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El establecimiento de la psicología científica (página 2)

Enviado por Rosa Vera Garcia


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James, William – Escuela Americana

Fue el padre de la psicología americana, desarrollando la filosofía del pragmatismo. Parte de la tesis pragmatista de que «la percepción y el pensamiento existen sólo con miras a la conducta». Aplica el principio del funcionalismo a la psicología, cambiándola de su lugar tradicional como rama de la filosofía y situándola entre las ciencias basadas en el método experimental. Al definir la conciencia como "Corriente de pensamiento", una conciencia que no es capturable, se contrapone a la teoría de Wundt, que la considera como una asociación de unidades o elementos. La conciencia es personal, cambiante, continua (aunque con altibajos como puede ser el sueño) y selectiva. El planteamiento de la conciencia personal le lleva a desarrollar la teoría del Yo.

Pavlov, Ivan Petrovich – Escuela Rusa

Fisiólogo ruso que nunca llegó a aceptar la psicología como ciencia natural, pero que influyó enormemente en la psicología del siglo XX. Fue el fundador de la psicología experimental rusa. Pavlov no distinguía entre la relación nerviosa temporal de los fisiólogos y las asociaciones de los psicólogos, hecho que permitió cohesionar ambas ciencias mediante un sustrato de funcionamiento neuronal similar. Trabajó sobre el condicionamiento y creía que toda la conducta puede explicarse por el estímulo y la respuesta.

El método utilizado por Pavlov (el texto muestra un breve fragmento) es el de los reflejos condicionados. Estos trabajos de los reflejos condicionados dieron la pauta para generar el modelo actual que explica estas conductas en los niveles celular y molecular.

DIFERENCIAS Y COINCIDENCIAS ENTRE LAS ESCUELAS

La escuela francesa mantiene una postura alejada de la dirección experimentalista de la escuela alemana, así como del asociacionismo y atomismo de la escuela británica.

Los estudios de la escuela francesa se centran en el individuo y sus procesos psíquicos.

La escuela americana y la escuela alemana definen la conciencia de forma completamente diferente: "corriente de pensamiento" (James) y "conjunto de experiencias vividas por una persona" (Wundt). James estaba convencido de que toda actividad es funcional; aplicando los principios biológicos a la mente, llegó a formular la Teoría Funcionalista de la vida mental y del comportamiento.

Al evolucionismo británico se puede asimilar la psicología experimental alemana. A Wundt (Alemania) se le considera el fundador de la psicología general (mente adulta, normal y generalizada) a Galton (Inglaterra), la fundación de la psicología individual (diferencias individuales en las capacidades humanas). Galton fue el primero en estudiar las diferencias individuales y la elaboración de los tests mentales.

En lo que respecta a los métodos utilizados: la escuela alemana, Wundt, estudia la mente de modo objetivo y científico. Introdujo la medición y el experimento en esta disciplina, que hasta entonces había sido una rama de la filosofía; la escuela francesa, la observación interna y externa, fundamentalmente del método clínico e hipnótico; la escuela americana elige el método experimental y de investigación, coincidiendo en este punto con la escuela alemana; la escuela británica, introduce las técnicas estadísticas aplicadas a la psicología; y finalmente, la escuela rusa, usará el método de los reflejos condicionados.

En definitiva, podemos observar un objetivo común a todas las escuelas que es el de dotar a la psicología de un enfoque científico y experimental, promoviéndola como una ciencia independiente.

HISTORIA DE LA ENFERMEDAD MENTAL. CONCEPTO Y TRATAMIENTO

El origen de la enfermedad mental tiene que ver con una práctica común en la Grecia antigua, consistente en marcar a los esclavos en un lugar visible para hacerlos reconocibles como individuos inferiores.

La Antigüedad Clásica se daba una explicación de los desórdenes mentales a partir de los trastornos producidos en el cerebro por desequilibrios humorales. Estos cuadros se asociaron con posesión demoníaca, por lo que era imprescindible mantenerse alejados de tales personas.

La Edad Media vio a los enfermos mentales como pecadores, adoradores del demonio que debían «pagar» con sufrimiento su «debilidad» y falta de Fe, persistiendo este tipo de explicaciones hasta finales del siglo XVI.

En los siglos XVII y XVIII los trastornos mentales o emocionales son considerados como un alejamiento voluntario de la razón que debía ser corregido mediante el internamiento y severas medidas disciplinarias. En estos siglos los enfermos mentales son encerrados y apartados de la vida comunitaria. La finalidad de su aislamiento no era su tratamiento sino proteger a la sociedad de aquellos que infringían las normas sociales. El criterio de animalidad marca la locura en el siglo XVIII. Es el grado cero de la naturaleza humana: el loco no es un enfermo, es un animal. Por tanto, la doma y el embrutecimiento son los métodos para su dominación. Las prácticas inhumanas de los internados (latigazos, palizas, encadenamientos, maltratos de toda índole) se justifican por esa libre animalidad de la locura, donde el hombre ya no existe. (Michel Foucault).

En el siglo XIX predominan las explicaciones somáticas de la enfermedad mental; objeto de estudio médico, los desórdenes psicológicos eran considerados como una disfunción cerebral que debía ser objeto de tratamiento moral según los principios establecidos por el psiquiatra francés Philippe Pinel (1745-1826). Una queja se generaliza entre los psiquiatras: se mezcla en el mismo sitio a los locos y a los criminales. Una nueva conciencia de la locura surge de la experiencia del confinamiento. No es una actitud humanitaria hacia los locos lo que hace que se les diferencie dentro de los internados: la mezcla es una injusticia para los otros internos. La locura se individualiza cada vez más. Desde el espacio inicial del medioevo, caótico, donde se mezclaban locos y cuerdos, se han ido produciendo prácticas de separación cada vez más refinadas hacia la locura. Sin embargo, los manicomios de la época eran verdaderos pudrideros de locos. El ambiente reinante, lejos de favorecer la buena evolución de los pacientes, contribuía a su descompensación y a su desorganización.

El siglo XX se caracteriza por la introducción y el desarrollo del psicoanálisis, la expansión de la clasificación nosológica de las enfermedades mentales iniciada por Emil Kraepelin (1856-1926), el desarrollo de la neurología, la fisiología y la bioquímica, bases del desarrollo de la psiquiatría organicista, el auge de la psicofarmacología y, finalmente, el inicio de concepciones psicosociológicas de la salud y la enfermedad mental. En cuanto a la situación actual, aún la palabra enfermo mental, paciente mental, loco, etc., siguen asociándose con la violencia y el crimen, etc. Se ve a estos pacientes como una especie de predadores urbanos, violentos e incontrolables que, aún bajo tratamiento pueden estallar dañando a sus semejantes, juzgándole en muchas ocasiones como irrecuperable, no productivo para la sociedad, culpable por tener esta enfermedad, carentes de motivación o simplemente incapaces de soportar el estrés por un déficit de carácter.

La Federación Mundial de Salud Mental (WFMH) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajan para desmitificar la enfermedad mental, y desde 1992, celebre los 10 de octubre como «Día Mundial de la Salud Mental».

Autor:

Rosa Vera García

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