Garantizar los derechos del niño a una educación de calidad
Mejorar la calidad educativa del sistema.
Aunque, en ocasiones, parezcan muy burocráticas las tareas encomendadas a la inspección, no se pueden perder de vista estas metas esenciales de su quehacer. Y, sobre todo, no lo pueden olvidar los propios inspectores: lo urgente no debe relegar lo importante, pues es grande el riesgo para el sistema educativo.
La garantía de una educación de calidad para todo el alumnado, especialmente el que se encuentra en edades de escolarización obligatoria, es una responsabilidad directa del supervisor, pues, al fin, constituye el aval de que se cumple, en la sociedad y en la escuela, lo que determina la Administración. Por otro lado, la estrategia fundamental de que dispone la supervisión para que esa garantía sea una realidad, es el ejercicio de su función evaluadora mediante la aplicación de un modelo de evaluación formativa y continua de la escuela, que favorezca el ajuste y la innovación permanente de los hechos educativos que en ella se producen a diario. Evaluación externa, apoyada en la autoevaluación institucional (evaluación interna) que lleve a cabo el centro escolar: el contraste de los datos obtenidos, su puesta en común, su discusión, los acuerdos de mejora a los que se llegue para transformar lo que no gusta…, ése es el camino válido, correcto y aceptable/aceptado por todos para alcanzar las metas de la inspección que, como no puede ser de otro modo, coinciden con las que la sociedad, la Administración y los educadores pretenden para los sistemas actuales.
La supervisión, así, optimiza el rendimiento del sistema mediante la aplicación de la evaluación formativa, que tiene como objetivo el perfeccionamiento de los procesos educativos (de enseñanza y de aprendizaje). Si se mejoran los procesos, deben mejorar los resultados. Nuestros alumnos y alumnas obtendrán una mejor formación gracias a ese mejor funcionamiento del conjunto del sistema.
Objetivo de la supervisión
Objetivos Generales. Entre los objetivos generales de la supervisión se encuentran los establecidos por la XIX Conferencia Internacional de Instrucción Pública, celebrada en Ginebra en 1956; estas finalidades son:
1.- Promover el mejoramiento y la eficacia de las instituciones educativas. Servir de órgano de enlace entre las autoridades de la enseñanza y las comunidades educativas.
2.- Debe considerarse la inspección como un servicio destinado, por una parte, a exponer a los maestros y a la opinión pública la política escolar de las autoridades y las ideas y métodos modernos de educación y por otra, a informar a las autoridades competentes sobre las experiencias, necesidades y aspiraciones de los maestros y de las colectividades.
3.- La inspección debe contribuir a proporcionar a los maestros los medios de trabajo que necesitan para desempeñar su misión con dignidad y eficacia, facilitándoles la posibilidad de perfeccionarse, evitando su aislamiento intelectual y garantizando el respeto de su personalidad y de sus ideas, a fin de animarlos a tomar iniciativas.
4.- La inspección debe hacer todo lo necesario para crear alrededor de la persona del maestro, entre los padres de los alumnos, y en la colectividad en general, el ambiente de comprensión, simpatía y estimación, sin lo cual no es posible la obra educativa, ni la participación moral y material de la colectividad en la obra del maestro.
Ya hemos visto los objetivos generales de la supervisión desde el punto de vista universal, ahora analicemos lo que establece el artículo 154 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación en Venezuela. Estos objetivos son los siguientes:
1.- Conocer en forma permanente y actualizada las condiciones en que se desarrolla el proceso educativo e impartir las orientaciones pertinentes para el mejoramiento de la calidad de la educación y del funcionamiento de los servicios educativos.
2.- Ejercer la inspección y vigilancia por parte del estado de todo cuanto ocurre en el sector educación.
3.- Suministrar orientaciones precisas de orden pedagógico, metodológico, técnico, administrativo y legal al personal en servicio.
4.- Participar en la evaluación del cumplimiento de las metas cualitativas y cuantitativas de los planes del Ministerio de Educación.
5.- Garantizar el cumplimiento del ordenamiento jurídico aplicable en el sector educación.
6.- Participar en la ejecución y verificación de las políticas educativas del Estado.
7.- Propiciar el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y estimular la supervisión profesional de los docentes, mediante su participación en el asesoramiento, control y evaluación del proceso educativo y de los servicios correspondientes.
