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Evaluación del aprendizaje


  1. Prólogo
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Prólogo

La evaluación del aprendizaje es un proceso sistemático y permanente que comprende la búsqueda y obtención de información de diversas fuentes acerca de la calidad del desempeño, avance, rendimiento o logro del estudiante y de la calidad de los procesos empleados por el docente, la organización y análisis de la información a manera de diagnóstico, la determinación de su importancia y pertinencia de conformidad con los objetivos de formación que se esperan alcanzar, todo con el fin de tomar decisiones que orienten el aprendizaje y los esfuerzos de la gestión docente. (Lafrancesco, 2001)

Uno de los efectos más relevantes de la evaluación sobre el aprendizaje, se refiere a su contribución en la formación de cualidades en los estudiantes como la independencia, la reflexión, la responsabilidad ante sus decisiones, la crítica , que forman parte de los objetivos de la enseñanza.

En este proceso el estudiante aprende, desarrolla sus cualidades, capacidades, intereses, etc.

Las relaciones de la evaluación del aprendizaje con los demás componentes del proceso de enseñanza aprendizaje y de los elementos que integran el acto evaluativo pone en evidencia que los resultados evaluativos no dependen solo del sujeto del aprendizaje, es decir, del estudiante.

Desarrollo

Estudiar la evaluación nos posibilita modificar programas, profundizar temáticas que son de interés y con ello elevar la motivación, incentivar el estudio, evitando las contradicciones de intereses que pueden dañar el desarrollo de la personalidad sobre todo en etapas iniciales de su formación.

En la evaluación del aprendizaje, la calificación es uno de los problemas teóricos centrales, pues se vincula directamente con la problemática de la medición de las cualidades o propiedades psíquicas del individuo que resultan del aprender, así como del proceso mismo de aprendizaje, en el que el sujeto realiza una construcción personal de conocimientos, habilidades, normas

Un proceso cuyo objetivo sea la calificación de los alumnos, conforma individuos socialmente descompensados, conformistas, con metas limitadas como línea general. La conducción de la sociedad pretende encausar el desarrollo del proceso docente educativo hacia objetivos que van conformando una personalidad asociada a los fines de la sociedad actual, de ahí la importancia de su estudio y su aplicación en los programas sociales y educativos y en el desarrollo de una concepción del mundo como la que nuestra sociedad socialista propugna.

Las tendencias actuales se mueven en diferentes direcciones: en su cuestionamiento dentro de la evaluación que llevan a propuestas de eliminación; Su aceptación, pero con un enfoque más cualitativo, descriptivo, explicativo, con modos de proceder propios de enfoques cualitativos, en contraposición de los cuantitativos. La combinación de ambos procederes y de los sistemas de referencia y el énfasis en sistemas que atiendan lo ideográfico, lo específico o singular en el aprender del estudiante y las exigencias de la actividad objetiva (de aprendizaje y profesional).

La calidad de la enseñanza, por tanto, no debe estimarse porque sus resultados "respeten" la distribución esperada en un proceso aleatorio, sino porque promueva el avance o desarrollo de cada uno de los sujetos implicados -con sus características diferenciales- hacia determinadas metas u objetivos social e individualmente relevantes en un espacio y momento histórico dado.

Por definición la actividad evaluativa incluye, como un momento esencial, la calificación, en tanto constituye la formulación y expresión del juicio valorativo sobre el objeto que se evalúa o sobre un rasgo o aspecto del mismo, en términos tales que informen, de modo compilado, sobre la valía y el mérito del mismo.

No obstante encontramos posiciones de docentes que no conciben o aceptan ver la calificación dentro del proceso evaluativo, sino que las nota o lo que es lo mismo el valor numérico dado al resultado individual del alumno, dice más para poderlos diferenciar entre los "mejores o los malos" estudiantes. ¿Y qué ocurre con el proceso?. Nada, simplemente se desconoce, el ritmo orientador por parte del estudiante es nulo. Este entre otros aspectos afecta el proceso docente educativo e influye negativamente en el desarrollo y formación de la personalidad, influye en la motivación y el interés entre unos y otros alumnos.

La valoración de los resultados del aprendizaje de un estudiante a partir de su comparación con el de los demás integrantes del grupo, aumenta la relatividad de la calificación a límites inaceptables dado que el mismo sujeto tendría calificaciones muy diferentes en función del grupo de referencia de que se trate.

La construcción de un juicio valorativo requiere de un sistema de referencia del que parte el evaluador y en los que inserta las evidencias o datos que obtiene sobre el objeto y que permite, por contrastación con aquel, emitir el juicio.

