"Habiendo preguntado, y respondido, de este modo, ‘¿Cuál es el significado de (la palabra) <<rata>>?, ‘¿Cuál es el significado de (la palabra) <<gato>>?’, ¿Cuál es el significado de (la palabra) <<alfombra>>?, etc., tratamos después, siendo filósofos, de formular la ulterior pregunta en general; ‘¿Cuál es el significado de una palabra?’ Pero hay algo de espureo en esta pregunta." [8]
Al referirse a la pregunta por ‘el significado de una palabra en general’, el autor dice que hay un ‘sin sentido’ (espurea) porque ya no es la pregunta, por lo especifico, como sucede con la pregunta por la palabra ‘rata’, que se le puede aplicar a los individuos de una misma especie, sino por lo genérico, es decir, es la pregunta por cualquier palabra, pero no la pregunta por cualquier palabra particular, sino por ninguna palabra en particular, es decir, Austin quiere referirse a que no existe en el lenguaje ordinario la pregunta por ‘el significado de una palabra en general’ respecto de la realidad, porque en la realidad las palabras se usan para designar cosas particulares:
"Ahora bien, aún si por un momento hacemos una pausa en la reflexión, ésta es una pregunta perfectamente absurda para tratar de formularla. Sólo se puede responder una pregunta de la forma ‘¿Qué es el significado de << X >>?’ si << X >>es alguna palabra particular acerca de la cual estás preguntando. Esa supuesta pregunta general es realmente sólo una pregunta espurea." [9]
Con esto entonces Austin dice que es absurdo formular la supuesta pregunta, como él mismo lo expresa, por lo general, porque es una pregunta espurea carente de sentido, la pregunta que tiene sentido es la pregunta por lo especifico o particular, porque es lo que posee un significado; más adelante señala el mismo autor que tal pregunta por lo general "podemos llamarla la falacia de preguntar por ‘Nada-en-particular" [10], es decir, que la pregunta por lo general no tiene definición, porque no existe una única forma sintáctica o semántica para significar una palabra en general, ni existe un significado universal para aplicarlo a cualquier palabra; a saber, además, que no existe una fórmula que se le pueda aplicar a todas las palabras para hacerlas significativas y también que las condiciones que hacen significativas a una palabra, no hacen significativa a otra palabra diferente, es decir, lo que hace significativo en una oración a una palabra ‘x’, no es lo mismo que hace significativo en otra oración a una palabra ‘p’,si esto es así, ‘el significado de una palabra’ depende del contexto lingüístico u oracional donde se hace presente la sintaxis, la semántica y el uso.
Entonces si la pregunta por ‘el significado de una palabra en general’, carece de sentido, se debe formular de otra manera, dicho por el mismo Austin "Hasta ahora hemos estado preguntando ‘¿Cuál-es-el- significado-de (la palabra) <<rata>>?’. Pero ahora al quedar atónitos cambiamos la ligazón, por así decirlo, y preguntamos ‘¿Qué es el significado de una palabra?" [11]
En este caso al formular la pregunta de otra forma, se ha sustituido la palabra interrogativa ‘¿Cuál?’, por otra palabra interrogativa ‘¿Qué?’, el sentido de la pregunta por ‘el significado de una palabra’ ha cambiado, ‘¿Qué es el significado de una palabra?’, ahora la pregunta tendría algunas repuesta comunes o tradicionales "Un montón de respuestas tradicionales y tranquilizadoras se presentan de inmediato: ‘un concepto’, ‘una idea’, ‘una clase de sensa (cosa sensible) semejante, etc. Todas ellas son repuestas igualmente espureas a una pseudopregunta." [12], pareciera que ‘el significado de una palabra’ es ‘la idea’ que transmite o el ‘concepto’ que señala o la ‘cosa sensible’ a la que se refiere, pero según Austin no es así, para él las palabras no son significativas porque trasmitan una ‘idea’ o señalen un ‘concepto, entre otros., porque como referí antes, todas las palabras tienen las mismas condiciones para significarse, lo que hace significativo a una palabra no hace significativo a otra, por lo tanto, es una pseudopregunta, sin sentido.
También Austin plantea: "existe la curiosa creencia de que todas las palabras son nombres, es más, de hecho nombres propios" [13], es decir, que toda palabra general se refiere a un objeto, de la misma manera que denotan algo los nombres propios, si esto es así, sería incurrir en un error, porque no todas las palabras señalan un objeto, alguna señalan objetos comunes que son los nombres de clase; en segundo lugar, también se incurre en el error, de que cuando se analiza la estructura de una oración, se tiende a creer que las palabras o signos que la conforman tienen significados separados del contexto de la oración, "Cuando hemos dado un análisis de una determinada oración, que contiene una palabra ‘x’, frecuentemente nos sentimos inclinados a preguntar, acerca de nuestro análisis, ‘ ¿Qué es ‘x’ en él ?" [14], y se tiende a dar el significado conceptual de esa palabra ‘x’, por ejemplo en la oración: "El Estado posee esta tierra"[15], se tiende a preguntar "¿qué es el Estado en todo esto? Y podríamos responder: el Estado es una colección de hombres unidos en cierta manera."[16] Austin lo que quiere decir, es que no es la definición conceptual de la palabra, lo que tiene significado, o que la palabra, tiene significado en si misma (por sí sola), sino que la palabra adquiere significado en tanto conforma una oración, si esto es así, preguntar ‘¿qué es ‘x’ en él?’ es semánticamente inadecuado, es un error semántico.
A manera de conclusión de esta primera parte, Austin quiere dejar claro, es que no existe un esquema general para significar las palabras, puesto que, la palabra tiene significado semánticamente en una ovación, por otra parte también, las palabras tienen significados diferentes por razones de cultura por ejemplo, para un ciudadano venezolano la palabra ‘braga’ denota una prenda de vestir que puede usada por los obreros de una empresa, , en este caso tiene un significado diferente, al que tendría para un ciudadano español, a quien la palabra ‘braga’ le refiere una prenda intima femenina, es decir, no existe un significado único para las palabras, " en cualquier caso lo que pretendo es claro, es que no hay ningún apéndice simple y manejable de una palabra denominado ‘el significado de (la palabra) <<x>>" [17] , lo que tiene significado es su uso en un determinado contexto lingüístico.
Luego Austin plantea lo que tiene que ver con calificar el significado de las palabras como analíticas o sintéticas "constantemente formulamos la pregunta ‘¿Es ‘y’ el significado, o parte del significado, o está contenida en el significado, de ‘x’?, ¿o no lo es?’ Una forma favorita de plantear la cuestión es preguntar, ‘¿Es el juicio <<x>> analítico o sintético",[18] es decir, se cree que en una oración una palabra ‘y’ es parte del significado de ‘x’ , mientras que decir ‘x no es y’ seria contradictorio, ejemplo: ‘x’ es ‘y’, seria ‘ todo cuerpo es extenso’; extenso, es parte del significado de cuerpo, mientras ‘x’ no es’ y’ seria ‘todo cuerpo no es extenso’, es contradictorio, porque se está negando algo que antes se afirmó, en el primer caso seria coherente pensar que ‘x’ es parte del significado de ‘y’, parece un simple sentido común, pero Austin explica que no es así , que el significado no es algo que contiene partes "sin duda seria de mero sentido común sí los ‘significados’ fuesen cosas en algún sentido ordinario que contuviesen partes. Pero no lo son".[19]
Más adelante el autor dice que explicar el significado de una palabra es algo complejo y que se debe cambiar la forma de hacerlo, puesto que no se pueden establecer distinciones en lo que tiene que ver con el significado de las palabras, al estilo de las distinciones entre los juicios analíticos y sintéticos, además eso no permite explicar el significado de las palabras, "estamos usando un plan de trabajo que no logra dar cuenta de cuenta de los hechos de los que realmente deseamos hablar" [20]; Cuando se vuelve a los actos del habla, se puede ver que el modelo explicativo al estilo de los juicios analíticos o sintéticos crean confusiones al reducir la explicación del significado, por ejemplo decir, ‘x’ es no ‘x’, ‘el templo no es templo’, que están sintaxticamente bien construidos, son errores semánticos que hacen ver al significado como contradictorio, ocasionado por el uso inadecuado de las palabras.
Austin continúa explicando acerca de la sintaxis y la semántica de las palabras pero en una oración:
"Comencemos por un caso que, por tratar de oraciones en vez de palabras, no viene enteramente a cuento, pero que puede animarnos. Tomemos la bien conocida oración ‘El gato está sobre la alfombra y yo no lo creo’. Esto parece absurdo. Por otro lado, ‘El gato está sobre la alfombra y yo lo creo’ parece trivial"[21], la oración ‘el gato está sobre la alfombra y yo no lo creo’ parece ser un absurdo porque se pudiera pensar, que si un hablante emite la oración ‘el gato esta sobre la alfombra’, estaría haciendo una afirmación, es decir, que cree lo que dice, y seria contradictorio y parece ser opuesto a la razón decir después ‘y yo no lo creo’; por otra parte decir ‘y yo lo creo’ parece trivial porque redunda en lo mismo, pero Austin añade, "pero por supuesto, ‘el gato está sobre la alfombra’ no implica ‘ Austin cree que el gato está sobre la alfombra’, pues el hablante puede estar mintiendo."[22]
Si esto es así el afirmar que ‘el gato esta sobre la alfombra’ (afirmar ‘p’), no implica verdaderamente que el hablante crea, que hay verdaderamente un gato durmiendo sobre la alfombra, puede estar mintiendo de la misma forma que un autor emite las palabras de un libreto, porque el actor no cree en ese momento lo que ésta diciendo.
Hay oraciones que sintaxticamente tienen un buen sentido porque están bien construidas, pero semánticamente al decirlas se esta incurriendo en un error: "Así pues, la razón por la que yo no puedo decir ‘El gato está sobre la alfombra y yo no lo creo’ no es que peque contra la sintaxis en el sentido de ser una forma ‘autocontradictoria’. Lo que me impide decirlo es más bien una convención semántica (implícita, naturalmente) referente al modo como usamos las palabras en situaciones." [23]
Retomando lo mencionado por el autor acerca de clasificar el significado de las palabras como analíticas o sintéticas, Austin señala otro ejemplo "‘Éste ruido existe’ es analítica o es sintética",[24] explicando que la palabra ‘éste’ pareciera dar a entender que el ‘ruido existe’, pero que la clasificarla de analítica diciendo que ‘éste’ es parte del significado de ‘ruido existe’ seria incorrecto. Austin concluye este planteamiento diciendo que no se pueden clasificar las palabras como analíticas o sintéticas al estilo de los juicios kantianos, porque es una difícil elección, "Deseo señalar que la consideración de la analogía entre este caso y el otro nos cura de una vez por todas de esta pesadilla y de insistir en clasificar como analíticas o sintéticas." [25]
Continuando con el problema del significado de una palabra Austin dice que se debe dejar a un lado el esquema de querer clasificar a las palabras como analíticas o sintéticas, y que más bien, se debe hacer la distinción entre sintaxis y semántica al momento de hablar del significado de una palabra "debemos arrojar el viejo plan de trabajo tan pronto como tomemos nota de la existencia de una distinción entre sintaxis y semántica."[26] En segundo lugar antes de pronunciarse para decir algo acerca del ‘significado de las palabras’ utilizando un lenguaje ideal, técnico, que hace abstracción de palabras fuera del contexto lingüístico, se debe volver a los hechos y usos efectivos del lenguaje natural y a la utilización de palabras en situaciones especificas, "un lenguaje efectivo tiene pocas, si es que tiene algunas, convenciones explicitas, no tiene limites precisos en cuanto a las esferas de operación de las reglas ni una rígida separación entre sintaxis y semántica."[27] En tercer lugar se debe tener en cuenta la relación entre el lenguaje y la imaginación, al calificar el lenguaje apresuradamente, mas bien debe irse a los hechos lingüísticos en detalles, "la única cosa que hay que hacer, y que puede hacerse fácilmente, es presentar la descripción de los hechos en detalles." [28]
Para Austin, el cometido filosófico era el análisis y clarificación del lenguaje corriente. Según él, la atención prestada a las distinciones y clarificaciones establecidas en el lenguaje común constituía el punto de partida más fructífero de la investigación filosófica. Para él, el lenguaje natural era un punto de partida necesario, digno de toda atención, que debe comprometer el afán clarificador de los hablantes, es decir, que se debe estar cauteloso ante los errores en los que se incurre, cuando se hace un mal uso del lenguaje.
Bibliografía.
AUSTIN J L., ensayos filosóficos, Alianza, Madrid, 1989.
Anley José Ramírez Mogollón
UNIVERSIDAD PONTIFICIA SALESIANA
SECCION DE filosofía
FILOSOFÍA DEL LENGUAJE II
Caracas, 07 de Abril de 2006
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