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El Síndrome de Burnout en trabajadores de la salud de la Atención Primaria


Partes: 1, 2, 3
Monografía destacada

    1. Introducción
    2. Objetivos
    3. Material y Métodos
    4. Análisis y Discusión de los resultados
    5. Conclusiones
    6. Recomendaciones
    7. Referencias Bibliográficas
    8. Anexos

    Resumen

    El estudio del Burnout en médicos de atención primaria ha revelado cifras de presencia importantes en los últimos años. La incrementada sobrecarga de trabajo, asociado a factores sociodemográficos, afecta silenciosamente el bienestar mental de los médicos, enfermeros y técnicos de nuestros policlínicos, que no disponen de un servicio encargado de viabilizar soluciones de salud a los mismos mediante una atención priorizada.

    La principal motivación de nuestro trabajo fue determinar la presencia del síndrome de Burnout en trabajadores de la salud (médicos, técnicos y enfermeras) de la atención primaria e identificar las principales variables sociodemográficas asociadas a éste y a cada una de sus dimensiones. Se realizó una investigación epidemiológica, analítica y transversal. Fueron estudiados 130 trabajadores de referencia, activos al momento de la encuesta, de un universo de 439 trabajadores de 4 policlínicos del municipio 10 de Octubre.

    Las variables estudiadas fueron: edad, sexo, situación conyugal, años de ejercicio profesional, años de convivencia con la pareja, presencia de hijos, número de hijos, situación laboral de la pareja, profesión, agotamiento emocional, despersonalización, realización personal, presencia de Burnout y agrupación de dimensiones quemadas. Los datos obtenidos se agruparon en tablas y gráficos, aplicándose el método estadístico del porcentaje y ji cuadrado.

    Introducción

    El término desgaste profesional o Síndrome de Burnout se utiliza para describir un tipo de estrés laboral e institucional que se da específicamente en aquellas profesiones que mantienen una relación constante y directa con las personas que son los beneficiarios de su propio trabajo, en concreto personal sanitario, docente, fuerzas del orden público (1) y significa estar o sentirse quemado, agotado, sobrecargado, exhausto (2).

    Este concepto surge en Estados Unidos a mediados de la década de los años setenta con Freudenberguer (1974) (3), y explica el deterioro en la atención de las organizaciones de servicios de voluntariado, sanitaristas, de servicios sociales y educativos de las Free Clinic que habían proliferado en los EE.UU. a partir de los años 60(4). Más tarde lo define como el resultado de desgastarse por la pretensión persistente de un conjunto de expectativas inalcanzables (5). El síndrome de quemarse es pues una respuesta al estrés laboral crónico integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional así como el encontrarse emocionalmente agotado (3-6).

    Aunque no existe una definición unánimemente aceptada sobre Burnout, sí parece haber consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico.

    Desde una perspectiva psicosocial, la mayoría de sus adeptos aceptan la definición de Burnout elaborada por Maslach y Jackson (1986), quienes lo consideran como una respuesta principalmente emocional, situando los factores laborales y organizacionales como condicionantes y antecedentes. Los estudios de Maslach y Jackson (1981, 1985, 1986), defienden que el Burnout es un síndrome tridimensional que se desarrolla en profesionales cuyo objeto de trabajo son personas (usuarios) y añaden tres dimensiones características (7).

    En su análisis se apoyaría en los conceptos que le servirían para ahondar en este tipo de comportamiento. El primero era la noción de preocupación distanciada (Lief y Fox, 1963), que aludía al comportamiento característico de profesiones sanitarias que deben implicarse en la cura sin caer en sobreimplicaciones emocionales. El segundo era el concepto de deshumanización defensiva (Zimbardo, 1971) que se refería a la necesidad de defenderse de estados emocionales continuos y desequilibradores, actuando con las personas como si fuesen objetos o problemas a solucionar. Estos conceptos tenían su campo de explicación más extensivo en las profesiones sanitarias. Su punto de arranque estuvo en las profesiones asistenciales, preferiblemente las sanitarias. Mas tarde encontró que un fenómeno semejante se daba en abogados que trabajaban con personas en situación de extrema pobreza y en otras profesiones de servicio (4,8).

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