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Capacidad intelectual y niveles de metacognición simultánea en la teoría de la praxis

Partes: 1, 2

    1. ¿Qué es la inteligencia?
    2. metacognición simultánea
    3. Unidad semiótica mente-cuerpo
    4. Capacidades metacognitivas y diferencias intelectuales
    5. Niveles de metacognición y capacidades intelectuales
    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    En este trabajo se propone el concepto de "metacognición simultánea" para explicar cómo la mente se organiza de manera estructurada para posibilitar determinadas capacidades intelectuales, considerando tanto los procesos de razonamiento como su vinculación intrínseca con los procesos intuitivos. Para ello se analizan críticamente las concepciones de inteligencia propuestas por diferentes autores y se propone un nuevo concepto en el cual la creación, el producir, es un elemento esencial de la inteligencia humana.

    ¿Qué es la inteligencia?

    Se dice que la especie humana es la más inteligente dentro del universo que se conoce y, de la misma manera, que es la más depredadora y parece estar empeñada en destruir su habitat; mucho de su esfuerzo se dedica a la destrucción de sus semejantes y, por tanto, tiende hacia la destrucción de sí misma. Freud pensó que esto se debía a la coexistencia de dos tendencias instintivas inherentes a la vida: eros y tanatos. Una suerte de fatalismo que implica la necesaria autodestrucción de la humanidad, o bien un equilibrio "natural" entre creación y destrucción, o creatividad y destructividad.

    La inteligencia humana también ha sido considerada como un don asignado por Dios en la creación y, a la vez, un castigo por haber "desobedecido" la prohibición de probar el "árbol del conocimiento". Platón concibió a la inteligencia como un rasgo innato de los seres humanos que les permitía tener contacto con los "arquetipos" o "ideas puras" para así comprender el mundo, aunque de manera limitada o parcial al basarse sólo en las apariencias (sombras de la luz de las ideas puras). Aristóteles distinguió a los seres humanos como "animales racionales", pero, para él, el "entendimiento" dependía totalmente de los sentidos; tal como lo defenderán posteriormente los filósofos empiristas de los siglos XVII y XVIII, mientras que Descartes hizo de la capacidad de pensamiento racional el único elemento de cuya existencia no podía dudarse.

    Las diferencias intelectuales entre los individuos humanos han sido valoradas históricamente y en la vida cotidiana. Se admira a los seres humanos que destacan por su capacidad intelectual. Debido a la evidente diferencia intelectual entre las especies animales, durante mucho tiempo se atribuyeron dichas diferencias intelectuales entre seres humanos a características anatómicas y fisiológicas, especialmente al tamaño del cerebro, el tiempo de acción refleja o incluso "la fuerza con que se aprieta el puño", entre otras posibilidades. Bajo la influencia de la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies y el origen del hombre, a fines del siglo XIX, Galton estudió con detenimiento las posibles características organísmicas en las que se basaba la mayor o menor inteligencia. De manera similar, Spearman, en 1904, postuló al "factor G", o factor general, para referirse a la base fisiológica de la que dependían las capacidades intelectuales específicas aplicadas en diversos ámbitos. Esos estudios fueron precursores del desarrollo de múltiples métodos para medir la inteligencia y establecer las posibles diferencias intelectuales como un criterio para la selección de personal, dada la creciente aplicación de tecnologías en las empresas; y, como efecto, también fue relevante estudiar la inteligencia para explicar las capacidades de aprendizaje en las escuelas.

    En la tercera década del siglo XX, a partir del vínculo con Binet (uno de los más conocidos diseñadores de pruebas de inteligencia), Piaget logró generar una de las teorías actualmente más influyentes sobre este tema, explicando la génesis y evolución de las capacidades intelectuales a través de la vida de un individuo. La base esencial del proyecto piagetiano surgió cuando se percató de que las respuestas supuestamente incorrectas de los niños al contestar una prueba de inteligencia en realidad tenían una organización lógico-cognoscitiva diferente, la cual constituía una veta de investigación interesante. Debido a su incursión inicial en el ámbito de la biología, la propuesta teórica de Piaget tomó como base el concepto biológico de "adaptación", que a principios del siglo XX tenía un impacto muy grande debido al prestigio de la teoría de Darwin. La inteligencia fue concebida por Piaget como la forma más elevada de la "adaptación" de un ser vivo al mundo circundante y, por tanto, se implicaba una especie de continuidad con la adaptación biológica.

    En la teoría de Piaget, el elemento clave para pasar de un nivel a otro es el "desequilibrio" o "desadaptación" entre las exigencias del mundo y los "esquemas" biológicos o psicológicos, lo que obliga al niño a explorar y encontrar nuevas formas de organización perceptivo-motriz-mental para acoplarlas al mundo que va descubriendo. El mayor contacto con diferentes aspectos del mundo generará nuevos desequilibrios y nuevos acomodos de las estructuras cognosctivas, hasta llegar -según Piaget en la adolescencia– a la capacidad de pensamiento científico (hipotético-deductivo) que en esta perspectiva significa la "adaptación" plena al mundo real.

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