Descargar

Guatemala: Una historia política singular


Partes: 1, 2

    Guatemala: Una historia política singular – Monografias.com

    1821. Guatemala, un fragmento de lo que otrora fuera cuna de la civilización maya y, después, la capital de las provincias unidas de Centroamérica, territorio apropiado, que no conquistado, a sangre y fuego, y que dejara sobre su tierra la sangre de dos millones de habitantes originarios, culpables de no profesar la religión católica e ignorar la pertenencia a la corona española[1]alcanzó una independencia ficticia en 1821, gracias a la debacle de la corona española asediada por las tropas de Napoleón Bonaparte. Ficticia porque solo representó el cese formal del dominio español y la asunción de un grupo de familias del mismo origen como dueñas absolutas de los territorios despojados a los indígenas y sobre el cual erigieron una forma de dominio excluyente con el fin primordial de conservar ese dominio sobre las principales riquezas naturales y la sujeción de las etnias sobrevivientes, así como sobre de un mestizaje social producto de ese mismo dominio.

    Este dominio social se extendió sobre posteriores emigraciones de europeos que no estaban ligados familiar, social o políticamente con los primeros. Las incipientes ideas políticas de ese arranque independiente dieron como consecuencia el entronizamiento del conservadurismo, erigido sobre la gran propiedad de la tierra y el dominio ideológico del catolicismo.

    En 1871, no obstante, se produjo un ligero viraje que cobijó ideas liberales que cuestionaron por vez primera al catolicismo y a la organización económica basada en la explotación de grandes extensiones de tierra, pero sin considerar la explotación humana simultánea de las comunidades indígenas sojuzgadas desde su descubrimiento y colonización.

    El llamado régimen liberal pudo subsistir sobre la base de un arreglo que dio lugar no al desplazamiento de las familias y grupos dominantes sino más bien a la adopción de reglas de juego para su modernización, que les permitía ser parte de un entorno mayor de carácter internacional. Dentro de esas nuevas reglas se conforma una suerte de amalgama entre el dominio económico y el político y social que coloca en lo alto de la pirámide a un ente autoritario tipificado como oligarquía. El instrumento de dominio lo constituyó la creación institucional del ejército guatemalteco.

    1944. Nuevamente, al igual que sucedió con la corona española, el hibrido liberal de dominación se encuentra desdibujado por los aires de democracia que suceden a la finalización de la segunda guerra mundial y que modifican los centros políticos hegemónicos de carácter mundial. Se produce entonces, en un momento de parpadeo de los nuevos poderes universales y de incertidumbre de la cúpula oligarca criolla, la revolución del 20 de octubre de 1944, que surge, sobretodo, con un acendrado nacionalismo soberano que reivindica la ciudadanía de los sectores marginados principalmente del campo, agricultores indígenas en su mayoría, y de los centros urbanos que agrupan a los artesanos convertidos en obreros de las incipientes fabricas.

    El antiguo ejército rompe sus amarras oligárquicas. Se expresa entonces en el combate al latifundio y en la liberación de la fuerza de trabajo. Intenta, además, rescatar de las manos imperiales la propiedad de la Nación. Para la época, esas conquistas constituyen una genuina revolución social. Esta no duró mucho: Convencido el imperio del rol que le toca desempeñar en el escenario de la posguerra y debatiendo su hegemonía en el marco de lo que se conoció como guerra fría. Repuestas del golpe revolucionario y alentadas las fuerzas oligárquicas internas mediante una alianza, venturosa para ellas, se fraguó el derrocamiento del régimen revolucionario y no solo la detención de los logros sociales alcanzados sino incluso su retroceso, a partir de juenio de 1954. Desde ese momento y fundamentalmente en los siguientes 6 años, recuperan el dominio económico social y político e, incluso, lo incrementan.

    El 13 de noviembre de 1960 un grupo de oficiales jóvenes del ejército, conscientes de su pérdida de soberanía y del papel que de nueva cuenta les asigna la oligarquía, se rebelan y dan inicio, mediante su vinculación con civiles de las capas medias, herederos ideológicos de la revolución, que se integran a una lucha popular guerrillera, en un largo esfuerzo por recuperar el avance histórico alcanzado en la década de 1944-54.

    Lo que empezó como un golpe de mano se transformo en una lucha popular prolongada. Formalmente, este nuevo esfuerzo nacional ocupó los 36 años siguientes, hasta alcanzar el cese de hostilidades mediante la firma de la paz, suscrita apenas en 1996.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente