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Sofía Imágenes y significado de La Sabiduría Divina

Enviado por Maite Valderrama


  1. La Sabiduría obra en la Tierra desde hace 40 años
  2. La verdadera profecía dada también en la actualidad
  3. Los signos anunciadores de la segunda venida de Jesús

¿Ha intentado usted alguna vez describir a alguien y al redactar su descripción ésta se alarga cada vez más hasta que al final, cuando quiere terminar, sigue teniendo la sensación de que todavía no es suficiente, de que aún no lo ha dicho todo? Esto es lo que sucedió a los autores del libro "La Obra de Cristo y de la Sabiduría Divina" donde se habla sobre Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestro tiempo. ¿Pero quién es esta mujer y cómo es ella?

Apenas hay alguien en la historia contemporánea que mueva tanto el ánimo de las personas como esta mujer, y tampoco hay alguien por cuya causa se dividan tan claramente los amigos y opositores como por ella. Evidentemente no es posible optar por el punto intermedio con un juicio neutral e indiferente, hay que decidirse: a favor o contra ella. Y justamente ahí está el problema. Describir a Gabriele teniendo en cuenta la amplitud y dimensión de su personalidad, apenas si es posible. Con este artículo tampoco sucede de otro modo. Ella misma en alguna ocasión dijo a las personas de su más estrecha confianza: "No me conocéis. No sabéis quien soy". En un comienzo pensamos que decía esto para provocarnos o porque se la había ofendido, sin embargo creemos que ella simplemente ha reconocido esa amarga verdad y lo expresó con esas palabras.

Justamente esta es la tragedia en la vida de Gabriele: tener que vivir siendo malentendida por la mayoría de las personas, sin ser reconocida y por ello sola, llena de vida pero viviendo entre muertos espirituales. Si desean hacerse una idea de Gabriele, imagínense a una persona que quisieran tener consigo constantemente y cerca de la cual siempre quisieran vivir porque estar cerca de ella les hace sentirse felices. Con esta imagen algo se aproximan a ella.

Pero para seguir hablando de Gabriele, antes hemos de hacerlo de la Sabiduría divina, un ser sobre el que se pueden encontrar incontables citas en el Antiguo Testamento y sobre quien también han hablado los grandes profetas. Son impresionantes y maravillosos los muchos testimonios sobre la misma, que sin embargo son desconocidos por la mayoría, puesto que para la teología católica y luterana la Sabiduría divina vegeta de forma injusta y miserable, ¿por qué?, porque en todos los tiempos la Sabiduría divina fue la crítica más severa y la mayor adversaria de todos los teólogos, no importa de que confesión fueran.

Ciertamente la veneración a la Sabiduría se mantuvo de forma especial y por mucho tiempo en la Iglesia de Oriente, pensemos por ejemplo en la construcción de la iglesia cristiana más grande de su tiempo, la basílica de Santa Sofía, que significa "Santa Sabiduría", en Constantinopla. Pero también la Iglesia ortodoxa se anquilosó y se aferró tanto a ritos y ceremonias, que el conocimiento antiguo se fue perdiendo cada vez más. Fue sobre todo gracias al cristianismo apostólico de san Pablo y de su escuela, el que la Iglesia se convirtiera cada vez más en una Iglesia con predominancia masculina, hecho que consiguió oprimir a la Sabiduría cada vez más por medio del intelecto. De hecho Pablo expresó que Cristo "representa al poder de Dios y a la Sabiduría de Dios", por lo que de acuerdo con este pensamiento paulino, la Sabiduría fue asimilada a Cristo y se hizo invisible a los seres humanos. Pero Pablo como en tantos otros casos, aquí también erró.

Los testimonios en la Biblia sobre la Sabiduría divina llenan el corazón del lector. En el libro de los Proverbios se personifica a la Sabiduría y se la representa como una mujer espiritual que invita a otras personas a aceptar lo que ella les ofrece. Sin embargo esta figura bíblica ha caído en el olvido a pesar de los numerosos testimonios existentes sobre ella; algunos párrafos nos la acercan:

"Yo salí de la boca del altísimo y como niebla cubría la tierra. Yo viví en las alturas de los cielos y mi trono estaba sobre una columna de nubes. Yo sola recorrí la bóveda del cielo, y me paseé por la profundidad del abismo. En las olas del mar y en toda la tierra, en todos los pueblos y naciones traté de conducir.

Desde que el mundo es mundo, desde un principio, fui creada y eternamente existiré. Oficié en la Tienda santa delante de El y así fui destinada a Sión. Crecí como un cedro del Líbano, como los cipreses del monte Hermón. Crecí como una palmera de Engadí, como plantel de rosas en Jericó, como gallardo olivo en la llanura, crecí como el plátano en las aguas"

Como cinamomo y áspatelo aromático exhale perfume, como mirra exquisita derramé aroma, como gálbano y ónice y estacte, como nube de incienso en la sagrada Tienda. Como terebinto extendí mis ramas y mis ramificaciones estaban llenas de esplendor y ornamento. Como vid lozana di dulces retoños y mis flores se convirtieron en frutos hermosos y abundantes.

¡Venid a mí los que me deseáis y saciaos en mis frutos! Pensar en mí es más dulce que la miel, mi heredad es más dulce que los panales. Los que me comen aún tienen hambre, los que me beben aún tiene sed. Quien me escucha no pasará vergüenza y quien me sirve no caerá en el pecado".

La germanista Susanne Schaup explica lo siguiente en su libro "Sofía, lo femenino de Dios": hagámonos presente una vez más la plenitud de imágenes y significados de la Sabiduría bíblica. Ella no es simplemente un atributo de Dios, sino que es presentada como una persona divina. En un pasaje de la Biblia se dice que ella partió de la boca del Todopoderoso. Está iniciada en el conocimiento de Dios. Es la compañera del trono de Dios y maestra de la obra, y al mismo tiempo Su preferida y Su confidente. Está unida a los hombres en amor y si ese amor no es correspondido, simplemente se retira. Ella no castiga, pues si el ser humano se desvía del camino correcto, se castiga a sí mismo. Ella se pone en la calle, advierte y llama, pero no obliga. Es capaz de advertir y de acusar, pero no de ejercer violencia. Todo eso se lee en la Biblia si se siguen las huellas de la Sabiduría divina.

Para los buenos conocedores de la Biblia que no estén atados a doctrinas, una cosa está clara: la mujer que prepara los caminos al Señor no puede ser otra que la Sabiduría divina personificada. Ella no se fundió en la persona de Cristo, como nos quieren hacer creer los teólogos, sino que existe realmente y vive en un ser humano entre nosotros. ¿Dónde se encuentra otra mujer en la Biblia que esté tan estrechamente unida a Cristo y a la que pudiera corresponder esta tarea con tanta exactitud?

A través de ella viene al mismo tiempo El Consolador, que es El Espíritu de la verdad prometido por Jesús de Nazaret. La "elevada mujer" de la que se habla en la manifestación de Juan de Patmos (Apocalipsis), es un elevado ser espiritual encarnado en nuestra época en un ser humano. Se trata sin lugar a dudas del serafín de la Sabiduría divina, cuyo espíritu se trata del mismo que se encuentra en Gabriele, hecho que es fácil de reconocer.

Desde hace 3000 años se sabe que es la Sabiduría la que provee a los amigos de Dios y trae a los profetas: "De generación en generación entra en almas nobles y provee a los amigos de Dios y a profetas". En la actualidad, Cristo y el Padre dicen de nuevo que Su profeta es la Sabiduría personificada, el rayo de luz femenino encarnado de la Sabiduría divina. La Sabiduría divina es por una parte Espíritu que actúa omnipresente en todo el universo. Fuera de esto es parte de una entidad de Dios, una persona espiritual de origen divino, un ser delicado que existe de verdad y no solo como símbolo. Esta persona espiritual está encarnada en un ser humano y vive hoy entre los hombres.

¿Le gustaría recordarlo una vez más? "Resplandeciente e inmarchitable es la Sabiduría, pues hay en ella un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, perspicaz, inmaculado, claro impasible, amante del bien, agudo, libre, bienhechor, filántropo, firme, seguro, sereno y que todo lo puede, todo lo controla y penetra en todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles".

La Sabiduría obra en la Tierra desde hace 40 años

Todo lo que externamente se ha construido hasta ahora, los cristianos originarios lo ven sólo como los cimientos del Reino de la Paz de Jesucristo en este mundo. Sin embargo en el tiempo venidero cada vez más personas de todas las culturas y naciones se encontrarán y se unirán para seguir con Cristo el camino hacia el interior, el camino hacia Dios, para continuar así viviendo de acuerdo con los cinco principios que son: igualdad, libertad, unidad, hermandad y justicia. En esa medida y con esa rapidez se hará efectivo lo que ha sido manifestado a los hombres por Dios a través de la profecía dada para el tiempo actual a través Gabriele de Würzburg.

En el año 1989 se publicó el libro "Esta es Mi Palabra", una gran obra de manifestación divina que Dios dio a todos los hombres de esta Tierra a través de la profecía actual. En este libro Dios insinuó la formación de un lugar de encuentro para todos los seres humanos, con las siguientes palabras: "Mi casa será casa de oración para todos los pueblos, significa: debe ser una casa o una gran sala donde se reúnan todos los hombres, sea cual sea su confesión o raza, vengan del pueblo, del país o de la posición social que vengan. Se reunirán allí para orar, para alabar y honrar a Dios y para aprender las leyes de Dios, a fin de cumplirlas".

En el Gólgota, el Corregente de los Cielos, que como hombre estaba encarnado en Jesús, traspasó a cada alma una parte de Su herencia divina. Desde entonces tanto si el alma está desencarnada como en cuerpo terrenal, es decir como ser humano, lleva en sí el destello redentor, la luz que para el alma es una antorcha en el camino hacia la casa del Padre. Después de la muerte de Jesús, el gran ser de luz, el Corregente de los Cielos regresó al Reino de Dios y está sentado ahora a la derecha del Eterno, a la derecha de Dios, nuestro Padre eterno, quien envía de nuevo a Su Hijo, que ahora manifiesta Su venida a la humanidad a través de la palabra profética.

"Yo vengo pronto" dice ahora que el tiempo de Su aparición está cercano. Dios Padre y Su Hijo constituyen como unidad, fuerza y amor el puente hacia la Tierra y los ámbitos de purificación. Ahora es cuando el tiempo está más cerca que nunca, para caminar sobre el puente espiritual y rezar a Aquel que, en amor infinito, vuelve a venir como Corregente de los Cielos a los seres humanos y a todas las almas. Jesús de Nazaret dijo: "Pues nada está oculto que no pueda ser manifestado; tampoco nada es un secreto que no pueda ser sacado a la luz". Y Cristo en la actualidad ha manifestado: "Puesto que de acuerdo con Mi voluntad a través de la Sabiduría divina se ha hecho mucho en la Tierra, ya ahora irradia Mi luz a este mundo y anuncia Mi venida".

La Iglesia enseña que Dios tiene secretos, pero Dios no tiene ninguno. Ya Salomón explicó: "Todo lo que estaba oculto y lo que estaba manifestado lo reconocí; puesto que la escultura de todas las cosas, la Sabiduría, me lo ha enseñado". Precisamente por eso sabemos hoy tanto sobre la obra del Cristo de Dios y sobre Su venida". Jesús también manifestó: "Pero nadie que encienda una lámpara la coloca bajo el celemín, sino que la pone sobre éste para que todos vean la luz". Y eso es lo que los cristianos originarios en la actualidad en Vida Universal hacemos, pues todo debe salir abiertamente a la luz. ¡Toda persona ha de ser informada sobre lo que actualmente acontece a nivel espiritual en la Tierra y de lo que el Espíritu del Cristo de Dios ha realizado junto con la Sabiduría divina en el curso de casi 40 años!

Lo que se espera en cuanto al cumplimiento del gran plan de Dios en la Tierra, sucederá con tanta mayor rapidez cuanto más personas se den cuenta de que se trata de estar preparados para pensar, hablar y obrar de acuerdo con las leyes de los Cielos, de los Diez Mandamientos, del Sermón de la Montaña y de la Regla de Oro de Jesús que dice: "No hagas a tu prójimo aquello que no te gustaría que te hicieran a ti, lo que también significa, haz a tu prójimo aquello que te gustaría que ellos te hicieran a ti".

Lo que usted, estimado lector lee hoy en este artículo ya es actual y sigue su curso. Mientras más personas se mancomunen, tanto más rápido se hará realidad la venida de Cristo. Se necesita entonces de personas que vivan de acuerdo con los principios de igualdad, libertad, unidad, hermandad y justicia. Y así también se podrá construir todavía lo que hasta ahora sólo existe como plan. ¡Bajo la dirección de la enviada de Dios, la Sabiduría divina, se podría realizar aún mucho en la Tierra!

La verdadera profecía dada también en la actualidad

A pesar de que Dios en todos los tiempos habló a través de profetas, comunicando a los hombres Sus explicaciones, advirtiéndolos, consolándolos, guiándolos y acompañándolos, en la actualidad muchas personas ya no saben de esa cercanía del Dios que habla, de esta forma la palabra profética apenas ocupa ya un lugar en la actual forma de pensar y vivir terrenal y materialista de las personas.

Dios habló a los hombres tal como conocemos por el Antiguo Testamento. Él habló en Su "Yo Soy" a través de la boca de los profetas, entre los que se encuentran Moisés, Isaías, Elías, Jeremías, Daniel, Job. Aunque el más grande entre todos los profetas fue Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios encarnado. Pero también en los últimos 2000 años una y otra vez volvieron a surgir en la cristiandad profetas de Dios. En sus cuerpos humanos estaban encarnados seres luminosos de los Cielos, que llevaban en sí la misión de ser instrumentos de la palabra de Dios.

La extendida opinión de que Jesús fue el último de los grandes profetas, se contradice a sí misma y precisamente gracias a la propia Biblia. El Apocalipsis de Juan, que es el último libro de la Biblia que la Iglesia reconoce, fue escrito en el año 100 después de Cristo. Y Jesús mismo durante su vida se ocupó de que también después de Su muerte se pudiese seguir profetizando. Así en el evangelio de Juan se lee: "Yo les he dado Tu Palabra sagrada. ¡Santifícalos en Tu verdad! Pues Tu Palabra es Verdad. Tal como Tú Me enviaste al mundo, así los envío Yo a ellos al mundo. Y Yo les he dado la gloría que Tú me diste a Mí". ¿Qué otra cosa significa esto sino que Jesús con esas palabras pide al Padre que bendiga y provea a Sus apóstoles con la Palabra de la Verdad, con la palabra profética? Más tarde Pablo advirtió encarecidamente que se respetase la palabra profética y que se procurase que los profetas pudiesen hablar. Por tanto, eso indica claramente lo que Jesús quería durante Su vida, y a lo que se hace referencia en el mencionado pasaje de Juan.

También en la actualidad, el Espíritu del Cristo de Dios habla a través de Su profeta Gabriele, una mujer sencilla que desde hace 37 años es la portadora de la palabra de Dios para la actualidad; en una de sus manifestación El dice así: "Quien cumpla la Palabra de Dios es un manantial vivo y una corriente de salvación interna, la cual fluye a todas las criaturas y todo lo traspasa; pues Dios es fuerza que fluye en todas partes. Quien por tanto viva en Dios esparce lo que Dios le regala: amor, sabiduría y fuerza, la corriente para todos y para todas las cosas". Exactamente de esa forma tendría que haberse llevado la Palabra de Dios a todas las personas.

