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Manual del trabajo titiritesco (página 2)

Enviado por Alexis Andarcia


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Luego, debe ser estética, porque como arte se elabora siguiendo los caminos mágicos y, a veces incomprensibles, de la belleza; lo cual no es otra cosa que descubrir la armonía de la plástica, la música, la escultura, la arquitectura, la manipulación, interpretación y el texto; ello, define la belleza de un espectáculo; así, los sentidos humanos reciben colores, sonidos, movimientos que crean y recrean su humanidad, su percepción de la vida, del otro que no soy yo; es decir, de su filiación terrestre y universal.

Pero, también debe ser pedagógica, pues le toca asumir su responsabilidad comunicacional; su ventaja de tener el protagonismo del tiempo y del espacio escénico; de acaparar la atención sobre su discurso; de saber que va a pasar en el futuro inmediato de su historia.

Ello, encierra un asunto muy serio como el de influir; entonces, ya que no se puede escapar a ese poder, lo mejor es utilizarlo para coadyuvar a la edificación de un ciudadano; es decir, un ser para una sociedad cada vez más justa, libre, democrática, tolerante y equilibrada.

De la responsabilidad

Nuestro trabajo es la creación artística; somos oficiantes, en términos generales, de la cultura; nuestras herramientas y materiales son el cuerpo, los gestos, los objetos recreados, las ideas y la palabra. Nuestra praxis se orienta hacia la captura y difusión de la estética; en ese sentido, intentamos democratizar el servicio cultural; la posibilidad de que cada vez más ciudadanos accedan y aprecien el arte tal y como es; sin imposiciones de modelos…libre; pues la libertad es el objetivo fundamental del hombre; para usar palabras del historiador Manuel Suzzarini:

"(…) ello, porque no me atrevo a decir que es el fin…que a lo mejor hay otros…"

Como sujetos de nuestro tiempo, vivimos, disfrutamos, sentimos y padecemos el acontecer; de esta manera no podemos, no deseamos, ser neutrales; por el contrario, nos incumbe el poder; históricamente estamos atados a él por antítesis: nuestro discurso no encaja en ningún proyecto de poder, pues la libertad para el artista es vital, sin ella perece; por ello, somos críticos por antonomasia del ejercicio del poder; en consecuencia, nos proponemos mantener el trabajo creador lo más distante de la utilitaria visión del hecho político.

No hacemos política, hacemos arte; comprometido con el proyecto humano, no con ideologías, partidos o líderes; las doctrinas e ideologías exigen siempre una militancia imposible de cumplir para un creador; con el tiempo, imposible de cumplir por cualquier persona.

Es común que el creador -artista o científico- se encuentre ante dos éticas: la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad; la primera lleva a la pasión de las creencias (ideológicas y políticas)al juego del poder, asociado inexorablemente a la violencia; la segunda, es el compromiso con la crítica; con la permanente crítica, como advirtió Octavio Paz; nos compete, pues, una ética de la responsabilidad con nuestro oficio para develar las distintas realidades; auspiciar el valor de la unidad en la diversidad; crear y recrear identidades; construir y destruir para que no existan modelos; para que no se eternicen las doctrinas, ni el poder.

Así, recomiendo a quienes deseen ideó logizar, politizar o concientizar, utilizando el títere, que no lo hagan; el teatro de títeres no es su escenario; con toda seguridad, no harán bien ni lo uno ni lo otro.

De los valores.

Creemos en los valores; en la necia esperanza de que podremos alcanzar una civilización de alta factura humana y de libertad; evitar la destrucción por iniciativa propia; creemos en la solidaridad, la tolerancia, el respeto, el amor, la amistad, y la justicia como proyecciones del ser; pero, sobre todo en la valentía para asumir esos valores.

Del que hacer de todos los días.

Una obra de títeres debe ser limpia; ello implica:

  1. Un teatrino con presencia escénica; que inicie al espectador en la posibilidad cierta de que lo que se aviene esta bien hecho y merece su atención. Lo cual, no sólo prepara al espectador para el momento del asombro; también, genera una antesala de quietud necesaria en el ambiente.
  2. El espacio interno del teatrino es sagrado; allí vive la magia de nuestros ancestros; el secreto del asombro brechtiano; el oráculo de Delfos; salvo la más excepcional ocasión, no debe exponerse.

    Por ello, debe vestirse el templo antes de que llegue el público; evite conversaciones en pleno espectáculo; juegue y diviértase mientras trabaja y el público recibirá sus mejores energías, con viceversa.

