Una experiencia docente en virtud del desarrollo de las habilidades ortográficas (página 2)
Enviado por Carlos Manuel Martínez Goitizolo
. El objetivo: sin obviar el diagnóstico inicial, es que existiera uniformidad en el tratamiento de las diferentes temáticas; asimismo estábamos imbuidos a que el alumno erradicara las dificultades. No se pasaba a otro contenido si no lo vencía.
Se trabajó con el vocabulario básico de cada materia. Se hizo un trabajo de mesa con las palabras del diagnóstico en Español–Literatura. Se cotejaron por dificultades, regularidades y prioridades. Más adelante las dividimos en sujetas a reglas y las no sujetas.
Las agrupamos para su tratamiento en tarjetas de cartón.
Los monitores, auxiliados por otros alumnos de mayores dificultades ortográficas, atendían el mural del aula donde colocaban dos sobres: uno con las palabras que se trabajaría en la oncena, y otro donde debía echarlas, una vez que se terminara el ejercicio en el pizarrón, que consistía en copiar bien el vocablo, pronunciarla despacio, dividirlas en sílabas, conocer el significado, seleccionar sinónimos, antónimos, homófonos y construir oraciones.
Las palabras las trabajábamos ante de la unidad en cuestión para cumplir con el carácter preventivo. Ejemplo: Metodología de la Matemática trabajé: métodos, análisis, síntesis, procedimientos, objetivos. En Español-Literatura: indicativo, subjuntivo, estructura, por solo citar estos casos, y con antelación el alumno los analizaba en el “Plan Ortográfico” Existe la nociva tendencia en creer que los alumnos aburren estos procedimientos, lo que aburren es tener errores tras errores sin hacer nada por enmendarlos.
Logramos que los discípulos crearan hábitos de escribir bien las palabras, los vimos constantemente, asediando a los profesores antes de emplear una palabra dudosa para ellos, sin antes preguntar. Sólo nos quedaba estimular el uso del diccionario. Todo a su debido tiempo, evitando los corre-corre; otro aspecto que está incidiendo en el deficiente trabajo para erradicar los errores ortográficos.
En los Talleres Ortográficos los profesores orientaron copia de texto (antes se trataba la comprensión cabal de cada uno de ellos), relacionado con la dificultad que estaba tratando el Plan Ortográfico, eran, fundamentalmente, escritos de teóricos sobre disortografía.
Se terminaba con un dictado comprobatorio en cada grupo, Cada lunes al entrar del pase analizábamos con los grupos logros y dificultades, así como el plan a seguir en la próxima semana. Se plasmaban los resultados en el perfil colectivo y en el individual. Importante momento porque el alumno veía sus avances o retrocesos, destacando a los alumnos que daban el mayor salto, a los que quedaban igual y aquellos que habían retrocedido, en todo caso, lo más importante para esta experiencia, porque para ellos se confeccionaba un plan, que además de las enmiendas estaba en el estímulo para mejorar en su dificultad.
Este momento era especial, a medida que fuimos avanzando en la experiencia, se fue afianzando la confianza y deseo de mejorar con la problemática. Se apeló a la vergüenza del estudiante. La escala valorativa de los resultados se expresaron en E, (100); MB, (90-99); B, (70-89); R, (60-69); M, (59-0).
Estos análisis, llamados también cortes evaluativos, según la planificación central. En las reuniones metodológicas se daban a conocer los resultados, utilizando los perfiles individuales y colectivos. También las libretas revisadas con los errores.
Este aspecto lo considero decisivo en el mejoramiento, por cuanto ya no es el alumno y el profesor de la asignatura sino también el resto del claustro quienes conocen debidamente los problemas y sobre todo, que estaba en sus manos enmendarlos como lo hicieron en gran parte.
El método que utilicé fue el viso-audio-gnósico-motor que tan plenamente desarrollaron los Drs. Eloína Miyares y Vitelio Ruiz.
Los resultados del diagnóstico de enero (El intermedio), la problemática comenzó a ceder; la cantidad de estudiantes evaluados con M, fueron menos, aunque determiné que no se fijaban bien en los que re-producían. Intensifiqué más la copia y la comprensión de los textos. Uno de los mayores problemas a la hora de escribir. El alumno tiende a no fijarse en el modelo y reproduce el que tiene elaborado.
En el Trabajo Final los resultados fueron alentadores: 98,5% de aprobados. Es de destacar que hubo casos de desaprobados por descuentos ortográficos, auque fueron mínimos y coincidió con los que mostraron apatía por la experiencia, pese a los esfuerzos, estímulos y dedicación de los docentes, no los pudimos incorporar, es una deficiencia que tenemos para el futuro, la poca capacidad que demostramos con los alumnos, desaprobados en motivarse por el trabajo.
Ahora bien, los alumnos no escatimaron en preguntar a los profesores las dudas surgidas durante el desarrollo de las clases y otros momentos.
En las revisiones de libretas, vimos cómo paulatinamente eliminaban errores, hubo mejoramiento de la caligrafía, puesto que tomaron conciencia en la reproducción de textos y las órdenes, tan importantes en un maestro, que muchas veces copia en el pizarrón, de su planeamiento o de un libro.
Es conveniente que el trabajo de los otros maestros, que no son profesores de Español-literatura se controle sistemáticamente, con el fin de garantizar la uniformidad y corrección de lo que se le lleva a cada alumno
El éxito de la experiencia se la debo a la unidad de criterios y acción en aplicarla por parte de los implicados, la sistematicidad y constancia, en la voluntad y entusiasmo de alumnos y profesores para solventar los escollos al llevar a cabo la experiencia con calidad.
Todavía hay que perfeccionarla más en aras de la erradicación de este flagelo, donde todo lo que se haga es poco para mejorar la correcta escritura y la voluntad de hacerlo por parte de estudiantes y docentes.
De esta manera hay que trabajar en la habilidad de observación en los estudiantes porque ella contribuye mucho a fijar correctamente la grafía de las palabras, además hay un gran por ciento de los vocablos que el alumno, las ha copiado previamente por lo menos una vez.
Si tiene el hábito y la habilidad de ser un observador no digamos bueno, sino un observador promedio, posee la primera herramienta para comenzar la erradicación de este problema que es universal.
REFERENCIAS
1.- Morin, Edgar, Los 7 saberes necesarios para la educación del futuro. P. 103. UNESCO. 1999. París. Francia.
2.-Balmaceda Nayra, Osvaldo. Enseñar y aprender ortografía. P. 93. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana. 2001.
3.-_________ Ibidem. P. 95.
4.-Ruiz, Vitelio y Miyares, Eloína. Ortografía teórico-práctica. Pp 10-62. Edit. Pueblo y Educación. La Habana. 1975.
Autor:
M.s.C. Carlos Manuel Martínez Goitizolo
Profesor asistente. Prestación de servicios de la Escuela de Formación Emergente de Maestros Primarios “Manuel Hernández Osorio. Palmira.
M.s.C. Yaneláin Martínez Olmo
Profesora Asistente. Profesora de la Facultad de Ciencias Naturales, Especialidad de Química. Sede Universitaria del Municipio de Lajas.
M.sC. Luis Manuel Miyar Batista
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