Desde 1958 la política venezolana se basó y se basa actualmente, en el sistema de partidos. El instrumento básico para la acción política son los partidos de masas.
El poder se transmite por medio de las elecciones en las que la representación proporcional de voto exclusivo de la lista partidaria magnifican el impacto de las organizaciones partidarias. Los partidos son los principales agentes de expresión del conflicto político y la mayoría de las transacciones políticas se filtran a través de la red de liderazgo y organización partidaria.
La historia democrática de Venezuela estuvo fuertemente marcada por una tendida confrontación entre poder militar y poder civil.
Encontramos ciertos clivajes que estuvieron presentes a lo largo de esta historia: el conflicto centro / periferia estuvo relacionado con el conflicto de clase (latifundistas vs. pueblo), y también aún con un conflicto étnico (pueblo pardo – mestizo vs. blancos – godos). Este clivaje se manifestó en guerras y levantamientos, hasta la consolidación de un proyecto de Estado nacional (de carácter autoritario), de la mano de la "Revolución Restauradora".
Por eso, precisamente relacionado a nuestro interés, el clivaje que estuvo presente desde el comienzo de la historia partidista venezolana fue el del enfrentamiento entre autoritarismo y democracia, más que un enfrentamiento, puede llamársele oposición. En cuanto al autoritarismo, ligado a lo militar, fue predominante y se fue consolidando e institucionalizando a lo largo del tiempo. Pero frente a él, se mantenía viva la resistencia civil, portadora de modernidad y democracia. Estas ideas fueron expresadas con firmeza en la Constitución de 1961, asumiendo una democracia plural, es decir, de partidos.
Fases en el desarrollo del sistema de partidos venezolano
Desde 1908 hasta 1945: Aquí podemos distinguir distintos momentos. Desde 1908 hasta 1935, estamos en presencia de la dictadura de Juan Vicente Gómez, donde se produjo la unificación administrativa y política del país. Fin de los conflictos civiles; la época del caudillo aislado llegó a su término. El Estado Central se erigió sobre una sociedad débilmente integrada. El impacto del petróleo contribuyó al cambio social a través de una depresión de la agricultura tradicional y un estímulo de los movimientos masivos de población.
Desde 1936 a 1945 el gobierno estuvo encabezado por dos generales: Eleazar López Contreras (1936-1941) quien asumió a la muerte de Gómez. López actuó con cautela contra las nuevas fuerzas políticas que ese estaban formando, pero al año y medio éstas habían sido disueltas.
El general Isaías Medina Angarita (1941-1945) sucedió a López Contreras. Período de liberalización política. Acción Democrática (AD) es reconocido legalmente. AD es pionera: organización permanentemente presente en todos los niveles e integrando a muchos grupos dentro de una estructura partidaria. Desde 1936 se crearon muchísimas organizaciones políticas. Su tendencia, en general, fue hacia la izquierda, los sectores tradicionales de la sociedad no entraron a competir en esta lucha.
AD (a pesar de ser un pequeño partido, de clase media, hasta el momento), en época de Medina, comenzó la penetración en gran escala, creando y movilizando los gremios industriales y campesinos. Pero la índole limitada del cambio frustró intensamente al partido: las ventajas que conllevan al poder nunca beneficiaron a los activistas y adherentes. Estas circunstancias ayudan a explicar la razón de que los dirigentes del partido aceptaran la invitación de participar en una conspiración militar contra el gobierno de Medina.
Del 1945 al 1958. En 1945 se produjo el primer movimiento cívico-militar derrocando al gobierno de Medina a cargo de Rómulo Betancourt, del AD y su aliado Unión Patriótica Militar (UPM). Este golpe es conocido como el principio de la gloriosa "Revolución de Octubre".
Podemos caracterizar a la historia política de Venezuela compuesta por un "antes" del pasado militarista y un "después" de una etapa progreso de progreso comandad por los civiles (advenimiento de la política de masas). Se prepara, entonces, el escenario para la construcción de la democracia.
Entre 1945-1948 comienza el sistema de partidos. Se formaron el Partido Demócrata Cristiano (COPEI) hacia la derecha y la Unión Republicana Democrática (URD) hacia la izquierda. A partir de allí se produjo el llamado "trienio adeco" que significa la primera experiencia de gobierno civil de corte modernizante. En éste, es importante remarcar la hegemonía establecida por el AD, quien imponía las reglas de juego, respaldas por la mayoría y que, a su vez, excluían todo lo que no pertenecía a su partido. La estrategia fue efectiva para afianzar las bases de AD, pero destruyó la legitimidad del partido ante los grupos electorales opositores.
