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Venezuela: politización de los medios y mediación de la política

Partes: 1, 2

    1. El discurso periodístico. El papel de los medios frente a la sociedad
    2. El discurso político. La elocuencia mediatizada
    3. Línea editorial y alianzas emergentes: sociales, políticas y mediáticas
    4. Periodismo y política. Intercambio de roles

    En Latinoamérica, y en el mundo entero, es indiscutible la influencia que ejercen los medios en la doctrina política de nuestros países. Así como son capaces de apoyar, incrementar o generar una corriente partidista, también son hábiles para hundirla. En Venezuela, por ejemplo, se ha dado el caso que la mayoría de los medios de comunicación de masas privados unieron sus fuerzas junto con los empresarios, en 1998, para impulsar el liderazgo de Hugo Chávez Frías como una figura de cambio, pero al cabo de tres años, cuando los intereses políticos y económicos cambiaron para ambos lados, fueron los mismos medios quienes, el 11 de abril de 2002, favorecieron el derrocamiento del Presidente por 48 horas y el desgaste político del gobierno.

    Desestimar la autoridad del Ejecutivo es contradictorio, ya que se está luchando constantemente por la libertad de prensa que la mayoría de los gobernantes quieren reprimir, pese a ser pilar fundamental de una sociedad democrática. Sin embargo, cuando los medios demuestran claramente sus intereses y los anteponen al papel que deben ejercer como mediadores informativos de la sociedad, comienzan a carecer de credibilidad y se afecta la veracidad periodística.

    El discurso periodístico. El papel de los medios frente a la sociedad

    Los continuos enfrentamientos entre el Ejecutivo y los medios de comunicación en Venezuela abonan a la politización de todos los sectores que ha llevado a la crisis que actualmente vive la nación. La guerra mediática, a más de las acciones de manipulación y la persuasión, da lugar a una permanente lucha de poderes que genera la consiguiente ruptura de la sociedad en su conjunto.

    Un estudio sobre el periodismo como acción política en sociedades democráticas, ilustrado con los casos de los diarios venezolanos El Universal y Últimas Noticias y los españoles El País y El Mundo, tras el golpe del 11 de abril y la posterior reinstalación de Chávez, demuestra que la actividad informativa en la  "democracia" venezolana está en entredicho, pues la politización de los sectores ha anulado la imparcialidad periodística para ejercer influencia sobre la población. Con ello ha querido reforzar la ideología de sus lectores y radicalizar posiciones, lo que podría calificarse como manipulación. En estas condiciones, no puede hablarse de auténtica información periodística.

    La conclusión de la investigación sobre el discurso periodístico, fue que los diarios analizados cayeron en la misma trampa que tanto critican. Se han acercado a los niveles más intensos de la política para contrarrestarla, pero luego no han sabido cómo salir de ella y quedaron atrapados. Esta situación ha desembocado en una crisis de falta de credibilidad: los venezolanos cuestionan la manera como los medios informan sobre los acontecimientos.

    El discurso político. La elocuencia mediatizada

    Cuando el 4 de febrero de 1992 Chavez intentó sin éxito derrocar al presidente Carlos Andés Pérez, tuvo a su favor una aparición de 35 segundos en la televisión nacional que tres años le redituó el convertirse en el presidente de Venezuela, con el 59,8 por ciento de los votos. A partir de ese momento, Hugo Chávez Frías se convirtió en un político mediático.

    En su ascensión al poder fueron los medios, tanto públicos como privados, los que le dieron todo el apoyo necesario para proyectar la imagen de cambio y revolución que promovía en su discurso político. Sus principales aliados eran reconocidos periodistas como José Vicente Rangel -actual vicepresidente- quien tuvo una amplia trayectoria como tal antes de integrar el gabinete oficialista. Desde 1990 en Televen dirigió el programa José Vicente Hoy como espacio político y de opinión bastante atípico y  personal, ya que daba sus puntos de vista, además de emitir críticas y denuncias sobre el gobierno, sólo era comparable con el estilo de Alfredo Peña, una de las figuras más destacadas del chavismo en los primeros años del gobierno. Antes de ser dirigente político, Peña fue uno de lo más influyentes periodistas de Venezuela, como director del periódico El Nacional y después director y conductor de su también programa de televisión de política y opinión en Venevisión (el de mayor audiencia del país). Peña se destacó por su independencia y sus duras críticas contra los partidos que se turnaban el poder: Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI). Tanto fue así que su programa cambió su denominación de Conversaciones con Alfredo Peña a Peñonazos de Peña.

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