Siendo el trabajo Juvenil una realidad inobjetable nos preguntamos si este beneficia o perjudica a los jóvenes estudiantes. Según Mauricio García, 1997, existen dos clases de trabajo:
Trabajo formativo
Es aquel que aporta beneficios al desarrollo de los adolescentes y siempre supone un aprendizaje de alguna destreza que le beneficia. Por ejemplo: aprender a vender o cuidar un negocio, aprender labores agrícolas o de cuidados de animales.
Trabajo nocivo
Es aquel que dificulta o impide la educación de los adolescentes y jóvenes, o que se realiza en condiciones que atentan contra su desarrollo armónico a nivel físico, espiritual, social o moral.
En algunos casos no es fácil establecer si el trabajo que desarrolla un adolescente es formativo o nocivo, ya que están en juego varios factores como son: el tipo de trabajo, el lugar donde se realiza el trabajo, la duración y horario de la jornada laboral, las personas con quienes trabajan, la edad del adolescente.
El objeto de nuestra investigación se refiere al trabajo nocivo y cómo está vinculado al desempeño educativo de los adolescentes. Existen investigaciones (Mauricio García, 1995) que establecen una clara relación entre la inasistencia a establecimientos educativos y el trabajo. La mala calidad de la educación influye en la repetición y deserción escolar, lo cual alimenta la dedicación al trabajo como única alternativa.
Existen suficientes evidencias como para suponer que la inadecuación del sistema educativo a las necesidades del desarrollo del los adolescentes y sus comunidades, es un factor que no desalienta el trabajo de los menores, sino por el contrario, lo estimula.
Por tanto como educadoras buscamos alternativas educativas que fundamentándose en una percepción diferente del ser humano y su realidad, logremos contribuir a la reducción del trabajo nocivo y un mayor interés de los adolescentes por su educación.
Maritza Balderrama,1991 nos plantea que la educación es el proceso en el que el ser humano puede realizarse a partir de una situación concreta, siendo el maestro el acompañante de ese proceso. La metodología utilizada no debe ser pasiva ni debe ser triste o aburridora, debe ser activa, alegre, creadora y sobre todo propiciadora de la curiosidad y de la gratificación del encuentro con el saber.
Es casi ilógico que en este momento de cambios y transformaciones sociales la base de todo proceso social sea lo económico. Sin embargo, hay otra base, especialmente cuando se habla de ayudar al ser humano a crecer y formarse en la vida y en el trabajo, para construir el futuro; esas otras bases son muchas e importantes: lo inquisitivo del ser humano, su afán de explorar, de descubrir, su preocupación por aprovechar las oportunidades que el mundo le brinda, su deseo de demostrar lo que es capaz de hacer. Son puntos importantes que el educador debe tomar en cuenta para realizar el quehacer educativo.
Desde esta perspectiva creemos que el aprendizaje es un proceso dinámico por el cual se cambian las estructuras cognoscitivas de los espacios vitales, a través de las experiencias interactivas, a fin de que lleguen a ser útiles como guías en el futuro.
Es así que el aprendizaje constituirá una experiencia significativa en el que subyace un modelo pedagógico que proporciona tanto las cartas naúticas de un mundo complejo como la brújula para poder navegar en él.
Rescatamos, entonces, la propuesta de la comisión de Jacques Delor para la Unesco sobre la Educación hacia el siglo XXI, en la que proponen 4 pilares en los que debe fundamentarse la educación y asumimos como filosofía de nuestro Proyecto:
- APRENDER A CONOCER, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión de nuestro entorno.
- APRENDER A HACER, para poder influir eficiente y efectivamente sobre nuestro propio entorno.
- APRENDER A VIVIR JUNTOS, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas.
- APRENDER A SER, proceso fundamental que recoge todos los elementos de los anteriores y los interioriza, profundizándolos significativamente para asumirlos de manera consciente en la vida diaria.
