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Sherlock Holmes


Partes: 1, 2

    1. Capítulo primero. Sherlock Holmes
    2. Sherlock, Volumen I. Estudio en Escarlata. Primera Parte. Capítulo 2. La ciencia de la deducción
    3. Volumen Primero. Estudio en Escarlata. Capítulo 3. El misterio del Jardín de Lauriston

    Introducción

    El trabajo que quiero hacer rinde homenaje a varias personas. En primer lugar al escritor, Sir Arthur Conan Doyle, en segundo a la persona que me ha inspirado la idea que sugiere el propio texto, y la tercera a una persona que quiso saltarse un convencionalismo social para lograr una posición que no nos merecíamos.

    Por el momento y dado mi poca afición a escribir prefiero que sea un texto a revisar. Animo al lector que no pertenece a la profesión de criminólogo y psicólogo que deje este escrito porque perderá el tiempo. Quizá esté entorpeciendo la labor de profesionales que puedan necesitar cierto tipo de ideas y sugerencias. No es un libro pues apto para personas de la calle animadas a la lectura de novelas de detectives, para eso ya existe una buena colección de versiones. Mi humilde obra es fruto de fiebres, de egoísmo y de un sinfín de horas perdidas en la calle, ajenas a valores como la humildad, el compañerismo o la colaboración. Ruego pues a lector que desista en el intento de ocupar sus horas de una forma productiva. La persona que busque la inspiración en la lectura de las líneas encontrará mal camino y un muro como contrapartida. Le roba un tiempo que podría usar para charlar y pensar en cuestiones que son básicas y necesarias en una persona normal. Entre las frustraciones que observará en el tipo de pensamiento está la maternidad perdida en aras a alcanzar una notoriedad basada en una persona inteligente que tiene ciertos valores de altruismo. Lejos de ello muevo al lector a ocupar el tiempo en lecturas más complejas o más sencillas. Estoy triste.

    Hace muchos años, en Toledo poco antes de que empezaran a surgir toda una serie de accidentes a mi alrededor, disfrutaba de haber visto una popular teleserie de televisión que continuó con la secuela o segunda parte llamada los rivales de Sherlock Holmes. En esta obra los tradicionales adversarios ya dejaban paso a personajes de segunda, con caracteres muy marcados del bajo Londres. Los actores eran de primera aún no siendo caras conocidas para mí.

    Una exageración para recreo del público, a mi parecer de una calidad muy superior a la propia del detective. Personalmente me gustó más, el personaje debía luchar contra seres perversos de todo tipo. Yo tenía diez años y seguir la novela era fácil. Sherlock un detective médico que sigue el paralelismo de la pareja en la figura de un doctor que muchos intuyen el antecesor del conductismo, si no el propio autor. Las historias se coleccionan en los periódicos y sirven de influencia a escritores. Fantasear con la realidad es fácil porque la educación va de la mano de fábulas, cuentos, mitos y creer lo contrario no es complicado. Muchas mentes perversas se basan en el plagio y la recreación como suele pasar cuando un detective necesita ir al lugar del crimen para buscar hipótesis que den con la persona.

    He estado vagando por las calles de Alicante, en busca de salidas y soluciones. Como mujer me he dejado una vez llevar más por mis pasos quizá por deseo de intuir algo sobre mi pasado. Lo he encontrado escrito en paredes y fachadas. Las fotografías que quise tomar en Talavera con motivo de un robo, se transformaron en mi tierra en una firma que se encontraba en donde iba (coincidencia, no lo sé). Nací y nunca lo he negado en una ciudad de provincias cercana a la frontera, quizá por ello puedo sentirme perseguida o usar este sistema en intento de buscar soluciones y camino llevada de la mano de un seguidor del detective.

    Las fotografías que pretendían buscar soluciones a unos escritos en la pared de primero A, de carrera corresponden a jóvenes que obviando los avances de la ciencia se han escudado en ella. Frases como "Fuera Lemoniz" en el tejado y algún garabato en la clase (creo recordar la única aula con pintadas y me baste recordar que salvo aseos donde se escribían otras cosas y de otra manera, ello quizá tiene un porqué y un para qué). Todo el mundo tiene cierto deseo de ser importante, de trascender a través de los hijos aportándoles unos valores que les hagan triunfar o ser más felices en algún sentido. El altruismo existe, pero también existen unas emociones negativas que alteran el funcionamiento. Algo que los psicópatas y detectives saben.

