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Discerniendo los tiempos: hacia una teología en la práctica (página 2)


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Más bien, adquirir formación teológica debería ayudarnos a reconocer nuestra condición de neófitos e ignorante que somos, y lo mucho que necesitamos de la iluminación e intervención del Señor, rumbo a cumplir la misión para Dios y al pueblo que servimos. Recordemos, la iglesia con todos y sus defectos sigue siendo "la amada del Señor. ¿Lo es para nosotros?

La teología no es para algunos, ¡es para todos!

Debemos liberarnos de estos tabúes, la teología no es un ejercicio para algunos intelectuales o una elite de líderes. Si bien no todos hemos sido llamados a tener una vocación teológica formal, como creyentes tenemos un serio compromiso de sustentarnos en las Escrituras para: "presentar defensa a todo aquel que nos demande razón de la esperanza que hay en nosotros" (1 Pedro 3:15), "escudriñar la Palabra la cual da testimonio de Cristo" (Juan 5:39) y así, asumir la actitud de los Bereneos quienes cada día confirmaban si lo dicho por "Pablo y Silas era bíblico" (Hechos 17:11).

Lamentablemente en algunas comunidades de fe el estudio serio de la Palabra "es visto como algo por lo cual los cristianos comunes no deben preocuparse, y que en realidad podría estorbar su vida cristiana si lo toman demasiado en serio" (Bruce: 1986: ix). Lo cierto es que los ministerios cristianos, la educación cristiana, el discipulado, la pastoral de la niñez, entre otros, se nutre de la teología.

Actualmente vemos que es más fácil digerir el mensaje elaborado desde un púlpito u otro escenario, que esforzarnos por confirmar si lo que se está predicando, enseñando y diciendo tiene su base bíblica.

Me pregunto ¿Será que de esta disyuntiva algunos han aprovechado para introducir ideas y pensamientos, cuyas conclusiones provienen de hombres irresponsables e inescrupulosos que de verdades provenientes de la Palabra?

Requerimos sensibilizar al pueblo a tener una dedicación especial por el estudio y asumir una actitud correcta. Valdir un excelente teólogo brasileño dice: "la teología es cosa de la iglesia, cosa de este pueblo de Dios que se sabe tan desfigurado y complicado, pero tan amado e involucrado por Dios. Es cosa de esa iglesia que ha experimentado la acción de Dios en su vida, en el curso de la historia, y se sabe canal privilegiado de la vivencia y del anuncio de la gracia de Dios en Cristo Jesús (Steuernagel: 34).

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La teología como filtro cristiano

Cuando la teología nos ayuda a plantearnos preguntas y tratar de buscar respuestas relacionadas con nuestra esfera cristiana; nos estamos valiendo de un valioso instrumento como filtro para las conclusiones bíblicas y doctrinales. Si un mover no produce un genuino arrepentimiento, vidas transformadas, un compromiso radical entre sus miembros con la comunidad que ministra, entonces dicho mover es como las "olas producidas por el mar que cuando chocan con la playa se disipan tan rápido como se formaron". Es allí donde la teología debería llevarnos a "evaluar lo que se está haciendo y a evaluar a la luz de la Palabra para ver si en efecto está contribuyendo a los objetivos del reino de Dios y su justicia" (Padilla: 2006: 22).

Por supuesto, asumir una posición profética, no necesariamente nos hará populares en algunas círculos. No obstante, es un compromiso que tenemos ante Dios por proveer guía, dirección y exhortación a su pueblo. Seamos fieles a Dios y busquemos su aprobación, ante que la de los hombres. Mientras otros van tras el aplauso de las multitudes, él (cristiano), se consagra a su labor silenciosa de pensador cristiano. Sabe que cuando los aplausos no se escuchen más, las ideas seguirán triunfantes, porque la Palabra del Señor permanece para siempre 1 Pedro 1:25" (Núñez: 1996:149)

La teología considera el contexto social

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Hacer teología también debería ayudarnos a plantearnos interrogantes y buscar respuestas desde nuestro contexto, cuyo fin nos identifique con las problemáticas que vivimos en lo social, político y cultural entre otras. La iglesia encarnada es aquella que tiene un alto compromiso con el mundo; considera a los niños, niñas, a los jóvenes y a los adultos en toda su esfera moral, física, espiritual y material. En este sentido, también se necesitan discipulados que digan "algo acerca de la crisis ecológica, de la carrera armamentista, de la injusticia en el mundo, de los derechos humanos, del consumismo despersonalizante, de la miseria inhumana, en fin, de los innumerables problemas que están en el corazón de Dios y que forman parte de su proyecto de redención eterna" (Segura: 2001: 11). Aunque la teología se refuerza en otras disciplinas, no por ello debemos olvidar que nuestro punto primordial de partida es la Palabra de Dios, "de lo contrario la teología corre el peligro de llegar a ser sierva de la sociología y determinados intereses políticos" (Núñez: 217).

