Descargar

Historicidad de la linguística

Enviado por Rita Evelin


    El siglo XIX fue un periodo trascendental para la lingüística y los estudios lingüísticos pues, es entonces, cuando se hacen grandes esfuerzos por interpretar textos, objetos y marcas a fin de conocer las primeras manifestaciones del lenguaje. En todo esto, es menester aclarar que si bien esos estudios tienen fechas recientes, la Lingüística ha tenido manifestaciones desde la antigüedad. Aunque la ciencia no ha podido determinar con exactitud la transición de los sonidos a las palabras articuladas, se han generado distintas teorías de destacados investigadores que, aunque muchas veces se complementan, en ocasiones caen en el debate consciente o inconscientemente.

    En ese sentido, el análisis que se presenta a continuación es una reflexión que recoge las principales ideas sobre el origen y evolución del lenguaje a través de los pueblos antiguos. Entre conquistadores y conquistados la lengua sigue un proceso que en vez de coartar su evolución más bien la agilizó.

    Este artículo es producto de reflexiones de textos diversos que recogen el origen y evolución de los hechos lingüísticos, pero no para seguir contando la historia, sino para propiciar meditaciones que permitan comprender y hasta si es posible recapitular concepciones sobre la Lingüística como ciencia. La estructura del mismo obedece a la de un texto expositivo: introducción, desarrollo y conclusión; mas como lo presentado en este momento es una primera versión y faltan fuentes por analizar, las conclusiones sobre los temas discutidos se integran a las cavilaciones y la conclusión general será otro proceso de recogida de las informaciones totales del escrito.

    La historicidad de la lingüística representa siempre una disyuntiva entre los responsables de asociar hechos, datos y acontecimientos para llegar a reflexiones que diluciden teorías e hipótesis sobre los mismos. A través de la historia hemos "visto" batallar postulados sobre cuándo y dónde surgen las reflexiones lingüísticas, si en Grecia, o en Oriente Medio; si la lengua es el objeto de estudio o debe ser lenguaje o el habla. En fin, cada investigador, de acuerdo a su corpus de información hace sus aseveraciones. Un hecho concreto que ejemplifica este punto son las investigaciones realizadas por los europeos a mediados del siglo XIX, pues al exponer sus resultados y luego revisarlos tenían discrepancias consigo mismos. Un científico no es un ser infalible, sino más bien un auscultor de la realidad que se le muestra. Tanto es así que al estar en contacto con otro tipo de información o información nueva, sus cavilaciones se modifican y es probable que las rectifique.

    Cuando para el siglo XVIII se hacen estudios profundos sobre el sistema de escritura devanagari, utilizado para escribir el sánscrito, lengua sagrada de los hindúes y el bengalí, se encuentran con el conflicto de que en la india no existía el estudio de inscripciones antiguas, lo que dificultaba o más bien impedía la interpretación objetiva de las diversas escrituras. Dadas las circunstancias, Wilkins y otros estudiosos recogen datos arcaicos de escritura brahmi, pero no pudieron llegar muy lejos. Sus principales aportes es servir de base para estudios posteriores, como el de James Prinsep. Este descartó que las inscripciones antiguas estuvieran escritas en sánscritos sino en bactria o indobactria, llamada luego kharosthi. Entre teorías y descartamientos se concluyó que esas leyendas tenían un carácter indio en Kharosthi. Quizás de haber más especialistas involucrados en el caso, no hubieran pasado tanto tiempo haciendo y anulando hipótesis. Experiencia similar se vivió con otras traducciones y sistemas de escrituras, clara demostración de que los principios no son sentencias y que el investigador no es poseedor de ninguna verdad absoluta.

    En otro apartado, pretendo referirme a las primeras reflexiones lingüísticas y las divergencias de opiniones en torno a ella. Si bien es sabido que no existe claramente una línea divisoria del momento exacto del surgimiento de la lengua hablada, los científicos se aventuran a teorizar partiendo de análisis de cráneos para determinar la evolución de primeras civilizaciones del mundo. Estas tenían sus propios mecanismos de comunicación y el estudio de sus vestigios resulta provechoso para conocer no solo estas formas de escritura sino la forma de vida de estos pueblos.

    Una sucesión de hechos históricos se nos presentan como acontecimientos que han marcado la evolución de la lengua desde su incierto origen. En las reflexiones de Rodríguez (2010) se sitúan hechos precisos y relevantes para la comprensión de la evolución de los estudios lingüísticos. El mismo explica que entre los periodos 4000 al 476 AC, conocida como Edad Antigua, se desarrollaron altas culturas, Mesopotamia, Egipto, Persia, India, etc. y cada una de ellas confeccionó su propio alfabeto. La creación de un sistema de escritura representa un salto cuántico para la humanidad, pues pasar de la oralidad a la escritura involucra cierto grado de reflexión. Algunos tienen posturas radicales al afirmar qua la invención de la escritura es una simple respuesta a las privaciones del medio. Es posible que la chispa, detonante de este suceso, haya sido la necesidad, pero no podemos circunscribir un acto tan memorable en un plano netamente físico. Es aquí donde entra el papel del lingüista, ver la amplitud del suceso, en las condiciones en que se produjeron los hechos y evaluar que el mismo desarrollo del lenguaje lleva a las primeras civilizaciones a plasmar en diferentes materiales de su entorno marcas que sustentarían luego el abecedario propiamente dicho. Elena Blavatsky tiene una teoría bastante acertada: «Hasta que el hombre no adquirió completamente la facultad razonadora, no existió el lenguaje propiamente dicho, sino una especie de conato del lenguaje».

    Al respecto, Niño Rojas (2007), asevera que los mejores y más completos lingüistas son esos, que teniendo pocos recursos (comparados con los actuales) y ambientes bélicos produjeron razonamientos sobre eventos lingüísticos. En total consonancia con la postura de este autor "… el hecho de poder aislar y representar sonidos o elementos del lenguaje es manifestación de una conciencia bien desarrollada sobre los hechos del lenguaje" me atrevo a asegurar que los pioneros en lingüística, son precisamente los pueblos primitivos, responsables de la invención de los distintos tipos de escrituras.

    El desarrollo físico, mental y espiritual del hombre siempre ha seguido un proceso paulatino, no violento sino evolutivo, se va perfeccionando o cambiando a medida que pasa el tiempo. Este mismo proceso ha sufrido la lengua. Esta transita de generación en generación produciendo variedades provocados por los hablantes, correlacionada entre la estructura de las lenguas y el entorno cultural en el que hablan. Por esta razón el latín vulgar se distanció tanto del culto al punto que lo ponía en peligro de extinción. La lengua, al mezclarse con distintos pueblos, adquiría y perdía vocablos, sonidos, fonemas, etc., la discusión se genera en torno a la incógnita de si es consciente o no ese cambio. Creo que el hablante no es consciente de esos cambios que se registran en la lengua, hace uso de lo aprendido y lo acomoda a su contexto y sus posibilidades.

    El aspecto evolutivo, también ha creado discusiones sumamente interesantes especialmente en la lingüística histórica. Muchos autores coinciden en que el lenguaje es una capacidad netamente humana que se manifiesta en la lengua. (Saussure, 1916; Collado, 1978; González y Benavides, 2004 ; Mendivil Giró, 2006; entre otros.) Pero no han podido unificar criterios sobre cuál debe ser el objeto de estudio de la lingüística. Sin embargo, esa disyuntiva se tocará más adelante. Retomando la idea, Mendivil Giró, (2006) concibe una correlación entre la teoría de la evolución y la lingüística histórica intrínsecamente vinculada al que existe entre lenguas y especies y sus modos de evolución debido a que concibe la lengua como objetos naturales históricamente modificados. Esto coincide con la postura de Collado (1978) considerando dos perspectivas: la de un estado y la de una evolución, que en voz de Saussure (1916) no son más que estudios diacrónicos y sincrónicos; y con la de Benavides (2013) quien lleva el juicio de que los cambios no sólo ocurren lentamente sino que son necesarios.

