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Más Allá del Intervencionismo “Realista” en Política Internacional (página 2)

Enviado por Giorgio Piacenza


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Para dar un paso evolutivo hacia una sociedad más inclusiva, integra e integral necesitamos re-educarnos con modelos teóricos integradores y compatibles entre si con los que expandir nuestra conciencia y trabajar  y que -respetando las diferencias culturales- provean estructuras fácilmente reconocibles para que las personas de distintas tradiciones tengan un espacio de "contenido neutro" donde puedan unir sus saberes a los saberes de todos. Estos son los modelos integrativos que se están gestando más allá de la posmodernidad. Si no los llegamos a difundir no se podrá orientar bien por medio de la educación respondiendo a los planteamientos más deconstructivistas que circulan junto a muchísimos "anti valores".  

Gran parte de los conflictos culturales y los conflictos en política internacional podrían deberse a que aún en la mayor parte de la humanidad predominan niveles de conciencia demasiado exclusivistas. La realidad es percibida fraccionada y como una competencia entre facciones y esta realidad es frecuentemente defendida de una forma autoritaria (tanto en la derecha como en la izquierda) con una actitud fundamentalista. 

Si seguimos limitándonos a este realismo-cinismo-pesimismo intelectual y político y no nos atrevemos a conocer opciones post posmodernas integrativas (en las que la conciencia deja de ser un tabú "mítico" siguiendo los lineamientos de la modernidad clásica) podría surgir una gran descomposición social al punto que no daríamos el paso colectivo hacia un sistema político integral. Podríamos caer en un estado de atomización tribal con grupos de poder luchando entre si mellando los débiles estados democráticos.

En los políticos (de derecha e izquierda) que naturalmente simpatizan con el "realismo" (y sus variantes "neorrealistas") en relaciones internacionales predominaría una consciencia "convencional" y hasta "pre-convencional" especialmente en identidades y valores. Su percepción de conciencia podría ser más vertical-jerárquica, mítica y pre-moderna aunque puedan cognitivamente hacer uso de métodos modernos.  

Según Alexander Wendt, fundador cardinal del pensamiento constructivista en relaciones internacionales, "las estructuras de las asociaciones humanas están determinadas primariamente por las ideas compartidas en vez de las fuerzas materiales y las identidades e intereses de los actores intencionales se construyen con estas ideas compartidas en vez de ser suministradas por  la naturaleza".

El pensamiento constructivista se basa en la observación que los sistemas políticos y sus estructuras dependen fundamentalmente de la construcción social de las ideas. El individuo en relación con otros individuos es crucial. Este sería un "proceso" que incluye aspectos sociales y sicológicos y conformaría sistemas de ideas. Percatarnos que esto es más fundamental que las ideas qua ya conocemos (y que tendemos a aceptar según las estructuras sociales que ya habitamos) nos permitiría generar opciones más ricas y acordes con un pensar mucho más amplio. Nos permitiría organizarnos en base al "Pensamiento Complejo" ("complexus" se refiere a un tejido entrelazante o vinculante) que menciona Edgar Morin abiertos a la ambigüedad creativa y al cambio.

Como mencioné al comienzo de este ensayo, "Necesitamos forjar un modelo conectivo universalmente demostrable y eficiente que se base en un grado de libertad creativo superior a las manifestaciones descubiertas por la ciencia y la teología de inspiración excesivamente dualista".

El construccionismo en relaciones internacionales sería una de las primeras teorizaciones aptas para entender la política internacional en relación a una percepción de conciencia integral más amplia y –por poder continuamente perfeccionarse y recrearse- podrían surgir otras teorizaciones afines y más efectivas. La conciencia reflexionando sobre si misma estaría implicada. Serían las personas construyendo ideas y (añadiendo el factor descubierto por los sicólogos del desarrollo humano mencionados) también sería lo que sus niveles de conciencia o de desarrollo sicológico pueden concebir y ellos -en última instancia- decidirían las prácticas y límites posibles y más adecuados de la política internacional.

Los "límites del intervencionismo" evolucionarían junto a lo que consideremos como "propio" "ajeno" y con la capacidad de pensar, sentir y valorar no solo de manera más horizontal sino además en reconexión con una sana jerarquización vertical. En otras palabras, en la etapa de desarrollo "integral" sugerida por Wilber, reconoceríamos que existen ideas más comprehensivas y no caeríamos en un relativismo desconstruccionista excesivo. Si un porcentaje necesario de la población calificara en esta etapa no solo "post convencional" sino "integral" ellos establecerían las leyes y sistemas para una sociedad planetaria en la que "los límites del intervencionismo" serían distintos. En una conciencia "integral" lo ajeno es propio y el bien común predomina.  

Bibliografía

Gebser, Jean (1983). The Ever-Present Origin. Athens: Ohio University Press.

Morin, Edgar (1973). El Paradigma Perdido: Ensayo en Bioantropología. Barcelona: Kairós.

Morin, Edgar (1990). Introducción al Pensamiento Complejo. Barcelona: Editorial Gedisa.

Wendt, Alexander. "Anarchy is what States make of it: The Social Construction of Power Politics". International Organization, Vol. 46, No. 2. (Spring, 1992), pp. 391-425. http://ic.ucsc.edu/~rlipsch/Pol272/Wendt.Anarch.pdf

Wilber, Ken (2000). Integral Psychology: Consciousness, Spirit, Psychology, Therapy. Boston: Shambhala.

Wilber, Ken (1995). Sex, Ecology, Spirituality: The Spirit of Evolution. Boston: Shambhala.

Nicolescu, Basarab (2002). Manifesto of Transdisciplinary. New York: State University of New York Press.

 

 

Autor:

Giorgio Piacenza

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