las autoridades infalibles. Era fácil ser dependiente; no tenías que pensar las cosas. Los demás las masticaban por ti y después te lo daban; te alimentaban a cucharadas.

    Ahora el hombre se está haciendo adulto, maduro. Tienes que elaborar tu propia identidad. No es tan fácil; sólo la gente muy inteligente será capaz de evitar la neurosis. Será necesaria una gran inteligencia; un gran silencio, una gran capacidad de salir de la mente y de sus trampas se harán imprescindibles en el futuro. Cada vez más. (Osho, 2010:9)

    En el pasado, la inteligencia no tenía mucho valor. De hecho, ser mediocre era más valioso, la persona mediocre siempre encajaba en la sociedad, y la persona con talento siempre era inadaptada. A ninguna sociedad del pasado le gustaron los genios, porque los genios generaban problemas.

    Cuando un buda está vivo es una molestia. Su inteligencia genuina altera la mente mediocre; su gran inteligencia altera a los estúpidos. Su individualidad, su libertad, su rebelión golpean fuertemente en la mente de la masa, porque la masa no quiere individualidad. Una multitud no quiere singularidad, la multitud sólo quiere pertenecer. No quiere ser responsable de nada. Quiere ser parte de una gran multitud, de modo que la responsabilidad siempre esté en otro lugar: el Papa decide, el presidente decide, tú no tienes que molestarte. No tienes que preguntar por qué, sólo tienes que hacer las cosas y morir (Osho, 2010:9).

    La primera vislumbre de individualidad está en la mente moderna, de ahí la neurosis. En el pasado, todas las respuestas estaban fijadas; uno no tenía que buscar respuestas. Dios estaba allí, la teoría del Karma estaba ahí…, todo estaba muy claro; podías vivir von todas esas formulaciones muy fácilmente. Ahora no sabes; ya nada es seguro. Se está produciendo una gran parálisis. Esta parálisis puede matar a la humanidad o puede dar lugar a un gran salto cuántico transformador (Osho, 2010:9).

    En un conocido experimento de la teoría del aprendizaje se enseño a unas ratas a saltar de una plataforma a un par de tarjetas. Una de estas tarjetas era blanca, y si la rata saltaba sobre ella se caía al suelo. Pero si las ratas saltaban sobre la otra, una carta negra, la tarjeta caía y las ratas podían comer la comida que el investigador había puesto detrás. Las ratas aprendieron rápidamente hacia que tarjeta saltar. Si las tarjetas se cambiaban de posición, las ratas aprendían a saltar a la carta negra, estuviera donde estuviera.

    Pero en la siguiente etapa del experimento las tarjetas blancas y negras fueron sustituidas por otras de un color gris neutro. En un momento dado, los grises eran tan similares que las ratas no podían distinguir entre ellos. En esta situación ambigua, se negaban a saltar; casi se paralizaban, estaban tensas, neuróticas.

    Esta es la situación del hombre: una situación muy difícil, una situación embarazosa. Si las personas sólo son ratas se pondrán muy neuróticas y se suicidaran (Osho, 2010:9).

    Pero el hombre no es sólo una rata; a pesar de lo que B: F. Skinner y otros psicólogos digan, el hombre no es una rata. Existe la posibilidad de que la gente asuma este desafío y se integre más, entonces su neurosis sólo durara un tiempo. Antes o después sabrán lidiar con ella. Sin autoridades, sin Dios, sin Biblias ni Vedas, se encontraran con su propia conciencia. Empezaran a funcionar espontáneamente, momento a momento, sin respuestas prefabricadas. Entonces la neurosis desaparecerá, y no sólo la neurosis, también la mente gregaria. Por primera vez habrá belleza, grandeza, dignidad (Osho, 2010:9).