    Después de que lo escrito viene a recoger las experiencias mágico-religiosas, principalmente con las deidades y su intervenciones terrenales, se fundan las escuelas hindués, aproximadamente en el 2000 – 1000 AC. Estas escuelas estudian las palabras a través de las explicaciones místicas, estudios complejos que se basan en los precedentes culturales que tenían como pueblo. Estos saberes acumulados hacen que la escuela de Nyaya, en entre los siglos VI-V AC, realicen estudios especiales sobre aspectos gramaticales, separando el verbo del sustantivo y adoptando posturas opuestas entre sus miembros sobre la relación entre la palabra y su significado: ¿Es natural o convencional la relación entre las palabas y los objetos? Platón, siglos después, sostuvo que la palabra tenía una estrecha relación con la naturaleza de las cosas, igualmente pensaba que estas tenían una conexión ontológica entre el nombre y su realidad, por lo que, el lenguaje se convertía en un reflejo de la realidad. Idea rebatida y discutida por Aristóteles, para quien el lenguaje era convención y creación del hombre.

    Los estoicos también se sumaron a esta disputa en oposición a los planteamientos de Aristóteles. Para los estoicos el lenguaje era natural, pugna que duró por siglos entre anomalistas y los analogistas (epicúreos) disputas generadas por las regularidades de la lengua. Aunque emitir juicios absolutistas no es propio del investigador, creo que no existe ningún vínculo entre la palabra y el objeto designado por ella, el símbolo es arbitrario. Esto no descarta que, en la amplitud de la lengua como sistema abstracto, algún objeto mantenga ciertas correspondencias con la palabra, pero de existir, no es la generalidad.

    La insatisfacción del ser humano es un factor de empuje en el aspecto lingüístico. Esto lo demuestran las reflexiones dadas por la escuela confusionista comprendida entre los años 552 al 479 AC. La abstracción de Confucio gira en torno a que es necesario buscar detrás de las letras de los textos la idea profunda y oculta, es decir, los metamensajes que se podrían camuflajear detrás del discurso. He aquí las primeras manifestaciones del análisis del discurso, no a la magnitud de nuestros tiempos, imposible, pero la más idónea de acuerdo al contexto paralingüístico en que surge. Siguiendo esa misma línea, la escuela de nombres (Ming Jia) se ocupa del arte del discurso y los problemas de la lógica que lleva a complejizar los estudios.

    Hasta ahora hemos visto una extensa reflexión lingüística. El occidente se involucra en las investigaciones pero no son los primeros en hacer vacilaciones complejas sobre la lengua. Niño Rojas (2007) presenta ideas sobre este aparte, y en su haber reconoce que son los hindúes quienes describen por primera vez los sonidos lingüísticos y otros aspectos de la lengua, no obstante resulta un tanto contradictorio cuando afirma que fue en Grecia donde surgieron las especulaciones más trascendentales de la antigüedad. Entonces, cabe la perplejidad, ¿trascendental para quién? Creo que es equitativo delimitar que Grecia es significativa para occidente, pero hay que reconocer que Oriente tuvo también sus precursores como Panini, Carvaka y Confucio.

