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El Sistema Calendárico Mexicano (página 2)


Partes: 1, 2

Rumbo de los Días

Oriente

Norte

Oeste

Sur

Cipactli

Ehécatl

Calli

Cuetzpallin

Cóatl

Miquiztli

Mázatl

Tochtli

Atl

Itzcuintli

Ozomatli

Malinalli

Ácatl

Océlotl

Cuauhtli

Cozcacuauhtli

Ollin

Técpatl

Quiáhuitl

Xóchitl

Los Días Nemontemin

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Nemontemi; vocablo compuesto de: nen; vano, inútil y temi; que tiene varias significaciones, entre ellas la de "llenar"; "(Días) que llenan el vano".

Dice Sahagún que: "A los cinco días restantes llamaban nemontemi… que quiere decir días valdíos y teníanlos por aciagos, decían que los que en ellos nacían tenían muchos malos sucesos en todas sus cosas y eran pobres y míseros. Llamabanlos nemo: Si eran hombres llamabanlos nenoquich, y si eran mujeres nencihuatl, no osaban hacer nada en estos días por ser mal afortunados…"[4] Y comenta Don Carlos Maria Bustamante en una nota al pasaje de Sahagún que: "…En estos días valdíos no hacían mas que visitarse los mexicanos y nomás. Y especialmente se abstenían de reñir y decían que los que peleaban en estos días se quedaban siempre con aquella costumbre. Tenían por mal agüero tropezar en ellos…"

"Al ponerse el sol del ultimo día del año todos los fuegos en las casas eran apagados y así permanecían durante los aciagos días Nemontemin. Solo los fuegos altos en los templos eran mantenidos. Durante estos días nadie osaba consumir alimentos calientes y sazonados evitando pelear o reñir entre ellos pues creían que de hacerlo las disputas jamás serían subsanadas. Estos días eran dedicados al silencio y a la meditación teniéndose por cierto que aquellos que durante estos días enfermasen jamás se aliviarían y morirían pronto. Ponían gran cuidado para evitar caerse o siquiera tropezar pues el hacerlo era considerado como augurio fatal" "Toda actividad cesaba completamente en villas y ciudades. Los viejos solían visitarse entre ellos y los nobles y principales solían reunirse con los sacerdotes para consultar los libros sagrados y sopesar las acciones a llevarse a cabo durante el año siguiente, de acuerdo con el carácter augural del ciclo." "Los nacidos en estos días eran considerados extremadamente desafortunados."

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Orden de las veintenas en el año mexicano

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La Cuenta de los Días; In Tonalpohualli

Concurrentemente con el Xihuitl de 365 o 366 días, de los cuales solamente 360 tienen numero y signo, como se ha dicho, corre El Tonalpohualli o Cuenta de los Días, también conocido como Tonalámatl, ("Libro de los Días y sus Destinos") por así llamarse el libro que lo contiene. El Tonalámatl o Tonalpohualli es un calendario religioso, ritual y augural que consiste en 20 grupos de 13 días cada uno.

Ambos calendarios, el Tonalpohualli (religioso y augural) y el Xiuhpohualli, (agrícola y solar) se inician juntos al principio de cada Tlalpilli o trecenario de años con el día 1 Cipactli, que es el primero de la primera trecena del Tonalpohualli y también el primero de la primera veintena del Xiuhpohualli. Trece años después, al inicio del segundo Tlalpilli, la misma fecha, Ce Cipactli vuelve a su posición original. Una fecha típica del Calendario Mexicano aparecería de esta manera:

Ce Cipactli, Atlacahualo, Ce Tochtli Xihuitl;

En donde Ce Cipactli (1Cocodrilo) es el día, Atlacahualo es la veintena y Ce Tochtli Xihuitl (Año 1 Conejo) es el año.

Bajo este sistema una fecha calendárica cualquiera aparece solamente una vez en cada Tlalpilli o ciclo de 13 años.