Algunos siguen creyendo que hablar de "responsabilidad social", es tratar con la "Teología de la Liberación", corriente surgida en los años sesentas la cual tomó muchas vertientes, entre ellas algunas ideales que promovían la violencia y que incitaban a las masas a establecer el Reino de Dios a cualquier precio. Es sabido que algunos sacerdotes y pastores dejaron tanto sus sotanas, Como sus Biblias para participar en revoluciones armadas. Nuestra labor no es "establecer el Reino", sino promoverlo y trabajar por él.

Otros extremos intentaron ensalzar al pobre garantizándole su salvación más por su condición social que por las decisiones éticas, morales y espirituales que tomara. Dicha teología fue un intento de dar respuesta ante el silencio de la iglesia en su falta de accionar social. Por supuesto, actualmente hoy hablar de la Teología de la Liberación, es importante conocer sus diferentes expresiones, pues no todas abogan por la violencia, la política y la deidificación del pobre.

Sin embargo, como dice John Stott: "yo habría deseado que los cristianos hubiesen sido los primeros en llegar con una teología de liberación realmente bíblica" (Stott:1995: 336), pero fue hasta 1969 en el Primer Congreso Latinoamericano de Evangelización, celebrado en Bogotá, Colombia; que generó CLADE I. Allí se habló sobre la urgencia de asumir nuestra responsabilidad social (Núñez: 217). Algo que no debería haber sido nuevo si examinamos que siglos atrás los profetas y los evangelios hablaban con propiedad sobre este tema.

Para los que vivieron su juventud cristiana en la décadas de los setentas, saben que el mensaje por algunos sectores cristianos evangélicos sobreenfatizaban lo "espiritual más que lo material". ¡Cristo ya venía!, se promovía dejar de estudiar, por congregarse y salir a predicar en pro de la "salvación de las almas", sin contemplar la realidad adyacente y holístico de las personas. Hoy día algunos han dado un giro y el mensaje ha recaído más en lo "material que en lo espiritual" y se anima al cristiano a reclamar mezquinamente la prosperidad y a disfrutar de las añadiduras del reino en el presente a cualquier precio. Un extremo como el otro son tan perjudiciales para el desarrollo pleno de nuestra fe y crecimiento de la iglesia y dichos mensajes no responden a la verdad bíblica.

Concluyo diciendo, la teología tiene mucho que aportarnos en este caminar hacia una iglesia que busca madurez, estabilidad, dependencia de Dios y al Espíritu Santo; pero a la vez, consciente de que debe conducirnos al bienestar integral de la iglesia; ¡esa misma que Cristo viene a buscar! Además, hacer teología es una disciplina y una herramienta que nos compromete con Dios y con otros creyentes, en la búsqueda de responder a las demandas de la iglesia y del mundo donde vivimos y servimos. Solo así estaremos en condiciones de ser promotores y promotoras de cambio y transformación.

Amen, por los hombres y mujeres quienes reconocen que construir teología "exige oración e interacción con una comunidad de fe que ponga a prueba no sólo su fidelidad a la revelación de Dios en Jesucristo sino también su validez práctica para la vida y misión de la Iglesia en su situación concreta…"[1]

Bibliografía

Milne, Bruce. Conoceréis la Verdad. Logoí: Miami, Florida.1986.

Núñez, A. Emilio. Teología y Misión Perspectivas desde América Latina. Publicado por la Oficina Regional para America Latina y el Caribe de Visión Mundial Internacional. 1996.

Padilla, Rene, ¿Qué es la Misión Integral?, serie El Camino. Editorial Kariós. Buenos Aires, Argentina. 2006.

Segura, C. Harold. El Discipulado que se Necesita. Unión Bautista Latinoamericana, Cochabamba, Bolivia.2001.

Steuernagel Valdir. Hacer Teología Junto a María. Colección FTL, número 26. Editorial Cairos. Buenos Aires, Argentina 2006.

Stott, John. El Cristianismo Contemporáneo. Grand Rapis, Michigan. Nueva Creación, 1995.

 

 

 

 

Alexander Cabezas M.[2]

9 de enero 2009

[1] Tomado de Samuel Escobar, http://www.protestantedigital.com/new/letrapequenna.php?138

[2] Alexander Cabezas es encargado de relaciones eclesiásticas y miembro del departamento de Investigación para Viva de América Latina y el Caribe.

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