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Gibara, donde arte e historia se unen – Cuba


  1. Estatua de la Libertad
  2. Monumento a Emilio Laurent
  3. Monumento a las Madres
  4. Monumento a los mambises
  5. Monumento a Camilo

El arte es un acontecimiento rico y complejo, de intensa vitalidad, que ofrece tantas facetas como una piedra preciosa.

A lo largo de la historia las obras de arte han constituido un medio de comunicación y expresión y establecen una íntima relación del creador con las condiciones existentes.

La escultura, como una de las tres Bellas Artes, no ha estado aislada de este proceso, por eso al observarlas no solo debemos considerar su superficie, sino los materiales que la componen. La piedra que estaba al alcance del escultor y las herramientas que poseía, tuvieron una profunda influencia en la naturaleza de sus obras y por tanto permiten una mejor apreciación de las mismas y del momento histórico en que se produjeron.

Cuando estamos en presencia de una obra artística asistimos al florecimiento imprevisible de una creación genial, condicionada siempre por el ambiente y por premisas económico-sociales.

Las esculturas que se encuentran en la localidad de Gibara, son de gran belleza y guardan estrecha relación con la época en que fueron colocadas, convirtiéndose en testimonios de mucho valor para el conocimiento de la humanidad. Las mismas están hechas utilizando distintos materiales, temáticas, formas y técnicas. Para poder comprenderlas y caracterizarlas se hace necesario realizar una breve valoración del desarrollo de esta manifestación.

La escultura tiene una larga tradición y al igual que la pintura, ilustra los distintos períodos históricos. Desde la antigüedad era conocida como una manifestación del arte. Su nombre procede del verbo latino Sculpere, que significa esculpir, tallar o grabar. Actualmente su significado incluye el modelaje de materias blandas, la forja de metales y otros materiales.

El hombre, desde los tiempos prehistóricos, intentó crear formas que fueran agradables a la vista y expresaran la belleza de las ideas, sentimientos o caracteres como interpretación plástica de ellas; esas son las esculturas, que pueden hacerse de dos maneras: la sustracción y la adición. Entre ambas existen notables diferencias, el modelador que trabaja en cera o arcilla puede añadir o quitar material, mientras el tallista tan solo puede quitar para sacar a la luz la figura en un bloque de mármol. A lo anterior se refirieron escultores como León Batista Alberti, Miguel Angel y Giorgio Vasari.

A través de los siglos las técnicas del tallado y el modelado han cambiado poco.

La talla en piedra, hueso o madera es posiblemente la forma más antigua de esculpir. Sirvió para hacer objetos de culto y monumentos funerarios y se desarrolló hasta convertirse en un arte monumental estrechamente relacionado con la arquitectura, el cual tuvo uno de sus períodos más antiguos en el arte egipcio, cuando estos descubrieron que la caliza y la piedra arenisca podían ser cinceladas y el granito, hendido debido a su dureza.

También los egipcios emplearon en sus obras el "canon de la frontalidad", para después cuadrar la figura en planos geométricos lisos a los cuales les redondeaban luego los bordes y pulían la superficie. Este procedimiento se emplea actualmente de la misma manera.

Las figuras de bajorrelieve, como estaban adosadas a una pared, adoptaron la convención lineal, que mantenía los relieves deprimidos.

Todas las culturas de la antigüedad en el Cercano, Medio y Lejano Oriente y en América siguieron estos procedimientos al tallar la piedra.

Los griegos evolucionaron la escultura desarrollando un concepto asimétrico tridimensional de la forma en movimiento, con contraste de luces y sombras, que origina nueva plasticidad y suavidad, cuya máxima expresión se alcanzó en el período helenístico.

En los siglos IX al XV la escultura arquitectónica alcanzó una gran expresividad.

En el siglo XVI resurgió en Italia el interés por la talla, a lo que contribuyó el contar con suficiente mármol blanco en las canteras de Carrara.

