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Genealogía crítica de la comunicación intercultural


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Antecedentes
    3. Desarrollo
    4. Bibliografía

    Mediocentrismo e invisibilización de lo étnico en los estudios interculturales:

    Resumen

    La comunicación intercultural es un discurso y una práctica que emerge como funcional a ciertos objetivos sociopolíticos y económicos. La hipótesis aquí planteada es que la comunicación intercultural surge como instrumento para la "resolución" de determinados conflictos sociopolíticos y económicos de los Estados nación; y dichos conflictos son representados históricamente por procesos migratorios y reivindicativos.

    Descriptores

    Comunicación intercultural; genealogía crítica; problema intercultural; epistemología, metodología e ideología; estudios interculturales; invisibilización del sujeto y objeto de estudio.

    Abstract

    The intercultural communication is a functional practice and discourse, with socio-political and economical objectives. The hypothesis is that the intercultural communication is an instrument for the "resolution" of conflicts of the nation- State, in the case of the reivindicatives and migratories process.

    Descriptors

    Intercultural communication; critic genealogical; intercultural problem; epistemology, methodology and ideology; intercultural studies; invisibilization of the study subjet and object.

    I. Antecedentes.

    Genealogía y crisis de la Comunicación Intercultural

    Iniciaré aquí una reflexión genealógica de la comunicación intercultural como fenómeno objeto de estudio en el amplio y confuso campo de la comunicación. Lo anterior, desde un análisis crítico de los estudios más frecuentes en este ámbito, para señalar las posibilidades y limitaciones del actual abordaje de estos. Utilizaré, y en esto advierto, como ejemplos, mis experiencias en comunidades indígenas mapuches en Chile, que son las que más conozco.

    Son múltiples los conceptos empleados en torno a la idea de interculturalidad y tratar de definirlos, al margen de su uso, puede resultar infructuoso. Por ejemplo, tendemos a entender la diversidad cultural y las diferencias culturales como conceptos que apelan al carácter cultural desde una perspectiva "exótica", que considera las culturas distintas como un bricolaje; por otro lado, tendemos a usar la multiculturalidad y el pluralismo cultural como construcciones discursivas que consideran la presencia de distintas culturas como un hecho político relacionado con la tolerancia y las pretensiones de una convivencia "políticamente correcta".

    Asimismo, si revisamos la noción de interculturalidad en la bibliografía al uso, observaremos, entre otras, dos orientaciones:

    a. Como hecho territorial y político, entre comunidades cuyas fronteras territoriales, culturales y simbólicas son definidas en los Estados nación. Por ejemplo, se estudia la interculturalidad en los procesos reivindicativos territoriales indígenas en Latinoamérica o en los procesos migratorios en Europa. Las fronteras territoriales de los Estados nación definen el hecho intercultural, política y culturalmente.

    b. Como hecho discursivo y simbólico, entre comunidades cuyas fronteras territoriales, culturales y simbólicas son restringidas a la lengua y la literatura (lingüística y teoría del discurso), o a la interacción individual o grupal (interaccionismo simbólico y teoría general de sistemas). Por ejemplo, se estudiará la interculturalidad en la poesía, las crónicas o actos conversacionales.

    Antes de continuar el análisis, permítanme una síntesis –no exenta de subjetividad: la comunicación intercultural es una acción (efectiva) y un acto (potencial), siguiendo a SCHÜTZ (1974), tanto lingüístico y discursivo, como sociopolítico y cultural.

    II. Desarrollo.

    Genealogía de la comunicación intercultural: las diferencias culturales como conflicto y la comunicación como solución.

    2.1. Diferencias, conflictos y comunicación intercultural: el "problema intercultural" o la teoría y la metodología como ideología (1928-1978)

    Una revisión detallada de las primeras experiencias de trabajo que configurarán la comunicación intercultural como fenómeno objeto de estudio, nos lleva a situar dichas experiencias en otros campos específicos: la comunicación interpersonal y la comunicación internacional en Estados Unidos, a fines de la década del ‘50 y comienzos del ’60. En efecto, es el antropólogo Edward HALL (1959) quien menciona por primera vez el concepto de comunicación intercultural (intercultural communication), noción fuertemente patrocinada en la década de los ‘60 por las demandas y reivindicaciones de las minorías étnicas afroascendientes y por el conflicto bélico en Vietnam.

    Pero la noción de interculturalidad ya la encontramos en los tempranos trabajos de R. PARK (1928), quien desarrolla el concepto de "hombre marginal" para referirse a una persona que se ubica en los límites o márgenes de dos mundos culturales distintos, y no es miembro de ninguno de ellos. También están los trabajos de W.F. WILCOX (1929), quien aborda el fenómeno de las migraciones a nivel internacional y sus implicancias económicas. Unos años más tarde J. ISAAC (1947), aborda directamente el ámbito de la economía de las migraciones . Y entre estos dos últimos trabajos, que tratan el tema desde la perspectiva de las migraciones, von WIESE y H. BECKER (1932), utilizarán las nociones de "extranjero sagrado" en una "sociedad secular", para referirse al tema de la marginalidad en dos sentidos:

    a. Como diferentes culturas en sentido étnico, y

    b. Como diferentes culturas en relación con el contraste campo-ciudad.

    En contextos más específicamente geográficos, MEYER (1956), realiza un trabajo sobre el tema de la urbanización y distribución demográfica en África; y R. STAVENHAGEN (1970), introduce los conceptos de "indio ladinizado", como analogía del "hombre marginal" de R. PARK. Asimismo, M. GORDON (1964), empleará las nociones de marginalidad y "hombre marginal" para explicar la condición de los grupos étnicos inmigrantes (especialmente afroascendientes) llegados a Estados Unidos, en su relación con la mayoría angloascendiente dominante. Por otra parte, E. REDFIELD, desde la antropología, cometerá un error significativo en su oposición entre folk society (sociedad rural) y urban society (sociedad urbana), señalando que la sociedad rural es absorbida inevitablemente por la sociedad urbana. A mi juicio, dos errores:

    a. Una delimitación no pertinente entre lo urbano y lo rural, en tanto espacios físicos con fronteras claramente definidas y fijas, y

    b. Una confinación perversa de lo indio a lo rural, para justificar, por cierto, que lo urbano es lo moderno, como luego explicará E. REDFIELD.

    Con una visión levemente distinta, H. FAVRE (1971), señala que la condición del indígena y lo étnico se reducen a una situación económica, a través de la cual explicará la hegemonía imperialista. En lo que no se equivoca H. FAVRE, por su conocimiento empírico de la situación de los mayas Tzotzil y Tzeltal de Chiapas, es en la imposibilidad de considerar a los indios como herederos de una historia idealizada (pre colonial), sino más bien, acertadamente, apuesta por la necesidad de comprender los procesos étnicos como parte de una permanente regresión y ruralización. Efectivamente, no podemos tener una visión determinista y cristalizada sobre los indígenas. Donde se equivoca H. FAVRE es al pensar que sólo es posible un movimiento de clase y no un movimiento étnico; equivocación extensiva e intensiva en el pensamiento marxista y, demasiado recurrente aún, en el pensamiento neomarxista.

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