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Las imágenes del futuro y el problema del tiempo en Inuyasha (página 2)

Enviado por Ernesto Vera


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Sin embargo, la experiencia de Aome difiere mucho de los sistemas anteriormente establecidos a lo largo de la historia occidental de la humanidad, ya que ella "siente" al tiempo de manera continuada en tanto que vive un eterno presente; esto es, que de vivir en 1996 se traslada de repente 500 años atrás, por lo que en ese espacio ella visualiza al futuro como un segmento que, bajo la teoría tradicional (la de Occidente) anteriormente descrita, se ubicaría como un pasado "para nosotros" en tanto que para el calendario dicha prospección donde se inserta la idea de rescatar los pedazos dispersos de la perla, "ya fue", ya que el marco referencial es el año de 1996, lo que implica que lo vívido es letra escrita (ver tabla 1).

Es decir, los parámetros paradigmáticos dados por el trinomio "pasado-presente-futuro" se rompen al disolverse los espacios que hay entre ellos, requisito que se exige para esta valoración temporal: Aome vive continuamente, como nosotros lo hacemos en un día corriente, aunque ella de estar en 1996 pase al 1496 D. de C., utilizando la lógica marcada por el calendario, pero trabaja y mira al futuro como cualquier persona lo hace, pensando en el mañana, aunque ese mañana para los individuos estacionados usando la lógica occidental, sea su ayer (ver tabla 2).

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Tabla 2: ejemplificación de cómo vive el tiempo Aome

Las imágenes del futuro y el problema del tiempo en Inuyasha

edu.redLejos de la proyección "habitual" que se hace del futuro, idea que tiene sus bases en la visión occidental de la realidad, la tesis que maneja esta novela, que el tiempo es un espacio continuado de la vida y que como tal, se vive eternamente, como un eterno presente, supondría que bajo dicha mirada habitual, las concepciones de pasado, presente y futuro se parecerían, debido a su desorden, más a las imágenes que proyecta un caleidoscopio que a la ordenación racional de la realidad.

Sin embargo, el tiempo sí existe, tanto así que de un lugar específico, 1996, Aome se traslada a la época de los shogunes y del establecimiento del imperio antiguo, algo que desde la perspectiva del siglo XX, sucedió 500 años atrás, pero que en ese momento el futuro se vive hacia delante aunque ese intermedio sea una regresión para la década de los 90´s.

Lo que sucede, es que la experiencia del mismo es lo que difiere y determina su lectura particular; esto es, que el tiempo, lejos de ser una planeación, es un elemento integrador de la realidad, aspecto que a la usanza oriental, posee una lógica y una dinámica propia y distinta a la que el ser humano le pueda imprimir, más allá de sus relojes.

Visión Taoísta del tiempo y del mundo

En un sentido pragmático, esto quiere decir que el hombre no planea el tiempo, sino que lo vive, ya que el trinomio pasado-presente-futuro, de facto, no existe, ya que se vive "un día a la vez" y tal experiencia, da una integración de la realidad continuada, siendo que tal división solamente es un tipo ideal[3]que esta allí, para aparentar que el ser humano puede controlarla, aunque no sea cierto en verdad.

En otras palabras, el tiempo –como la realidad– tienen su propia lógica, la cual existe de manera independiente a la voluntad del hombre; en el caso del tiempo, no se puede ver ni tocar, y por mucho que se planee existen siempre "imponderables" que pueden, ya sea, permitir u obstruir el acceso a la consecución de una meta determinada. Estos toques de "realidad", como se le llama comúnmente, los que aparecen de repente, ubicando a las personas en su propia perspectiva (digamos, una persona que se "cree" mucho por dominar un tema, por haberlo planeado y estudiado durante mucho tiempo, se torce ante otra que sabe más, pero que no estudió tanto para alcanzar tal conocimiento), son precisamente las expresiones de esa realidad "de afuera" que parece interferir con las planeaciones temporales del hombre, pero que al mismo tiempo, si se desea vivir en el mundo en un sentido moral "bien", se deben conocer para evitar las desgracias.

La imposibilidad de manejar el tiempo desde la perspectiva occidental, radica en el desconocimiento de su propia naturaleza, ya que éste posee una nomotética propia, que rompe con los esquemas diseñados por Ackhoff[4]para afrontar al mañana.

A lo mejor Aome el día que viajó accidentalmente al pasado histórico de su país (más no el suyo, ya que lo recrea como su presente), había planeado y decidido ir como todas las mañanas, a su escuela secundaria a estudiar, acreditar las materias y graduarse para llegar a la preparatoria; comer con su familia temprano y cenar, así como leer un rato y ver la televisión (visión preactiva del mundo).

Posiblemente el sentido de sus acciones fuera otro: no ir a ningún lado, sentarse sin hacer nada, cuidar el templo como lo ha venido haciendo su familia por generaciones, y pasarse así el resto de su vida sin mayor problema (visión inactiva o reactiva, dependiendo de la perspectiva con que se quiera ver el asunto).

Sin embargo, el incidente del pozo le cambió el orden del mundo, ya que en menos de 10 minutos llegó a un lugar poco conocido y solamente comprendido gracias a los libros de texto, además de que en aquél sitio recibiría el encargo de una nueva misión, recuperar los fragmentos de la perla de Shikon, lo que cambiaba el orden de las prioridades, dejando a un lado sus consideraciones iniciales y encaminándose hacia otras más primordiales, mismas que no estaban previstas en un principio.

Lo anterior no significa dejar las cosas a la venia de Dios, ni mucho menos dejar de estudiar, prepararse y planear la vida, sino que por el contrario, la idea es primero, entender la lógica de ésta, del tiempo, su manejo, uso y naturaleza, entendiendo que su funcionamiento es como dice el Tao Te King, "como un río que fluye eternamente[5]comprendiéndose que al igual que las aguas caudalosas, el tiempo no se puede atesorar, por lo que únicamente se puede vivir inmerso con él.

Es decir, primero se comprende que se ocupan un lugar en el mundo, no su pináculo[6]para después observar y solamente observar su lógica, la analogía del río caudaloso, para que entonces, ahora sí, se apliquen los conocimientos necesarios para lograr objetivos.

Dice el Tao: "Se debe hacer todo sin hacer nada, pero que al mismo tiempo que nada se quede sin hacer: el camino de la no-acción[7]esto significa varias cosas:

  • La planeación ordinaria a la larga no sirve si se desconocen las bases del funcionamiento de la realidad.

  • No es necesario forzarse para alcanzar "algo".

  • Se debe hacer todo lo que se tenga que hacer para vivir bien.

  • El camino de la acción es la no-acción, esto es, primero conocer la naturaleza de la realidad para luego, después de conocerla, se apliquen todos los conocimientos, toda la sagacidad, todo el ingenio para la consecución de las metas.

En el caso de Aome, siendo ella hija de familia, una de las cuidadoras de un templo milenario, y preparándose a la usanza occidental –asistiendo a la escuela– encontró el sentido a la vida, con el evento que le tocó vivir, la puerta en el pozo, y con ese "toque de realidad", con la nueva misión que le fue asignada, recuperar los fragmentos de la perla de Shikon, ahora sí, pudo poner en práctica todos los conocimientos escolares trabajándolos al servicio de la consecución de dicha meta; obsérvese que este teorema se encuentra enunciado a la inversa del paradigma occidental, donde se afirma que el sentido de la existencia se encuentra trabajando en el salón de clases, obteniéndose cuando se egresa de la Universidad[8]

Es decir, en América y Europa, la gente experimenta al mundo mediante el aula, y decide, después de haberlo visto todo o haber visto lo suficiente, la profesión que más le agrada y a ella se dedica por el resto de su existencia

Pero en Oriente, como se ha señalado y ejemplifica la novela de Rumiko, el sentido se obtiene de otra manera, la cual es posible alcanzar si se modifica la forma que se tiene de ver la vida, es decir, si se cambian los fundamentos valorales con que se afronta.