Los artistas barrocos lograron, en el siglo XVII, dar al mármol la textura del cabello, la piel, los encajes, etc. Sin embargo, en las esculturas en madera esto no era importante porque las pintaban o cubrían con una gruesa capa de escayola, dorada, pintada y enlacada, que se usó mucho en las imágenes religiosas.

En Hispanoamérica, durante la época colonial, se asimilaron rápidamente estas corrientes europeas renacentistas pero después del neoclásico del siglo XVIII, donde hubo una imitación refinada del arte helenístico, la escultura queda relegada al olvido.

El renacimiento histórico, que impulsó a muchos artistas durante el siglo XIX, condujo a la reconsideración de los medios tradicionales y al abandono del bronce y el mármol como únicos materiales de las esculturas de calidad, aunque se siguieron usando.

El siglo XX trajo un resurgimiento de la talla en piedra con un retorno a las figuras simplificadas y decorativas y el experimento de nuevas formas abstractas; a la par que introdujeron materiales sintéticos y nuevos métodos de trabajo como la soldadura.

La menos complicada de las técnicas escultóricas es el modelado, en el cual se realiza la representación de la forma artística con materiales como arcilla y cera, que fueron utilizados por egipcios, griegos y romanos para esbozos rápidos y modelos preparatorios de la talla en piedra y madera y para la fundición en hueco de bronce y otros metales con molde " a la cera perdida". También cocían la arcilla, que recibía el nombre de terracota.

Los elementos estéticos de las esculturas, según opinión de la mayoría de los entendidos, son: actitud, expresión y movimiento. La actitud es la posición de la figura a la cual se subordina la expresión o gesto, en tanto que el movimiento se crea mediante el ritmo y la tensión de la forma.

La escultura por su forma se clasifica en relieve y escultura de bulto redondo o exenta y por el tema que tratan pueden ser conmemorativas, religiosas, ambientales, de salón, funerarias.

Teniendo en cuenta los temas a que se refieren las diferentes esculturas existentes en Gibara las podemos clasificar en: religiosas, funerarias, ambientales y monumentos conmemorativos.

Por la forma en que están realizadas podemos decir que hay tanto relieves como esculturas de bulto redondo o exentas en forma de figuras erguidas, sedentes, yacentes, bustos y grupos.

Según las técnicas empleadas en su ejecución están presentes la talla, el modelado y el vaciado en las esculturas locales.

Muy ligadas al desarrollo histórico de Gibara se encuentran las esculturas conmemorativas que están situadas fundamentalmente en los parques y plazas públicas. Con ellas se recuerdan hechos históricos ocurridos en diferentes períodos de desarrollo del territorio o personalidades que han tenido una participación significativa en el quehacer político de la

localidad.

A continuación relacionamos las principales esculturas conmemorativas:

Estatua de la Libertad

Se encuentra ubicada en el parque Calixto García, antigua Plaza de Armas de la Villa. Su construcción se debe a la iniciativa de Doña Enriqueta de la Torre Delgado, quien en los primeros años de la década de 1910 comenzó sus gestiones personales para dotar a Gibara de una estatua que simbolizara la libertad. Obtuvo los fondos necesarios por medio de una cuestación popular apoyada en las llamadas tómbolas o verbenas, actividad muy común por aquellos años.

La realización de esta obra escultórica fue encomendada a una casa marmolera de mucha reputación en Pietra Santa , Italia, a un marmolista de apellido Luisi, el cual utilizó para su talla el retrato de una gibareña de gran belleza nombrada Aurora Pérez Desdín que le sirvió como modelo para esculpir el rostro de su escultura. Está ejecutada en mármol de las canteras de Carrara.

El acto de develación fue el 10 de Octubre de 1915, honor que le correspondió a la Dra. Mercedes Sirvén y Pérez Puelles, mujer que había alcanzado en la manigua los grados de Capitán de Sanidad Militar de la Primera Brigada de la Segunda División del Segundo Cuerpo de Ejército y más tarde los de Comandante.

Originalmente el monumento tenía una inscripción que decía "Gibara tiene Estatua de la Libertad porque se la merece", la misma se refería a que había sido hecha por suscripción popular. Realmente este escrito fue realizado con el mejor sentido, sin embargo levantó polémica en la prensa local, razón por la cual años más tarde se acordó cubrir el escrito con una tarja de mármol y un nuevo texto: "Gibara, a los libertadores de la Patria".

Por su forma, es una escultura de bulto redondo o exenta en la que aparece una figura erguida, esculpida en mármol con entrantes profundos. Representa a una figura femenina vestida con una túnica sin mangas que cae como movida por el aire en su parte de atrás. La cabeza está cubierta por un gorro o capucha. Su mano derecha está alzada y en la misma sostiene una antorcha con una llama, también de mármol, que bien puede simbolizar la libertad; su mano izquierda cae a lo largo del cuerpo y en la misma sostiene un pergamino que dice: 25 de Julio de 1898, fecha de gran significación para nuestra localidad porque corresponde al día en que entraron a Gibara las tropas mambisas al mando del Coronel Cornelio Rojas.

La escultura da idea de movimiento por los pliegues de su vestimenta, junto a la cual hay situados tres libros y un haz de varillas, que posiblemente simbolicen la inteligencia y sabiduría.

Está situada sobre bloques de mármol que semejan piedras texturadas entre las cuales hay flores esculpidas a relieve y un pedazo de cadena rota, quizás para representar la ruptura con la opresión española. Entre las piedras, y casi junto a la cadena se observa un sol naciente como la libertad que nació con la entrada de los mambises. Por la parte de atrás tiene esculpido en bajo relieve el escudo nacional cubano.

Es una escultura de gran formato.

Monumento a Emilio Laurent

Situado muy cerca del litoral, ocupa el área de un triángulo regular que constituye su base, sobre la que aparecen orientadas las dos figuras humanas que forman el conjunto escultórico, detrás de las cuales se levanta, desde el suelo, un obelisco, que adopta también forma triangular. En lo alto del mismo, aparecen tres estrellas de cinco puntas, caladas y en perfecta simetría, una por cada lado.

Es una escultura de bulto redondo porque sus figuras no están dentro de la arquitectura. Una de ellas está de pie, en posición de lucha, en tanto que la otra está agachada junto a ella.

En el frente del triángulo que forma su pedestal aparece, en un hueco relieve, insertado un busto de Emilio Laurent, esculpido en mármol. En uno de los lados del triángulo hay un pensamiento de este luchador que dice: "No importa que haya tiranías, lo que importa es que haya hombres capaces de combatirlas". En el otro lado está la relación de los muertos durante los días que duró la acción.

Este monumento está esculpido en piedra jaimanita y fue hecho por el escultor Domingo Ravenet en el año 1947. Se erigió para recordar el desembarco armado producido el 17 de Agosto de 1931 bajo las órdenes de Emilio Laurent y que formaba parte de un plan nacional para derrotar al tirano Machado.

En su inauguración estuvo presente el Dr. Gustavo Alderguía Lima, quien fuera el médico de la expedición en 1931 y destacado científico cubano.

Es una escultura de gran formato.

Monumento a las Madres

En el año 1948 surgió la idea de erigir un monumento que honrara a las madres, por tal razón se creó un Comité presidido por la señora Isabel Camps de Ordoño, esposa de un rico comerciante de la villa, como Secretaria estaba la Dra. Carmen Villar Ruiz, profesora de la Escuela Primaria Superior y tenía además otros colaboradores.

Desde el 9 de mayo de 1948 hasta 1957, este Comité promovió la realización de bailes, verbenas, bazares, concursos y donativos con el objetivo de recaudar fondos para la construcción del grupo monumentario.

El conjunto lo integran dos figuras humanas: la madre, que aparece sentada, con el pelo recogido, un vestido con mangas hasta la altura del codo; y su hija, que está con el pelo suelto y con una bata donde pueden observarse ondulaciones que dan idea de movimiento. La niña se encuentra de pie a su derecha.

Esta escultura de bulto redondo fue hecha por el escultor Señor Carlos Era Barceló y esculpida en piedra jaimanita al igual que el pedestal, en el cual se lee la siguiente inscripción "A la madre, gracia del cielo, amor del mundo, fervorosamente", y la fecha 12 de mayo de 1957, que corresponde al día en que se develó.

Está colocado en la zona de la Plaza del Fuerte, en la parte central del llamado Parque de las Madres. Es una escultura de gran formato.

Es bueno destacar que por esa época se construyeron en diferentes lugares del país monumentos dedicados a las madres.

Hoy disponemos de este monumento que se hizo por suscripción popular y donde tenemos el privilegio de recordar la fecha en toda su dimensión humana, con la sencillez y la alegría de saber que cada día puede existir un motivo para rendir un homenaje a las madres.

Monumento a los mambises

Con motivo de la conmemoración del centenario de la entrada de las tropas mambisas a Gibara surgió la idea de hacer un monumento que recordara este significativo acontecimiento. Para ello se creó un equipo de trabajo que se encargaría de su diseño y ejecución.

El lugar seleccionado para ubicarlo fue la esquina que forman las calles Narciso López y Ronda de la Marina, donde a su vez se construiría un pequeño parque.

El diseño del monumento correspondió al artista de la plástica gibareña Pedro Silva León y en el mismo aparece a relieve, sobre una pared de bloques, el rostro de Ricardo Sartorio Leal, combatiente natural del territorio. Culmina con la forma de una estrella indicando el grado militar de este luchador mambí: General de Brigada.El rostro de Sartorio fue modelado por el escultor holguinero Lauro Hechavarría y luego fundido en bronce.

Debajo aparece una tarja, también de bronce, con letras en bajo relieve y cuya inscripción dice "A los mambises gibareños que han sabido enaltecer el glorioso pabellón cubano, dentro y fuera de la patria" y tiene la fecha 25 de Julio de 1998 día en que fue develado durante un acto público, efectuado para conmemorar el centenario de la entrada de las tropas mambisas en la localidad.

Monumento a Camilo

En la década de 1990, surgió en Gibara la idea de construir un monumento dedicado a Camilo Cienfuegos porque todos los años, a partir de 1960, se realiza una caminata desde Holguín hasta Gibara para rendir homenaje al Héroe de Yaguajay el día de su desaparición física. Esta idea fue calorizada por Almeris Aguilar Peña, quien era el Secretario General del PCC Municipal en ese momento, y la familia de escultores holguineros Cobiellas, los cuales hicieron el modelo en yeso, pero no se llevó a la realidad en aquella ocasión.

Años más tarde, la idea es retomada y Asdrúbal Pérez Gómez, Primer Secretario del PCC, junto a todos los organismos de masas y el pueblo, desarrollan una intensa campaña de recogida de bronce para erigir el monumento.

Está formado por una base de granito y marmolina y un pedestal cubierto por planchas de marmolina que tiene en una de sus partes la inscripción: "En su renuevo continuo e inmortal, Camilo es la imagen del pueblo. Che" y en la otra dice "A Camilo Cienfuegos Gorriarán en el 40 Aniversario de su desaparición física". Gibara 28 de Octubre de 1999.

Esta base tiene forma de pentágono y sobre ella descansa la escultura en bronce de Camilo, que tuvo como modelo una foto del héroe tomada después de un combate cuando la invasión.

Es una escultura de bulto redondo o exenta. La figura de Camilo está erguida, sostiene en su mano izquierda una metralleta y en la derecha un tabaco. Esta última se apoya sobre su pistola. Se ajusta proporcionalmente a los cánones de la figura humana.

Es una escultura de gran formato.

Está colocada muy cerca del litoral, de espaldas al mar y a su alrededor hay una pequeña plaza donde cada 28 de Octubre acude el pueblo a rendir homenaje y depositar una flor.

Fue inaugurado el 28 de Octubre de 1999.

 

 

Autor:

Liuber Álvarez Hernández

Centro: Filial Universitaria Municipal. Sección de Base UNHIC Gibara