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Comentario del libro de Gianni Vattimo, Diálogos con Nietzsche. Ensayos 1961-2000


Partes: 1, 2

  1. El nihilismo y el problema de la temporalidad
  2. El problema del conocimiento histórico y la formación de la idea nietzscheana de la verdad

Con objeto de profundizar en la visión que ofrece Nietzsche respecto a la disciplina histórica, hemos realizado un resumen-comentario del citado libro de Gianni Vattimo.

Para ello expondremos la argumentación del autor en referencia a los planteamientos de Nietzsche, que reflejan para el investigador de la historia un enriquecido corpus de heterodoxia, en cuanto a la visión transmitida en el ámbito académico de la universidad, donde aún prima la noción del paradigma impuesto por la "comunidad científica".

Ante la duda sobre estos planteamientos que se imponen en el aula, que en definitiva beben de las teorías de la primera generación de los Annales de L. Febvre y M. Bloch, o a lo sumo se inspiran en los escritos de Braudel, en la década de los setenta, ha sido de gran inspiración el encontrar un modelo distinto y fresco para el estudio de los procesos históricos, que desde la filosofía establece un punto de vista más escéptico y plural. La argumentación se irá exponiendo de forma pertinente en el trabajo, en base a la manera de abordar las cuestiones por parte del autor.

Capítulo I.

El nihilismo y el problema de la temporalidad

  • Los significados del eterno retorno.

La filosofía de Nietzsche aparece como un intento de restaurar la visión del mundo de los presocráticos, que se sitúa como conclusión de un proceso de "descristianización", iniciado en la historia del pensamiento moderno con Descartes.

Heidegger por su parte reconoce el tema del eterno retorno como eje central en el planteamiento de Nietzsche, así como el concepto de "voluntad de poder" que representa la esencia del mundo para éste, mientras el eterno retorno es su existencia y actualización, aunque en un sentido distinto a la relación tradicional de esencia-existencia.

El concepto de eterno retorno presenta, según Vattimo, una ambigüedad con un doble significado, cosmológico y moral, representando el concepto interpretativo de mayor validez para poner en evidencia los rasgos fundamentales de las contradicciones de las teorías de Nietzsche. El autor señala que "la eterna repetición de lo que acontece es una tarea a realizar, y a la vez un hecho ineludible"[1]. La doctrina del eterno retorno se presenta como una proposición cosmológica en cuanto que es un hecho.

En cuanto al significado moral, el eterno retorno no es tanto un hecho ineludible a reconocer, cuanto una tarea de eternización a realizar: la repetición eterna de mi existencia es algo que debo querer yo. Por tanto se mantiene un criterio de elección moral, el actuar de un modo para que todo instante de la vida sea o no una repetición eterna.

En la doctrina del superhombre, sin embargo, Nietzsche alude a una posible vinculación más estrecha y profunda entre la eternidad del mundo y la decisión del hombre, planteando la posibilidad de una voluntad creadora más allá del carácter cíclico de lo acontecido.

Vattimo señala cómo el superhombre establece con el mundo una relación que no reconoce sólo la realidad tal como es, o un obrar moral que reconozca únicamente al sujeto, sino una relación de re-creación del mundo, siendo una voluntad creadora poética vinculada a nuevas necesidades.

El concepto del eterno retorno pretendía resolver una serie de problemas, siendo uno de los principales y pioneros el de la postura del hombre respecto al tiempo en un sentido existencial.

Los problemas planteados por la relación entre la voluntad creadora del hombre y la eternidad del mundo parece que sólo pudieran resolverse sobre la base de una visión temporal diferente.

  • La enfermedad histórica.

En "Consideraciones intempestivas", escrita en 1874, Nietzsche señala el problema de la enfermedad de la historia. En el capítulo "Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida", se relacionan los males de la civilización contemporánea y sus causas. El autor argumenta que el problema de la definición de una correcta postura respecto a la historia, se plantea como el verdadero y fundamental problema del espíritu moderno.

La enfermedad histórica es la extenuación que manifiesta la civilización que, por exceso de estudios y conocimientos del pasado, pierde toda capacidad creativa, incapaz de "actuar inactualmente"[2], es decir, contra la época y por tanto sobre la época.

Es necesario aquí expresar el sentimiento de afinidad respecto a las teorías del autor, que por vez primera está negando la capacidad científica de la sociedad para articular una historia válida y no deliberadamente manipulada. Interpretamos desde la humildad de quien es externo a los planteamientos filosóficos, que Nietzsche niega la validez de un paradigma científico determinado que busque la comunión de los expertos en pos de una malograda objetividad, también científica o al menos no inducida.

Vattimo señala cómo Nietzsche argumenta que convertida en una historia de la cultura, la extrema conciencia histórica se encuentra paralizada y atrofiada en cuanto a su incapacidad creativa.

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