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El trabajo colegiado, como detonante en la gestión escolar


  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

En el marco de la mejora de la calidad educativa, se ha de llegar a construir una nueva forma de gestión escolar que incorpore la participación comprometida de todos los que intervienen en el accionar y en los resultados educativos del centro escolar -cada uno en su ámbito de responsabilidad-.

Desde la década pasada se ha iniciado con un conjunto de orientaciones de la política educativa nacional dirigidas a fortalecer la gestión escolar como parte esencial del esfuerzo por mejorar la calidad de la educación pública en el nivel básico.

Se pretende propiciar la construcción de una nueva forma de vivir la escuela, que se caracterice por la posibilidad de que los esfuerzos de directivos y maestros se orienten hacia metas educativas comunes.

"Cuando hablamos de trabajo colegiado en el marco de la Institución escolar, nos referimos al proceso participativo mediante el cual un grupo de maestros y directivos toma decisiones y define acciones alrededor de la tarea profesional que tienen en común." (FIERRO EVANS, M. 1999: 15).

En la actualidad, el fenómeno educativo responde a una dinámica compleja de expectativas y responsabilidades que no sólo sus actores inmediatos reconocen y ubican, sino que la sociedad de nuestros días posee mayor acceso a la información, de modo que puede opinar, validar, reconocer y exigir lo que considere pertinente y necesario en el marco de la política laboral y el derecho ciudadano.

Ante esto, para la educación es un imperativo comenzar la mejora permanente de todos los procesos que transcurren en su ámbito.

Para comenzar a planificar organizada y sistemáticamente el desarrollo posible y deseable de la vida escolar -en particular- y de la totalidad del campo educativo -en general-, es de gran importancia conocer la situación concreta en la cual se encuentra la educación y desde donde se habrán de programar y operar los procesos de mejora específica; esto conlleva establecer un diagnóstico amplio, equitativo, pertinente, multidisciplinario, y sobre todo participativo y enfáticamente incluyente.

La construcción gradual del aula y la escuela como ambientes formativos que orienten relevantemente la mejora general requiere una gestión escolar participativa, comprometida, colegiada y flexible, entendiendo gestión escolar como el conjunto de acciones que se realizan en la escuela para organizar y administrar su funcionamiento, lo cual incluye la manera de cómo se toman decisiones y se resuelven las controversias que de manera normal y cotidiana se generan en el intercambio entre los miembros.

Desarrollo

Desde hace ya un tiempo considerable, las escuelas mexicanas han dado paso a un análisis medianamente sistemático y valorativo con un manejo poco metódico de las condiciones en que desarrollan sus labores, aun así, esto ha traído como resultado la detección y diagnóstico de la necesidad/posibilidad de construir ambientes escolares y de aula en los cuales las personas -maestros, alumnos y directivos- fortalezcan día con día su autonomía moral y su condición de seres humanos, de manera tal que participen en la toma de decisiones y la resolución de conflictos, practiquen habilidades y valores sociales como el respeto, el diálogo o la equidad; asuman su corresponsabilidad frente al proceso de aprendizaje y definan de manera conjunta el sentido y las características del proceso educativo.

El plano de la gestión escolar involucra a todo el personal y a los beneficiarios (alumnado y sus familias), pero compromete de manera especial y en el plano oficial inmediato, a las autoridades del plantel, de la zona y el sector. Quienes enfrentan la tarea de impulsar el manejo democrático de la autoridad, fomentar la participación y compromiso de alumnos, padres-madres de familia y maestros en la definición colegiada de metas y actividades educativas comunes.

"La razón por la cual es necesario que la escuela en su totalidad se involucre en definir el quehacer educativo es simple: es necesario ofrecer a los alumnos una experiencia educativa congruente, basada en una idea compartida respecto del tipo de persona que se espera formar y que acciones se realizarán para lograrlo.

Para ello es preciso erradicar los dobles o triples mensajes que se envían al alumnado cuando el personal docente y directivo no ha podido coincidir en la definición de su misión y visión, cuando no hay acuerdo respecto de qué se vale en la escuela, qué es importante, qué conductas no están permitidas, en fin cuales son los principios y valores que orientan la acción educativa en la escuela como realidad acotada y concreta." (SEP, 2004: 8-9).

Algunos aspectos que dan relevancia al trabajo colegiado en cuanto a establecer con claridad un diagnóstico escolar son los siguientes: Es la única manera de hacer del trabajo escolar un proyecto común, sus constitutivos de mayor importancia son el diálogo y la capacidad de concertación, es un trayecto específico para hacer de una asociación de personas que laboran en una misma institución, un equipo de trabajo que comparte conocimientos, experiencias y problemas como base para construir un proyecto común para la mejora gradual y específica de la escuela.

Otorga a la enseñanza un lugar central como preocupación institucional, superando la responsabilidad individual de los docentes, el colegiado pasa a ser un soporte académico y humano que aporta formas de mejora al trabajo docente, el análisis situacional de la dinámica educativa y la resolución de problemas de la escuela.

Activa los procesos democráticos en las formas de organización escolar, los espacios colegiados brindan la oportunidad de descubrir, reafirmar y ejercitar los valores de la tolerancia, la convivencia solidaria, la comprensión y aceptación de las diferencias, la cooperación y el respeto que son bases para la formación ciudadana de los alumnos.

Genera situaciones de enseñanza adecuadas para la construcción de conocimientos, por parte de los alumnos. La colaboración entre alumnos que comparten niveles de desarrollo conceptual próximos, es un camino más propicio para el aprendizaje significativo superando las elaboraciones individuales a partir de instrucciones expuestas -de manera tradicional- por el maestro.

"El trabajo escolar en colectivo implica superar la cultura de autoridad basada en jerarquías y modelos verticales a una de estructura participativa y crecientemente horizontal.

De ahí que sea importante crear espacios de análisis y reflexión acerca de la posibilidad y necesidad de asignar un nuevo significado al rol del directivo.

Construir nuevas relaciones de autoridad dentro de la escuela que poco a poco den espacios de participación a todos como miembros de un equipo, es también un cambio al que apunta el trabajo colegiado. Esto significa la modificación de una historia de organización fuertemente autoritaria y vertical, hacia un modelo cada vez más participativo y transparente" (FIERRO, EVANS, M. 1999: 47-48).

Es importante tratar de identificar y valorar la influencia que ejerce la función directiva en los procesos para diagnosticar y promover acciones tendientes a la mejora educativa, entendiendo que el paradigma actual enfatiza su rol como figura de autoridad y liderazgo para asumirse como un mediador que facilite el trabajo colectivo de la manera más adecuada y productiva.

La mayoría de los directores de las escuelas se han incorporado a la discusión académica y en este proceso han descubierto que su participación es las tareas académicas fortalecen su autoridad y propicia un mayor involucramiento de los maestros.

La innovación educativa emprendida desde la labor escolar colegiada no puede darse al margen de la de la acción voluntaria e intencionada de los sujetos que participan el ella, no es suficiente decretarla por la vía de la autoridad, hace falta promoverla; de otra manera los participantes no tendrían ninguna profundidad, permanencia, identificación ni compromiso con los hallazgos y los posibles resultados.

Las cuestiones contextuales que influyen al trabajo escolar deben ser abordadas a través de la reflexión valorativa para crear y consolidar condiciones de equidad, participación, compromiso, comunicación y propuesta por parte de todos, esto hace posible comprender y clarificar las rutas propuestas desde dentro -cuestión básica e importante- de la escuela, esto les ubica como centros de investigación para pensar y hacer mejora.

Por lo anterior, el análisis educativo mediante el trabajo colegiado es un camino insustituible para mejorar la experiencia educativa cotidiana que viven los alumnos de la escuela junto con sus maestros y directivos. La mayor parte de los indicadores asociados a un buen funcionamiento escolar tienen relación estrecha con el trabajo colegiado y con sus efectos.

Uno de los aspectos de mayor importancia del trabajo colegiado, hace referencia a la creación de las condiciones que posibiliten el diseño del proyecto escolar, cuya importancia radica en la posibilidad de orientar el trabajo que realiza el colectivo a lo largo del ciclo escolar, ofreciendo además una perspectiva de continuidad de acciones en áreas como el rendimiento de los alumnos y los principales problemas de la escuela.

En el plano específicamente pedagógico, las tareas académicas recuperan su estatus como actividad fundamental de la escuela; la enseñanza vuelve a ser el evento central en la vida escolar.

El trabajo escolar colegiado, debe de ir más allá de ser un espacio de intercambio, tendrá proyección entonces en otros aspectos de la vida escolar que se pueden agrupar en cuatro espacios:

1.- El trabajo en el aula.

2.- El funcionamiento en la escuela y el clima de trabajo,

3.- La relación con las familias de los alumnos,

4.- El desarrollo profesional.

La integración de colegiados supera la simple voluntad para formarlos, es necesaria su construcción procesual que requiere de mucho tiempo, por lo que debe ser una tarea permanente.

Conclusión

El trabajo colectivo docente visualizado como estrategia de innovación, amplia e integradora es una posibilidad que generalmente transcurre por caminos de dudas en su formación y ejercicio comprometido; en su momento inicial suele estar asociado a la incertidumbre, indiferencia o resistencia de algunos miembros frente a la posibilidad de cambiar la forma de trabajo en la escuela.

Este proceso puede girar inicialmente en la búsqueda de consenso alrededor de la nueva propuesta, además de hacerla sentir como una iniciativa emanada de las necesidades y problemas propios del centro de trabajo, es decir sentidos y reconocidos por el personal involucrado mediante un mecanismo de autogestión, lejano o ajeno a una indicación externa que pudiera entenderse como una imposición.

Bibliografía

FIERRO EVANS, MARIA C. (1999) "La gestión en la escuela primaria" México, SEP, 1999.

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA (2004) "El desarrollo de competencias para la vida democrática" México, SEP.

 

 

Autor:

Doctorante:

Francisco Rodríguez Gómez

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DE GUANAJUATO

DIRECCIÓN GENERAL DE PROFESIONES Y SERVICIOS ESCOLARES

Instituto Pedagógico de Estudios de Posgrado

"En la búsqueda permanente de la verdad"

RVOE. A. 106/86 – RDGP:L.V. f .286/91 CLAVE:I-11MSU0008N;E-11PSU002Q

DOCTORADO EN

CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

Celaya, Guanajuato, a 29 de diciembre de 2012