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Reflexiones sobre Familia y Diversidad


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    La vida familiar y de relaciones entre hombres y mujeres constituye un espacio muy importante donde se reproducen a nivel de cotidianeidad aspectos esenciales de nuestro modo de vida y por tanto sobre el que es necesario incidir, de ahí que el propósito fundamental de este foro sea crear un espacio de reflexión grupal entre profesionales y gestores comunitarios de Cuba y otros países, que potencie la conciencia crítica en relación con un conjunto de distorsiones asociadas a las pautas de crianza familiar y de socialización de género.

    El doble carácter de la familia como grupo e institución permite visualizarla formando parte de la sociedad civil y en estrecho vínculo con el estado y otros elementos del sistema político. Ella aunque es muy importante en la conformación tanto positiva como negativa de la subjetividad de las nuevas generaciones (Plain, 1991), el grado de socialización que origina el cuidado estatal desde el estadio prenatal, la enseñanza pública, la formación de intereses deportivos, artísticos, laborales, hace cede de su grado de influencia en la reproducción socializadora de las nuevas generaciones (T. Fung, 1997).La familia además, representando ese lugar grupal de interjuego dialéctico entre estructura social e individual interjuego por donde transita la ideología puede ser un lugar de reproducción de pautas saludables o distorcionadoras de los procesos de aprendizaje de vida, así como un lugar de choque y de cambio (en ningún caso planteado aisladamente del contexto económico, político y social) respecto de los intereses de avance del proyecto social.Esto quiere decir que la familia reproduce normas y valores de la sociedad donde esté enclavada, pero que estos patrones pueden ser no funcionales a los fines del sistema dominante y entonces convertirse ella en un elemento de ruptura.

    Tal disfunción expresa procesos cuya esencia es necesario buscarla en la realidad material de la sociedad, sin embargo, eso no significa que no sea importante estudiar sus manifestaciones en el ámbito familiar porque ello aporta herramientas que potencian la capacidad de identificación y solución de las contradicciones en que se expresan aquellos procesos. Tanto las funciones de la familia que emanan de su naturaleza como institución social, como los distintos roles que interjuegan en su seno derivados de su status grupal, se asientan y dependen de las necesidades de reproducción que tiene el sistema del cual emergen, lo que coloca a la familia como unidad de reproducción económica, biológica y político-ideológica, al servicio de dichas necesidades, instrumentando los procesos que le permitan articular sus fines.Es decir que la familia es un lugar de recreación y concreción de los sujetos ideológicamente buscados, por tanto formará, moldeará un modelo de hombre, de mujer, de relaciones, de vínculos, de elección de proyecto vital acorde con el lugar que ocupe en la sociedad (Cucco, 1995).

    Estos procesos pueden ser de disociación y dependencia o por el contrario de potenciación de la autenticidad, conciencia, coherencia e inteligencia del ser humano en pos de la autonomía, el activismo y el protagonismo social, ello dependerá en buena medida de la existencia y reproducción a nivel de familia de las pautas de crianza establecidas que tienen siempre un alcance más allá del ámbito familiar. Investigaciones realizadas en nuestro país demuestran que la concertación de roles en el ejercicio de la paternidad y maternidad, masculinidad y feminidad, es acrítica (Rivero Pino, 1998), en tanto, padres y madres, hombres y mujeres no tienen la conciencia necesaria de las asignaciones sociales contenidas en dichos roles. Ello explica el por qué la aparente identidad de rol no disminuye la probabilidad de que se produzcan conflictos y disfunciones en el área del funcionamiento familiar y las relaciones de género. La realidad cubana expresa en este sentido tendencias negativas como por ejemplo, el incremento del divorcio y de los hogares monoparentales.Ello habla también de la negativa influencia que determinadas pautas de idealidad han ejercido y ejercen en las prácticas familiar y de género, sobre todo, aquellas relacionadas con el hecho biológico de la diferenciación sexual, que se han tomado como base para la asignación de significados y papeles estereotipados para uno y otro sexo, los cuales han colocado a hombres y mujeres, madres y padres en roles que constituyen máscaras.El conocimiento de estos elementos reviste gran importancia, pues el contenido de las representaciones sociales existentes a nivel de vida cotidiana en nuestras comunidades acerca de la masculinidad –feminidad, maternidad-paternidad, pudieran tener implicaciones negativas tanto de orden psicológico como sociopolítico.Estudios cubanos llaman la atención sobre la posible relación entre los efectos que podrían derivarse de algunas pautas inadecuadas de crianza familiar y socialización de género que se reproducen socialmente y un conjunto de fenómenos negativos presentes hoy en la sociedad cubana, como por ejemplo: el incremento de violencia social, la desorientación axiológica, la falta de iniciativas, aporte y disposición a enfrentar tareas, la simulación, el individualismo y el incremento del divorcio entre otros.

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