También ayudará a la convergencia de la inflación el supuesto que la brecha de actividad continuará ampliándose al menos hasta la primera parte del 2016. En esta ocasión, se estimó importante introducir explícitamente la distinción entre el PIB tendencial y el denominado PIB coherente con una inflación estable, conocido en la literatura como PIB potencial de corto plazo o simplemente PIB potencial. Por su naturaleza, el PIB potencial es el relevante para el cálculo de la brecha de actividad asociada a las presiones inflacionarias. La diferencia entre ambos conceptos radica en que este último, en contraste con el de mediano plazo o tendencial, puede ser afectado por fluctuaciones temporales de la productividad y limitaciones transitorias a la disponibilidad de factores. En lo más reciente la brecha de actividad se ha ampliado, aunque menos que lo observado en otros ciclos de bajo crecimiento. Esto es coherente con otras medidas, como el uso de la capacidad instalada y el consumo eléctrico, que también apuntan a la existencia de mayores holguras en el último tiempo.
Así, la inflación anual del IPC retornará a 3% en el curso del 2017, fluctuando en torno a ese valor hasta fines del horizonte de proyección relevante, en esta ocasión el tercer trimestre del 2017. Las expectativas de inflación que se derivan de las encuestas (de Expectativas Económicas, EEE y de Operadores Financieros, EOF) también se han ido ajustando al alza en estos meses, especialmente a plazos más cortos, mientras que a dos años permanecen en 3%. Sin embargo, el escenario base considera una convergencia más lenta de la inflación al 3% que lo implícito en las encuestas. De hecho, a diciembre de 2015, la EEE anticipa una variación anual del IPC en 4,2%, mientras que el Banco Cental de Chile la ubica en 4,6%. A plazos más largos la divergencia entre ambas proyecciones es más marcada y a diciembre del 2016 se amplía a 6 décimas: la EEE considera 3,1% y escenario base de este IPoM 3,7%. Con todo, los seguros de inflación entregan una trayectoria de convergencia más parecida a la contemplada en el escenario base. Como se mencionó, en el escenario base la brecha de actividad seguirá ampliándose, al menos hasta la primera parte del 2016. En el 2015 el PIB tendrá una expansión entre 2,0 y 2,5%, rango inferior al contemplado en junio. En el 2016, la economía crecerá entre 2,5 y 3,5%. Detrás del ajuste a la proyección del 2015 está que las cifras efectivas del segundo trimestre de actividad y la demanda interna fueron más débiles que lo anticipado; que las expectativas empresariales y de los consumidores no solo no se han recuperado, sino incluso han vuelto a deteriorarse desde junio; que las perspectivas para la actividad minera han empeorado; que aún no se observan señales de mejoría del consumo y la inversión privada; y, especialmente, que el panorama externo que enfrenta la economía chilena ha empeorado significativamente en el último mes. Con todo, estas proyecciones siguen considerando que se producirá una mejora paulatina de las expectativas privadas y que la política monetaria se mantendrá en una fase expansiva relevante. Por el lado fiscal, se considera que en el 2016 el aumento del gasto será menor que de este año, en concordancia con una reducción moderada del déficit estructural.
Por el lado del gasto, el 2015 el consumo (contrario a lo anticipado en junio) tendrá una expansión menor que en el 2014, de 2,1%. La reducción de la masa salarial determina un crecimiento más bajo del consumo privado durante este año. Hacia el 2016, el consumo total crecerá 3,3%, considerando que, como se mencionó, este escenario base asume una recuperación de las expectativas de consumidores en lo venidero.
Se estima que la formación bruta de capital fijo (FBCF), que ya se contrajo el 2014, lo hará nuevamente este año (en 1,2%). La corrección respecto de lo esperado en junio dice relación en gran medida con maquinaria y equipo. Este componente registró una contracción importante en la primera mitad del año y no da luces de una pronta recuperación. Ello, pues los indicadores más recientes de importaciones de bienes de capital no muestran mayores variaciones respecto de lo observado en la primera mitad del año. Por el lado de la construcción y obras el ajuste es menor, gracias al impulso que ha recibido la construcción de viviendas por el adelantamiento de compras asociado a la entrada en vigencia del IVA a la venta de viviendas. Esto compensa, en parte, la corrección a la baja del catastro de la CBC, que nuevamente disminuyó el valor de los proyectos en carpeta. En la misma línea, los entrevistados en el marco del Informe de Percepciones de Negocios relataron no tener mayores planes y proyectos de inversión para los siguientes trimestres. Con ello, la FBCF pasará de 24% del PIB el 2014 en términos reales a 23,3% el 2015 (21,5% en términos nominales). El 2016 sufrirá una reducción adicional a 23,1% del PIB.