    La televisión es un gran medio pero fomenta la observación en demasía, le he pedido al lector que desista en leer mis líneas porque no va a lograr ideas ni aportaciones. Aún no tengo muy claro el modo ni mi objetivo, como le pasa a algunos lectores que se dejan llevar por esas emociones y estados de ánimo. El lógico Sherlock tiene su corazón y sus intuiciones, el personaje ha pagado en sus carnes el duro esfuerzo de objetivizar o trazar planes y le ha pasado factura.

    Lejos de emularlo parto de otra escuela, la psicología, como a mi ya me ha pasado factura aunque mis heridas proceden de otra cuestión, entiendo que como vasca no llega a los siete apellidos vascos que se decía en la radio necesarios para poder entrar en muchos sitios (una mentira que crea separación), no domino el idioma vasco, y mi familia no es nacida allí. Comparto el deseo coger una pipa y fumar, pasear por las calles y hablar con policías y clientes.

    Tengo el problema que la profesión no ha querido aceptarme del todo y me ha puesto trabas en el aspecto práctico e incluso lingüístico. Una de las obras más espeluznantes que he leído en euskara o vasco, un asesino que siguiendo el estilo de Pulp Fiction se ensañaba con las mujeres; desgarrando los senos quizá para desestimar la maternidad o quizá para probar que escribir de forma desagradable hace a las personas más inteligentes; como usaría un rival del señor Holmes para distraer la atención y poder sacar un dinero o documentos que de otra manera sería más difícil.

    También recuerdo otra obra titulada, El Ocho. Un grupo de grafitteros que se ha instalado en la zona tienen el común interés en él. Recuerdo las personas que me abrieron las puertas de Zorroaga, dos chicos y también las caras de quienes me las cerraron en una ocasión. El telón estuvo corrido lejos de la supervisión de las autoridades durante años, por un motivo. La vigilancia existía, convenía que no lo pareciera en ningún momento. Las huelgas no tenían un gran sentido y todo fue una maniobra de distracción. En otros lugares se llegaron a creer un gran embuste. La historia trascendió como un desprendimiento de un iceberg, siendo un vulgar copo de nieve.

    Quiero intuir que la coincidencia me ha vuelto a unir a personas que como decían necesitan tener un líder o alguien a quien asirse aunque no se le valore, porque permite sentirse menos malo o menos cobarde. Ese papel no me va.

    Me equivale a afirmarse delante de alguien que está por encima destruyendo al que se le parece con el motivo de ser la amante que obtiene parabienes y prebendas. Mi figura es sólo una sombra, soy una persona terriblemente mal dotada para la lucha y el combate; algo que puede hacer perder tiempo para las personas que esperan que tras una persona nacida en un determinado lugar haya un reguero de sangre porque como el famoso Jack hay que ayudar a Sherlock o al detective oficial, a ser más importante a costa del Erario Público. Mi catorce cumpleanos trascurrió en un cementerio, un lugar que se considera de reposo. Aún no me han perdonado que devolviera un fémur al osario, una persona valiente debe tener miedos y un chantaje de por medio. Mi corta vida laboral ya lo avala. Toda persona pasa miedos, sea buena o sea el peor ser de la tierra.

    Las personas que están interesadas en que la situación no vaya bien se han acomodado a esperar que el extranjero trabaje más, que el Estado les pague su duro esfuerzo diario y la familia les legue sus beneficios porque viene de sangre y conviene que sea igual que las personas que dominan el mundo. Me refiero a la camarilla de personas que aspira a tener la posibilidad de codearse siendo héroes e impostores.

    Parecer es más interesante que ser. La mujer vale poco, un buen expediente esconde a personas que tienen otras carreras o tienen ganas de mejorar a costa del esfuerzo ajeno. Esa amargura quedará como la estela que ensucie la obra del insigne autor. No quiero llorar como tampoco quise llorar el día, que el actor parecía morirse tras los esfuerzos de varias envenenadoras y lo pagará él. Un mal desplazamiento para una persona que regala su trabajo a través de un pago de su gobierno, afortunadamente es un personaje ficticio. Una persona retirada de la escena pública que tiene el interés de salir de su habitación y mejorar el mundo. Pierde casos, pero no lo esconde.

    Las obras completas que poseo son adquiridas por una asignación semanal que me daban mis padres. La cantidad era modesta para muchas de mis amistades que se reían de lo poco que podía obtener por mis medios. Hace años que decidí tras una discusión no pedir dinero a la familia que no sintiera ganado, ellos se estaban esforzando en dar unos estudios a una persona con mayor capacidad. Siempre he pensado que una persona puede sacrificarse, porque de alguna manera el Señor se lo dará en el futuro y en el propio presente.

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