Como el Xiuhpohualli, como hemos dicho, solamente concede "valor energético" a los primeros 360 días de año, los cuales tienen número y signo, los restantes 5 ó 6 días "vacíos o sobrantes" que carecen de número y signo, solamente son considerados para completar el año solar y no se toman en cuenta en la relación del Tonalpohualli con el Xiuhpohualli. Así pues un Tlalpilli de 13 años con 360 días "hábiles" cada uno equivalen a 18 Tonalpohuallin de 260 días cada uno.

13 X 360 ó 18 X 260 = 4,680

Por esta razón todos los Tlalpillin siempre inician con la misma fecha: 1 Cipactli.

Dentro de la primera veintena, los primeros trece días forman la primera trecena del Tonalámatl. La segunda trecena inicia en el 14º día de la veintena con el día 1 Océlotl y así se van sucediendo hasta recorrer las 234 veintenas de que consta el Tlalpilli de 13 años. Así pues, un grupo de 13 años de 360 días cada uno; 18 Tonalpohuallin de 260 días; 234 veintenas y 360 trecenas contienen 4,680 días cada uno.

Las Horas del Día y de la Noche

Los antiguos mexicanos iniciaban sus días a la salida del sol y al igual que lo hacemos ahora, dividían sus días completos o cemilhuitl en dos grandes porciones: A la parte luminosa de estos, desde la salida del sol hasta su puesta en occidente le llamaban: In Tonalli, "El Día". A la parte no luminosa del día se le conocía como: In Yohualli, "La Noche". Ambas partes, el día y la noche, eran, a su vez, divididas en dos periodos de cuatro horas cada una.

La parte luminosa del día era dividida en Iquiza Tonátiuh; "Su Salida del Sol" y en: Nepantla Tonátiuh; "El Sol en Medio". La primera parte, Iquiza Tonátiuh, comprende desde la salida del astro hasta el medio día, la segunda, Nepantla Tonátiuh, comprende desde el mediodía hasta la puesta del sol.

La noche, por su parte, también era dividida en dos periodos de cuatro horas cada uno, aproximadamente. A la primera parte, que se inicia a la puesta del sol y duraba hasta la media noche, se le llama: "Onaqui Tonátiuh, "Caída del Sol". A la segunda, el periodo que comprende desde la media noche hasta el amanecer, se le llama: Yohualnepantla, "En Medio de la Noche". Cada uno de estos cuatro periodos eran, a su vez, divididos en otros cuatro periodos menores de aproximadamente 90 minutos cada uno que bien pudiéramos llamar horas, las cuales eran señaladas por la clase sacerdotal en los altos de los templos mediante el "…toque de bocinas, caracolas y atambores…"

(Ver "Las Horas del Día y de la Noche" en la tabla que se incluye al final del Calendario Mexicano Gregoriano Chicuace Calli Xihuitl)

El Inicio del Año Mexicano

Habiendo examinado y comprendido la mecánica del Sistema Calendárico Mexicano, nuestro siguiente paso será el intentar dilucidar uno de los puntos que más ha dividido y aun divide a los cronistas antiguos y modernos, a los autores, y en general a los estudiosos de este tema: El Inicio del año mexicano… En su notable obra, Diccionario de Mitología Náhuatl, Don Cecilio A. Robelo expresa lo siguiente: [5]

"Chavero dice que como en los Tlalpilli los cuatro signos cronográficos de los años; tochtli, Ácatl, Técpatl y calli llevan la numeración del 1 al 13, en cada Tlalpilli resultará precisamente la misma combinación de días, y que formando el calendario de esos trece años se obtendrán todas las combinaciones posibles de la cronología civil, y se formará el Calendario perpetuo de los mexicanos. De acuerdo con esta teoría formó Chavero el Calendario que corre de la página 713 a la 722 del tomo I de "México a través de los Siglos"; pero desgraciadamente no correspondió al buen deseo del autor. No obstante que Chavero es uno de los partidarios acérrimos del día intercalar, ó año bisiesto entre los mexicanos, se desentendió de él completamente al formar su calendario, pues computó todos los años del Tlalpilli como de 365 días, siendo así que, admitido que el año Calli era el bisiesto entre los mexicanos, en un ciclo resulta que en los tres primeros Tlalpilli hay tres años bisiestos, y en el cuarto hay cuatro, como se ve en la tabla siguiente:

