"… la medida de lo que llegue a ser el país, la medida de lo que llegue a avanzar este proceso, la dará el porcentaje de jóvenes que realicen estudios superiores, la dará el porcentaje del total de miembros de nuestro país que estén realizando estos estudios". (Fidel 13-03-1969)
La contribución de la Universidad al desarrollo social está asociada con la significación y repercusión que tiene el conocimiento en el mismo. Este aporte se expresa, entre otras formas, mediante: la investigación-desarrollo-innovación; la formación de profesionales y la divulgación de los resultados científicos investigativos; la difusión del conocimiento a la sociedad y la propuesta de soluciones a los problemas concretos de los agentes sociales y económicos.
Durante más de cuatro décadas, la universidad cubana viene asumiendo con plena responsabilidad en la sociedad, consciente de que su pertinencia social se medirá por el impacto real que sus procesos sustantivos tengan en la elevación de la calidad de vida espiritual y material de nuestro pueblo. Para poder explicar cómo se ha ido insertando la universidad en la vida nacional, se hace necesario hacer un breve recuento de aquellos períodos y acontecimientos que han sido hitos en la educación superior cubana.
La Revolución triunfante de 1959 encontró que en nuestro país, entre otros males heredados, el concepto mismo de educación superior, y no solo sus instituciones, estaba en quiebra. Así, existía una educación superior que se encontraba alejada del pueblo, sin posibilidad de acceso a grandes masas; de espaldas a las verdaderas necesidades de formación y superación de los profesionales en el país; con una investigación científica deprimida, salvo honrosas excepciones individuales.
Resultó evidente, entonces, que la universidad cubana tenía imperiosamente que producir profundas transformaciones en su misión, en su gestión y en su influencia.
En fecha tan temprana como el 28 de diciembre de 1959, el Comandante Ernesto Che Guevara, en discurso pronunciado en la Universidad Central de Las Villas, reclamaba que se produjeran cambios esenciales en la universidad de la Cuba nueva.
El Ché expresó: "Lo tengo que decir que se pinte de negro, que se pinte de mulato, no solo de entre los alumnos, sino también entre los profesores; que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba…"(Fin de cita). No les resultará, pues, sorprendente que en menos de tres años, ya para enero de 1962 se proclamase la Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba, viejo sueño de los universitarios cubanos que lucharon por ella desde los lejanos años de la proclamación de la histórica Reforma de Córdoba.
La Reforma Universitaria, promulgada el 10 de enero de 1962, fecha conmemorativa del trigésimo tercer aniversario del asesinato de Julio A Mella, abrió el camino de las radicales transformaciones cualitativas y cuantitativas que ha experimentado nuestra Educación Superior.
La Reforma Universitaria, nombre con el cual es más conocida, permitió, ante todo, orientar los nuevos compromisos que la enseñanza superior contraía con la sociedad. La ciencia y la técnica, en sus más elevadas manifestaciones, habrían de ponerse para siempre al servicio al pueblo y al desarrollo sostenido de la nación.
Emprender una reforma educacional de esta magnitud llevaba implícito la adopción de medidas que garantizaban el cumplimiento de las nuevas obligaciones de la universidad, y cito:
"En el sistema nacional Educacional, corresponde a la Universidad suministrar la enseñanza superior a sus alumnos y extenderla, en lo posible, a todo el pueblo. Le incumben, además, las tareas de realizar la investigación científica general y difundir los conocimientos y la cultura. En consecuencia, será obligación de la universidad: formar profesionales de nivel superior en el número y la calidad que demanden las necesidades de la nación; organizar y difundir los estudios de la ciencia y las humanidades; realizar investigaciones científicas, desarrollar el espíritu de investigación en los universitarios y colaborar con las instituciones científica y organismos técnicos extrauniversitarios; completar la formación, moral, política y corporal de los estudiantes, de modo que constituyan ciudadanos de las más altas cualidades, dispuestos a servir siempre a la Patria y a la Humanidad con la eficiencia, el desinterés y la abnegación necesarias; contribuir a elevar, mediante actividades de extensión universitaria, el nivel cultural del pueblo cubano y fomentar el intercambio científico y cultural entre Cuba y los demás países del mundo".(Fin de la cita)
Se puede fácilmente comprender el gran alcance de las obligaciones universitarias y el inmenso reto que ello ha implicado durante todos estos años.
Si bien desde entonces la gratuidad de los servicios educacionales en todos los niveles de enseñanza, incluida la universidad, ha estado presente, se comprendió de inmediato la necesidad de crear un amplio sistema de becas para garantizar que todo ciudadano con la capacidad intelectual para hacerlo, pudiese acceder a la universidad, y que la limitación de recursos económicos o lugar de residencia no fuesen obstáculo para ello. Se daban así, los primeros pasos de la universalización de la enseñanza superior.
Desde el punto de vista académico se crearon Comisiones de Docencia para evaluar y organizar los programas de estudio que tuviesen la vertebración y la proyección adecuadas, y se crearon otras comisiones para atender y promover la investigación y la extensión universitaria, a fin de que alcanzaran los niveles de desarrollo y de impacto pertinentes para el país en general y sus diversos territorios.
Desde la propia década de los años 60, se habilitaron cursos de nivelación para los cientos de miles de ciudadanos que no se habían podido formar como bachilleres y se comenzaron a estructurar y a ofrecer diversas modalidades de cursos para trabajadores, en el empeño de incrementar las oportunidades para que los obreros y campesinos pudieran acceder a los estudios universitarios.
En justa consecuencia se fueron perfeccionando aspectos medulares de la educación cubana, entre estos, la universalización de la enseñanza, para ampliar el acceso a las universidades y abarcar todo el territorio nacional. Desde ese momento hasta la fecha, se ha trabajado para que tales propósitos se fueran convirtiendo poco a poco en realidad, por lo que el país cuenta en la actualidad con una amplia red de centros de educación superior, que forman profesionalmente a jóvenes y trabajadores que asisten a diferentes tipos de cursos.
Ahora nuestra patria se encuentra en medio de una batalla decisiva, como es la Batalla de Ideas, y las Universidades como baluartes de la Revolución, impulsan de forma decisiva la universalización de la Educación Superior, que se materializa a través de la creación de las sedes universitarias municipales. Lo que ha originado nuevas oportunidades y posibilidades para cursar los estudios universitarios a una parte importante de jóvenes y trabajadores provenientes de los diferentes Programas de la Revolución.
¿Qué es la Universalización de la Educación Superior?
Es la extensión de la Universidad y de todos sus procesos sustantivos a toda la sociedad a través de su presencia en los territorios, permitiendo alcanzar mayores niveles de equidad y justicia social en la obtención de una elevada cultura integral de los ciudadanos.
En el año 2002 se inicia la Universalización, la cual ha permitido la apertura de las SUM en todos los territorios del país con el propósito de fortalecer y dinamizar las relaciones de la universidad con el territorio en las condiciones económico-sociales particulares de Cuba.
Sin embargo, aún no se han sistematizado los estudios acerca de esta experiencia. Y la ausencia de ellos puede incorporar elementos de espontaneidad que afecten las metas propuestas. A evitar esta eventualidad va dirigido la presente investigación.
El cambio más profundo que está viviendo la universidad en el nuevo siglo es la extensión directa de su presencia a todos los municipios del país, con la apertura de las SUM. Las mismas deben su origen a la necesidad de brindar formación universitaria a los jóvenes que deben vincularse a importantes tareas del desarrollo social en los respectivos territorios, pero la misma experiencia de las SUM se convierte en propicio marco para desencadenar acciones encaminadas a contribuir al desarrollo integral de los municipios, por lo que paulatinamente deberán ir ganando todas las funciones sustantivas del quehacer universitario en las SUM.
La interacción de la formación de pregrado y post grado, el desarrollo de proyectos de investigación científico técnica y la ampliación de la labor de servicios a la comunidad, en función de las necesidades concretas del territorio irá convirtiendo a las SUM en importantes protagonistas del desarrollo social.
La satisfacción de las de superación, individuales y grupales; la solución de los problemas técnicos en las unidades organizativas de base, la influencia en la solución de los problemas de la comunidad y la difusión del conocimiento en esta constituyen entre otras tareas a realizar por las SUM en su propósito de contribuir al desarrollo social.
El principal problema a la hora de comenzar el proyecto es la escasa investigación realizada hasta ahora con esta perspectiva. Si bien en el caso de la evaluación de políticas científicas y tecnológicas sí existe una tradición académica que ha abordado la dimensión social de dichas políticas (Smit, 1995), incluyendo el desarrollo de indicadores (Itzcovitz et al, 1998; Fernández Polcuch, 1999), y si bien dentro de la Evaluación de Impacto Ambiental existen una categoría dedicada al impacto social (Canter 1998), apenas existen trabajos que se centren exclusivamente en el impacto social de estos programas, resulta muy complicado identificar los posibles impactos.
Impacto:
Éste se traduce en los efectos sobre una población amplia: comunidad, claustro, entorno, estudiante, administración, identificando efectos científico – tecnológicos, económicos – sociales – cultura-les – institucional, centrado en el mejoramiento profesional y humano del hombre y su superación social
La evaluación del impacto de una intervención social no es fácil:
- Los grupos de enfoques se mueven.
- Los indicadores son difíciles de determinar.
- Controlar los insumos y los procesos es difícil.
- Es posible que el programa se vea interrumpido.
¿Para qué evaluar?
- Detectar problemas educativos, organizaciones o de superación.
- Introducir correcciones, ajustes apropiados.
- Facilitar la toma de decisiones pertinentes.
- Para introducir y mejorar procedimientos.
- Identificar incongruencias entre objetivos y resultado.
- Generar información de la eficiencia y eficacia del objeto evaluado.
- Mejorar los resultados y se manifiesta en su correcto desempeño e impacto social.
¿Cómo evaluar?
- Aplicando una adecuada determinación de problemas educativos, organizaciones y de superación.
- Elaboración de proyectos de mejoramiento profesional y humano.
- Trabajos, informes resúmenes que evidencien producción de conocimientos.
- Participación activa en talleres, eventos, jornadas, seminarios.
- Publicación de artículos, folletos.
- Examen de suficiencia.
- Tratamiento de estudios bibliográficos.
- Preguntas orales y escritas.
- Valoración del colectivo, claustros y personal directivo.
- Tesis y sus defensas.
- Observación, auto – evaluación.
- Escalas métricas, escalas no métricas.
- Provocar conversaciones, propiciando comparaciones con patrones razonables, reconstrucción de mensajes, experiencias de aprendizaje
¿Quién evalúa?
- Los propios participantes en la reconstrucción de su proyecto profesional y humano.
- Claustro.
- Personal Directivo.
- Evaluadores externos e internos.
- El contexto: instituciones, comunidad, colectivo laboral
Hay una correlación muy cercana entre los objetivos y los indicadores del programa. Si a un programa se le debe hacer una evaluación, entonces es necesario establecer un juego de indicadores mientras los objetivos son enmarcados.
Puede haber un rango de indicadores para cada objetivo, o alternativamente un indicador central que valida todo el juego de objetivos.
Quien evalúa debe inspeccionar cuidadosamente los indicadores para asegurarse que en realidad son significativos únicamente para la medición de impacto del programa.
Los indicadores que se concentran solamente en el personal no generan resultados sobre el impacto total de un programa sobre la sociedad. La medición del impacto del programa sobre una sociedad más grande requiere suposiciones sobre la relación causa efecto que difícilmente pueden describirse y medirse.
Indicadores identificados en inicio.
Impacto sobre los procesos de investigación, desarrollo e innovación.
Impacto sobre el desarrollo del potencial humano del territorio.
Impacto recíproco U-T mediante el uso de sus respectivas infraestructuras.
Impacto en la promoción, educación y desarrollo de la sostenibilidad (ecológica, económica y social).
Impacto en el desarrollo cultural (artístico y deportivo) territorial.
Impacto sobre los procesos de desarrollo económico en el territorio.
¿Por qué preocuparse por los impactos sociales de este tipo de programas?
- Necesario para el ajuste continúo del programa o proyecto.
- Necesario para rendir cuentas.
- Necesario para crear conciencia colectiva acerca del valor de este tipo de programas.
Lo que se puede evaluar en el caso de programas son los resultados, efectos o impactos no el programa en sí mismo.
Para poder mostrar impactos sociales, es necesario primero poder delimitar todos los espacios y aspectos que pueden y deben ser analizados, más allá de lo evidente y de lo usualmente atendido.
La metodología para evaluar impactos sociales de un programa debe ser desarrollada de acuerdo a la formulación, características de las poblaciones meta y condiciones de trabajos de cada programa específico, y con la participación activa de sus gestores y destinatarios.
La evaluación de impactos sociales requiere de referentes para la comparación:
- Información de la situación inicial(antes del desarrollo del programa)
- Contrastación con la población no beneficiada.
- Información de desempeños iniciales y posteriores de la población beneficiada.
Considerar los requerimientos de la evaluación de impacto social es útil para:
- Hacer evaluación y utilizarla para, rendir cuentas y demostrar el valor de este tipo de iniciativas.
- Planificar de mejor manera las condiciones y estrategias para logra los objetivos y contribuir con la equidad social.
Los principales antecedentes que argumentan la necesidad de este proyecto son los eventos desarrollados tanto nacionales como internacionales donde comienzan a identificarse los principales impactos en la comunidad universitaria a partir de la actividad de las sedes universitarias, los principales cambios sociales, culturales y/o económicos en los municipios por la actividad de la universalización.
Estos son los que se relacionan a continuación. (Eventos)
- Encuentro Nacional de Sedes Municipales de la zona occidental celebrado en la Universidad de Pinar del Río los días 11 y 12 de marzo de 2004.
- Taller Nacional Universalización de la Universidad, celebrado en el Palacio de Convecciones en Cuidad de la Habana los días 26 y 27 de marzo de 2004.
- III Seminario Internacional de Docencia Universitaria celebrado en Cienfuegos del 18 al 21 de octubre de 2004.
- Encuentro Nacional de Directores de Sedes Universitarias celebrado el 24 y 25 de Noviembre de 2004.
- Cuarto Congreso Internacional de Educación Superior, celebrado en la Habana los días del 2 al 6 de febrero de 2004.
Los principales impactos identificados son cualitativos y no son reales, no se establecen indicadores o rangos de estos para evaluar el impacto del programa (Universalización), se hace sin tener en cuenta el estado inicial, o sea antes del desarrollo del programa, es muy pequeño el tiempo para identificar tantos impactos. Hay desconocimiento del personal implicado en la universalización de cómo evaluar el impacto social, económico, cultural y político que tiene este.
Establecer el impacto de un programa requiere conocimientos básicos sobre el grupo de enfoque, considerar cuidadosamente y humildemente los indicadores estatales, la habilidad para hacer visibles y reflexivas las razones alternativas para el éxito del programa, así como un conocimiento extensivo no solamente sobre el plan sino también sobre la instrumentación actual del proceso.
En un programa nacional grande, se hace extremadamente difícil medir el impacto con algún grado de certeza.
Los evaluadores deben, entonces, considerar las evaluaciones de impactos con cierta precaución y desarrollar varias modalidades para comunicar la importancia del programa en lugar de hacer afirmaciones poco convincentes sobre la magnitud del cambio.
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Autor:
Gilberto Suárez Suárez
SUM: Aguada de Pasajeros