La expresión de este mediante un sistema simbólico (un término del mismo sea numérico o no) concreta la calificación. Se habla de juicio y no de nota porque aquel es más amplio en su significado. No obstante, la calificación siempre supone la reducción de la información que se obtiene durante el proceso y aunque implica una compilación de dicha información, siempre hay pérdida de la misma, restringe su riqueza y amplitud; este hecho establece límites en cuanto al significado de un resultado calificativo.

La necesidad de la calificación puede ser abordada por sus funciones reales o potenciales. como información en una expresión sintética de los resultados de la evaluación en un momento dado (uso más connotado),

La valoración de los resultados que se concretan en las calificaciones sirven de base para hacer valoraciones globales de la enseñanza y del aprendizaje. También de los individuos en lo relativo a los atributos objetos de evaluación y referidos en la calificación.

La verificación por lo general se utiliza para rendir cuenta, del alumno ante el profesor, del profesor ante la institución, de la institución ante la sociedad, desempeñando una función de control respecto al logro del encargo social.

La calificación del aprendizaje de los estudiantes permite hacer clasificaciones de los alumnos (en función de sus logros, los avances en momentos dados del proceso), de los grupos, de las características del aprendizaje que se va produciendo (naturaleza y calidad de los logros, áreas y aspectos más o menos favorecidos, tipos de errores, etc.), del proceso de enseñanza aprendizaje en su conjunto.

La clasificación en el ámbito educativo resulta ser peligrosa y necesaria a la vez. De ahí que al manejar esta función se deba hacer con conocimiento de sus límites y de sus riesgos.

Desde una dimensión pedagógica, un problema central de la calificación radica en la determinación y empleo de los criterios de calificación. Mas directamente, con la fundamentación de los criterios que se asumen para calificar el aprendizaje.

Los criterios de calificación tienen que corresponder con el objeto de evaluación. Ser pertinentes al mismo. De lo contrario la evaluación no será válida.

Los procedimientos para establecer los criterios pueden ser diversos, pero en esencia la línea de su determinación implica partir del análisis del objeto de evaluación, precisando los aspectos o atributos que permiten caracterizarlo, cuantitativa y cualitativamente, en su proceso y resultados; determinar los indicadores, cuantitativos y cualitativos del aprendizaje, definir, sobre la base de los indicadores, los criterios que permiten juzgar sobre el aprendizaje del alumno y expresar el resultado en términos calificadores.

Dicho juicio puede ser expresado de diversas formas, pero lo más usual es utilizar categorías de una escala ordinal que permita agrupar y ordenar los datos en niveles de calidad del aprendizaje.

Conclusiones

El valor de la evaluación depende del grado que permite orientar el aprendizaje y aquellos resultados evaluativos que se expresan en la calificación, por muy precisa que esta sea, no son suficientes para dar respuesta a las necesidades de cada estudiante. Sin embargo, como bien señala M. A. Verdugo (1996), necesitamos categorías para hablar de los alumnos y guiar las decisiones sobre las ayudas que requieren, dichas categorías son útiles porque facilitan y simplifican la comunicación profesional entre profesores y otros especialistas al hablar de los tipos y formas de apoyo necesitados, por lo que un sistema clasificatorio podría estar unido a las necesidades de las personas y del proceso de enseñanza aprendizaje.

Se puede concluir de este proceder general, que no existen criterios generales válidos para calificar cualquier aprendizaje de modo uniforme, porque las líneas de variabilidad son múltiples: por el contenido del aprendizaje, la situación, la diversidad cualitativa del estudiante, el tipo de evaluación de que se trate, su finalidad y por los sistemas de referencia que se asuman.

Para cualquier caso, es necesario contar con una teoría del objeto de evaluación, es decir, un modelo teórico o representación de la naturaleza de aquello que se quiere evaluar; que es fuente de indicadores y de los criterios de calidad del aprendizaje.

Bibliografía

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Rico Montero, P. (1991): La formación de acciones de control y valoración de laactividad de aprendizaje en escolares primarios. En Revista Cubana de Psicología. Vol. VIII, 1, La Habana.

Talízina, N. F. (1989): Artículo introductorio. En Psicodiagnóstico, Teoría yPráctica. CEPES, Universidad de La Habana.

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Vigotsky, L.S. (1988). Interacción entre enseñanza y desarrollo. En Colectivo de autores (Eds.) Selección de Lecturas de Psicología de las Edades. Tomo III. Facultad de Psicología, ENPES, La Habana.

Vigotsky, L. S. (1989) El problema de la enseñanza y del desarrollo mental en la edad escolar. En Puzirei: El proceso de formación de la Psicología Marxista, Edit. Progreso, Moscú.

Villarroel, J. (1990): Evaluación educativa. Estudio crítico. Universidad Técnicade Ibarra, Ecuador.

 

 

Autor:

Juana Mary Lorenzana Zamora