    En el pasado, el hombre no estaba dignificado. Sí, de vez en cuando había un Buda, de vez en cuando un Cristo caminaba sobre la tierra, pero eso sólo ocurría de vez en cuando. ¿Y qué pasa con los millones de personas que viven y mueren sin haber saboreado la libertad, sin haber sabido quienes eran? Esas personas creían que eran judías y morían; creían que eran hindúes y morían. Creían que sólo eran cuerpos y morían. Nunca supieron quienes eran realmente; nunca alcanzaron el espacio interno. A menos que te encuentres con ese espacio interno, vives una vida sin dignidad. Vives como las ratas y como los perros (Osho, 2010:9).

    Ser humano es arriesgado. El riesgo es que tendrás que pasar por una especie de neurosis. Antes de poder centrarte en tu propio ser tendrás que pasar por una especie de descentramiento. La gente del zen dice: antes de empezar a meditar, las montañas son montañas y los ríos son ríos. Cuando meditas, cuando entras profundamente en meditación, las montañas ya no son montañas y los ríos ya no son ríos. Pero si sigues adelante, si persistes y alcanzas la cumbre más alta de la meditación las montañas vuelven a ser montañas y los ríos vuelven a ser ríos.

    Esta es una de las afirmaciones más significativas que jamás se han hecho. En medio todo se vuelve confuso (Osho, 2010:9).

    Este es un siglo de gran transformación. El hombre retrocederá…Y eso está ocurriendo. Debido a ello, personas como Adolf Hitler, Joseph Stalin, Benito Mussolini, Mao Zedong y otros llegan a ser tan importantes. ¿Por qué? Porque son autoritarios: dicen: ¿No sabes quién eres? Nosotros te daremos la respuesta. Son personas infalibles, lo saben todo. Adolf Hitler está completamente seguro; la gente empieza alinearse con él y a seguirle (Osho, 2010:9).

    Los antiguos dioses han desaparecido. Es muy fácil para Josep Stalin o para Mao Zedong dirigir a la gente, porque la gente no puede vivir sin dioses, la gente no puede vivir sin sacerdotes. La gente no puede vivir por sí misma; este es el problema. Así, durante estas últimas décadas han ocurrido dos cosas: muy pocas personas se han elevado hacia la individualidad y se han convertido en cumbres como el Everest. Y muchos más han caído, han vuelto atrás y se han vuelto fascistas, comunistas, fundamentalistas religiosos… hay tantas etiquetas para elegir (Osho, 2010:9).

    Y cuando un país está muy confuso, tiene que llegar un Adolf Hitler. No es accidente que Alemania se convirtiera en una víctima; uno de los países más intelectuales del mundo, un país de profesores eruditos, de pensadores y científicos.

    ¿Por qué un país de gente tan inteligente llegó a ser víctima de un loco? La razón es que estas personas inteligentes –profesores, filósofos– no podían ofrecer respuestas acabadas. Eran demasiado educados, demasiado dubitativos, demasiado humildes, demasiado "inteligentes". No podían gritar, sólo susurraban, y la gente necesitaba eslóganes, no susurros (Osho, 2010:9).

    Adolf Hitler gritaba desde los tejados. Él no susurraba. El daba eslóganes, claros, bien definidos. No todo lo que daba tenía sentido, pero esa no es la cuestión. A la gente no le preocupaba que algo tenga sentido o que no la tenga, lo que importa es que haya alguien que pueda gritar con tanta confianza que ellos puedan seguirle sin ninguna inquietud en su ser. Y siguieron a Adolf Hitler.

    Ocurre una y otra vez en la historia de la humanidad; personas inteligentes siguen a líderes muy poco inteligentes. Y esto ha sido un problema para los psicoanalistas. ¿Por qué ocurre? Hay una razón para ello. Las personas que piensan, cuanto más piensan más dudan. Empiezan a decir "si…" y "pero…"; se vuelven humildes. Pero la gente no quiere declaraciones humildes. Para la mente común, una declaración humilde es como si no estuvieras seguro, como si no supieras.

    Por eso, en la India Mahavir no pudo conseguir muchos seguidores, y fue una de las personas más inteligentes que han caminado sobre la faz de la tierra. ¿Por qué no tuvo seguidores? En comparación con él, gente muy común acumuló gran cantidad de seguidores. ¿Qué le ocurrió a Mahavir? La razón es que era muy humilde. Sus declaraciones siempre empezaban con "quizás". Si le preguntaban, "¿Dios existe?", él decía "Quizás" ¿Quién podría seguir a un hombre así? Pensarían que él mismo no sabe. "Quizás… tal vez" ¿Quién va a seguir a un hombre así? Le preguntas "¿Existe el alma?", y él dice "Tal vez" Lo que infiere de manera natural es que él no sabe (Osho, 2010:9).

    Pero la realidad es exactamente lo contrario. Él sabe, y sabe con tanta profundidad que sólo puede expresarlo con un quizás, con un tal vez. Es tal su sabiduría que sería estúpido decir sí o no; sería reducirlo a una declaración muy ordinaria; sería hacerse político. No tendría la altura y la plenitud de una experiencia filosófica (Osho, 2010:9).

    "Sí, Dios es y Dios no es. Dios es ambas y Dios no es ambas" Así es como solía hablar Mahavir. Si le hacían una pregunta, te la respondía de siete maneras. Usaba todas las categorías de la lógica para responder a tu pregunta, pero tú te quedabas más confuso que nunca. Habías venido con una pregunta y te ibas con siete mil. ¿Quién podría seguir a un hombre así?

    Adolf Hitler dice en su autobiografía, Mein Kampf, que sólo hay una diferencia entre la verdad y la no-verdad, y la diferencia es la repetición. Si continuas repitiendo una no-verdad en voz alta, con fuerza, se convierte en verdad. Él experimentó con la idea y se la demostró a millones de personas. Es puro sinsentido, pero continuaba repitiéndolo, y poco a poco la gente comenzó a creer en él. Necesitaban un líder.

    Nietzsche dijo que Dios había muerto. Pero la gente no puede vivir sin Dios, se sienten muy inseguros. De modo que estas son las dos posibilidades: o bien el hombre cae y se convierte en víctima de algún tipo de fascismo, nazismo o comunismo, o –la segunda posibilidad- el hombre puede tomar esta vaguedad, que parece una neurosis, como un trampolín desde el que saltar. Puede liberarse de todo el pasado y dar un salto cuántico hacia el futuro, y empezar a vivir sin líderes, sin apegos, sin ataduras de ningún tipo (Osho, 2010:9).

    Toda la tierra es vuestra, no hace falta dividirla. Cristo, Buda y Krishna son vuestros; no te hace falta ser cristiano, hindú o musulmán. Todo el pasado es tuyo; úsalo, pero no seas usado por él. Úsalo y sigue adelante. Usa a Buda, a Cristo, a Krishna y a Lao Tse, pero no te limites a ellos. Tú tienes que seguir adelante. Hay más en la vida; aún hay realidades que no han sido exploradas. El misterio es infinito (Osho, 2010:9).

    El hombre está envuelto en una especie de neurosis. Ésta en una situación muy cargada, preñada de posibilidades: o bien vuelves a tras o das un salto hacia delante. No vuelvas atrás, porque volver a tras no va a satisfacerte. Sólo el crecimiento satisface, nunca la regresión. Aunque tu infancia te parezca muy hermosa, no te sentirás satisfecho volviendo a ser un niño. Te sentirás desgraciado porque has conocido la juventud y la libertad de la juventud, y la aventura que conlleva. Volver a ser un niño, tal como fuiste antes, no te hará feliz. Te sentirás reducido, no potenciado.

    El hombre sufre una especie de neurosis porque siempre produce locura el que a uno le nieguen el acceso a la realidad. Al poner a perdonas normales en situaciones anormales, obtenemos comportamientos anormales. El hombre moderno es un motor acelerado sin embrague, ruedas ni destino a que dirigirse. Los antiguos destinos ya no son relevantes (Osho, 2010:9).

    Y ahora el hombre tiene que aprender algo absolutamente nuevo, que nunca ha sido conocido anteriormente. Ahora el hombre tiene que aprender a vivir en el aquí-ahora. Sí, necesita un sentido de dirección, pero no un objetivo fijo. Necesita significado, pero no un significado definido. No necesita un destino, necesita dignidad y libertad. El hombre tiene que explorar su libertad y decidir por sí mismo.

    Recuerda: no hay un significado dado, ése es el problema. En el pasado había un significado dado; se te decía el significado de la vida. Ahora nadie te está diciendo cual es el significado de tu vida, tú tienes que crearlo.

    Por primera vez, el hombre está a punto de volverse creador. Hasta ahora habéis sido criatura, ahora seréis creadores. La historia está dando un paso; estas en el umbral de una nueva conciencia (Osho, 2010:9).

    Hasta ahora el hombre ha vivido como una criatura: Dios era el creador y el hombre la criatura. Dios era quien decía y el hombre le seguía: ahora esto ya no va a ser así. Ahora el hombre es el creador, ya no es la criatura. Ahora el hombre tiene que decidir el significado de su propia vida: tiene que dar sentido a su propia vida con su creatividad. No puede tomarlo prestado, no puede mendigarlo, no puede regatear para conseguirlo. Tendrás que crearlo…. ¡Y esto es el verdadero problema¡ Generar significado exige una gran inteligencia, generar significado requiere mucha conciencia, generar significado requiere una gran dedicación.

    La gente ha aprendido el simple truco de mendigar. Alguien que te dará significado: tu padre, tu madre o el Gran padre en los Cielos. Él te dará significado; sólo tienes que rezar (Osho, 2010:9).

    Créate a ti mismo. Da forma y contorno a tu ser. Pinta tu vida, escúlpete a ti mismo. Seas lo que seas será tu trabajo, no es el destino tu eres responsable.

    La gente no quiere ser responsable; tiene miedo a la responsabilidad. Quiere que alguien le cuide; siempre necesita guardianes. Éstas son las personas que se están volviendo neuróticas, porque los guardianes ya no están allí. De hecho nunca estuvieron allí; tú creíste en ellos y ellos estaban allí solo porque creíste en ellos. Ahora la creencia ha desaparecido, y ellos también han desaparecido. Fueron creados por tu creencia (Osho, 2010:9).

    El hombre tiene que aprender a vivir sólo, de manera independiente. Ésta es una gran oportunidad: no te la tomes negativamente porque podrías acabar en el manicomio. Tómala positivamente, acepta el reto y echa mano de tus habilidades y talentos naturales, ello te ayudará a estar bien contigo y con el entorno en el que te desenvuelves.

    BIBLIOGRAFIA

    • OSHO, 2010. Salir de la prisión de la mente. La Iluminación es tu naturaleza. Artes Gráficas COFAS, S. A. – Mostoles. Madrid, España.

    • TRILLA J. (coordinador). 2007. El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. 4ta edición. Barcelona, España.

    • O'DONOHUE William, FERGUSON Kyle E. 2001. The Psychology of B F Skinner. Sage Publications inc. EUA.

    • DUNSTER Jack. 1991. Mao Zedong y China. Ediciones Akal. S.A. Madrid, España.

    • OSHO. 2005. Los tres tesoros. Editorial sirio S. A. Málaga, España.

    • MILLIGAN Spike. 1971. Adolf Hitler; my part in his downfall, Harper's Magazine Press. EUA.

    • ROSENBLATT Roger, YOUNG James Edward , YOUNG G. B. x. 1996. Mein Kampf. Twin Palms Publishers, EUA.

     

     

    Autor:

    José Luis Villagrana Zúñiga

    Maestrante de la Unidad Académica de Economía, Universidad Autónoma de Zacatecas. Zacatecas, México.

    Fecha de elaboración: 2014-01-24.