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Como se vé, los bisiestos no caen en un mismo año progresivo en los Tlalpilli, y además siendo cuatro años los bisiestos en el cuarto Tlalpilli, este tiene un día más que cualquiera de los otros tres. De lo expuesto resulta demostrado que no hay, como dice Chavero, una misma y precisa combinación de días en los cuatro Tlalpillin. Se dirá que como el día intercalar del año bisiesto se agrega a los cinco nemontemi o inútiles, en nada afecta al Tonalámatl, que sólo corre en los primeros 360 días del año. Es verdad; pero como Chavero formó su calendario perpetuo para concordarlo con el europeo, entonces si surgen las diferencias, entre uno y otro, porque, aun cuando el calendario europeo tiene también bisiesto cada cuatro años, no cae en el mismo año correspondiente (al) mexicano, pues éste cae en los años Calli, y el europeo, un año antes, esto es, en el que corresponde al año Técpatl mexicano. No es, pues, posible que los años mexicanos correspondan siempre a un mismo día inicial de los años europeos, como lo hace Chavero señalando el 1° de Marzo; y esta posibilidad la pondremos de resalto al formar el calendario de un año mexicano concordándolo con un año europeo. Pero antes expondremos las diversas opiniones sobre el principio del año mexicano en correspondencia con el europeo ó juliano, que era el usual al tiempo de la conquista, y manifestaremos las razones que nos asisten para haber decidídonos a adoptar el que presentaremos.

Los AA. Están conformes en que son dieciocho los meses y en su orden sucesivo, pero difieren al señalar el mes inicial del año. El intérprete del Códice Vaticano, Sahagún, Torquemada, Betancourt, Fr. Martín de León y Clavijero se deciden por Atlacahualco, propiamente Acahualco. Gomara, Gemelli Carreri y el P. Valadés colocan en primer lugar al mes Tlacaxipehualiztli. Veytia opina por Atemoztli. Gama pone a Tititl Izcalli que son dos meses.

¿Por cuál ó cuáles signos diurnos comenzaban los diferentes años del ciclo? Esta segunda cuestión divide también a los historiadores. Algunos de ellos, partidarios de una forma única y constante del calendario, afirman que era invariable el día del signo Cipactli para comenzar el año de cualquier símbolo y número que fuese. Los que sostienen que la forma del calendario era múltiple y variable, señalan para el principio del año cuatro signos que son:

1er. Año

2° Año

Cipactli

Miquiztli

3er. Año

4° Año

Ozomatli

Cozcacuauhtli

Y el mismo orden siguen los años del 5° al 52°.

Esta variedad en el principio de los años depende de que se le pone signo o nombre a los últimos cinco días del año. (nemontemi). Cumplidos los 260 días del Tonalámatl, en el primer año del ciclo, faltan 105 para completar los 365 días del año civil, y empezaban a desarrollar otro Tonalámatl; en los primeros 100 días cabían cinco veintenas, de modo que el día 360° acababa en Xóchitl, y en los 5 días últimos, para completar los 365, empezaban una nueva trecena, y a los cinco días les tocaban los signos:

1° Cipactli 2° Ehécatl 3° Calli 4° Cozcacuauhtli 5° Cóatl

Concluido el año con este signo, en nuevo año comenzaba por Miquiztli, y a los últimos cinco días tocaban los signos:

1° Miquiztli 2° Mázatl 3° Tochtli 4° Atl 5° Itzcuintli

Terminado el año con este signo el Nuevo comenzaba por Ozomatli, y a los últimos cinco días correspondían los signos:

1° Ozomatli 2° Malinalli 3.° Ácatl 4° Océlotl 5° Cuauhtli

Concluido el año con este signo, el siguiente empezaba con Cozcacuauhtli, y los últimos cinco días llevaban los signos:

1° Cozcacuauhtli 2° Ollin 3° Técpatl 4° Quiáhuitl 5° Xóchitl

"…Los partidarios del calendario uniforme no ponen signo o nombre a los últimos cinco días del año, y por esto todos los años comienzan por Cipactli."

Si se trata de concordar el calendario de los mexicanos con el europeo, esto es, averiguar cuándo comenzaba el año mexicano, surge otra cuestión más compleja que las anteriores, porque entraña a estas. También en este punto se han dividido los historiadores, y aun en los códices se notan diferencias. Durán, Valadés y Motolínia fijan el principio del año mexicano en 1° de Marzo. Sahagún, después de consultar con muchos discretos y con hábiles colegiales de Tlatelolco, asigna el dos (2) de Febrero. Acosta y Clavijero opinan por el 26 de Febrero. Los intérpretes de los códices Vaticano y Telleriano designan el 24. Gama y Humboldt prefieren el 9 del mismo mes. Gemelli Carreri consigna el 10 de Abril.

Chavero se hace cargo de las tres cuestiones que dejamos expuestas, y, refiriéndose al último calendario mexicano, y fundándose en la reforma hecha al calendario en 1454, las resuelve en los términos siguientes:

  • I. El mes inicial del año era Acahualco.

  • II. Todos los años civiles empezaban por Cipactli.

  • III. El primer día del año mexicano correspondía al 1° de Marzo.

Veamos si las resoluciones han sido acertadas.

La clase sacerdotal, que era la depositaria de las ciencias y, muy especialmente de la astronomía, venía observando que su cronología estaba equivocada, pues los periodos del año no concertaban con las estaciones, y juzgaron indispensable su corrección. En el año de 1454, en el reinado de Moteuczuma I, siglo y medio después de la fundación de México – Tenochtitlan, urgidos el rey y los sacerdotes por la plaga del hambre en aquella sazón, que atribuyeron quizá a la irregularidad cronológica y al disgusto de los dioses, decidieron hacer la corrección".

"Cuando los aztecas, después mexicanos, pasaron en su peregrinación por el reino de Tollan, tomaron el orden tolteca de los meses y al fijar su cronología comenzaron su ciclo por el año ce Ácatl, en el día ce Ácatl del "mes" Atemoztli. Desde el año 1116 de nuestra era, siguiendo el sistema tolteca, habían puesto el principio del año en el equinoccio de primavera, que se computaba en el día correspondiente a nuestro 21 de Marzo; pero como no usaron el "bisiesto", ese principio iba retrocediendo un día cada cuatro años; de modo que en 1454 en que se hizo la corrección, como habían transcurrido 338, se había atrasado el principio del año 84 días, es decir que el 21 de Marzo estaba en 28 de Diciembre".

"Dice Chavero que al hacer los mexicanos la reforma que hemos venido explicando, hicieron también la que corresponde a nuestro calendario gregoriano, para lo cual suprimieron trece días en el año 1454, así como los europeos quitaron diez en 1582. Así como en la corrección gregoriana, para evitar errores ulteriores, se estableció la supresión del bisiesto en algunos periodos de cuatro años, así también en el calendario mexicano, con el mismo objeto, dividieron el ciclo de 1040 años (52X20=1040) en ocho periodos de 130, y en cada uno de estos agregaron en todos los cuatrienios el intercalar o bisiesto menos en el último. De este modo la intercalación se hace de cuatro en cuatro años y la supresión cada 130. Al sabio Fábrega, intérprete del Códice Borgiano, se debe –dice Chavero- este dato precioso, quien lo encontró en el Códice de Bolonia. Razón, y de sobra, han tenido los historiadores, entre ellos Humboldt, para calificar de ¡asombroso! El calendario mexicano." [6]

"Si bien es cierto que todos los cronistas e historiadores están conformes en que el calendario mexicano fue reformado en el año 1454 y que muchos monumentos dan testimonio de ello, sin embargo, no todos están conformes con las conclusiones que deriva Chavero".

El historiador Orozco no da por principio del ciclo el año Ce Tochtli, sino el Ome Ácatl, fundándose en que este año se hacía el Xiuhmolpilli o atadura de los años; pero esto sólo tenía por objeto arreglar la cuenta cronológica sin que obligase a trastornar el orden regular del calendario. Ya hemos visto, al exponer la reforma, que en 1454 hubo la necesidad, para hacer desaparecer el atraso del tiempo, de agregar un año y sesenta y cuatro días, y que por virtud del año se hizo el Xiuhmolpilli en Ome Ácatl, pero como punto de partida cronológico, y sin que perdiera Ce Tochtli su carácter de inicial del ciclo. Todos los autores están conformes en esto y lo apoya, entre otros jeroglíficos, el que está en la primera lámina del Códice Ritual Vaticano, donde como año principal se pone el Tochtli rodeado de los veinte signos de los días.

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Códice Ritual Vaticano

Sobre el mes inicial de los años están conformes los AA. En que era Acahualco después de la reforma, y la opinión de Sahagún es la mayor autoridad sobre este punto. Los que señalan otro mes se refieren a calendarios anteriores a la reforma, como el que siguieron usando los acolhua o tezcocanos.

Orozco y Berra da como mes inicial a Itzcalli, esto es, al que Sahagún pone como último del año. Para fundar su aserto, dice Orozco: "Como comprobación de que el año comenzaba por Itzcalli, tenemos los dichos de los interpretes de los Códices Vaticano y Telleriano – Remense, al referir la costumbre de tomar por la cabeza a los niños y levantarlos en alto gritando: itzcalli, itzcalli, aviva, aviva."([7]) Otra congruencia señalaremos: "El Tlauquechol de los aztecas, que es la espátula color de rosa (Platalea aiaia de Lineo), pasa todos los años, por el mes de noviembre, de los países septentrionales al valle de México por cuya causa los antiguos mexicanos dieron a su mes catorceno el nombre de Quecholli" (Dr. Jesús Sánchez). De paso haremos notar que la observación cabe en nuestro sistema mejor que en ningún otro, supuesto que nuestro mes Quecholli, al que asignamos el décimo quinto lugar, cae integro en el mes de Noviembre. Es cierto que se hacía en el mes llamado Itzcalli una fiesta en que figuraban los niños, pero esa fiesta no se hacia cada año, sino cada cuatro años, y tenía por objeto agujerear las orejas a todos los niños y las niñas que habían nacido en los tres años pasados, dice Sahagún, y agrega: "唯maban a los niños y niñas con las manos, y apretándoles por las sienes, los levantaban en alto; decían que así los hacían crecer, y por esto llamaban a esta fiesta Itzcalli, que quiere decir crecimiento." Se ve, pues, que Sahagún dice lo mismo que los interpretes de los Códices Vaticano y Telleriano, citados por Orozco; pero no saca la misma conclusión, esto es, que Itzcalli haya sido el primer mes del año; al contrario, lo pone como último, pues antes de describir las fiestas religiosas, dice: " Al décimo octavo mes llamaban Itzcalli," y después de describirlas. Agrega: "Acabado este mes, los cinco días que se siguen, son sobrados de los 360 ya dichos, los cuales todos, están dedicados á algún dios, más estos cinco días á ningún dios están dedicados, y por eso los llaman nemontemi, que quieren decir que están por demás y teníanlos por de más aciagos." Se ve, pues, que el primer fundamento de Orozco no tiene valor alguno. En cuanto a la congruencia de que el tlauquecholli pase por el Valle de México en Octubre o Noviembre, es un argumento tan inane como el anterior. El nombre de Quecholli no fueron los mexicanos los que se lo impusieron al mes, sino los toltecas; por consiguiente, no tuvieron en cuenta el que esta ave pasara por el hoy Valle de México en Octubre, como dice el Dr. Sánchez, o en Noviembre, como quiere Orozco. En el mes Quecholli se hacía entre los toltecas la fiesta de las aves, y se tomó como tipo de estas al hermoso quecholli.

Hay un argumento de mucho peso en la tesis que nos ocupa, y que no tuvo en cuenta Orozco, en apoyo de su sistema, y es el que presenta el Códice Borbónico. Allí el año empieza por la veintena Itzcalli. Paso y Troncoso, el sabio intérprete de este Códice, al explicar los jeroglíficos de la veintena, dice: "…de mucha y radical importancia es la determinación de la veintena representada en este lugar, por ser tan debatida entre los autores la cuestión del principio del año y de su mes inicial. Con autoridad irrecusable nos dice nuestro Códice que la nación donde fue pintado comenzaba su año en el mes Itzcalli, principio que no le señala ningún autor, ni el mismo Cristóbal del Castillo…." Las palabras que hemos subrayado en el pasaje inserto, la nación donde fue pintado… desatan la dificultad que ofrece el Códice, pues Paso y Troncoso no dice que ese calendario sea el de México, sino de alguna nación. Así pues, o fue anterior a la reforma, o perteneció a algún pueblo que, en lo general, seguía el ritual mexicano, aunque apartado de su principio cronológico.

Más compleja que las anteriores es la cuestión de la concordancia del calendario mexicano con el europeo juliano y gregoriano. También en este punto se han dividido los cronistas e historiadores. Durán, Valadés y Motolínia fijan el principio del año mexicano en 1° de Marzo: Sahagún, después de consultar con muchos viejos discretos y con hábiles colegiales de Tlatelolco, asigna el 2 de Febrero; Acosta y Clavijero opinan por el 26 de Febrero, los intérpretes de los Códices Vaticano y Telleriano designan el 24; Gama y Humboldt prefieren el 9 del mismo mes; Ixtlilxóchitl fija el 20 de Marzo; y por ultimo, Gemelli Carreri consigna el 10 de Abril. Orozco y Berra y Chavero, para resolver la cuestión, tomaron una fecha cierta, como fue la de la consumación de la conquista de México por Hernán Cortés, 12 ó 13 de Agosto de 1521, que correspondió en el calendario de México a Ce Coatl, Yei Calli, Tlaxochimaco, "Uno culebra, tres casa, corte de las flores," desarrollaron simultáneamente hacia arriba y hacia abajo los dos calendarios europeo y mexicano, y encontraron: Orozco, Ome Ozomatli, Itzcalli, Yei Calli, "30 de Enero de 1521, " principio del año mexicano, y Chavero, chicuace Cipactli, Acahualco, yei calli, Seis cocodrilo, (sic) Acahualco, tres casa." Como se ve, el resultado fue muy diverso. ¿Por qué no fue idéntico? Porque, como hemos visto, Orozco empieza erróneamente el año por el mes Itzcalli y porque les da signo a los nemontemi, y además, porque pone el Ce Cóatl en 12 de Agosto, siendo así que Cortés, Bernal Díaz y Sahagún lo refieren expresamente al día 13. Chavero, después de hacer observar el error de Orozco, incurre en él, pues empezó su cómputo también desde el 12 de Agosto y no desde el 13, como se había propuesto, según puede verse en su calendario perpetuo. (México a través de los siglos, Pág. 715). Donde se advierte que el Ce Cóatl no corresponde al 13 sino al 12 de Agosto. El error entraña un día de diferencia, de suerte que el 1° del año mexicano en 1521 fue el 2 de Marzo. Por cierta que sea esta fecha no puede servir como punto de partida para formar un calendario perpetuo, como lo ha pretendido Chavero y, antes que él, otros historiadores. Para formar la perfecta concordancia o correspondencia entre los calendarios mexicano y europeo, es necesario tener en cuenta los años bisiestos, comunes a ambos calendarios, que no caen en años que se correspondan, sino que el bisiesto mexicano cae en Calli, y el bisiesto europeo corresponde a Técpatl, y esta diferencia de un día impide que el principio del año mexicano corresponda siempre a una misma fecha del calendario europeo. No bastara para fijar el principio del año ni formar los calendarios de todo un Tlalpilli porque en cada uno de ellos el bisiesto no cae en el mismo año, y además, en el cuarto Tlalpilli caen cuatro bisiestos, y en los anteriores solo tres. Sería, pues necesario formar los calendarios de un ciclo, y ni aún así se habría llegado a la concordancia perfecta, porque, como hemos visto, los mexicanos suprimían el bisiesto cada 130 años. O sea cada dos ciclos y medio. Si se trata de la correspondencia de los calendarios desde 1582 hasta nuestros días, esto es, después de la corrección gregoriana, la dificultad sube de punto, porque en el calendario mexicano el bisiesto sigue su orden regular por cuatrienios, mientras que en el calendario europeo se suprime el bisiesto al fin de algunos siglos, y además los diez días que se suprimieron en Octubre, cuando se hizo la corrección de Gregorio, no pueden desaparecer en el calendario mexicano, porque ya se había hecho esa corrección en México 328 años antes que en Roma; y esos diez días deben marcar una diferencia constante en los años, de suerte que si el año mexicano comenzaba antes de la corrección de 1582 el día 1° ó el 2 de Marzo, después de la corrección comenzaron diez días antes, esto es, el 18 ó el 19 de Febrero. No dejaremos, pues, de repetir, que es imposible la formación de un calendario perpetuo uniforme en concordancia con el calendario europeo. Así, pues, esas fechas precisas de mes y día europeos que señala Sigüenza y Góngora para la fundación de México (18 de Julio de 1325) y para la toma de posesión de los reyes mexicanos, son sueños del buen jesuita, tanto más extravagantes cuanto que hoy se ha demostrado que su sistema de calendario está muy lejos de la verdad.