La filosofía y los principios educativos expuestos tienen sus niveles de concreción en criterios metodológicos que atienden los diversos aspectos de la praxis educativa. Finalmente explicitamos algunos de ellos, a partir de una Investigación desarrollada en México por María Cobián Sánchez, Anita Nielsen Dhont Y Abraham Solís Campos a partir de 1993. La investigación parte de los principios teóricos de Lev Vygotski sobre el valor medicional de los contextos socioculturales en los procesos de aprendizaje y que constituye la raíz teórica de la experiencia y las alternativas al Problema que nos convoca en la aplicación del Proyecto. |
- Relación entre experiencia y materia
La conexión entre la información nueva y los conocimientos o experiencias previas de los alumnos no se da de manera espontánea y natural, como uno podría creer. El proceso de investigación reveló, para los autores, la importancia de que el docente conozca el contexto sociocultural en el que está inmerso el pensamiento de sus alumnos, para comprender los enlaces que están haciendo con la nueva información.
Al abordar las situaciones de aprendizaje el docente debe seguir y valorar las respuestas de los estudiantes, la información que proporcionan, sus reacciones. De esta manera puede tener las evidencias que le permitan evaluar si la información está siendo comprendida o no. También se corroboró que los conocimientos informales son base para que los alumnos construyan su aprendizaje. Si estos conocimientos son erróneos, pueden convertirse en fuente de aprendizaje al proponer ejemplos y tratar de probarlos, al comparar con situaciones similares que proponen otros y así contrastar su pensamiento con el de otros compañeros o con el maestro. Se identificó la importancia de que el alumno reflexione sobre el proceso de razonamiento seguido al resolver un problema, lo cual le permite acceder poco a poco a la generalización cuando se presenta un problema que requiere de un razonamiento similar.
- Ambiente adecuado para el aprendizaje
Los ejemplos de esta unidad de análisis corroboran la importancia de las buenas relaciones maestro-alumno y alumno-alumno en el salón de clases. El estudiante que se sienta seguro y cómodo, que sienta que la tarea tiene valor en su vida y que es capaz de realizarla, es el que va a aprender. La recomendación que hacen los autores, como resultado de su experiencia en esta investigación, es que el docente mantenga permanentemente un buen ambiente, que analice día a día lo que sucede en su clase y que haga un esfuerzo continuo por mejorar sus estrategias de comunicación.
- Rol del docente
El buen aprendizaje implica un doble compromiso: el alumno debe asumir una disposición para aprender y comprometerse a trabajar para conseguirlo y el docente tiene la obligación de preparar el escenario y actuar como agente mediador entre el estudiante y la cultura. Tomando como base la conceptualización del conocimiento significativo y los hallazgos en la presente investigación, se resume esta responsabilidad en tres aspectos:
- Conocer y relacionarse con los alumnos. Esto implica valorar positivamente el esfuerzo individual y el trabajo colectivo, valorar las aportaciones de los alumnos, respetar la diversidad de capacidades y características de los alumnos, así como evaluar señalando lo que debe mejorarse y cómo hacerlo.
- Tener buen dominio de conocimientos. El agente mediador, según Vygotski, es alguien más capaz que el aprendiz. Si el docente no tiene un dominio completo de los conocimientos que enseña, se preocupará más por comprender determinada información que por organizar el proceso de aprendizaje para los alumnos. El dominio permitirá al docente ayudar al estudiante a descubrir relaciones y comprender procesos. Asimismo, el docente podrá crear los escenarios de actividad para la construcción del aprendizaje.
- Instrumentar didácticamente su programa. Es importante que el docente conozca el plan y programa de estudios para poder establecer los propósitos del curso, decidir previamente qué va a enseñar, cómo lo va a enseñar, cómo y cuándo evaluar de acuerdo a las características y necesidades de aprendizaje de los alumnos. La instrumentación didáctica debe ser flexible y adecuarse en función de las necesidades que se vayan detectando.
El rol del docente como agente mediador entre el contenido y el alumno ayuda a estos a descubrir relaciones y construir significados, ofrece experiencias, promueve un ambiente adecuado, orienta, modela, acompaña el proceso de aprendizaje.
