crean el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y ministerios de Medio Ambiente en varios países. En los años ochenta el deterioro ambiental aumentó y en 1987 aparece el libro de la Comisión Brundtland, «Nuestro Futuro Común», que integra por primera vez variables ambientales, sociales y económicas en el concepto de desarrollo sostenible. El informe de la Comisión de Desarrollo y Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, «Nuestra Propia Agenda», constituye una propuesta propia sobre las prioridades de desarrollo y medio ambiente de la región e incluye temas como la deuda externa, la pobreza y las ciudades insostenibles. En 1992, durante la Conferencia Mundial de Desarrollo y Medio Ambiente en Río de Janeiro, el debate sobre los grandes temas ambientales de alcance global como el cambio climático, la biodiversidad y los bosques dan como resultado la Agenda 21. Los países americanos se reúnen en la Cumbre Hemisférica de Miami en 1995 y conciben el desarrollo sostenible como una capítulo aparte dedicado a temas ambientales como la energía, la biodiversidad y la polución. Las mismas naciones, en la Cumbre de Desarrollo Sostenible realizada en 1996 en Santa Cruz, consideran fundamental el desarrollo sostenible: el crecimiento económico en condiciones democráticas, debe tener en cuenta un adecuado balance entre las variables económicas, ambientales, sociales e institucionales. A pesar de todos estos esfuerzos, en la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas de 1997 en Nueva York hubo decepción ante los resultados de cinco años desde los acuerdos de Río.
La percepción actual es que el mundo no acaba de encontrar el «buen camino del desarrollo sostenible».
Conclusiones abiertas a la reflexión
Es necesario recapitular para plantear cuáles pueden ser los principales retos del sector energético latinoamericano durante los próximos años. Los avances en regulación, modernización del sector público y apertura económica son pasos importantes en esta evolución, pero la complejidad del mismo requiere múltiples acciones combinadas que faciliten la consecución de los variados objetivos que tienen marcados respectivamente las Administraciones, algunos de ellos relativamente contradictorios, como aquellos relativos al mantenimiento de su «soberanía energética» y la apertura al sector privado. El sector energético por su singularidad, requiere importantes aportes de capital privado para maximizar su contribución a la economía y al presupuesto público para cubrir las previsiones de demanda. Para poder maximizar la contribución de las economías latinoamericanas, al bienestar de todos sus ciudadanos, el sector energético debería orientar sus acciones en base a diferentes
ejes de actuación, siempre con la ayuda del regulador, que debe definir el marco adecuado de referencia. Entre estas prioridades para los próximos años, podrían destacarse: – Hacer crecer la producción, extender el acceso e incrementar el consumo de las fuentes nacionales de energía para favorecer el crecimiento y la eficiencia. – Minimizar las necesidades financieras que el sector pueda requerir del presupuesto público. – Conseguir niveles de eficiencia comparables a los estándares internacionales. – Reducir los impactos medioambientales asociados a la expansión del sector y del consumo energético. De estas prioridades se deducen algunas conclusiones más concretas, considerando que para conseguir alcanzarlas será necesario introducir competencia en el sector, mediante la entrada de nuevos participantes, dando al mismo tiempo mayor capacidad y autonomía a la empresas públicas. Estos cambios afectarán tanto a la regulación, la supervisión y la organización del sector como a la política de subsidios y fiscalidad asociados al consumo o producción de energía. Los nuevos mercados ofrecen abundantes oportunidades para la inversión privada, nacional y extranjera, como ya ha sido plenamente comprobado por inversionistas españoles, de otros países de Europa y de los Estados Unidos. Estas oportunidades no se limitan a las ya conocidas en los campos de la electricidad, petróleo y gas natural, sino que se extienden a campos novedosos como son las energías limpias y en general las actividades relacionadas con el cambio climático. Si bien la región posee una de las canastas energéticas más limpias del mundo, existen también oportunidades de controlar aún más las emisiones, y al mismo tiempo contribuir a su desarrollo económico, a través del Mecanismo de desarrollo limpio propuesto en el protocolo de Kioto. La extensión de las energías modernas a toda la población en términos accesibles, ofrece uno de los retos más apremiantes para la región, puesto que de su éxito depende la sostenibilidad social y en gran parte la política de las reformas. Igualmente, existen desafíos importantes, pero también oportunidades, como la integración de los mercados energéticos de la región. Por último, pero no menos importante, lo constituye la movilización de los recursos financieros para el desarrollo del sector, que pone a prueba la capacidad de innovación de los sistemas financieros latinoamericanos en particular y del sistema global en general. En América Latina es cada día más evidente que para conseguir avances en el camino del desarrollo sostenible e impulsar la competitividad de los sectores productivos, se requiere de bases sólidas: estabilizar las democracias, forjar un marco regulatorio apropiado, fortalecer la capacidad institucional y los sistemas financieros, asegurar procesos transparentes y condiciones del entorno apropiadas.Además, la región tiene características muy especiales que influyen en las modalidades de desarrollo sostenible y de competitividad que se impulsen. En este contexto, es nuestra responsabilidad pensar en las características, prioridades y oportunidades que ofrece la región y constituir así eficientes modelos de desarrollo y competitividad empresarial.(1) Aun cuando el Convenio Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kioto no obligan a los países en desarrollo a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, sí los comprometen a formular e implantar programas nacionales de cambio climático en energía y transporte para los cuales pueden obtener el apoyo financiero de los países desarrollados.COLABORACIONESBOLETIN ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE DE 200241
1. IGLESIAS, E. V. (1992): «Reflexiones sobre el desarrollo económico». Hacia un nuevo consenso latinoamericano, Banco Interamericano de Desarrollo. Washington.
2. NACIONES UNIDAS (2001): Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, «World Economic Situation and Prospects, 2001», Enero. 3. VIVES, A. y MILLAN, J. «El sector energético en el umbral del siglo XXI: Tendencias en América Latina y el Caribe». Energía en el nuevo Milenio. Club Español de la Energía. Madrid, 2000.
COLABORACIONES42
BOLETIN ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE DE 2002
AnexoLa Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en el verano de 2002, se centró en las medidas que deberían adoptarse para avanzar en la senda hacia un desarrollo sostenible, como una continuación de las líneas de acción y compromisos planteados en las dos anteriores Cumbres de la Tierra (Estocolmo 1972; Río de Janeiro 1992). Los objetivos y compromisos de la Cumbre, de carácter multidisciplinar, están fuertemente vinculadas a los objetivos de desarrollo de la Declaración del Milenio de reducción de la pobreza. En concreto, el Secretario General de Naciones Unidas señaló cinco áreas prioritarias sobre las que actuar: agua y sanidad, energía, salud, agricultura y biodiversidad, cuyos principales compromisos vienen recogidos en el Cuadro siguiente.
CUADRO 2
LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO DE 2002. PRINCIPALES COMPROMISOS
Agua y sanidad
Reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a la sanidad hacia el año 2015; esto conlleva el objetivo de disminuir la proporción de gente sin acceso al agua potable en la misma fecha. Energía
Incrementar el acceso a servicios de energía modernos incrementando la eficiencia energética y el uso de energía renovable.
Disminuir progresivamente, donde sea apropiado, los subsidios a la energía.
Asegurar, en 20 años, el acceso a la energía para al menos el 35 por 100 de la población de Africa.
Ratificar el Protocolo de Kioto para abordar la cuestión del cambio climático. Salud
Compromiso de que hacia el año 2020, los productos químicos serán utilizados y producidos de forma que no dañen la salud humana ni el medio ambiente.
Fomentar la cooperación para reducir la contaminación del aire.
Mejorar el acceso de los países en desarrollo a nuevas alternativas respetuosas con el medio ambiente, frente a las que utilizan productos químicos que perjudican la capa de ozono, hacia el año 2010. Agricultura
La «Global Environement Facility» considera la inclusión de la «Convención para Combatir la Desertificación», como un área prioritaria para la provisión de fondos.Fuente: Naciones Unidas. www.johannesburgsummit.org
En Africa, desarrollar las estrategias de seguridad alimentaria para 2005. Biodiversidad y gestión de los ecosistemas Reducir la pérdida de la biodiversidad hacia el año 2010. Invertir la tendencia actual de degradación de los recursos naturales. Restablecer las pesquerías a sus máximos de producción sostenible hacia el año 2015. Establecer
una red representativa de áreas marinas protegidas hacia el año 2012.
Mejorar el acceso de los países en desarrollo a alternativas respetuosas con el medio ambiente en lo que respecta al deterioro de la capa de ozono hacia el año 2010.
Emprender iniciativas, hacia 2004, para llevar a cabo «El Programa Global de Acción para la Protección del Medio Marino». Aspectos Horizontales.
Reconocer que la apertura de los mercados es un elemento clave para el desarrollo de muchos países.
Apoyar la disminución progresiva de todas las formas de subsidios a la exportación.
Establecer un marco de programas a 10 años en lo que respecta al consumo y producción sostenible.
Promover activamente la responsabilidad social de las empresas.
Desarrollar y fortalecer las actividades que mejoren las respuestas a los desastres naturales.
COLABORACIONES
BOLETIN ECONOMICO DE ICE N° 2750 DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE DE 2002
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EL SECTOR EXTERIORA LA VENTACOMERCIO MUNDIAL Y TENDENCIAS DE POLÍTICA COMERCIAL
EL SECTOR EXTERIOR EN ESPAÑA
ESTRUCTURA SECTORIAL DEL COMERCIO EXTERIOR
ESTRUCTURA GEOGRÁFICA DEL SECTOR EXTERIOR
COMERCIO EXTERIOR POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
LA POLÍTICA COMERCIAL ESPAÑOLA APÉNDICE ESTADÍSTICO
Evolución histórica. Comercio exterior por sectores. Comercio exterior por áreas geográficas y países. Comercio exterior por comunidades autónomas. Turismo. Balanza de Pagos. Comercio internacional.
Autor:
Ramón Casilda Béjar
Energía y desarrollo económico en América Latina, publicado en el Boletín Económico de ICE, Nº 2.750 del 2 al 8 de diciembre de 2002.
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