No obstante esas observaciones, pero teniéndolas presentes, formaremos el calendario concordante del año en que se consumó la conquista de México, y sirviéndonos de él, como punto de partida, el más exacto, formaremos también un cuadro de la correspondencia de los años del ciclo a que pertenece dicho año, poniendo el día inicial de cada año correspondiente a los europeos. Pero antes, y para no dejar ningún cabo suelto, diremos algo sobre la diversidad de opiniones que hemos señalado de cronistas e historiadores sobre el principio del año.

Chavero desata la dificultad que nace de esta diversidad de opiniones, demostrando que el año Yei Calli, 1521 correspondió a su día inicial al 1° de Marzo (ya hemos visto que fue el 2 de Marzo), y respecto de la opinión de Sahagún que es la más autorizada dice: "Dice Sahagún que para fijar el principio del año reunió en Tlatelolco muchos viejos, los más discretos que pudo haber, y juntamente con los más hábiles de los colegiales se altercó esta materia por muchos días, y todos ellos concluyeron asignando al principio del año el segundo día de febrero. Bien manifiesta ese altercado de muchos días la diversidad de opiniones, nacida sin duda de la aplicación de diversos cómputos y distintos calendarios, así como el olvido en que habían caído ya esas materias; pero prevaleció el cálculo del calendario astronómico, en el cual no se hacía corrección antes del periodo de doscientos sesenta años, ni se había hecho desde 1454. En este caso iba retrocediendo un día el principio del año mexica, y como la junta de Tlatelolco se celebró en 1561, que es la fecha del tercer trabajo de Sahagún, el transcurso de ciento siete años daba un atraso de veintisiete días, de manera que el principio del año había pasado desde 1° de Marzo hasta 2 de Febrero. Así la autoridad de Sahagún, aparentemente contraria, confirma el sistema.

Respecto de las otras opiniones dice Chavero que cree que resultaría lo mismo que con la opinión de Sahagún haciendo los cálculos respectivos con los de Acosta y Clavijero; y las de los intérpretes de los Códices Vaticano y Telleriano, y las de Gama y Humboldt, si se supiera la fecha del cómputo hecho por las autoridades en donde se inspiraron; que Ixtlilxóchitl trata del calendario de Tezcoco, en el que comenzaba el año por el mes Tlacaxipehualiztli; y por último, que la fecha de Gemelli, conocidas las anteriores, es del todo inaceptable.

