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Como cultivar una paz interior firme y duradera


    INTRODUCCIÓN

    Actualmente tenemos fácil acceso a mucha información relacionada con diferentes temas de autoayuda, crecimiento personal, sabiduría y paz interior. Sin embargo, me atrevo a decir que la gran mayoría de la gente que lee dicha información, toma una consciencia pasajera de los diferentes conceptos o argumentos que la misma conlleva para luego seguir siendo las mismas personas de siempre. En otras palabras, toda la información constructiva que captamos al leer libros de autoayuda no genera un cambio verdadero en nuestra personalidad, lo cual se debe a que no es suficiente tomar consciencia de una verdad o argumento extraído de un libro para asegurarnos de aplicar en adelante y para siempre la información captada ya que la simple lectura no es capaz de modificar nuestra constitución neuro- fisiológica. El cambio verdadero solo podrá generarse si trabajamos con buen ánimo, creatividad y constancia en relación a la información específica que hemos adquirido a través de la lectura. En el presente libro he tratado de plasmar toda la información que he aprendido en relación a la paz interior de quienes considero mis maestros espirituales: Osho Gulaab y Jiddu Krishnamurti y algunos escritores como Deepak Chopra, Eckart Tolle, Wayne Dyer, Steven Covey, Lou Tice, entre otros para luego explicar mi particular propuesta en relación a la forma cómo podemos descubrir la paz dentro de nosotros mismos y cómo podemos generar en nuestra vida ese cambio verdadero y duradero que deseamos. Para ello, me di a la tarea de condensar en un solo documento toda la información aprendida de dichas personalidades y me propuse incluir al final de cada capítulo diferentes pensamientos y frases expresados por Osho y otros pensadores ya que los mismos refuerzan y complementan de forma amigable los conceptos que he aprendido de ellos en relación a la paz interior y hago a la vez la salvedad de que he tenido el cuidado de citar en cada caso la fuente revisada. Hay algunos conceptos científicos que he tratado de explicar de la mejor forma, sin embargo ruego la comprensión de los lectores si cometo algún error de concepto y recomiendo a la vez que centren su atención en la aplicabilidad de las ideas que quiero dar a entender y no en su fundamento ya que en mi experiencia personal he tenido la fortuna de comprobar los resultados positivos de cada una de las propuestas que menciono a lo largo del libro sin necesidad de adentrarme en aspectos lógicos o teorías. Personalmente estoy convencido de que en muchas situaciones de nuestra vida el actuar de la forma que consideramos "lógica" no proporciona necesariamente los resultados que esperamos. En resumen he tratado de demostrar que la paz interior es algo que forma parte de nosotros mismos pero que desafortunadamente es eclipsada por nuestra constante identificación con el pensamiento al cual llamo "instrumento" y por la adicción inconsciente que tenemos por nuestras emociones. Para poder comprobar dicha identificación propongo algunos ejercicios como el hecho de convertirnos en observadores de nuestros propios pensamientos, cambiar la gestalt y otros aspectos relacionados con la práctica de la meditación. En los casos en los que sugiero hacer un ejercicio mental, recomiendo mucho seguir cada uno de los pasos descritos conforme los voy mencionando ya que así se podrá captar de mejor forma y sobre todo vivir la experiencia que estoy describiendo. Incluyo un capítulo en relación al propósito de nuestra vida ya que estoy convencido de que nuestra paz interior va de la mano con la realización de nuestros sueños y propósitos personales. En los últimos capítulos me propuse explicar detalladamente la razón por la cual considero que muchos libros de autoayuda, si bien nos hacen tomar consciencia de diferentes verdades, no producen un cambio genuino en nuestra vida y para finalizar describo mi propuesta particular en relación a la mecánica a través de la cual considero podemos generar un cambio real y duradero en relación a los aspectos que aprendemos a través de la lectura, mecánica que decidí nombrar "reacondicionamiento neuronal" explicando previamente la forma como se origina nuestro patrón de comportamiento para terminar detallando la forma como podemos modificar de forma positiva nuestras percepciones y nuestro comportamiento a través de la práctica de dos pasos poderosos "Afirmar y actuar en concordancia". Espero que el presente libro sirva de ayuda a todas aquellas personas que, a pesar de estar conscientes de la necesidad de lograr un cambio verdadero y perdurable en sus vidas no han logrado encontrar la forma de hacer de dicho cambio una realidad.