Si bien la depreciación cambiaria debería tener un efecto positivo en la actividad de los sectores transables, en los últimos meses otros fenómenos han contrarrestado su impacto. Las monedas de los socios comerciales también se han depreciado, se han observado reducciones de los precios en dólares de algunas exportaciones y se ha debilitado la demanda, especialmente en América Latina, lo que ha sido particularmente relevante para los envíos industriales. Hacia adelante, la significativa menor producción anunciada por la minera Escondida para el año comprendido entre julio del 2015 y junio del 2016, impactará a los envíos mineros en este período.
La cuenta corriente de la balanza de pagos será levemente deficitaria este año, -0,7% del PIB, algo más negativa que lo previsto en junio. El déficit se ampliará el 2016 a -1,5% del PIB, en línea con el menor precio del cobre y la moderada recuperación prevista para la demanda interna. Medido a precios de tendencia2/ estará entre 2 y 3% del PIB en el bienio 2015-2016, algo por sobre su valor del 2014, pero bastante por debajo de sus registros de años previos. El impulso externo se reduce de manera relevante. Los principales ajustes provienen de la fuerte caída de los precios de las materias primas en los últimos meses, como respuesta a las dudas sobre el desempeño de la economía china, la apreciación del dólar, la volatilidad de los mercados financieros y el exceso de oferta en algunos mercados. La caída del precio del cobre alcanza a 19% desde junio, lo que motiva una revisión a la baja de su precio tanto para el 2015 como para el 2016, a US$2,55 y 2,45 la libra, respectivamente. El petróleo también ha tenido bajas importantes en este período y las proyecciones del precio del WTI y el Brent promediarán cerca de US$52 el 2015 y 2016. Los términos de intercambio, contrario a lo previsto en junio, tendrán un nuevo deterioro el 2015 y el 2016.
Las proyecciones de crecimiento mundial también se ajustan y ahora se proyecta que el 2015 y el 2016 los socios comerciales se expandirán 2 y 3 décimas menos, respectivamente. Las principales revisiones provienen de la desaceleración en China, que pasará de crecer 7,4% el 2014 a expandirse 6,7 y 6,4% el 2015 y el 2016. Notable es también el ajuste de América Latina, que sentirá el impacto de los menores precios de las materias primas, de una demanda externa más debilitada y de la salida de flujos de capitales desde la región, lo que considerando las necesidades de financiamiento externo y fiscales que tienen algunos países podría gatillar ajustes costosos. Resalta el caso de Brasil, que experimentará este año una contracción no vista en los últimos 25 años. El escenario base considera como supuesto metodológico una trayectoria para la TPM que es similar a la que se deduce de los precios de los activos financieros al cierre estadístico.
