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Porque los accidentes no existen en teoria – VIII

Enviado por Felix Larocca


  1. Empecemos enseñado algo que pocos conocen. La historia del dinero
  2. Entra nuestro antepasado, el hombre de las cavernas
  3. Historia del Peso
  4. El dinero como símbolo psicológico
  5. Todos tememos la pobreza, especialmente, los que dicen no temerla — lo mismo que sucede con el miedo
  6. En resumen
  7. Bibliografía

Empecemos enseñado algo que pocos conocen. La historia del dinero

Historia del dinero 

Hay quien dice que el dinero mueve el mundo. Otros en cambio, lo consideran como el causante de todos los males de la humanidad. Pero la mayoría de las personas reconocen que el dinero es necesario, y que a todos nos conviene aprender la forma de manejarlo adecuadamente.

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Es difícil pensar que hubo una época en la que no existía el dinero. Lo cierto es que hace miles de años nadie lo usaba. Para obtener los bienes que necesitaban, la gente de la antigüedad empleaba el trueque, es decir, cambiaban una cosa por otra. Esta forma de intercambio no siempre funcionaba bien, pues era necesario que cada persona poseyera algo que le interesara al otro. Aunque el trueque todavía continúa usándose, la economía en la actualidad es principalmente monetaria. Un ejemplo operático nos lo ofrece Smetana en su obra: Bartered Bride.

El historiador griego Heródoto atribuye la invención del dinero a los habitantes de Lidia, un pueblo del Asia Menor, que para el año 670 antes de Cristo circuló monedas hechas de una aleación de oro y plata. Mucho antes que ellos, en las distintas culturas del mundo, ya se usaba una gran variedad de objetos como dinero: conchas de mariscos en la India, arroz en China, discos de piedra caliza en la isla de Yap en el Pacífico, además de semillas, caracoles y herramientas en miniatura, entre muchas otras.

Con el fin de facilitar el comercio, la gente comenzó a usar monedas hechas de metales valiosos para pagar por los bienes y servicios que necesitaban. Fueron los chinos, quienes inventaron el papel y la tipografía, los primeros asimismo en usar el papel moneda, en el siglo IX. El valor de éste era garantizado por el oro y la plata de su gobierno, con la gran ventaja de no ser tan pesado como las monedas.

El papel moneda apareció en Europa durante el siglo XVI y su valor dependía de los depósitos en oro que poseía cada país. Los Caballeros de la Orden del Templar, fueron la primera de las muchas congregaciones de la Iglesia Católica que capitalizaría en el comercio del dinero, convirtiéndose en la banca de Europa, hasta que la Inquisición, en gesto venal, la aniquilara, para acapararlo todo.

El interés por el dinero de los ocupantes del Vaticano se pudo demostrar espectacularmente en la segunda mitad del siglo XX cuando la Banca oficial de la Santa Sede se encontraría envuelta en un escándalo financiero, digno de los banqueros dominicanos, y del que nunca se recobrarían, moralmente.

En el presente, la mayoría de los países tienen su propio sistema monetario e imprimen su propio dinero, que por estar hecho de papel tiene muy poco valor por sí mismo. Los billetes de papel representan un valor monetario decretado por el gobierno de cada país.

Existe una gran variedad de monedas en el mundo. Algunas de las más conocidas son: la libra esterlina de Inglaterra, el peso en Chile y la República Dominicana, el marco de Alemania, el yen japonés, el rublo de Rusia, la lira de Italia y el dólar estadounidense. Hace unos ocho años, se comenzó a usar una nueva moneda en Europa, el euro. Aunque en estos momentos se usa solamente en transacciones bancarias, se espera que para el año 2010, el euro sustituirá todas las monedas nacionales del continente europeo, aunque los ingleses, quienes aun guían sus carros por la izquierda, para ser individualistas, lo seguirán oponiendo.

Entre las formas para pagar con que contamos ahora están el dinero en efectivo, los cheques y las tarjetas de crédito. Las tarjetas de los cajeros automáticos, permiten obtener efectivo rápidamente y también se usan en algunos comercios como forma de pago.

Las monedas continúan cambiando y evolucionando, algunas de ellas desaparecen y otras nuevas las sustituyen. Entonces, ¿qué nos espera en el futuro? El dinero digital, en forma de bits y bytes podría ser la moneda de este milenio. Éste funciona como el dinero normal, sólo que no está hecho de papel. El dinero de la cuenta de banco se convierte a un código digital y se almacena en un microchip, en una tarjeta o en el disco duro de una computadora. Este dinero electrónico podría ser usado anónimamente para comprar a cualquier comercio o vendedor que acepte la transacción, ya sea en la Internet o en un centro comercial.

Entra nuestro antepasado, el hombre de las cavernas

Desde tiempos remotos el hombre ideó sistemas para dar valor a las cosas y poder intercambiarlas, primero, sabemos se utilizó el trueque, después el intercambio, y luego surgió el dinero — los niños, precursores nuestros, son maestros en el negocio por trueque, de manera instintiva, antes de que capten su esencia.

El hombre paleolítico conocía el valor de lo que usara entonces como dinero, y lo usaba de modo parecido a como lo que hoy hacemos.

La agricultura, la domesticación de animales y el uso del fuego, llevarían más adelante a la Revolución Industrial, ésta conduciría a la historia de las conquistas, la que a su vez imprimió la metamorfosis que afectarían las religiones mayores convirtiéndolas en ejércitos de pillaje — el resto siendo historia.

Las primeras monedas, sabemos, que se acuñaron en Lidia, la actual Turquía en el Siglo VII AC. Éstas se acuñaron por medio del proceso de electro aleación natural de oro y plata, ya que para todos los pueblos el oro era el metal más valioso seguido de la plata, patrón que se tradujo a la fabricación del dinero.

En la Grecia antigua, unos 500 Reyes y 1.400 ciudadanos, circularon sus propias monedas, y se estableció la costumbre de adornar cada moneda con el dibujo de su emblema local desarrollando el primer sistema monetario unificado, que, con la caída del imperio se derrumbó. Entonces prelados, nobles, propietarios y diversas localidades se dedicaron a producir sus propias monedas, esta práctica fue habitual hasta la época de CARLO MAGNO, que reformó el sistema en el siglo VIII y devolvió el control de su emisión, al poder central.

El pionero en utilizar billetes, fue el emperador mongol, KUBLAI KHAN en el Siglo XI, para él, fue el certificado de propiedad de una cantidad de monedas de oro en Europa. En sus inicios, los billetes eran certificados sobre la existencia de un depósito de oro en un sitio llamado "banco".

A finales del Siglo XVI, cuando el público empezó a usar los billetes para saldar deudas y realizar transacciones monetarias, los bancos emitieron certificados por cantidades fijas, los primeros billetes oficiales se lanzaron en 1694, por el Banco de Inglaterra, así nació un nuevo tipo de dinero, el fiduciario, a diferencia de las monedas de la época; el billete solo tenía valor representativo.

Historia del Peso

Por sus constantes invasiones y alianzas entre Reinos, España ha poseído multitud de monedas, las más antiguas son del siglo V AC eran diminutas piezas de plata emitidas en Ampurias, los cartagineses crearon el Dracma y los romanos el Denario, de donde se origina la palabra "dinero".

Con la desmembración del Imperio Visigodo, cada Reino tuvo su moneda. PEDRO I, estableció El Real, moneda oficial de los REYES CATÓLICOS, que sobrevivió algunos siglos junto al: Excelente, el Ducado, el Escudo, los Sueldos y las Onzas.

En la República Dominicana existieron: la mota, el chele, la peseta y el peso oro hasta la intervención americana, quienes dejarían el dólar como moneda nacional hasta el famoso tratado de Trujillo-Hull. Desde ese entonces, retornamos al peso. Moneda de valor fluctuante y sin mucho "peso" que digamos.

La invasión napoleónica complicó el panorama, los partidarios de FERNANDO VII, fueron fieles al Real, pero los bonapartistas crearon la Peseta en 1868, la Peseta inspirada en Italia, quedó instaurada en la península Ibérica, donde aun se usa.

Para no adaptar y seguir las costumbres españolas, las "colonias" cambiaron la peseta por el "peso oro".

Esta pequeña historia del dinero que hemos narrado es un prólogo abreviado para entrar en el contexto de su manejo, "lo qué sienten las personas", "para qué les sirve" y que tipo de "energía mueve y es el dinero".

El dinero como símbolo psicológico

El dinero nos hace sentir independientes y responsables de nuestras vidas, por lo tanto, tener una adecuada relación con él significa en cierto modo poseer un buen equilibrio psíquico — pero lograr esta Nirvana fiduciaria no es tan fácil.

Tradicionalmente el poder económico ha estado en manos de los hombres, aunque la mujer era la encargada de administrarlo en el ámbito familiar, algunos hombres lo utilizaban para mantener a la mujer y someterla bajo su control, hoy día ha cambiado un poco, pero cuando en la pareja existe una relación de dominio de uno sobre otro, el hombre utiliza el dinero como arma de su poder.

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A los hombres el dinero les da sensación de control fálico/narcisista, mientras que a las mujeres les produce seguridad y autonomía.

Hay personas que se valoran por lo que ganan en el trabajo, otras personas valoran la libertad por el dinero que tienen, es decir todos ellos son esclavos del dinero "tanto tengo, tanto valgo", o "tanto tienes, tanto vales", en una palabra, "no son libres", no saben vivir con lo que el destino les impuso; estando condicionados por lo que pueden conseguir, no por lo que tienen, sino por lo que pueden tener, y lo que les puede asegurar que el mayor imperio logrado puede serles derrumbado en dos segundos.

Todos tememos la pobreza, especialmente, los que dicen no temerla — lo mismo que sucede con el miedo

Hay personas que dilapidan en poco tiempo lo que su generación anterior les legó, con la posible idea de que al desprenderse de los vienes materiales, se libran también de una herencia psicológica que les parecía infame. Rechazar de donde se viene no conduce a nada, aceptar nuestros orígenes, tanto materiales como psicológicos, nos permite construir un futuro y una identidad propia. Pero, para que esto suceda, el poder mental sobre el dinero es importante, así pues como decíamos, una fortuna se puede dilapidar con rapidez asombrosa, pero una herencia afectiva bien cimentada no se destruye nunca.

La mayoría de los dominicanos, hijos de ricos, nunca aprenden esta lección, como hemos publicado en otras ponencias.

Prosigamos

Moviéndonos en otros aspectos Existen personas que, con actitudes muy opuestas, tienen una relación patológica con el dinero. Hay unos que sufren si lo gastan, su placer consiste en controlarlo, son avaros, tacaños, roñosos, otros, por su parte, gastan más de lo que pueden. Parecen desprendidos, generosos, pero sólo son incontrolables — ambas actitudes encubren grandes conflictos personales. 

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El dilapidador, ser inferior empedernido, busca desesperadamente el reconocimiento, el cual compra. Tiene una necesidad de ser querido mas allá de lo razonable, pues en el fondo no se cree merecedor de todo amor. Piensa que si no lo paga todo no le querrán, en cierta forma tienen un fuerte deseo infantil de que alguien les contenga, prefiriendo depender de un otro que administre su vida y quitarse esa responsabilidad.

El avaro, más que dueño del dinero, es esclavo de lo que posee, no reconoce el dinero como un medio sino como un fin, goza con la acumulación porque eso le hace sentirse poderoso, su mayor deseo es el dominio: el poder sobre los demás.

Está claro que lo que prima es el equilibrio, pero el mundo en su frenética trayectoria hace que todas las circunstancias tanto personales como externas al ser humano, formen seres llenos de ansiedades que pisoteen, avancen sin mirar, destruyan,… a cualquiera que se ponga a su lado por el simple hecho de pensar sólo en sí mismos y por consiguiente de controlar a los demás — lo hacen por el dinero.  

El dinero hizo posible al político; el político a sus cómplices, a los economistas, y estos últimos, por su parte, destruirían naciones. Lección muy penosa ésta para el sufrido pueblo quisqueyano.

En fin, el dinero es una energía como otra cualquiera, y provoca el mismo efecto de acción y reacción en el universo. Es un principio de dar y recibir, por lo tanto cuando se tiene esa energía hay que hacerla fluir y cuando no se tiene hay que hacerla llegar, puesto que volvemos al hecho de que no se puede dar lo que no se tiene y las carencias económicas provocan descompensaciones energéticas en el ser humano, desequilibrando toda su vida. 

En resumen

El dinero, está al centro de todas las estructuras que generan relevancia y poder en el ser humano. El dinero está inscrito en el hipotálamo cerebral dentro de los espectros de la auto-preservación. Por eso es inmanente. Aprender su uso es tan importante como la instrucción acerca del comportamiento sexual, la del uso de las drogas y la del mismo comer.

Poderoso caballero es don Dinero. Así nos amonestaba Quevedo…

Bibliografía

Roberts, R. R: Serendipity: Accidental Discoveries in Science (1989) Wiley NY

W.S. Lewis, ed., Horace Walpole's Correspondence, Yale edition, in Theodore G. Remer, ed: Serendipity and the Three Princes, from the Peregrinaggio of 1557, Edited, with an Introduction and Notes, by Theodore G. Remer, Preface by W.S. Lewis. University of Oklahoma Press, 1965. LCC 65-10112

Boyd, William. Armadillo, Chapter 12 (1998) Knopf, NY

Sommer, T. J: Bahramdipity and Scientific Research The Scientist 1999, 13(3), 13Sommer, T. J. Bahramdipity and Mulltiple Scientific Discoveries (2001) Science and Engineering Ethics 7(1), 77-104.

de Quevedo y Villegas, F. G: (1580-1645) Poderoso Caballero es don Dinero (1999) Espasa Calpe

Freud, F: The Ego and the Id The Standard Edition of the Psychological Works of Sigmund Freud

Freud, S: The Interpretation of Dreams

Freud, S: The Uncanny

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca