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Guatemala: Una historia política singular (página 2)


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Es preciso apuntar que, después de 1960, aun cuando se da una alianza entre el modelo político y el modelo capitalista de acumulación, se produce también una autonomía relativa del Estado respecto de la oligarquía, que permite independencia relativa del poder político propiamente respecto de esa misma oligarquía. Dicho de otra manera: existe identidad de propósitos entre la oligarquía y la clase política para el logro de un modelo centralizador y excluyente pero, al mismo tiempo, independencia relativa de sus movimientos.

Esto propicia la formación de sectores de capital no oligárquicos y dialécticamente la formación de monopolios. Florece el modelo keynesiano que confiere cierta legitimación al Estado para intervenir en el terreno de la economía. En el campo político da lugar a la emergencia de posiciones socialdemócratas pacificas pero que son combatidas por el régimen con igual ferocidad que al movimiento revolucionario, asesinando a sus principales líderes y dirigentes.

Y de aquí lo singular de los fenómenos que ocurren después de la firma de la paz: Al deterioro del Estado, como producto de la crisis mundial e interna de los años ochenta, se le adjudica mañosamente al Ejercito, por la misma oligarquía, la responsabilidad única de la sangrenta guerra librada contra los revolucionarios, convirtiendo a los ojos del mundo a su instrumento como el solitario responsable de las masacres realizadas, e incluso le permite, dada la crisis económica, en una vuelta de tuerca que le viene como anillo al dedo, deslegitimar la función del Estado como realizador del bien común, para dejar la conducción de la política al emergente mercado del fin de siglo, legitimado por el consenso de Washington.

El Siglo XXI. La supuesta democracia alcanzada con la firma de la paz y el desmoronamiento del ejército nacional, como vemos, permiten a la oligarquía desarrollar una guerra sin cuartel contra el Estado, que se da de manera decisiva en contra de los partidos políticos, su embrión natural como señala Gramsci.

Los gobiernos post firma de la paz que no se pliegan a los mandatos oligárquicos, aun cuando hayan surgido del voto popular son atacados por los medios masivos, de evidente propiedad y orientación oligárquica, que inventan a su criterio a los representantes de la sociedad civil (organismos que con financiamiento externo buscan sustituir a los partidos políticos) para mantener en jaque las decisiones del Estado y que le restan autonomía ante el capital concentrador y excluyente.

Una de las principales batallas de la oligarquía, consiste en sitiar financieramente al Estado evadiendo no solo el pago de impuestos sino realizando un ataque feroz para que estos se mantengan como los más bajos del continente y a nivel mundial.

El control mediático les permite, además, sumir en la oscuridad las demandas del grueso de la población y de las expresiones políticas que buscan un mayor equilibrio social y el cese del régimen concentrador y excluyente. Pareciera entonces que la firma de la paz solo la suscribió un lado de la contienda política, ya que el otro es invisibilizado.

Es por ello que, independientemente de los delitos que pudiera haber tenido el exmandatario Alfonso Portillo para ser encarcelado por su gestión de gobierno, lo importante para la oligarquía es dejar en claro que nadie podrá oponerse a sus designios sin hacerse acreedor a su furia vengativa. Les viene al calce de sus deseos, para ello, la presencia de un organismo internacional, la CICIG, que opera por encima de la soberanía nacional, dándose el lujo su titular, con el respaldo de la prensa y de las "organizaciones de la sociedad civil", orquestadas por la misma prensa bajo las directivas oligárquicas, de cuestionar todas las decisiones de carácter institucional tomadas por el Congreso de la Republica, la Corte Suprema de Justicia, los diferentes organismos del Estado y hasta del mismo poder Ejecutivo. Su papel, (no en balde es un personaje de origen español), encarna la figura del Adelantado del pasado régimen colonial de Guatemala.

En la actualidad, las campañas de prensa buscan deslegitimar la supuesta candidatura de la primera dama para el próximo periodo presidencial, que se inicia en el 2012, con el supuesto del abuso de poder para financiar su campaña. Se le acusa también del mal manejo de fondos del Estado por su participación dirigencial en el programa MI FAMILIA PROGRESA, orientado a los sectores más empobrecidos de la sociedad guatemalteca.

El slogan de ataque hacia el programa se centra en que es mejor enseñar a pescar que regalar pescado. Lo que no examinan es el origen y la situación de pobreza de la mayoría de la población que les impide el acceso a la educación y la salud y que, incluso, les veda el acceso a una alimentación suficiente, ya no digamos decorosa. Lo que parecen no ver es justamente el modelo excluyente y concentrador que pueden ejercer con la anulación del papel del Estado.

En el colmo del cinismo aducen que el gobierno, mediante ese programa "gasta irresponsablemente" los impuestos ciudadanos, mismos que evaden y que se niegan sistemáticamente a que sean incrementados. En el mejor de los casos han propuesto que se cobren al consumidor final. Pero su acoso al Estado no para allí, se oponen también a la búsqueda de financiamiento externo para cumplimentar los programas sociales. Aducen que este endeudamiento encarece el costo de vida. Cualquier parecido con el APARTHEID, observado en el siglo pasado en Sudáfrica, es pura coincidencia.