  3. Una obra, por muy sencilla que sea, debe cuidar su escenografía, utilería, muñequería, vestuario, música y sonido; aún más, sus movimientos e interpretación; aquí caben las palabras del cantautor Joan Manuel Serrat "lo sencillo no es lo necio".
  4. Es fundamental el saludo al público, la identificación institucional; la presentación del grupo y de la obra; con la información precisa; aquí es bueno recordar que el público espera por la obra; en el teatro de títeres hay poco espacio para el divismo actoral, en eso los títeres son implacables; por ello, la presentación debe ser sencilla, oportuna y concisa.
  5. Es posible que en algún momento el público pueda ser actor protagonista; para ello se debe estar preparado.
  • El teatro de títeres es esencialmente colectivo y público; su producción conlleva una profunda armonía de equipo; cuando se logra pueden obtenerse resultados extraordinarios; su consecución es la proyección más alta a la que puede aspirar un artista; sin embargo, suele pasar que en la ruta hacia la armonía hayan obstáculos, que nos provocan traspiés, actos y actitudes hurticantes; se trata entonces de comprender; el término comprender requiere reflexión, tolerancia, humildad, puede, incluso, que sólo se llegue a ella con la madurez; es un caso inevitable: por lo general, llegamos tarde. . .

No obstante me atrevo a precisar algunas pautas para comprender:

  • Trate de ser amigo de sus compañeros de trabajo, de apreciarlos.
  • Descubra el rayo de luz, por muy pequeño que sea, en las otras personas.
  • Recuerde: no lo sabemos, ni podemos saberlo todo.
  • Descubra y aplauda las habilidades y fortalezas de su compañero.
  • Como la cotidianidad no es espectacular, existe la tendencia a creer que las cosas de todos los días no son importantes; pero, sólo pueden lograrse cosas importantes y espectaculares haciendo bien las pequeñas cosas de todos los días.
  • Asuma el trabajo titiritesco como un oficio; un trabajo a través del cual usted se realiza humanamente; no hay proyectos pequeños; lo pequeño sólo parece serlo.
  • Asuma el trabajo hacia el público como un servicio cultural; un oficio para ayudar a construir un país, una sociedad, una civilización.
  • El respeto al público antecede al buen espectáculo; no habrá un buen espectáculo sin respeto al público; el público no siempre tiene la razón pero ello no implica irrespetarlo.
  • Los niños no son tontos; trátelos como niños; ellos, con toda seguridad, practican mejor la libertad que nosotros mismos. Usted, durante un tiempo fue como ellos; permítales algún día ser como usted o mejor.
  • La participación del público no se reduce a las respuestas mecánicas "si" "no"; en ella, se activa un mecanismo más complejo; el abuso de este tipo de inducción refleja una carencia.
  • Asuma la incertidumbre como una variable; trabaje con ella; pero no deje que domine su organización; por ello, se requiere, la capacidad previsiva que a los humanos nos da la naturaleza; no le deje a la memoria sus tareas y responsabilidades; por lo general la memoria es engañosa.
  • No abuse de la improvisación; ella forma parte de un momento de la producción y creación del montaje; en el caso más extremo, de situaciones excepcionales de una representación; pero, como regla, la guía debe ser marcada por el ensayo; el éxito está asociado a la capacidad de tener continuidad y constancia en el manejo de una técnica y/o arte; aquí se concibe el "éxito" no como un objetivo sino como el resultado en el logro del objetivo, el cual no es otro que hacer llegar nuestro servicio cultural con la mayor plenitud a quienes va dirigido.

Finalmente, el CHÍMPETE CHÁMPATA no es un grupo de animación de fiestas ni actos de ningún tipo; repetimos con Sergei Obraztsov "que no sea una casual distracción infantil o un estético afán de originalidad de los adultos"; aquí practicamos e investigamos el arte de los títeres; con el fin de alcanzar el más alto nivel en la propuesta; concebimos el arte titiritesco como una vía para el conocimiento; como una forma de expresar nuestra pertenencia local, regional, nacional y universal. Como un espacio creador para ejercer la ciudadanía y alcanzar la humanidad.

Como integrantes de esta agrupación, cargamos con más de cien años de historia de la Universidad del Zulia y cuatro décadas del Chímpete Chàmpata; heredamos el trabajo creativo de innumerables personas que nos antecedieron; somos sólo un tramo de un largo proceso; otros vendrán después; por ello, intentamos dejarles el mejor legado posible, en el tiempo que nos toca ser y estar en este espacio para la creación.

Autor:

Alexis Andarcia

Maracaibo/Edo. Zulia

Año 2006

P.D. Este texto fue escrito con ayuda de mi familia, mis amigos y los demás también…

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