Comparación sobre base real al año 2015
Cambios en el escenario base de proyección durante el año 2015:
El escenario macroeconómico que enfrenta la economía chilena se ha deteriorado en el último año. En lo interno, las proyecciones de inflación han tenido sucesivas correcciones al alza, principalmente como consecuencia del continuo y significativo proceso de depreciación del peso. Ello deriva en que la variación anual del IPC permanecerá en o por sobre 4% por cerca de dos años seguidos. Por otra parte, el rango de crecimiento del PIB proyectado para el 2015 ha tenido ajustes relevantes a la baja, de la mano de previsiones para la demanda interna que se han ido debilitando tanto por un consumo que no retoma dinamismo como por una inversión que ahora se prevé se contraerá nuevamente. El impulso del entorno externo también se ha ido reduciendo paulatinamente, por la fuerte caída de los términos de intercambio y por la reducción de las previsiones de crecimiento de los socios comerciales, gatillado principalmente por la desaceleración de China y por la prácticamente nula expansión que ahora se prevé para América Latina en el bienio 2015-2016. El cambio más notorio del escenario base desde septiembre del 2014 a la fecha ha sido en la inflación. Hace un año, ya con la variación anual del IPC sobre 4%, se preveía que esta retornaría rápidamente a 3% durante el curso de la primera mitad del 2015. Sin embargo, el continuo fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales, ha llevado a una significativa depreciación del peso, traduciéndose a su vez en registros inflacionarios que han permanecido elevados por un período más prolongado, tanto por sus efectos directos como por efecto de la indexación. De los 1,8 puntos porcentuales (pp) que ha aumentado la inflación proyectada a diciembre del 2015 en el último año, 1,4 pp provienen de ajustes en la proyección del IPC. Las restantes cuatro décimas, se relacionan con el componente de alimentos sin frutas y verduras frescas y tarifa eléctrica. Las proyecciones de inflación de corto plazo que muestran las encuestas del mercado también han aumentado por estos factores, aunque estas contemplan una convergencia más pronta que lo implícito en el escenario base.. Para diciembre de este año, la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) pasó de prever 3 a 4,2% en el último año. Sin embargo, a dos años plazo, las expectativas se han mantenido en la meta de 3%.
Figura N° 29: Proyección de inflación según informes del Banco Central de Chile.
A la postergación de la convergencia de la inflación a la meta se han sumado cifras de actividad y demanda interna que han dado cuenta de una debilidad mayor que la esperada. Así, luego de que hace un año se anticipaba un PIB creciendo entre 3 y 4% el 2015, hoy se proyecta que dicho valor estará entre 2,0 y 2,5%. Por el lado del gasto, el mayor ajuste se ha dado en la formación bruta de capital fijo, en particular por su componente de maquinaria y equipo, toda vez que construcción y obras ha reflejado la mayor actividad de la construcción de viviendas y de la inversión pública. Con todo, en el escenario base, se prevé que la formación bruta de capital fijo se contraerá nuevamente en el 2015.
El consumo en tanto, tendrá, contrario a lo que se esperaba hace un año, un crecimiento algo menor al del 2014. Los escenarios de proyección del último año han tenido como supuesto la recuperación paulatina de las expectativas empresariales y de consumidores, algo que no solo no ha ocurrido, sino que estas variables han seguido deteriorándose. El ajuste del gasto también se ha reflejado en la reducción del déficit de cuenta corriente previsto para el 2015 respecto de lo que se estimó hace un año. Esto más allá de que su revisión más reciente (septiembre respecto de junio) es al alza producto del deterioro de los términos de intercambio. El escenario internacional también se deterioró durante el año, con un empeoramiento importante en lo más reciente, principalmente derivado de menores expectativas de crecimiento para los socios comerciales y por la importante caída que tuvieron los precios de las materias primas. Más allá de algunos vaivenes, las condiciones financieras internacionales han permanecido favorables desde una perspectiva histórica. La fuerte caída de los precios de las materias primas está relacionada con la constante apreciación del dólar en los mercados financieros internacionales, las dudas sobre el desempeño de China y en algunos de ellos, excesos de oferta. A estos factores se ha sumado en lo más reciente la volatilidad financiera. Así, el petróleo WTI pasó de cotizarse en valores del orden de US$100 el barril a mediados del 2014 a bordear los US$40 el barril en lo más reciente. El cobre en tanto, pasó de valores en torno a US$3,2 la libra a menos de US$2,3 en igual lapso. Las proyecciones de precio para estas materias primas han tenido ajustes acordes con este comportamiento, con lo que ahora se prevé que los términos de intercambio tendrán una caída de 3% este año.
La apreciación del dólar también ha determinado en gran medida el ajuste en las proyecciones de los precios externos relevantes para la economía chilena (IPE): si hace un año se esperaba que estos se tuvieran una pequeña expansión el 2015, hoy se prevé una caída de 9%. En cuanto al crecimiento global, lo más destacable ha sido la desaceleración de las economías emergentes. Resalta el caso de China: hace un año se preveía que crecería 7,2% el 2015, proyección que se ha reducido a 6,7% según el Banco Central de Chile, en la medida que los datos efectivos y las cifras más coyunturales fueron dando cuenta de un menor dinamismo. América Latina también ha sido testigo de una desaceleración de sus economías en el último año. La baja de los precios de las materias primas, en conjunto con una menor demanda externa, inflaciones crecientes y en algunos casos desequilibrios externos y fiscales relevantes, han deteriorado el panorama para estas economías en un contexto en que las políticas monetarias y fiscales tienen poco espacio de maniobra.