    EL PENSAMIENTO ES UN INSTRUMENTO CONDICIONADO

    ¿Te has puesto a pensar porqué con cierta frecuencia sentimos que nos hace falta algo? pensamos en la felicidad como en algo que conseguiremos en el futuro y dicha felicidad está supeditada al logro de un objetivo en particular: "cuando consiga un mejor empleo"… "cuando construya mi casa propia"… "cuando logre comprar mi automóvil"… "cuando tenga mi propio negocio", etc. Uno de los mayores conflictos en nuestra vida es el hecho de supeditar nuestra felicidad al logro de un objetivo. Cuando logramos conseguir ese objetivo específico, el mismo deja de ser la condicionante para que nuestra felicidad sea completa y otro deseo toma su lugar convirtiéndose dicha situación en un ciclo interminable que nos impide sentirnos felices ahora, en este preciso momento. Este ciclo puede desaparecer si tomamos conciencia de los diferentes papeles que juega el pensamiento en relación a nuestra estabilidad emocional. Es obvio que el pensamiento juega un papel imprescindible para nuestra supervivencia, sin embargo, también el mismo puede convertirse en nuestro propio verdugo; el pensamiento es útil pero no siempre.

    Es importante tomar conciencia de que el pensamiento es el producto de la experiencia, es decir el resultado de todo lo que has vivido, las imágenes que tu cerebro ha grabado a lo largo de tu vida. De igual forma, tu carácter y tu personalidad, son también un producto de todas las experiencias y toda la información que tu cerebro ha grabado a lo largo de los años. En base a lo anterior, es fácil darse cuenta de que el pensamiento siempre es "viejo" siempre es "producto del pasado". Pensar es, en otras palabras, interpretar tu presente, es decir "lo nuevo" en función del pensamiento mismo, "lo viejo".

    Recuerdo una anécdota de Jiddu Krishnamurti que dice que en cierta ocasión dos monjes caminaban de un pueblo a otro y encuentran a una joven llorando a orillas de un río. Uno de los monjes se acerca a ella y le dice: "Hermana, ¿Por qué estás llorando?" Ella contesta: "¿Ve usted esa casa al otro lado del río? Vine esta mañana temprano, y no tuve dificultad en cruzarlo, pero ahora el río ha crecido y no puedo regresar. No hay ningún bote". "¡Oh!", -dice el monje- "eso no es ningún problema". La levanta en brazos y cruza el río, dejándola en la orilla opuesta. Y los dos monjes siguen su camino. Después de un par de horas, el monje mas joven dice: "Hermano, hemos hecho voto de nunca aproximarnos a una mujer; has cometido un terrible pecado. ¿No sentiste placer, una gran sensación, al tocar a esa mujer?" Y el primer monje replicó: "Yo la dejé atrás hace dos horas. Tú, la sigues cargando, ¿no es así?" (1)

    De igual forma tu pensamiento puede representar una carga generada en base a un condicionamiento, una carga que no es real pero que constituye un desgaste de energía y te roba la paz interior. Por lo general, nosotros mismos somos quienes generamos dicha carga, nuestro pensamiento es algo raro y complejo, tiene la sombrosa particularidad de crear problemas en donde no existen. Oigan esto que cuenta Osho:

    "Becky Goldberg llamó al director del hotel: Soy la huésped de la habitación quinientos cinco, dijo muy irritada, y quiero que sepa que hay un hombre caminando completamente desnudo en la habitación de enfrente y que sus persianas están subidas. No se preocupe señora, en seguida subo, le respondió el director. Cuando entró en la habitación de Becky, se asomó a la ventana y dijo: Tiene usted razón, señora, parece que el hombre está desnudo pero, dondequiera que se encuentre de la habitación, su ventana le cubre de la cintura para abajo. ¡Ah, sí!, gritó la mujer ¡Pero súbase usted a la cama, súbase! (2)

    ¡Qué necesidad hay de subirse a la cama! Por lo general es nuestro propio condicionamiento el que genera el conflicto y si hay conflicto interno, habrá desperdicio de energía.

    Si tomas conciencia de que el pensamiento no es más que "una interpretación del presente en base a lo viejo", te pregunto: ¿Quién es ese que se está dando cuenta? Por favor, considera este cuestionamiento, es importante ya que si captas la idea que te quiero dar a entender, descubrirás una nueva faceta dentro de ti. ¿Quién es esa persona que se está dando cuenta de que el pensamiento es solo la interpretación del presente en base a algo viejo?

    ¿Quién es ese alguien dentro de ti que se está dando cuenta que tu pensamiento siempre es producto de tu propio condicionamiento? Cuando tu dices "De veras, todos mis pensamientos solo son producto de mi propio condicionamiento" ¿Quién lo está diciendo? Quien lo dice es tu "yo libre de condicionamiento". Cuando te das cuenta de esta característica del pensamiento, cuando observas tu propio condicionamiento, inmediatamente desaparece el condicionamiento mismo y entras en una dimensión silenciosa, una dimensión que no está afectada por juicios, recuerdos o condicionamiento alguno. En esta nueva dimensión, hay energía libre de conflicto. En esta dimensión podemos ver las cosas con claridad, de una forma totalmente nueva y pacífica.

    La meditación es una forma de entrar en esta dimensión silenciosa que nos permite percibir el presente desde un ángulo completamente nuevo, puedes observar tu presente y las cosas que te pasan con mayor claridad. Sin embargo, la meditación es un tema que prefiero tocar mas a fondo en un capítulo aparte.

    El pensamiento puede llegar a constituir un obstáculo considerablemente fuerte, si no es que el mayor obstáculo, en tu equilibrio y estabilidad emocional. Puedes pensar gracias a que tu cerebro graba constantemente todo lo que tus sentidos perciben, pero dicho pensamiento siempre es viejo. Todo lo que puedes traer a la memoria es parte del pasado, Como dice Osho:

    "La mente representa al pasado que permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto que sigue controlando el presente vivo" (3)

    Tu pensamiento tiene la característica de cuestionar todo lo que percibes y luego de dicho cuestionamiento invariablemente emite un dictamen acorde a tus viejos patrones. Tu pensamiento siempre tiene algo que decir, obsérvalo en ti, observa cualquier cosa y ve como tu pensamiento te dice algo con respecto al objeto que observas. Por favor, compruébalo en este mismo momento, te ruego que observes cualquier cosa que tengas cerca de ti y comprueba como tu pensamiento trae inmediatamente algún concepto, recuerdo o juicio en relación a la cosa observada. Ahora bien, observa también que lo que tu pensamiento te dice es inevitablemente producto de la memoria y por lo tanto no es nada nuevo, es producto del pasado. Mientras el pensamiento interpreta, no hay observación pura. ¿A que me refiero con observación pura? Vuelve a ver el objeto que escogiste y trata de mirarlo como que si fuera la primera vez que lo miras. Míralo detalladamente, mira su color, su forma, su contorno, su textura. Por favor, vuelve a mirarlo antes de seguir leyendo.

    Esta nueva forma de observación es diferente a la que experimentaste la primera vez, encontrarás más detalles en eso que observas, percibirás características de las que no te percataste con anterioridad. Esto es lo que llamo observación pura. El pensamiento es como un filtro que invariablemente se coloca entre aquello que observas y tú. Si tú observas una flor y utilizas tu pensamiento, el mismo te dará inmediatamente un juicio en cuanto a la forma, el color, el entorno, etc. Pero ese juicio será sin lugar a dudas una interpretación basada en tus antiguos patrones. Eso no es observación. Por el contrario, si miras la flor sin emitir juicio alguno, simplemente observando, sin la interferencia del pensamiento, tendrá lugar la verdadera observación, llegará un momento en que no existirá el observador. El observador, que eres tú y el objeto que observas, que es la flor, se fundirán y serán uno solo, y lo único que existirá en ese momento es observación. Pero ¿Por qué es importante la observación pura? Es importante porque es precisamente de esta forma como debiéramos de observar cada instante de nuestra vida, como algo totalmente nuevo, sin que nuestro pensamiento interprete en base a prejuicios o condicionamiento alguno. Sin que nuestro pensamiento interfiera interpretando nuestro momento presente en términos de pasado o futuro. Me gusta mucho el ejemplo con el que Eckhart Tolle en su libro "El poder del ahora" describe la relación de dependencia que tiene nuestro pensamiento con respecto al tiempo, lo cual transcribo a continuación:

    "El tiempo y la mente son de hecho inseparables. Imagínese la tierra sin vida humana, habitada solo por plantas y animales. ¿Tendría todavía un pasado y un futuro? ¿Podríamos todavía hablar del tiempo de forma significativa? La pregunta ¿Qué hora es? O ¿Qué día es hoy?-si hubiera alguien para hacerla- no tendría ningún significado. El roble o el águila quedarían perplejos ante tal pregunta. "¿Qué hora?" responderían. "Bueno, es ahora, por su puesto. ¿Qué más?"" (4)

    El pensamiento constituye un diálogo constante que te roba el momento presente. Si tomas en cuenta dos cosas: primero, que todo el tiempo estás pensando y segundo, que la mayoría de pensamientos discurren en términos de pasado o futuro, es decir, tu pensamiento está centrado en temas como por ejemplo algún incidente que tuviste, tu pensamiento reinventa el incidente disponiéndolo de la forma como hubieras querido que sucediera, o bien piensas en el futuro, en las cosas que quisieras hacer, en el trabajo que tienes pendiente o bien en lo que te hace falta, en esa sensación de carencia de que hablamos al principio. Tomando en cuenta los dos aspectos anteriores, yo te pregunto ¿Crees que tu pensamiento colabora en algo en cuanto a tu paz interior? ¿O crees más bien que en ocasiones constituye un obstáculo? Pienso que con frecuencia constituye un obstáculo, a menos que tu pensamiento se encuentre totalmente inmerso en el momento presente, de manera relajada, armoniosa, incluso apasionada. Constituye un obstáculo sobre todo en los momentos en los que nuestro diálogo interno se enfoca en aspectos negativos. Es importante darse cuenta de que el momento presente es todo lo que tenemos, el momento presente es lo único que existe, el ahora es lo único con que cuentas.

    Haz este sencillo experimento: pregúntate a ti mismo o a ti misma: ¿Cuál será mi próximo pensamiento? Y espera, no te enfoques en nada, pierde tu mirada en el vacío, pregúntate ¿Cuál será mi próximo pensamiento? y espera nuevamente, siente el momento, enfócate mas bien en ese tiempo de espera. Comprueba como ese momento de espera es presencia total, presencia libre de pensamiento, presencia pura y en paz. Repite este ejercicio ocasionalmente y verás que a través del mismo experimentarás esa sensación de paz y tranquilidad que conlleva la presencia total.

    Para conquistar la anhelada paz interior debes tomar conciencia de que el pensamiento siempre está condicionado, es como un filtro a través del cual calificamos o juzgamos todo aquello que miramos, escuchamos o sentimos, pero es un filtro al fin de cuentas. Uno de los papeles que juega el pensamiento en tu vida, y que no puedes permitir que te controle, es esa plática estéril contigo mismo o contigo misma que no te permite vivir el presente con toda tu entrega, con todo tu amor, independientemente de lo que estés haciendo, ya sea un trabajo complejo o algo tan sencillo como disfrutar una tacita de café. Celebra la vida viviendo el presente en su totalidad tal y como lo hacen quienes practican el hasidismo. Como dijo Osho:

    "Los hasid han vivido siempre en pequeñas comunidades en que se celebra, se baila y se disfrutan los pequeños placeres de la vida. Infunden santidad a las pequeñas cosas, el comer y el beber. Todo adquiere la calidad de la oración. Las cosas ordinarias de la vida dejan de ser ordinarias y se impregnan de gracia divina" (5).

    Hay ocasiones en las cuales nos sentimos presa del estrés, la preocupación, la inseguridad o el temor. Es en estos casos en los que debemos recordar que nuestro pensamiento es solo una herramienta y como tal podemos prescindir de ella, podemos desligarnos de esa identificación constante con dicha herramienta ya que dicha identificación nos limita enormemente y nos impide vivir la paz que conlleva el momento presente.

    Como mencioné anteriormente, el pensamiento es toda la información que tu cerebro ha acumulado a lo largo de tu existencia. En base a toda esta información reaccionas, actúas y tomas las diferentes decisiones que consideras necesarias para tu bienestar. La relación que has mantenido toda tu vida con tu propio pensamiento te hace sentir inconscientemente que "tú y tu pensamiento son una sola entidad", que no puede haber separación entre tu y tu pensamiento. Has estado durante años tan identificado con tu propia mente que te debe parecer extraña y hasta ridícula la idea de que "Tú no eres tu pensamiento", pero así es, "Tú no eres tu pensamiento". Te lo voy a explicar con el siguiente ejemplo: estoy seguro que en mas de alguna ocasión has estado pensando y pensando tanto en algo que te preocupa que en determinado momento te has dicho algo similar a: "ya me aburrí de mi mismo". Si analizamos esta situación, podremos darnos cuenta de que en ese preciso momento hay dos entidades en conflicto: el "yo" que está aburrido y el "mi mismo" que con su parloteo causó el aburrimiento. Tu "yo verdadero" es ese que sintió aburrimiento, tu "yo irreal", si se puede llamar de esa forma, es esa plática constante generada por tu pensamiento. En otras palabras, tu "yo verdadero" es ese centro de control que está dentro de ti que puede decidir en qué pensar; que puede definir el patrón de pensamientos que te conviene tener. Otra forma cómo podemos evidenciar nuestro condicionamiento es con el siguiente ejemplo: ¿Recuerdas en algún momento de tu vida haberte enfermado por consumir algún alimento determinado? ¿Recuerdas la sensación de nausea y los malestares que este alimento te causó? Si ya tuviste esa experiencia, es muy probable que también algún tiempo después hayas experimentado los mismos síntomas con el solo hecho de ver, oler o pensar en ese tipo de alimento nuevamente. Es obvio que el simple hecho de ver u oler el alimento no puede enfermarte como tal, ya que no estás teniendo contacto directo con el mismo y sin embargo, experimentas físicamente la mismas molestias que experimentaste aquella vez. Esto se debe a que tu inconsciente fue condicionado por una mala experiencia previa y te está trayendo a la memoria las sensaciones experimentadas con anterioridad en un intento para que dicha experiencia no se vuelva a repetir. De igual forma, las experiencias dolorosas almacenadas en tu mente son el factor condicionante desde el cual se generan tus miedos, angustias, pensamientos negativos e inseguridades.

    En resumen, tu pensamiento es un instrumento condicionado y por lo tanto puede ser objeto de evaluación por parte de ti mismo o ti misma. Debes aprender a identificar las ocasiones en que es bueno dejarte llevar y fluir armoniosamente con tu pensamiento y cuando no lo es, cuando es bueno utilizar tu pensamiento y cuando no. Recuerda que el pensamiento es una herramienta de la cual debes hacer uso solo cuando la necesites; mientras no la necesites, puedes dejarla a un lado para vivir el presente, cada momento, cada minuto, cada segundo, al máximo, pues, como mencioné con anterioridad, el presente es lo único con que cuentas. El secreto es estar presente de forma total cual si fueras un espejo. El espejo no tiene elección alguna, el espejo solo refleja lo que está frente a él, ya sea bello u horrible, claro u oscuro, refleja sin emitir juicio alguno. Solo tienes que poner atención al momento presente, o mejor dicho, solo tienes que entender y experimentar lo que significa el hecho de estar realmente atento o atenta, realmente presente, lo cual no quiere decir, basado en lo que acabamos de decir, que decidas dejar de emitir, cuando aplique, tus propios juicios o elecciones. No se trata de que decidas dejar de opinar o elegir pues, de ser así, si dices: "A partir de hoy ya no voy a elegir" "A partir de hoy ya no voy a emitir juicio alguno", esta decisión sería de nuevo una elección. Solo trata de saborear ese estado de presencia total libre de todo juicio y al entender de que se trata, sabrás cuando utilizar tu pensamiento, sabrás cuando identificarte con él. Mas adelante te explicaré algunos ejercicios como "Cambiar la gestalt" o aspectos relacionados con la meditación con los cuales podemos hacer a un lado nuestro pensamiento y experimentar esa sensación de disfrutar completamente del presente.

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