    León Gómez (1984) hizo una división de la historia de la lingüística, en tres momentos como bien la titula él, para los fines e intereses occidentales. Para este autor la historia lingüística puede ser dividida como a continuación:

    edu.red

    En un ambiente de conquistas y subyugamientos entre pueblos, los primeros presocráticos, buscan la razón de la constitución original del mundo, si el agua, el fuego, los números o el aire, y hacen la primera división entre la lengua culta y la común con la teoría convencionalista. División absurda y clasista, partiendo de que quienes la proponen son los que tienen acceso a educación. Popular o no es una manifestación de la lengua y hasta antes de ese momento cumplía una de sus funciones principales: comunicar. Dentro de los aportes más significativos de este momento, 776-500 AC, se puede destacar el de Demócrito, quien crea una terminología discreta para la lingüística (aunque para esa época no se conocía como ciencia): homonimia; heteronimia y la posibilidad de cambiar de nombres a una misma cosa y la falta de analogías en la derivación de los nombres.

    Los intereses varían en las sociedades y lo que para algunos era una manifestación divina para los presocráticos se convierte, como dice Nelson Rodríguez (2010), en un arma de guerra vinculada a su participación en la sociedad: "…para ellos sopesar las diferentes acepciones y matices de los vocablos, recordar frases de poetas; en una palabra poseer ese conjunto de conocimientos gramaticales, lexicográficos, sintácticos, estilísticos, literarios, en sí, manejar la elocuencia y la retórica a la perfección". Ahora la prioridad es impresionar con el discurso en la sociedad. Siguen los aportes de Platón quien concibe al lenguaje como un vehículo del pensamiento, dividido en rhema y en onoma, partes constitutivas del "Logos", que después se llamó pensamiento u oración. Además, realizó estudios sobre fonética y etimología. Más tarde, Aristóteles amplía los conceptos de rhema y onoma con el syndesmoi o conjunción y crea la concepción de categoría y de universales en la estructura general de la lengua, haría una clasificación de las distintas categorías en la oración. Segmentación vigente aún en la enseñanza actual. Los estoicos desglosan en tres aspectos el lenguaje: el significante, el significado y la situación. Ellos igualmente extendieron los estudios de Platón y Aristóteles; clasificaron las categorías de la oración en primarias y secundarias. Igualmente desarrollaron mucho más los estudios de la fonética y la etimología.

    Ya para el siglo II AC, Dionisio de Tracia había escrito "Gramática", una obra normativa, basada en gran parte en los postulados de Aristóteles. Para este autor, la gramática era un conocimiento técnico de la lengua para el empleo de poetas y escritores. Describía en ella un estudio etimológico, sintáctico, literario y ortográfico. Aunque el mérito de los primeros estudios profundos se atribuye a los griegos, sus avances son consecuencias de otros saberes ya acumulados en las primeras civilizaciones.

    Como ya se ha mencionado anteriormente, los trabajos de los griegos fueron muy significativos para el pueblo romano, tomados como base para los cuestionamientos latinos sobre el lenguaje y la etimología y la morfología latina. Tras caer el imperio romano inicia la Edad Media, periodo cruento e inestable dado los cambios violentos que sufría la sociedad en el aspecto social, económico y político. Quizás, estos tiempos turbulentos es lo que provoca que los estudios lingüísticos no sufrieran grandes permutaciones. Se siguió la misma tónica de las gramáticas normativas, y prescriptivas; según los modelos de Prisciano, Varrón y Donato. Las discusiones sobre el lenguaje se tornaron filológicas y de un marcado sentido aristotélico. Con todo y esto, aparecen dos grandes escuelas aparecen: la patrística y la escolástica. La primera representada, por San Agustín, retomó la discusión antigua de los naturalistas y convencionalistas; tomando la propuesta de Platón de la unión estrecha entre palabra e idea; igualmente, sostenían la idea de que la palabra era representación material de las cosas. Este expone que la lengua es un conjunto de signos, y desarrolla estudios de tipo morfosintáctico en su "De Magistro", desarrollando más ampliamente los estudios de la gramática tradicional sobre las categorías gramaticales. La segunda, representada por Santo Tomas de Aquino, rebatía los postulados de la escuela Patrística, pues razonaban que la palabra nacía del espíritu humano.