8.- Estimular la participación de la comunidad en todas las iniciativas que favorezcan la acción educativa.
9.- Evaluar el rendimiento del personal docente y el de los propios supervisores.
10.- Los demás que señale el Ministerio de Educación.
La supervisión es necesaria porque:
– Evita que la rutina se arraigue en la enseñanza.
- Promueve el perfeccionamiento profesional del docente.
- Asegura la unificación y el desarrollo de los programas educacionales.
- Permite el conocimiento del funcionamiento del medio en que funciona la escuela.
- Puede contribuir de manera científica al planeamiento integral de la escuela.
- Contribuye a mejorar las condiciones del alumno, del docente y la escuela.
- Coopera en el bienestar de la comunidad.
- Estimula la renovación de la enseñanza.
- Vincula la acción de la escuela a la comunidad.
Factores condicionantes de la supervisión educativa
Patrones Culturales.
Los patrones culturales de una sociedad presionan continua y fuertemente la supervisión.
Este fenómeno presenta ciertas particularidades en aquellos países altamente desarrollados y otras muy diferentes en los países de desarrollo relativo.
En los primeros de los nombrados, la presión está dada por la rápida movilidad de los conocimientos y experiencias y en un constante reclamo porque el proceso enseñanza – aprendizaje se actualice al ritmo en que se renuevan esos conocimientos y experiencias de la sociedad.
En los países en proceso de desarrollo, donde la marginalidad económica conlleva a la marginalidad espiritual, opera otro tipo de patrones. Aquí son ostensibles los altos índices de analfabetismo, subalimentación, subempleo, enfermedad, mortalidad y pobreza, por estas causas el hombre no ha llegado a generar un concepto positivo de su valor y no ha tomado conciencia del papel que le toca asumir. Por ello la presión para que el conocimiento se renueve y las experiencias se enriquezcan, es débil o nula.
En cualquiera de los casos, la supervisión de la educación adopta los patrones socio – culturales y económicos de los pueblos donde opera. No obstante, una supervisión consciente de su papel, debe superar las limitaciones que le ponga un medio que no exige mucho, para actuar como verdadera fuerza de cambio.
– Concepto del hombre sobre su propio valor.
El concepto que el hombre tiene de si mismo influye en sus decisiones políticas y, como consecuencia, produce fisonomías peculiares en las formas de su propio gobierno, incluida la forma democrática.
La política educativa se carga con la energía de los patrones vigentes y con las esperanzas e ideales de los hombres, y delimita en normas y disposiciones lo que debe hacer la educación. La supervisión de la educación si es apenas de un corte pasivo, no escapará a esta delimitación.
– La calidad profesional de los docentes.
Este factor concede primordial importancia a la formación profesional de los docentes combinándola como determinante en la actitud del supervisor.
A mayor nivel académico de los docentes, la supervisión será más democrática, más creativa, enfatizándose la autoridad del conocimiento.
Cuando los niveles profesionales sean bajos además de heterogéneos, la supervisión estará tentada, por la autoridad que nace de la posición y la jerarquía.
– El trasfondo filosófico del supervisor.
El concepto que el supervisor tenga del mundo, del hombre, de los valores y de la educación determina una fisonomía para su personalidad y orienta sus normas de convivencia con los demás hombres.
Quien no reconoce el valor de los demás, quien busca únicamente lo negativo, quien actúa en atención a su investidura, será un supervisor cuya filosofía se fundamenta en el irrespeto a los valores del hombre y de la educación. Por el contrario, cuando se cree en el valor del hombre y en la perfectibilidad de la naturaleza, la acción del supervisor será la búsqueda de la cooperación, de la participación de todos para resolver los problemas y el estímulo, será la base para que los docentes se descubran, cultiven y enriquezcan sus potencialidades.
Además de los factores antes señalados, existen otros: los salarios, la estabilidad, los aspectos legales…que en cierto modo se constituyen en factores de presión que dan forma a los tipos de supervisión.
La supervisión, funciones de control y evaluación
Desde la Supervisión Educativa, dos de las funciones claves asignadas son el asesoramiento y el control, no teniendo por qué ser contradictorias. La mediación y arbitraje, tarea que se plantea en las nuevas líneas supervisoras, estaría de lleno relacionada con el asesoramiento y podría verse favorecida o dificultada por cómo se ejerza éste, así como la función de control
La tensión entre control y asesoramiento ha prevalecido a lo largo de la historia de la Inspección y continúa siendo un asunto relevante en las nuevas concepciones pedagógicas, un asunto no resuelto. Ello se acrecienta por el surgimiento de otros servicios centrales y periféricos destinados funcionalmente a tareas de control y asesoramiento. Así mismo, la estable configuración de un sistema de apoyo externo a partir de la Reforma del 90 ha hecho más complejo el panorama del asesoramiento y se han superpuesto muchas tareas, lo cual no redunda en la efectividad de dichas funciones sino que puede generar más confusión en este entramado.
Control
Como señala Uruñuela "a través del control, los miembros de la organización escolar pueden comprobar la progresión de la acción hacia su logro, hacia su objetivo, y, a la vez, se puede comprobar la funcionalidad de las propias acciones en relación con el conjunto de la organización; éste es el sentido positivo y fundamental que sigue teniendo el control en relación con el sistema que representa el centro escolar". El autor plantea un control vinculado con la responsabilidad y la autonomía que sirva para mejorar las prácticas, no siendo exclusivo de una persona u órgano externo. "El control debe entenderse como un mecanismo regulador del propio quehacer de la organización" (Uruñuela, 2004).
Asesoramiento
El asesoramiento implica fundamentalmente una tarea o actuación que se dirige a la mejora de la escuela, a su desarrollo y capacitación "que supone reconstrucción de los establecimientos escolares como organizaciones educativas y como lugares de formación e innovación no sólo para los alumnos sino también para los profesores". En 1993, Nieto Cano lo definía como un "proceso de ayuda o apoyo, sistemático y sostenido en el tiempo con el propósito de facilitar la resolución de problemas en los centros". ( Domingo, 2001).
Conviene resaltar algunos enfoques y características que le son propias para servirnos de referente:
Desde una visión centralista del currículum y modelos racionalistas, el asesor es un experto que domina determinados contenidos y posee un conocimiento válido y unas técnicas eficaces que pueden aplicarse a cualquier contexto (Bolívar, 1999). Se caracteriza por relaciones jerárquicas y dominadas por el asesor, operando de "arriba-abajo"; su conocimiento y experiencia le proporcionan legitimidad para dirigir la ayuda. Se trata del "experto" lo cual le da "autoridad" ante los asesorados. Puede utilizar estrategias "coercitivas o de poder" o "persuasivas/racionales" (Nieto, 2001).
Desde una visión descentralizadora del currículum, contextualizada, y modelos interpretativos, el asesor es un facilitador de procesos, partiendo de las características de cada centro y las necesidades de los asesorados. El asesor es un recurso del profesorado para mejorar su práctica o el centro en su conjunto. Se plantean estrategias no directivas y se sigue un esquema de "abajo-arriba". La relación se construye. No hay un "experto". Es el asesorado el que marca las necesidades.
Desde la consideración de la autonomía del centro y modelos críticos, el asesor es un "colega o amigo crítico" predominando el enfoque colaborativo donde hay una interdependencia entre asesor y asesorado, una construcción conjunta de tareas negociadas (Nieto, 2001). El asesor se plantea "trabajar con" en lugar de "intervenir en" (Bolívar, 1999), de manera contingente, donde cada escuela es diferente y supone asumir nuevas estrategias. Se pretende un desarrollo del centro y las prácticas, una capacitación de los asesorados para promoverlo, una mediación entre el conocimiento y la práctica. Se trataría de una colaboración "genuina y voluntaria" (Hargreaves, 1991). El asesor y asesorados mantienen una corresponsabilidad y liderazgo compartido. El asesor busca crear capacidades, dar poder a los asesorados para gestionar la mejora y el cambio, y en definitiva, hacerse prescindible.
El supervisor como orientador asesor y experto en el sistema educativo
El supervisor y la planificación de la educación
http://www.mailxmail.com/curso-supervision-educativa
http://www.adide.org/revista/index.php?option=com_content&task=view&id=39&Itemid=31
http://www.adide.org/revista/index.php?option=com_content&task=view&id=74&Itemid=29
Autor:
Isadora García
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |