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Adicciones (página 3)

Enviado por sohne_98


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5. Tabaquismo

La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera a su consumo en primer lugar como una fuente de placer y en segundo como un simple vicio o mala costumbre. Se ha determinado que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como cigarros puros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. Además, se sabe que el tabaquismo es un importante causal de accidentes cardíacos y cerebrovasculares, y ocupa los primeros lugares entre los factores que provocan cáncer. A pesar de ello, millones de personas lo consumen en sus diversas formas.

Los principales elementos inhalados son monóxido de carbono y nicotina. El monóxido de carbono (CO) producido por la combustión del tabaco desplaza el oxigeno de la hemoglobina, lo cual reduce la disponibilidad de oxigeno en los tejidos. Además, el humo del cigarrillo contiene cerca de una docena de gases y alquitrán. El alquitrán de un cigarrillo, que varía entre 7 y 15 mg, expone al usuario a una alta tasa de cáncer de pulmón, enfisema y afecciones bronquiales. El monóxido de carbono del humo aumenta la posibilidad de enfermedades cardiovasculares. La nicotina provoca una de las adicciones más potentes, desarrollando en el fumador un conjunto de signos y síntomas denominado síndrome nicotínico. A mayor cantidad de signos o síntomas presentes, mayor porcentaje de posibilidades de estar frente a un adicto nicotinómano.

Síndrome nicotínico: signos y síntomas de adicción a la nicotina

  • ? Alto consumo diario de cigarrillos (15 o más por día).

  • ? Fumar cigarrillos con alta proporción de nicotina, insatisfacción o aumento del consumo al cambiar a "suaves" o "low tar".

  • ? Inhalación profunda del humo.

  • ? Fumar desde las primeras horas del día, o hasta el momento previo al sueño.

  • ? Padecer compulsión tabáquica: no soportar unas pocas horas sin fumar; interrumpir otras tareas o entretenimientos para fumar o comprar cigarrillos.

La nicotina es un alcaloide extremadamente adictivo, que actúa como estimulante y sedante del sistema nervioso central. Su ingestión tiene como resultado un estímulo casi inmediato porque produce una descarga de epinefrina de la corteza suprarrenal. Esto estimula el sistema nervioso central y algunas glándulas endocrinas, lo que causa la liberación repentina de glucosa. El estímulo va seguido de depresión y fatiga, situación que lleva al toxicómano a buscar más nicotina. La nicotina se absorbe con facilidad del humo del tabaco en los pulmones y no importa si éste humo procede de cigarrillos o de puros. También se absorbe fácilmente cuando se masca el tabaco. Con el uso regular, se acumulan concentraciones de nicotina en el cuerpo durante el día, que persisten durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos a diario están expuestos a los efectos de la nicotina 24 horas al día. La nicotina absorbida al fumar cigarrillos o puros tarda solo segundos en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el cuerpo hasta por 30 minutos.

Los estudios han mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia a la nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o corticosterona reduce los efectos de la nicotina, haciendo necesario consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia y lleva a una mayor dependencia. Se ha demostrado científicamente que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia. Esta adicción produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de fumar. Reportes recientes indican que cuando se priva de cigarrillos durante 24 horas a fumadores habituales, aumenta su enojo y hostilidad, llegando a agresiones físicas o psíquicas, y disminuye la aptitud de cooperación social. Las personas que padecen de abstinencia también necesitan más tiempo para recobrar su equilibrio emocional después de la tensión nerviosa. Durante los períodos de abstinencia o de ansias de consumir nicotina, los fumadores han mostrado reducción de una gran cantidad de funciones psicomotoras y cognoscitivas, como por ejemplo la comprensión del lenguaje.

La mujer que fuma suele tener una menopausia precoz. La que fuma cigarrillos y también toma anticonceptivos orales tienen mayor propensión a padecer de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Las embarazadas que fuman corren grave riesgo de tener niños con problemas tales como bajo peso, inmadurez, trastornos de conducta y otros. Estudios hechos en EE.UU. en un grupo de madres e hijas han encontrado también que si la madre fuma durante el embarazo hay mayor probabilidad que las hijas fumen y persistan en fumar.

Los estudios de conducta en adolescentes explican cómo las influencias sociales, por ejemplo observar a adultos y compañeros fumando, influyen en la decisión del adolescente de comenzar a fumar cigarrillos o no. También ha mostrado que los adolescentes suelen ser resistentes a muchos tipos de mensajes en contra del tabaco.

Adicionalmente, los problemas afectan a terceros que inhalan el humo ambiental del tabaco (fumadores pasivos). Se ha demostrado que este humo causa cáncer de pulmón y aumentan significativamente los casos de ataques asmáticos, infecciones cardiorespiratorias y muerte súbita.

Encuestas realizadas por la Oficina de Estudios Aplicados de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental de EE.UU. mostraron la correlación entre el uso del cigarrillo y el de marihuana en los adolescentes. Se encontró que entre quienes habían fumado marihuana alguna vez en su vida, el 74 por ciento habían fumado cigarrillos antes de fumar marihuana. La encuesta señaló además que los fumadores corrientes tienen más probabilidades de ser grandes bebedores y usar drogas ilícitas. Entre los fumadores, la tasa de uso excesivo de alcohol (5 días o más de consumo de cinco bebidas o más, durante el último mes) fue 13,8 por ciento y la tasa de uso de drogas, 14,7 por ciento. De los que no fuman, 2,5 por ciento eran grandes bebedores y 2,6 por ciento usaban drogas ilícitas. Además, el riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con el tabaco es particularmente importante para quienes hayan comenzado a fumar antes de los 15 años de edad.

Los fumadores se exponen a padecer aterosclerosis, enfisema, patologías broncopulmonares, cáncer en boca y en las diversas porciones del sistema respiratorio, como así también diferentes manifestaciones de enfermedad coronaria. La tasa de muerte súbita es entre 2 y 4 veces más elevada que en los no fumadores. También tienen mayor riesgo de desarrollar infarto de miocardio y angina inestable. Los riesgos de padecer enfermedad vascular cerebral y periférica son potenciados. Además, el tabaquismo fue reconocido como el principal factor de incremento del riesgo coronario en pacientes que sufren infarto de miocardio antes de los 45 años. Quienes continúan fumando luego del diagnóstico de angina, tienen síntomas más severos y peor pronóstico que los que dejan de fumar. El tabaquismo es el principal factor de riesgo para la enfermedad isquémica de los miembros inferiores. Reportes recientes relacionan directamente al tabaquismo con diversas patologías y trastornos sexuales, principalmente impotencia y frigidez.

Tratamiento

Diagnosticar la presencia del "síndrome nicotínico" es útil para identificar con mayor exactitud al paciente que puede requerir fármacos como ayuda suplementaria para controlar los síntomas de abstinencia. Pero es importante resaltar que estos fármacos no son productos para dejar de fumar, sino sólo ayudan a sobrellevar los signos y síntomas de la abstinencia. Quien deja de fumar es el paciente, apoyado por su voluntad y convicción. La investigación realizada indica que el abandono del hábito de fumar debe ser un proceso gradual porque los síntomas de abstinencia son menos graves en quienes lo hacen poco a poco que en quienes dejan de fumar de repente. La tasa de recaída es mayor en las primeras semanas y los primeros meses y se reduce mucho al cabo de 3 meses. En varios estudios se ha demostrado que la farmacoterapia en combinación con apoyo psicológico y adiestramiento práctico para superar las situaciones de alto riesgo, da como resultado una de las tasas más elevadas de abstinencia a largo plazo. Estudios económicos de la conducta han encontrado que se puede reducir el uso del cigarrillo con otras recompensas y refuerzos de la conducta. Uno de estos observó que las mayores reducciones de uso de cigarrillos se lograban cuando se aumentaba el costo de fumar, en combinación con la presencia de otras actividades de recreación.

El uso de fármacos puede disminuir el índice de recaídas de los adictos a la nicotina que intentan dejar de fumar. Puede utilizarse nicotina en chicles (absorción oral/digestiva) o en parches (absorción percutánea). Este tratamiento sustitutivo puede ser mejorada acompañando la terapia con un antidepresivos específicos

El chicle de nicotina es un fármaco autorizado para el tratamiento de la dependencia de la nicotina. La nicotina administrada de esta forma reemplaza a la que contienen los cigarrillos y ayuda a los fumadores a dejar el hábito. La tasa de éxito del tratamiento antitabáquico con chicle de nicotina varía mucho entre un estudio y otro, pero hay pruebas que indican que es una manera inocua de facilitar el abandono del hábito si se mastica según las instrucciones y se administra estrictamente a pacientes bajo supervisión médica. Otro método para dejar de fumar es el parche transdérmico de nicotina, que distribuye una cantidad de nicotina relativamente constante al usuario. Un grupo de científicos del Centro de Investigaciones Internas del National Institute on Drug Abuse de EE.UU. estudió la inocuidad, el mecanismo de acción y la probabilidad de abuso del parche, que fue autorizado ulteriormente. El chicle y el parche de nicotina se emplean como medidas auxiliares en los programas para acabar con el consumo de nicotina y ayudar a las personas a mantener la abstinencia, reducir los síntomas de ésta y evitar una recaída mientras se someten a tratamiento para modificar su comportamiento.

 

 

Autor:

Gonzáles Matías

Guadagna Maximiliano

París Tomás

Parra Sol

sohne_98[arroba]yahoo.com

Pepe Petersen Paula

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