La traducción martiana: valioso aporte al desarrollo cultural latinoamericano
Enviado por Yackeline Dopico Gómez
- "Mis instrumentos de trabajo son mi lengua y mi pluma…"
- "El deber del traductor es conservar su propio idioma"
- "Hombre que no conoce la lengua del país en que vive, es hombre desarmado"
"Traducir es transcribir de un idioma a otro. Yo creo más, yo creo que traducir es transpensar"
"José Martí"
José Martí (1853-1895), Héroe Nacional de Cuba, es conocido internacionalmente por su dedicación a la causa de la independencia de su patria y por su obra literaria y periodística. Sin embargo, menos difusión ha tenido su labor filológica y lingüística. Además de excelente traductor de español de obras literarias y científicas en francés e inglés, Martí enseñó literatura inglesa, francesa, italiana y alemana en la Universidad de Guatemala entre 1877 y 1878, así como español, francés, inglés y retórica en Cuba, Venezuela y Estados Unidos.
La obra de José Martí en la esfera de los idiomas es poco divulgada, aunque existe un consenso entre los estudiosos de Martí acerca de la importancia protagónica de la lengua en su obra. En Martí cualquier "aspecto secundario" tiene un lugar en las acciones políticas y las ideas revolucionarias, por lo tanto, es importante tratar de recoger sus aproximaciones a la lengua, clasificarlas e interpretarlas.
En la actualidad es obligada la consulta de la obra martiana en todas las esferas de la vida, y el estudio de la lengua no escapa a sus desafíos lingüísticos. Abordó diversos temas sociales y humanos con tanta claridad que es difícil incursionar en alguna investigación científica en que no se recurra a sus obras completas.
"Mis instrumentos de trabajo son mi lengua y mi pluma…"
En todas las facetas de la obra de Martí se advierte una gran unidad de propósitos. La obra martiana en su totalidad, es expresión por diferentes vías y medios del gran proyecto sociopolítico y humanista al que dedicó toda su vida: el mejoramiento del hombre.
Su proyecto de divulgación cultural y sociopolítico, llevado a cabo con un propósito educativo y humanista a través de su periodismo y de sus propias concepciones sobre la mediación ínter lingüística son aspectos relevantes en su actividad como comunicador y estudioso de las lenguas.
El aprendizaje de lenguas extranjeras fue para Martí un instrumento útil para conocer la cultura de otros países, pero también para mejorar los conocimientos de su lengua materna:
"Porque para hablar bien nuestra lengua, no hay como conocer otras: el contraste nos enamora de la nuestra; y el conocimiento nos habilita para tomar de las ajenas lo que a la nuestra haga falta, y curarnos de los defectos que ella tenga y en las demás estén curado".
El conocimiento de otros idiomas fue utilizado como fuente intercultural de su reflexión sobre la comunicación ínter lingüística, y le permitió establecer los vínculos de nuestra lengua materna con otros idiomas extranjeros. Nos mostró que el dominar un idioma extranjero elevaba la cultura intelectual del hombre y nos permite mantener una relación estrecha con el mundo que nos rodea.
Un aspecto muy importante es su comprensión de la lengua como un reflejo del carácter y la idiosincrasia del pueblo. Plantea que la lengua sirve al pensamiento para organizarse mejor. Aplica la teoría de corrupción de las lenguas, tan común en el mundo hispánico. Considera el cambio lingüístico como un hecho socio-histórico donde la influencia de la literatura da lugar a transformaciones en el lenguaje que perdurarán sólo si responden al "genio" de la lengua.
Subordina la enseñanza de la lengua a las de las disciplinas de la naturaleza. Reconoce la necesidad de estudiar las "lenguas cultas": Ingles, francés, alemán y sustenta la conveniencia de estudiar dos lenguas a la vez.
Martí fue talentoso para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Varios fueron los idiomas que aprendió: inglés, latín, francés, griego, hebreo, portugués, italiano, y posiblemente, alemán. En francés escribió sus impresiones de su breve estancia en actividades sociales. En inglés incursionó en varios temas en el aspecto pedagógico, escribió sobre lo didáctico de la Enseñanza Pública sobre psicología infantil, pedagogía, naturaleza, cuadernos infantiles y la traducción de esa inmensa obra que es la "Edad de Oro".
Sobre la importancia de las lenguas modernas, entre las cuales se encuentra el idioma alemán, expresó Martí:
"Nuestros jóvenes estudiantes [hispanoamericanos] deberían reunirse, y estudiar asiduamente en privado a más del francés, el inglés y alemán. Vive hoy fuera de su tiempo el que no puede leer estas lenguas".
Martí ofrece una breve caracterización de las principales lenguas europeas en un artículo sobre el desarrollo de la lengua española en Argentina, país hacia el cual emigró un gran número de personas no hispanohablantes a fines del siglo XIX:
"Con los pueblos vinieron sus lenguas, pero ninguna de ellas pudo más que la nativa española, sino que le trajo las calidades que le faltan como lengua moderna, el italiano la sutileza, el inglés lo industrial y científico, el alemán lo compuesto y razonado, el francés la concisión y la elegancia".
"Una lengua no debe estudiarse por ella misma, sino por lo que hay escrito en ella. Porque, como lengua en sí, no es más que una prueba con cada idioma repetido, de la aptitud del hombre para dar nombre a los objetos, sensaciones e imaginaciones, y para combinar después con música (armonías) y proporción las palabras que crea. Para aprender este simple hecho, no hay que estudiar una sola lengua, puesto que la nueva existencia de lenguas diversas lo va probando. Si reglas tiene una lengua, reglas tiene otra: y quien haya estudiado griego y latín, no se atreverá a decir que son lenguas más regulares que las que ahora hablamos, ni que obliguen a mayor atención, comparación y deducción que el estudio de las lenguas modernas". (T. 22 p, 276).
Martí juzga necesario no atiborrar la gramática con reglas y datos que la practica lingüística provee por si misma. La labor de las academias de las lenguas debe ser: velar por la pureza de la lengua, así como legitimar las innovaciones útiles, cultivar la inquietud investigativa y el manejo de la lengua.
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