Las economías desarrolladas por otra parte, han seguido su camino de recuperación, lideradas por Estados Unidos. En esta economía, ello ha redundado en expectativas de un pronto inicio del proceso de normalización de su tasa de política monetaria y en una apreciación adicional de su moneda.
En este contexto, luego de reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos base en septiembre y octubre del 2014, llevándola a 3%, la ha mantenido en este nivel altamente expansivo. Ello se ha traspasado a las tasas de interés del sistema financiero local, con tasas en o cerca de sus mínimos históricos. Como siempre, cambios futuros en la TPM dependerán de la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas, y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias.
Sobre el tema trabajado, "El sector construcción, crecería 0,7%, pese a la baja base de comparación de 2014", se puede afirmar que debiese crecer en torno al 1% debido principalmente a la necesidad del país de contar con más viviendas y a proyectos pendientes del fisco que interesan a privados.
En el escenario de actividad mundial, destaca la consolidación de la recuperación de Estados Unidos, la estabilización del crecimiento de China y la mayor debilidad de América Latina.
En Chile, el producto y la demanda interna han mostrado una debilidad mayor a la esperada. Las proyecciones de crecimiento para el año han seguido reduciéndose.
Proyectamos una recuperación más lenta de la economía de lo que se estimaba hace un tiempo, con un tercer trimestre que seguirá exhibiendo un grado importante de debilidad.
Hay un deterioro importante de las expectativas. Es tarea de todos, incluido el Banco Central, generar las condiciones para que esto se revierta.
La inflación se ubica por sobre el rango de tolerancia, pero por factores puntuales. Ello se refleja en que las expectativas de mercado para la inflación a uno y dos años plazo están en torno a la meta.
La política monetaria se ha vuelto más expansiva en el último año, las tasas de interés a todos los plazos han descendido de modo importante.
La política monetaria es una herramienta poderosa para mitigar los efectos del ciclo económico. Sin embargo, un mayor crecimiento de mediano plazo requiere de políticas estructurales, como por ejemplo, una reducción de los costos de la energía.
Se mantiene el sesgo expansivo, esto es: "El Banco Central de Chile evaluará la posibilidad de introducir recortes adicionales de la TPM de acuerdo a la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas, y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias".
La reciente evolución del precio del cobre, por debajo de lo que se proyectó en marzo, pone de relieve que las buenas condiciones externas que han beneficiado a la economía chilena en el último tiempo pueden cambiar.
Las decisiones de política monetaria que se adopten en el futuro van a depender de la evolución de las condiciones externas e internas y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias.
En el ámbito interno, los antecedentes más recientes muestran una desaceleración de la actividad y la demanda interna en el primer trimestre del año.
Las tendencias observadas en el escenario interno deben ser monitoreadas con atención, particularmente por sus implicancias para la política monetaria.
En lo externo, se ha evidenciado con mayor claridad la desaceleración en el mundo emergente, lo que ha redundado en menores precios de las materias primas.
Por último y de acuerdo a toda la bibliografía analizada y estudiada, tal como se hizo en el resumen de este trabajo, la economía chilena para el último período del año 2015 y para lo que será el año 2016, proyecta para el sector o rubro de la Construcción un crecimiento de un 0,7% el año 2015 y hasta un 3% el año 2016, principalmente debido por la gran demanda por obras sociales (viviendas) y obras privadas, teniendo en consideración el gran interés de capitales privados de invertir.
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Sitio web oficial del Banco Central de Chile.
Sitio web oficial del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile.
Sitio web oficial del Ministerio de Economía de Chile.
Sitio web oficial del Ministerio de Hacienda de Chile.
Autor:
Salvador Aparicio Matamala
Ingeniero comercial
Diciembre del año 2015
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