Procedamos ahora a formar el calendario del año Yei Calli en correspondencia con el año juliano 1521. [8]

"Partiendo de esa fecha cierta, –continúa Robelo- Yei Calli, Ce Cóatl, que corresponde al 13 de Agosto de 1521, hemos formado los calendarios concordantes de los citados años y el ciclo de 1506 a 1557, y con estos trabajos creemos haber demostrado:

1.° Que el año mexicano no comenzaba el 1° de Marzo, como afirma Chavero;

2.° Que los años Tochtli y Ácatl comenzaban el 3 de Marzo, y los años Técpatl y Calli el 2 de Marzo;[9]

3.° Que el año mexicano comenzaba, después de la Reforma, por el mes Acahualo, y no por el mes Itzcalli, como sustenta Orozco y Berra.

4.° Que los días nemontemi no tenían signo alguno, de modo que el Tonalámatl no corría en ellos;

5.° Que todos los años comenzaban con Cipactli, aunque con diverso número de la trecena.

Se deduce de todo lo expuesto, que el calendario perpetuo mexicano de Chavero puede usarse tratándose de fechas posteriores á la reforma mexicana (1454) y anteriores á la reforma gregoriana (1582), y cuidando de aumentar á la fecha que resulte un día en los meses (sic) (léase "años") Técpatl y Calli, y dos días en los años Tochtli y Ácatl".

Esta luminosa explicación de Robelo ayudará a aclarar definitivamente un punto que ha sido debatido por tantos y por tanto tiempo. Después de seguir los planteamientos expuestos por el autor estamos seguros de haber encontrado la fecha correcta del inicio del año mexicano al tiempo de la llegada de los invasores europeos. Sirva de inicio tan importante paso, para alentarnos en la busqueda de la parte más profunda de este conocimiento: El aspecto ritual, mágico y adivinatorio.

edu.red

 

 

 

Autor:

José Ramón del Río

Universidad Nacional Autónoma de México

Escuela Nacional Preparatoria

Secretaría de Promoción Cultural

San Ildefonso No. ?

Centro Histórico de la Ciudad de México

MMV

[1] El tiempo transcurrido entre dos lunac?es puede variar hasta por varias horas debido a una serie de factores; principalmente los cambios en la fuerza gravitatoria del sol, y la inclinaci?orbital de la luna misma. La duraci?del mes sin?co sufre variaciones notables, en 1900 su duraci?era de 29.5305886 d? y en 2100 ser?e: 29.5305891 d?.

[2] Este periodo no es invariable sino que se modifica de una manera imperceptible pero constante a?tras a? En 1900 su duraci?fue de: 365.242196 d? y en el 2100 ser?e 365.242184 d?, es decir una variaci?de casi un minuto (51.84 segundos) cada a?

[3] La Ciencia Calend?ca mesoamericana le asigna una duraci?exacta de 500 Xiuhmolpillin (Ciclos de 52 a?) es decir 26,000 a? exactamente.

[4] Fray Bernardino de Sahag? Historia de las Cosas de la Nueva Espa?

[5] Op. Cit., p?. 38, 39 – 41

[6] Cecilio A. Robelo, ?ccionario de Mitolog?N?atl?Calendario, P?. 33/55.

[7] A?en tiempos relativamente recientes, (1940?y 50? en la Ciudad de M?co era com?que a los ni?, durante la celebraci?del S?do de Gloria y despu?de la quema tradicional de los Judas, se les levantara en alto de esta misma forma, en la creencia que al as?acerlo propiciaban su crecimiento. (N. del A.)

[8] (Ver los anexos respectivos a los a? de 1521, 1522, 1523 y 1524, que se exhiben por separado)

[9] Ver ?rrelaci?de A? Bisiestos Cristianos y Mexicanos y Fechas de Inicio y Terminaci?de los A? Mexicanos desde 1454 hasta 2233?

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