Frente a este monopolio del poder por parte de AD los militares comenzaron a sentir a esta fuerza político-electoral como una amenaza y en 1948 se produce un golpe militar, con Pérez Jiménez a la cabeza, receloso ante la mayor conquista del AD de espacios de la vida social. La destrucción del AD se debió, en último término, a la amenaza que significaba su continuidad en el gobierno para una amplia gama de intereses sociales.
Durante el "trienio", nuevas organizaciones se creaban y nuevas fuerzas eran movilizadas, sin el desarrollo de reglas básicas de coexistencia y normas democráticas para delimitar el conflicto. En consecuencia, el golpe militar del "48 fue aclamado por muchos sectores como el fin de las persecuciones. Durante el período de gobierno militar entre 1948-1958, los dirigentes, en la ilegalidad o en el exilio, reconocieron el papel de los intensos conflictos nunca aminorados y el consecuente debilitamiento de la democracia durante el trienio.
En 1958 se firmó el Pacto de "Punto Fijo", AD, COPEI y URD se pusieron de acuerdo sobre una serie de criterios que tendían a la defensa y estabilidad del sistema democrático. Tal vez, el rasgo más llamativo en la política venezolana después de 1958 sea el de las decisiones conscientes y explícitas de las elites políticas de reducir la tensión y la violencia inter-partidaria, de eliminar de la escena política todo problema de supervivencia y legitimidad. El derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez no hubiera sido posible sin la intervención de los militares en acuerdo con las principales fuerzas partidistas en la clandestinidad.
Nos situamos dentro del nuevo contexto, "nuevo orden", de una democracia competitiva en cuyo núcleo se formaron los partidos políticos modernos.
De 1959 a 1988. Hasta 1964, asumió AD con COPEI y URD. Se llevó a cabo una política cuidadosa con los militares y la Iglesia; se suavizaron los elementos más socialistas de la doctrina de AD.
Estos hechos empujaron a la izquierda hacia la insurrección, pero sus esfuerzos por establecer una base en el campo se vieron derrotados por la presencia de organizaciones previas y lealtades ya establecidas. Esta situación empujó a la izquierda a reelaborar su inserción en el sistema de partidos
Modelo de la toma de decisiones: Pacto de Punto Fijo, formación de coaliciones, las negociaciones con la Iglesia, la restricción de los programas, la derrota de la izquierda. Estas decisiones ayudaron a crear un método para institucionalizar el conflicto. El consenso es entendido como un código operacional de coexistencia, una limitación de áreas comunes y no una expresión de intereses o creencias idénticas.
Los partidos en Venezuela son importantes por el doble papel que desempeñan: por un lado se dedican a movilizar e incorporar grandes masas de gente a la política; por otra parte, debido a su carácter amplio y heterogéneo, los partidos en sí han adquirido una posición autónoma con respecto a cualquier sector en particular. Destacamos que la izquierda no pudo nunca encontrar su lugar en esta dinámica bipartidista venezolana que fue conformándose desde entonces, por no convertirse en una incidencia significativa en la disputa los espacios de representación.
Un rasgo predominante es lo que podría denominarse la coerción estructural, que opera en todos los niveles del sistema político. Esta coerción estructural exige que todos los grupos e intereses pasen a través de la matriz partidaria para ser efectivos.
A partir del momento en que la URD cedió su lugar al COPEI en la competencia con la AD, más inclinada hacia una derecha católica y anticomunista, que contaba con la simpatía del liderazgo adeco que veía de una forma positiva a la formación de una oposición inclinada a la derecha. Esto ayuda a reafirmar la tendencia hacia el bipartidismo, excluyendo el ingreso de terceras fuerzas. El proyecto democrático bipartidista queda expresado en la constitución de 1961, con la idea de una nueva generación política fortaleciendo al gobierno civil frente a los militares. Los dirigentes de los partidos coincidían en la necesidad de consolidar la estructura organizacional de los mismos.
Una vez en el poder, las primeras decisiones gubernamentales de la AD, en el área económica, fueron vistas como antipopulares y conservadoras. Como resultado, la misma, se dividió por primera vez, creándose el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR 1960), una segunda división se produjo en 1962, el Partido Revolucionario Nacionalista (PRN), comandado por Raúl Ramón Gimenéz. La consolidación del bipartidismo ayudó a la formación del sistema duopólico que concentraba el poder en los equipos dirigentes de los dos principales partidos.
La tercera división de la AD, 1968, poseía un contenido ideológico mayor que las anteriores. Esta división se cuenta como causa decisiva del primer triunfo electoral de Caldera y COPEI en la misma fecha, reafirmando el carácter bipartidista.
En 1969-1973 el COPEI en el gobierno, presentó una solución ante la pacificación y reinserción de la izquierda guerrillera en la política democrática, además de reformas institucionales de carácter modernizante. EL Movimiento al Socialismo (MAS), 1970, puso énfasis en superar la dependencia del capitalismo. Este fue concebido como el nuevo "tercer partido" del sistema, con capacidad para transformar al naciente bipartidismo en un sistema de "dos partidos y medios".
Para esta época los dos principales partidos, comenzaron a ser menos ideológicos, y se convirtieron en partidos "catch-all".
El retorno de la AD, en 1983, se consideró como la consolidación de un bipartidismo conservador, el cual se apoderó del estado, al tiempo que se fue separando de la población. Los partidos de la coalición bipartidista se desgastaron, revelándose en los años siguientes, tanto en la calidad de sus mensajes como en su declinante capacidad movilizadora.
La deriva centralista se hizo insostenible, a tal punto que la elección de los candidatos se fue complicando, donde los perdedores de autoexcluyeron del partido, sin otra explicación que su inconformidad personal. Esto llegó hasta los fundadores de los partidos poniendo en peligro la estructura bipartidista.
Con una crisis económica, la nostalgia por una era de prosperidad y buenas épocas perdidas, sirvió el candidato de AD, Pérez, para la sucesión de 1988.
En esta etapa del declive bipartidista se pudo observar el advenimiento de dos subclivajes:
Estado / mercado: de corte más estructural (que funcional), apoyando políticas neoliberales con objetivo de reducir tanto la intervención del estado, como la de las fuerzas partidistas. Se correspondió al gobierno tecnocratizante de Pérez.
Centralizado / descentralizado: éste es más funcional que el anterior. Está referido al creciente poder local y regional frente al gobierno y sus partidos, ubicando al centralismo político como aquel que no permitía el desarrollo.
De 1989 a la actualidad: con Carlos Andrés Pérez en el gobierno (segunda vez en el poder), como consecuencia de una reducción en la influencia partidista, se comenzó a tomar medidas de ajuste antipopulares, marcando con ello un distanciamiento con respecto a la efectiva "democracia de partidos", que había funcionado hasta el momento.
A partir de esta etapa comenzó el ocaso de la democracia bipartidista, marcado por un auténtico descontento democrático por parte del pueblo A esto le agregamos, la descentralización político-administrativa que comenzaría con la elección directa de gobernadores y alcaldes, a la que se llamó "liderazgos regionales". Esto debilitó la estructura nacional partidista, junto con una lógica de los intereses proveniente del espacio extra-partido y un fraccionalismo creciente en el seno de los mismos que socavaron el sistema duopólico.
Con respecto al contexto social se produjo, a principios de 1989, un estallido social denominado "caracazo" que manifestó un rechazo al bipartidismo.
El declive bipartidista en el segundo gobierno de Pérez estuvo asociado al derrumbe del sistema institucional del Estado. En 1992 se produjo la destitución de Pérez, y en el proceso electoral de 1993, se conformó un escenario que presentaba una nueva relación de fuerzas, donde Rafael Caldera, candidato extra-partido, asumió como presidente. Dicho partido representaba un golpe decisivo al duopolio partidista del pasado, pero que no significó su definitivo desplazamiento del poder.
El gobierno de Caldera implementó políticas públicas altamente impopulares que contradecían su promesa electoral de oposición al neoliberalismo. Esto implicó un debilitamiento del capital político del presidente. Caldera buscó apoyo en AD, consiguiéndolo rápidamente a fin de fortalecer sus propias aspiraciones presidenciales. En este momento el COPEI se encontraba muy debilitado mientras que el AD se encontraba parcialmente recuperado. Podemos decir que: "este espejismo triunfalista adeco fue la causa principal de la debacle que seguiría a la estrategia político electoral escogida frente al avance de la candidatura de Chávez."
Las elecciones de 1998 significaron el final del ciclo bipartidista y el comienzo de una época de inestabilidad. Durante la campaña electoral de dichas elecciones, estuvo presente el apoyo partidista que se fortaleció frente al posible ascenso de Hugo Chávez a la presidencia. Los resultados de estas elecciones demostraron una insuficiencia electoral del bipartidismo para imponerse al candidato contrario. Quedaron conformados dos polos: el "Polo Patriótico", liderado por Chávez (quien planteaba una estrategia en términos de amigo/enemigo), por un lado y por otro, el "Polo Democrático", producto de la alianza entre el COPEI y la AD, que apoyaban la candidatura de Salas Roemer (candidato extra-partido). Sin embargo, este hecho tuvo resultados adversos, ya que el electorado rechazó los "40 años de bipartidismo y corrupción", inclinándose hacia la "solución Chávez".
Chávez y su movimiento, el chavismo, canalizaba las aspiraciones políticas de un grupo de militares, el Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR) – que en 1997 pasó a llamarse Movimiento V República (MVR) -, con objetivo de dar fin a la corrupción y la pobreza. Chávez poco a poco fue convirtiéndose en un líder carismático (en términos de Weber), apoyado por la ilusión populista. Encuentran refugio en un líder como Chávez, las clases medias empobrecidas, como así también la gran masa popular.
Finalmente, Chávez ganó las elecciones de 1998. En este mismo momento se agudizó el desarrollo de la antipolítica con movimientos antipartido. El MVR acentuó su participación política en un terreno nuevo de una política neopopulista que se amplió con el creciente descontento de la vieja clase política. El triunfo de Chávez y del MVR puede considerarse como el triunfo de un antipartidismo militante, y también, de una abstención sin precedentes en la etapa democrática.
Chávez asumió a principios de 1999 y sigue gobernando hasta nuestros días. Durante su primer gobierno, el mismo adquirió un carácter plebiscitario. El nuevo presidente logró imponer su propio proyecto de Constitución como aquel que identificaba al movimiento revolucionario. Se incorporó el ideal de "democracia participativa", punto central en el "proceso de cambio" (revolucionario) que proponía el chavismo, que enfrentaba su visión a la de una "democracia representativa" de la historia bipartidista. Y es que se hablaba de un "nuevo comienzo", reflejo de la voluntad popular venezolana, el cual "se propone como la "nueva" propuesta que habría de conducir un voluntarista "volver a empezar" en el que encontraría su lugar un vasto sector social desencantado con la "democracia bipartidista", que se encontraba viviendo un declive profundo". La constitución se transforma en el elemento primordial en el cual el pueblo venezolano encontrará aquellos principios que reafirmarán su protagonismo político.
Al mismo tiempo, decimos que gobernaba sin una oposición fuerte y homogénea, y con un Parlamento y Poder Judicial sometidos a su voluntad. El presidente es quien imponía su fuerza hegemónica y la de su partido.
El ascenso de Chávez al poder estuvo apoyado por una especie de ideología del "nuevo comienzo". La conformación de un "fuero" militar – expreso en la Constitución-, que excluyó cualquier control civil, era un indicio de la deriva autoritaria (militarista) del nuevo régimen. Esto se opuso a la principal tarea de la oposición que radicaba en la defensa de las conquistas democráticas, distanciándose así del gobierno de Chávez, más por diferencias ideológicas que de intereses.
El "fenómeno Chávez" produjo un movimiento hacia posiciones polarizadas en la arena electoral de la dinámica partidista, proceso que fue percibido cada vez más por las elites dirigentes. La alta polarización del electorado favoreció el funcionamiento de una democracia plebiscitaria basada en la personalidad del presidente carismático. Es por ello que podemos calificar al sistema de partidos venezolano como un "pluripartidismo polarizado", con una línea de oposición bilateral que dará como resultado amplias coaliciones partidistas en el gobierno y la oposición.
Las dos coaliciones en disputa por copar el centro eran:
De izquierda hacia el centro: MVR, MAS, PPT, PCV;
Del centro a la derecha: AD, COPEI, LCR, PV, PJ.
El carácter plebiscitario del gobierno chavista sumado a la debilidad de los partidos de la oposición estuvieron y están relacionados con la capacidad del gobierno actual para neutralizar todo esfuerzo autónomo de estructuración de los partidos.
Actualmente, el clivaje que rige la política social venezolana es el de la oposición democracia de partidos / democracia plebiscitaria, que se fue conformando aproximadamente con las elecciones de 1998. Ésta última está asociada a la época del "retorno del líder", refiriéndose al fenómeno Chávez (líder revolucionario), que es la expresión personalizada del "pueblo soberano", quien no estuvo presente en la democracia de partidos. Desde sus comienzos, Chávez no necesitó de los partidos o movimientos más que para su fortalecimiento personal.
Bibliografía
Ramos Jiménez, Alfredo; El asedio a la política, "Partidos y sistemas de partidos en Venezuela".
Kornblith, Miriam; "Crisis y transformación del sistema político venezolano".
Ramos Jiménez, Alfredo; "Aproximación al Nuevo Comienzo".
Lanz, Rigoberto; "Los límites de la democracia made in Usa".
Autor:
Bachiller:
Camacaro Darnelis.
Enviado por:
Carla Santaella
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación Superior
Universidad Nacional Experimental "Rafael María Baralt"
Cátedra: Socio Política
Sección 232.