Algo equivalente encontramos también en la Biblia. Pedro dijo: "Y tanto más nos aferramos ahora a la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana" (2P 1,19). El mayor dilema de toda la cristiandad lo constituye el hecho de que la corriente profética, que fluyó en abundancia en el cristianismo originario, fuese interrumpida hasta estancarse, lo que significa que Cristo ya no pudo seguir hablando en las Iglesias, porque a partir de un momento determinado sólo hablaron los sacerdotes. ¿Pero quién produjo esta interrupción? Sin duda alguna los teólogos y conocedores de la Biblia, que han sido y son los enemigos naturales de los profetas, como ya escuchamos del profeta Jeremías cuando dijo: "¿A qué profetas no han perseguido vuestros padres?"

El profeta es como un clarín, en el que Dios, el Espíritu Eterno, sopla. En Su instrumento, en el ser humano, el lenguaje de luz de Dios se traduce a la lengua materna de aquel, para que los seres humanos puedan escuchar y comprender a Dios, la Verdad eterna. Los verdaderos profetas durante el discurso del Espíritu de Dios permanecen en plena conciencia y Jesús de Nazaret, el mayor profeta, es en este sentido un ejemplo, pues Dios, el Eterno, hablaba a través de Él estando conciente, al igual que a través de todos los verdaderos profetas en todos los tiempos. La persona sólo cae en trance cuando recibe fuerzas del Más allá, que no son la irradiación directa de Dios.

El alma del profeta es preparada para su tarea venidera durante mucho tiempo, en muchos casos a lo largo de encarnaciones. Al ser humano, finalmente y en un momento determinado, Dios le recuerda la misión que porta en su alma; es lo que se denomina llamada o vocación. El camino del profeta de Dios es un camino de sufrimiento pues se encuentra en el deber absoluto para con Dios y tiene que pronunciar lo que Dios le inspira, lo que en la mayoría de los casos resulta desagradable a los seres humanos, por este motivo los profetas por lo general tuvieron que sufrir burla, escarnio, calumnia, persecuciones y a menudo la muerte.

Cristo en Jesús dio de la Verdad, la plenitud, pero sólo pocos pudieron comprenderle. El se basó en los Diez Mandamientos y los explicó, también nos enseñó el Sermón de la Montaña. En el tiempo actual ha llegado el tiempo en el que se manifiestan todas las facetas de la Verdad. También esto se anunció en la Biblia: "Pero cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os conducirá en toda la Verdad; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga y os explicará lo que ha de venir".

Los signos anunciadores de la segunda venida de Jesús

A pesar de que los cristianos del todo el mundo saben de la segunda venida de Cristo, lo cierto es que no se sabe cuando sucederá. Sin embargo se predijeron signos que ya hoy indican que se aproxima. En el Evangelio de Mateo se lee: "Cuando El estaba sentado en el Monte de los Olivos, se le presentaron Sus discípulos y le dijeron, Señor, dinos cuando sucederá todo eso y cual será el signo de tu regreso y del fin del tiempo del mundo, y Jesús les contesta y habla de guerras, epidemias, catástrofes de la naturaleza y de una situación inestable dentro de la sociedad, luego nombra un criterio importante: "Y este evangelio del Reino será predicado en todo el mundo, como testimonio para todos los pueblos, entonces vendrá el final".

Ciertamente en todas las épocas ha habido personas que han esperado la segunda venida de Cristo, sin que ésta haya tenido lugar. También hoy día existen personas que siguen a la espera. El que hasta ahora no haya tenido lugar no puede ser un argumento lógico para no seguir creyendo en ello. Precisamente en esto Jesús mencionó la parábola de las vírgenes necias y de las prudentes, donde las vírgenes prudentes tenían suficiente aceite para estar preparadas para su novio, Cristo, que tardaba en llegar.

Todos los signos ya están manifiestos: se da la situación del mundo, el Consolador y la mujer que prepara los caminos al Señor han venido, y el Evangelio del Reino es predicado en todo el mundo, mucho más de lo que la mayoría de las personas lo pueden imaginar. Pensemos en que Cristo dijo: "Vendré como un ladrón en la noche", es decir, sin avisar.

