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El uso de las grabaciones como instrumento de ayuda en el aprendizaje dentro del aula de clase


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Las características de audio
    3. Discos compactos (CD)
    4. Grabación de audio
    5. Ventajas que pueden aportar los medios sonoros
    6. Conclusión
    7. Referencias bibliográficas

    INTRODUCCION

    La educación se está convirtiendo en una frontera del pensamiento. Ahora hay que enfrentar los abrumadores retos planteados por la actual urgencia de impartir una enseñanza excelente a la polifacética y creciente población estudiantil. Con normas anticuadas no se resuelven los nuevos problemas.

    Educadores progresistas están probando nuevos y no menos alentadores programas y procedimientos para mejorar las escuelas en una forma fundamental. Una saludable inconformidad los ha inducido a pensar que las escuelas no pueden ser significativamente mejores si no son, ante todo, sustancialmente distintas. Y de ahí que se esté haciendo una intensa revaloración lo mismo de la esencia que de la forma de la instrucción pública.

    Mientras los periodistas critican, los eruditos teorizan y los filósofos escudriñan la educación, los maestros deben actuar. Para individualizar la enseñanza, los educadores deben saltar de la teoría a la práctica. Y los alumnos, por su propio bien, deben aceptar una responsabilidad mayor. La investigación intelectual tiene que ser una labor ininterrumpida, total y absorbente.

    El progreso de la enseñanza no siempre proviene de un aumento de maestros, libros, cursos o dinero. El mejoramiento positivo viene del empleo original del escaso talento humano, del precioso tiempo y de nuevos métodos.

    Las nuevas corrientes dinámicas pueden ser distinguidas con facilidad en la educación tanto primaria como secundaria. Algunos cambios están relacionados con los programas y, otros, con el modo en que se imparte la instrucción. Hasta una época reciente, por lo regular se hacía hincapié en el contenido; por ejemplo, de la matemática moderna y de los nuevos materiales científicos. Pero éstos piden nuevos métodos y de ahí que el foco haya comenzado a desplazarse hacia otro punto. Directores y maestros están haciéndose preguntas penetrantes: ¿Cómo se puede conseguir que las escuelas ofrezcan una enseñanza mejor?, ¿Cómo se puede acentuar la competencia individual del maestro? ¿Cómo se podría individualizar la instrucción? ¿Cómo se podría mejorar la enseñanza?

    El paso de la teoría a la práctica ha dado lugar a nuevas ideas. Los programas al margen de graduaciones, el tamaño variable de las clases, el estudio independiente, la programación flexible y el fomento de programas especiales de corrección y desarrollo tienen la mira común de individualizar la instrucción. Todos estos progresos obligan al estudiante a usar más materiales instructivos de los que tradicionalmente se han empleado en las escuelas regulares.

    El establecimiento de un almacén de información ya no resulta adecuado. Ahora, cada escuela debe contar con un laboratorio de materiales que contenga una amplia gama de información, así como equipo y espacio para que los alumnos puedan estudiar por separado o en grupos chicos. A esa instalación podemos llamarla Centro de Medios Instructivos (CMI).

    Enseñar y hablar ya no se consideran sinónimos. Los nuevos métodos educativos fijan una mayor responsabilidad al estudiante. Como parte de esa responsabilidad, los alumnos tienen que usar distintos enfoques y desarrollar diversas actividades. Unas veces tendrán que leer y otras, consultar con un maestro, escuchar explicaciones grabadas o relatos de hechos reales. Las escuelas tienen que almacenar más información de la que se pensaba. Actualmente hay que ofrecer a la juventud libros de ideas distintas, problemas intelectuales. Los folletos, libros a la rústica y revistas ya no son adornos sino artículos indispensables, películas, recortes cinematográficos, grabaciones magnetofónicas, discos, idiomas, diapositivas, diagramas, computadoras, programas de estudio y conferencias grabadas son elementos indispensables del proceso educativo. Ya ningún texto es "la Biblia". Los maestros emplean una gran variedad de auxiliares tecnológicos: proyectores, cintas magnetofónicas, televisión y diálogos en lenguas extranjeras. Pero conviene organizar y emplear dichos elementos auxiliares en una forma sistemática. Para ello, debemos comprender que el Centro de Medios Instructivos (CMI) es algo más que un simple depósito de libros y otros materiales de enseñanza.

    Entre los  medios didácticos más eficientes se encuentran las grabaciones sonoras. Destacan dos de ellas: las discográficas y las magnetofónicas. Las grabaciones de discos requieren una técnica excesivamente elevada como para pretender que entren dentro de las posibilidades de nuestras escuelas y colegios; puede, sin embargo, aprovecharse todo lo que existe ya grabado y que tenga valor pedagógico en cada momento; basta para ello disponer de un tocadiscos. Existen excelentes discos con canciones infantiles y narraciones de cuentos para los primeros grados. Respecto de los otros medios auditivos quizá sea el tocadiscos el de posibilidades más limitadas; la grabación en la cinta magnetofónica ofrece un campo de acción más extenso. El magnetófono puede prestar gran ayuda en la enseñanza del Lenguaje, recitaciones, dramatizaciones, enseñanza de idiomas, etc.; de la Música, cantos escolares, coros, conciertos, etc.; de la Historia, pasajes y diálogos históricos; de la Religión, narraciones de Historia Sagrada, ejercicios devotos, etc.; y en otras ocasiones. La grabación educativa deberá tener estas características: no durará más de 20 ó 25 min.; claridad en la expresión de las voces; series concretas, prescindiendo de lo accidental; fuerte dosis dramática que mantenga el interés; crítica formativa final y utilización de efectos sonoros para ambientar las escenas.

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