Su mejor alternativa, hacia la sucesión presidencial del año 2012, es la llegada al poder ejecutivo de un general de dudosa capacidad, comprometido con el multicitado modelo concentrador y excluyente, que ofrece como bandera la mano dura contra la delincuencia.

Cualquier consideración de carácter social para reducir los índices de violencia y criminalidad es atajada con la punición del delito, su oferta son mas cárceles, mas policías, más efectivos del ejército combatiendo a la delincuencia.

La atroz condición social de miseria en la que se encuentra el país y que alimenta la salida fácil delincuencial no es considerada de manera alguna. Solo existen, socialmente, los buenos, casi siempre de las capas medias hacia arriba, la cúspide de la pirámide social, y los malos, casi siempre de las capas medias hacia abajo, la base de esa pirámide. A éstos hay que golpearlos con todo lo que se pueda.

Ese es el discurso que pretenden imponer con el visto bueno de la oligarquía que considera más barato costear electoralmente esa propuesta que cumplir con sus obligaciones que tienen con la sociedad y el Estado.

De otra parte, resulta curiosa, para decir lo menos, la actitud de Washington respecto de Guatemala en los años recientes. Durante el gobierno de Alfonso Portillo bloqueó la posibilidad de que se abrieran las relaciones entre la China Popular y Guatemala, presionando, en contrario, para que las mantuviera con Taiwán. Al mismo tiempo, Washington intensificaba sus relaciones con la China Continental, obteniendo créditos que rebasaron con mucho su umbral de seguridad financiera, componente del debacle posterior bancario. Hoy, intenta llevar a sus cárceles al presidente que recibió dinero con el objeto de implementar la política favorable a Taiwán, a nivel interno.

Por si fuera poco, el ahora presidente Obama cuestionó acremente la concentración del ingreso en USA, trata de poner freno a la creación irreal de dinero de su sistema financiero, al mismo tiempo sus representantes favorecen en Guatemala la salvaje concentración del ingreso y mantienen sus mayores alianzas con la oligarquía local. Poseen leyes que criminalizan los monopolios y la evasión de impuestos, al mismo tiempo alientan a los mayores capitales situados en Guatemala, para burlar al fisco. Persiguen el supuesto lavado de dinero proveniente de este país. Al mismo tiempo, según sus propios analistas y su prensa mas informada, su sistema financiero lava actualmente una cifra aproximada entre los 500 mil millones y los novecientos mil millones de dólares anualmente, provenientes del tráfico de estupefacientes. Estuvieron a punto de ser gobernados en USA por una mujer en las recientes elecciones ganadas por un negro.

En Guatemala conspiran para impedir que una mujer llegue a la primera magistratura, impidiéndole a toda costa, por medio de sus testaferros locales incluso la posibilidad de ser candidata. Con estas políticas que ya fueron exhibidas en el golpe de Estado efectuado en Honduras para favorecer a la oligarquía de ese País, se desdice el supuesto cambio de rumbo mantenido por George Bush y que se publicitó con la llegada de Obama.

Como señalamos arriba, la mass media oculta las demandas de la sociedad mas empobrecida, mayoritaria por mucho en Guatemala. A contrapelo de la firma de la paz, deslegitima la presencia de los representantes de la guerrilla en la política actual.

Justamente la firma de la paz tenía como propósito político el que se dirimieran las propuestas contrarias en el terreno institucional y se sacaran del marco de la guerra mantenida durante 36 años. Pero para la oligarquía la interpretación de la firma de la paz constituye su constancia de ganadores absolutos del proceso político y la anulación de cualquiera otra expresión contraria a ella. Han logrado retorcer el proceso político convirtiéndolo en una oferta más de tipo mercantilista en la que quien tiene capacidad de hacer propaganda y de ser favorecido por los medios, como dijimos bajo su control, tiene mayores posibilidades de obtener el triunfo. Se dice que, de entrada, el candidato que pelea la presidencia debe disponer cuando menos de 10 millones de dólares y de una organización política que cubra la mayor parte del país.

Dado el control que se tiene sobre los entes partidarios, solo las contribuciones internas que reciben de la oligarquía no pueden ser controladas. Así, quien alberga la ilusión de llegar a la presidencia debe comprometerse con el modelo concentrador y excluyente para que esa ilusión caiga en el terreno fértil de los financieros de su campaña. Quien lo intenta fuera de esa norma, en el mejor de los casos pasa inadvertido.

Pero si a pesar de no contar con el respaldo económico oligarca mantiene posibilidades, es sujeto de una intensa campaña de desprestigio y deslegitimación por el conducto de la prensa, como dijimos controlada mayoritariamente por la multicitada oligarquía.

Este es el desenlace actual de una historia política singular que se origino, como vimos, en la expoliación y la matanza de los pueblos originarios.

 

 

Autor:

Dr. Carlos E. López García

[1] Los llamados conquistadores preguntaban a los indígenas quien era su Dios y quien era el emperador, al no recibir respuesta eran asesinados. No solo preguntaban en un idioma desconocido sino preguntas ajenas a la cultura indígena.

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