En la gran obra de manifestación profética "Esta es Mi Palabra" dada a través de Gabriele de Würzburg se puede leer lo siguiente: "Sabed que vendré en espíritu a los Míos, pero ya no en la envoltura de la carne. Si uno dice que Cristo está aquí o allí pensad: yo os lo he dicho antes. Ya no vengo en la carne. Precisamente en este gran cambio de era hay muchos hombres y mujeres justos, seres que yo he enviado a vosotros, que se esfuerzan sincera y rectamente en traeros las leyes de Dios, y que en medio de la aflicción y el fin del mundo fundan el Reino de Paz. Son aquellos que cumplen el evangelio del amor y que traen así el Reino de Dios a esta Tierra. Por sus frutos los reconoceréis.

La Sabiduría divina ha asumido la gran tarea de llevar por delante Mi luz de la paz y de la unidad y de llevarla a todos los pueblos de esta Tierra, y con ello a todos los hombres que son de buena voluntad. A través de ella irradia Mi luz hacia fuera en innumerables facetas de la vida: Es Mi Palabra, que es y será manifestada a través de la boca de Mi profeta, que al mismo tiempo es la enviada de Dios, y a través de muchos hombres y mujeres justos. Como a través de la Sabiduría divina, de acuerdo con Mi voluntad, ya mucho ha sido hecho en la Tierra, Mi luz irradia ya ahora a este mundo y anuncia Mi venida.

Comprended, ángeles de los Cielos y fieles en vestido terrenal anuncian ya ahora (1989) en voz alta al soberano del Reino de la Paz y el Reino de Paz mismo. Ya ahora se reúnen hombres y mujeres venidos desde los cuatro vientos para vivir juntos y para preparase para el gran acontecimiento en la atmósfera y en la Tierra, Mi venida. Comprended, la luz de Cristo es la luz del Nuevo Tiempo. Anuncio Mi venida en tanto irradio Mi luz por anticipado.

¡Velad y rezad! Permaneced en Mí y sabed que Yo estoy en y con vosotros. Pues quien vela y espera al Señor, no dejará pasar la hora en que Yo vuelva y vivirá aflicción y crueldad sólo desde lejos, puesto que no se ha dejado adormilar y atrapar por el mundo. Permaneced activos en Mi espíritu y esperad, ¿Yo vengo!

La voluntad del Padre que en Jesús fue Mi voluntad y que en Cristo es Mi voluntad, se cumplió. Yo llevé a cabo lo que tenía que suceder, puesto que la ley, Dios, no fue reconocida. Ya que conmigo no erigieron el Reino de Dios en la tierra, tuvo que ser erigida la cruz. A pesar de todas las adversidades será erigido a través del Hágase Mi Reino, el Reino de la Paz. Así está en el plan de Dios. La voluntad de Dios se cumple. Dios no tiene fronteras, no tiene ni tiempo ni espacio. Aunque Su voluntad no se cumplió en el tiempo en que Yo caminé por la Tierra en Jesús, se cumplirá en un tiempo posterior. La luz, Dios, es fuerza universal. La fuerza universal es la que vence a las tinieblas.

Sobre los siete rayos, las siete fuerzas básicas de Dios, Yo, Cristo, volveré y regentaré el Reino de Dios en la Tierra, que Yo como Cristo de Dios, como Su hermano divino he erigido con los Míos. Eso se lo prometí a los Míos. Mi palabra tiene validez.

Vendré de nuevo en toda gloria a aquellos que viven en Mí. Esos serán después de la purificación e iluminación de la Tierra todos los seres humanos que viven en ella. Yo, Cristo, no vengo en vestido terrenal a los Míos, sino que en vestido espiritual. Y a pesar de ello Me verán, porque han desarrollado los Cielos internos a través del cumplimiento de las leyes divinas.

En todo el mundo viven personas que se preparan para este acontecimiento, porque creen que éste ya no está lejos. ¡Lejos! ¿Qué significado tiene esta palabra en vista de las dimensiones históricas para esta época? Días, semanas, meses, años o un par de decenios, todo eso no está lejos.

Mensajeros para este tiempo

(El Evangelio de Jesús Alfa y Omega)

Y oiréis hablar de guerras y rumores de guerras, pero no os turbéis, pues todo esto tiene que suceder, más no es aún el fin; pues se sublevará pueblo contra pueblo y reino contra reino, y habrá hambres y epidemias y terremotos en diversos lugares. Y esto será sólo el comienzo de las necesidades.

Y en estos días los poderosos se apropiarán de todas las tierras y riquezas de la Tierra para su propio disfrute, y subyugarán a los muchos que sufran necesidades y los encadenarán, utilizándolos para aumentar sus riquezas e incluso subyugarán a los animales del campo, erigiendo lo horroroso. Pero Dios les enviará a Sus mensajeros, y estos proclamarán Sus leyes, que los hombres han ocultado con sus tradiciones, y, los que las infrinjan, morirán. (Cap-61,2-3)

Yo Cristo, explico, rectifico y profundizo la palabra:

Lo que ha sido predicho, ya ha comenzado (1989). De forma parecida a un mecanismo de reloj transcurre lo predicho. Una catástrofe se junta a la otra y una fatalidad da la mano a la otra. En ello se reconoce la transformación del tiempo.

El mundo pecaminoso perece. En él ya amanece el nacimiento de la nueva era y se anuncian las generaciones espiritualmente despiertas, de las que surgirá la humanidad espiritual del Nuevo Tiempo.

En el tiempo actual (1989) ocurre como en los tiempos de Noé o del hundimiento de Pompeya. La mayoría de las personas inducen o se dejan inducir a relaciones amorosas. Claro que oyen acerca de los signos del tiempo y sin embargo, siguen siendo hombres pecaminosos. Se han hundido y se hunden con su riqueza y su poder externo.

En el transcurso de las épocas pasadas, estas almas vinieron una y otra vez a cuerpos terrenales, y muchas comenzaron a obrar en aquello en lo que anteriormente se habían quedado en la hora de su muerte, sólo que cada vez en un tiempo diferente, con otros medios y otros métodos. Muchos ocuparon y siguen ocupando los mismos cargos, ya sea como gobernantes de naciones y Estados o como mandatarios eclesiásticos. Una y otra vez su ambición de poder les ha empujado a la Tierra, a ocupar estos puestos.

Como hombres han intentado e intentan una y otra vez mantener la rueda del mundo, las estructuras externas, en la marcha acostumbrada. Así han promulgado y promulgan, a través de los siglos, leyes parecidas para el pueblo. Y los pueblos se han dejado y se dejan subyugar en mayor o menor medida por sus autoridades, y obedecen una y otra vez a los dirigentes que ya habían hecho algo igual o parecido en anteriores encarnaciones. Dado que siempre son los mismos los que gobiernan países y destacan como mandatarios eclesiásticos, en algunos países se repiten una y otra vez los mismos sucesos, como en tiempos pasados. Las fatalidades, las catástrofes y situaciones caóticas tienen sólo nombres diferentes. En muchos casos, sin embargo, son peores actualmente que en el pasado.

En todo lo negativo está también lo positivo: en el tiempo del perecer y renacer vuelve a abrirse paso una y otra vez la luz de Cristo, el tiempo del espíritu de Dios, el Nuevo Tiempo, el tiempo del Cristo, del Yo Soy.

Comprended: durante la transformación del viejo mundo pecaminoso al Nuevo Tiempo, también han venido y vienen una y otra vez mensajeros de Dios. Muchos hombres y mujeres justos están ahora a Mi servicio, para el Nuevo Tiempo. Toda la verdad se hará manifiesta –aunque durante muchos siglos, consciente o inconscientemente, haya sido tapada por hombres lejanos a Dios: los mensajeros de Dios vuelven a anunciar las leyes de Dios y se esfuerzan en llevar el evangelio del amor alrededor del mundo, de continente a continente, de ciudad en ciudad, de municipio en municipio, de pueblo en pueblo. Ellos preparan el Reino de Dios en esta Tierra. Muchos hombres, por las actividades de los mensajeros de Dios, despertarán y recorrerán el camino a la vida interna.

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Autor:

Maite Valderrama