    En la baja Edad Media los estudios lingüísticos, con Tomas de Erfurt (siglo XIII), toman la dirección de la gramática especulativa, que se interesaba por las cuestiones generales de las categorías de la lengua y la significación. Es un estudio de los signos de las cosas, o más explícitamente un estudio de los signos, que no tendría de ningún modo una finalidad normativa, sino más bien especulativa. Además, para finales de la Edad Media, se inició un verdadero movimiento en pro de reconocimiento en las lenguas romances o "vulgares" debido a que los usuarios de la lengua "culta" eran la minoría, aquellos sacerdotes, intelectuales, nobles… que tenían acceso a la educación y que raras veces se mezclaban con el pueblo.

    Como en otros pueblos de la Edad Antigua, el desarrollo de la lingüística y los estudios filológicos del pueblo árabe estuvieron muy de cerca con las manifestaciones religiosas. La prioridad era interpretar los textos del Al-Corán del que surgen los problemas fundamentales de una filosofía del lenguaje. Allí se restablece la vieja discusión, con el movimiento Mutazili, de la convencionalidad del lenguaje en disyuntiva con el Mutakallimi, quienes sostuvieron la tesis de la enseñanza divina, que era una especie de adaptación ideológica del concepto de la naturalidad del lenguaje. También aparece una postura intermedia con Iman Al-Haramayn, pues para él Alá había inspirado al hombre los signos elementales del lenguaje, y a partir de ellos el hombre había desarrollado las lenguas.

    A nivel general, las discusiones y cuestiones que surgen en las distintas civilizaciones, pueblos y épocas se podría juzgar como un círculo, en algunos momentos. Unos reflexionan sobre el objeto lingüístico y dan sus, conclusiones, otros, entran en conflicto con esos postulados y los consumidores de teorías que se apegan a lo que le conviene en el momento. Es cuando vemos que no hubo grandes avances en los estudios lingüísticos. En otros momentos, observamos que de la cotidianidad o simpleza de la realidad se construyen postulados que provocan grandiosos cambios en las concepciones de la lengua.

    Ya en el siglo XIX, La avidez de conocimiento por el mundo Oriental lleva a grandes aportes a la historia lingüística. Es digno de mención el aporte realizado por Niebuhr, quien plasmó las primeras copias cuneiformes de calidad de inscripciones trilingües. Así mismo, el de Grotefen quien es el responsable de descifrar la escritura cuneiforme persepolitana, es decir, la persa. Se suma a estos trabajos Rawlinson, quien traduce el acadio y el elamita. Es en este momento cuando la lingüística histórica comparativa hace su aparición tratando de buscar las semejanzas visibles de las distintas lenguas a fin de encontrar rasgos comunes.

    Bibliografía

    Benavides C

    Las claves del enigma: cómo se descifra una escritura. Noviembre, 2005. Facultad de Filología, universidad Complutense de Madrid. Recuperado de http://eprints.ucm.es/8372/1/ClavesEnigma.pdf

    León Gómez, J (1984). Tres momentos estelares en la lingüística. Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo. Series Minor. Bogotá, Colombia.

    Roa G. (2012) Problemas en la aplicación de los procedimientos del método científico en la investigación lingüística contemporánea. Investigación para el desarrollo. pág. 54-78 Órgano de divulgación científica y cultural de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Año 5. No.1 Febrero.

    Roa Ogando G. (2013). Lingüística Cosmológica. Una introducción a los estudios complejos del lenguaje. Santo Domingo, Rep. Dom.

    Rodríguez N. (2010) Historia de la lingüística de la Edad antigua y Edad Media. http://www.monografias.com/trabajos11/histling/histling

    Niño Rojas, V. (2007)

    Vossler K. (1943) Filosofía del lenguaje. Ensayos. Editorial Losada. Buenos Aires, Argentina.

     

     

    Autor:

    Rita Díaz.