- Estrategias de aprendizaje
La selección de la estrategia de aprendizaje dependerá de la naturaleza del contenido de la materia que se va a enseñar, el propósito para el cual se propone enseñarlo y el contexto sociocultural de los alumnos. En el estudio, los investigadores se cercioraron de algunos principios didácticos que son importantes en la orientación de las labores del docente.
- El hecho educativo debe partir de los conocimientos informales del alumno;
- Se deben aprovechar las experiencias que ofrece el entorno en el cual se desarrolla la vida escolar y extraescolar;
- Vale la pena propiciar un trabajo interactivo que conlleve a momentos de análisis y momentos de reflexión;
- Procurar el contraste de experiencias de los alumnos y la ayuda mutua.
- La Zona de Desarrollo Próximo (zdp)
Desde la perspectiva Vygotskiana y sociocultural, en el proceso de aprendizaje, el plano social es clave para el aprendizaje del individuo. En el plano social, los alumnos aprenden con la ayuda de alguien más capaz, que puede ser su maestro o sus compañeros. Para que la ayuda sea eficaz y pertinente, es importante saber lo que el alumno es capaz de hacer por sí solo y ubicar dónde necesita ayuda para realizar más en cuanto la tarea lo exija. Esto es su Zona de Desarrollo Próximo. También incluye la transformación de la ayuda del otro más capaz en autoayuda o diálogo interno.
La experiencia de la investigación da como recomendación que al diseñar actividades de aprendizaje, el maestro considere la identificación de la Zona de Desarrollo Próximo. Si el alumno ya posee el conocimiento que el docente está enseñando, la actividad será un simple ejercicio y no la construcción de significado. Esta situación puede provocar desinterés o indisciplina. Si la actividad está muy lejos de su capacidad, representará una amenaza para el alumno con la consecuente falta de aprendizaje. Para identificar la zdp se requiere confrontar al estudiante con el contenido a través de procedimientos como cuestionamientos directos y solución de problemas. Durante este proceso, el docente debe estar pendiente de las acciones de los alumnos siguiendo lo que éstos dicen, sus aportaciones, sus dudas, la forma en que van abordando la situación, sus reacciones, etc. De esta forma, el docente puede identificar las dificultades enfrentadas y ofrecer la ayuda oportuna.
- Formación de conceptos
La formación de conceptos en los alumnos se da de manera significativa cuando se enfrenta a una situación problemática que requiere que evoquen y conecten, con base en lo que ya saben, los elementos de pensamiento necesarios para dar una solución. Esto significa establecer relaciones entre características, reorganizar y aplicar al nuevo fenómeno.
La experiencia nos confirmó que no es recomendable abordar directamente el concepto en cuestión, sino plantear situaciones problemáticas que tengan que ver con otros conceptos relacionados con éste y que son base para su construcción. De esta manera se permite identificar conocimientos previos, creencias, falsas concepciones y tener evidencias del avance en la construcción del alumno.
Finalmente expresamos nuestro paradigma educativo, el cual, en palabras de Maritza Balderrama, junio de 1990, nos impulsa a creer que la vida es el espacio en el que el ser humano se hace persona, crece, cree y crea. Espacio que le da la posibilidad de formarse, formando a los demás.
Vale la pena entonces lograr que ese joven estudiante trabajador sea capaz de vivir y experimentar, sentir y recrear al mundo, interrelacionarse con su entorno y transformarse transformándolo.
Título: Trabajo juvenil y Educación
Categoría: Educación
Palabras claves: tipos de trabajo juvenil, principios pedagógicos,
metodologías.
Este trabajo busca describir las serias implicaciones que tiene el trabajo para los jóvenes especialmente frente a su educación y el rol que jugamos los maestros para garantizar que estos estudiantes se adapten al colegio, tengan adecuados hábitos de estudio y logren superarse como personas con una fuerte autoestima.
Autor:
Lorena Correa Wendy Alcívar Hector Hurtado hectorhurtado[arroba]ecuabox.com