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Contraculturas, identidad y mass media. Acercamiento desde una perspectiva psicológica


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Cultura, subcultura y contracultura
    3. Lucha por la identidad
    4. El efecto de los medios
    5. A modo de epílogo
    6. Bibliografía

    RESUMEN

    Esta ponencia constituye un preámbulo para una futura investigación sobre el movimiento de las alternativas políticas de América Latina en el siglo XXI y cómo las grandes transnacionales de la información han unido sus fuerzas al sistema imperialista decadente de las potencias occidentales para frenar su desarrollo y sus programas sociales.

    INTRODUCCIÓN

    La década del sesenta constituyó el marco para una serie de transformaciones en el sistema planetario que representaría el paso de la era moderna a un nuevo estadio de desarrollo en las sociedades, conocida con el llevado y traído término de postmodernidad. Diversos teóricos de las más disímiles disciplinas avizoraron el desenvolvimiento de un futuro donde las discriminaciones de todo tipo, las secuelas de la civilización industrial alienada, la sobreexplotación de los recursos naturales, los regímenes autoritarios y las aventuras bélicas no serían más que negros recuerdos.

    Un presente en el que, según Herbert Marcuse, el sistema se haría absolutamente estable, superando los conflictos internacionales y las crisis económicas, gracias a la manipulación de la conciencia; donde además, de acuerdo con Marshall McLuhan, la Tierra, convertida en aldea global gracias a las comunicaciones electrónicas, nivelaría y uniformaría los nacionalismos y las culturas locales.

    La realidad de las décadas inmediatas a los sesenta demuestra que los cambios redundan en la desestabilización de un sistema imperialista decadente, pero que no cesa en el empeño de mantener el control sobre las colectividades industriales y los países de la periferia, proveedores de materias primas y mano de obra. Por tanto, el paso a este nuevo estadio de desarrollo no se traducirá precisamente en transformaciones políticas o económicas, sino en revoluciones culturales y sociales contra las cuales lucharán los centros de poder, acallando su discurso contestatario, manipulando, invirtiendo y comercializando sus símbolos, a fin de mantener la hegemonía sobre los movimientos divergentes y perpetuar su alienación.

    Por tanto, la postmodernidad no es más que la lucha de grupos sociales, nucleados en las contraculturas, por mantener una identidad que les ha sido arrancada por el sistema que los niega y margina.

    El objetivo de este trabajo radica en lograr un acercamiento, desde los presupuestos de la Psicología Social y las tipologías grupales, a los aspectos intrasubjetivos de diferentes grupos humanos contraculturales y su interacción con la estructura social capitalista, además de analizar el papel jugado por los medios de comunicación masiva en la aniquilación de estas contraculturas.

    Como base principal de análisis tomaremos el concepto de psicología social dado por Rubio: estilo peculiar de acercarse a los fenómenos sociales y que en el transcurso de su historia se ha vertido en diversos modelos teóricos y aproximaciones metodológicas. Esta disciplina es una forma de analizar la conducta humana y para determinar los aspectos claves de este modo de análisis es necesario examinar el proceso histórico que da lugar a la configuración de esta modalidad de conocimiento.

    CULTURA, SUBCULTURA Y CONTRACULTURA

    Antes de adentrarnos en el tema se impone la breve explicación sobre el significado y el surgimiento de conceptos que citaremos a menudo.

    En este contexto, cultura es la memoria colectiva que desarrollan los organismos sociales y que contiene los datos esenciales relativos a la propia estructura del grupo social, al ambiente donde está establecido, y a las pautas de conducta necesarias para regir las relaciones entre los integrantes del grupo, y entre este y el ambiente. Su utilidad no estriba solamente en la capacidad de preservar información anterior, sino también en la posibilidad de automodificarse para incorporar nueva información, que le permita al organismo una mejor adaptación a nuevas condiciones.

    La transformación de la cultura se da mediante la progresiva generación de subculturas, que constituyen intentos de registrar un cambio del ambiente o una nueva diferenciación del organismo social.

    Cuando una subcultura llega a un grado de conflicto inconciliable con la cultura dominante, se produce una contracultura: una batalla entre modelos, que no es más que la expresión de la discordia entre grupos que ya no se encuentran integrados ni protegidos dentro del conjunto del grupo social.

    Como categorías estrechamente vinculadas, la supervivencia de la cultura depende de su interacción con las otras, sus mecanismos de adaptación naturales. La decadencia de una civilización comienza cuando sus poderes de dominio cultural obstruyen estas vías de cambio y las falsifican o inhabilitan, pues los aparatos políticos o económicos no pueden defender en la guerra o imponer en la paz lo que la cultura niega. Surgen entonces las armas de la guerra cultural: penetración, investigaciones motivacionales, educación, propaganda, encargadas de aniquilar el discurso de las contraculturas que atenta contra el orden racional establecido de la modernidad.

    LUCHA POR LA IDENTIDAD

    Partes: 1, 2
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