Visión Oriental vs. visión Occidental

Esta forma de pensar el futuro surge del paradigma oriental de la vida, dominado por el Tao Te King, libro escrito por el filósofo milenario Lao Tse, y representa para Oriente lo que el ascetismo para Occidente: si la doctrina filosófica ascetista <<la cual dicta que la perfección se alcanza mediante el trabajo "bien" hecho>> pensamiento que permea todos los rubros de la vida –religión (cualquiera que ésta sea), labores, economía, educación, política gobierno–, es rasgo de los países cuya base cultural se fundamenta en el sistema greco-latino, para los chinos, japoneses y habitantes de esas latitudes, el camino de la vida (representado en la idea del río que fluye) es la base de sus creencias colectivas.

Mientras que en Occidente la idea es dominar, planear y trabajar la vida con base en ideas ascéticas, mismas que describe Max Weber en su obra La Ética protestante y el espíritu del capitalismo, donde el fundamento es materializar en la tierra el reino de los cielos, en Oriente es adaptarse en la vida como parte integrante de ésta, estudiando su lógica y encontrando su sentido mediante la observación, para que una vez detectada, entonces se proceda al trabajo arduo encaminado a la obtención de las metas.

Construcción de la vida

Occidente literalmente dice: Dios bajó del cielo a la Tierra para decirnos que nosotros somos los iluminados, y por ello, debemos materializar su reino en el mundo mediante el trabajo; y Oriente afirma: "Se debe hacer todo sin hacer nada, pero que al mismo tiempo que nada se quede sin hacer: el camino de la no-acción[9]esto es, se trabaja la realidad desde "mi adentro" (encontrando mi lugar en el mundo), para después actuar en él.

Cánones del futuro

Lo anterior nos lleva a una epistemología del futuro: ambas visiones tiñen la idea del mañana de diferentes maneras, aspecto valioso a considerar. Mientras que Occidente señala como primordial el símbolo "planeación[10]en Oriente es el "sentido" el eje paradigmático de todas las acciones.

Mientras en Estados Unidos el futuro "se construye", en Japón el mañana se descubre; es decir, las imágenes del futuro se ven teñidas en Oriente por la idea de "destino", pero no como algo inexorable en un sentido fatalista que podría limitar la libertad, sino como una guía que permite detonarla al dotar de sentido todas las acciones de la existencia, sentido el cual no se encuentra en el mundo que nos rodea, sino hacia el interior de la persona.

En conclusión.

La serie de Inuyasha nos muestra que las cosas no son lo que parecen, que la idea prefijada de antemano sobre de futuro puede no ser la correcta (en función de los intereses personales), que no tienen por qué ser así las cosas, que la visión que se tiene sobre sí y sobre el mundo que le rodea puede chocar con la lógica que maneja la misma realidad, y que tal lógica no tiene por qué ajustarse a los deseos personales de manera inexorable: los "toques de realidad" orientan el proceder humano.

El destino forma parte de la misma existencia.

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Bibliografía

Ackhoff, Russell. Planificando la empresa del futuro. Limusa. México, 2000.

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Barthes, Roland. El imperio de los signos. FCE. México, 1980.

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Bobbio, Norberto. Estado, Gobierno y Sociedad. FCE. México, 1989.

Bucay, Jorge. Hojas de ruta. Océano. México, 2003.

Covey, Stephen. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Paidós. México, 2000.

Eco, Umberto. Tratado de Semiótica General. FCE. México, 1980.

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Housbaund, Erich. History. Oxford University Press. London, 2000.

Lacan, Jaques. Semainières 1-18. Université Paris Dauphin. France, 1980.

Nueva Enciclopedia Temática Planeta, tomo Filosofía. Planeta. México, 2004.

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Rivadeneira Prada, Raúl. La opinión pública. Trillas. México, 1992.

Savater, Fernando. Ética para Amador. Ariel. México, 1990.

Timoschenko. Montaje cinematográfico. Urano. México, 1980.

Tougth, Allen. Preguntas cruciales sobre el futuro. FCE. México, 2005.

Tse, Lao. Tao Te King. Anagrama. México, 1980.

UNAM. El Mito de la Universidad. CESU-Siglo XXI editores. México, 1980.

Weber, Max. Economía y Sociedad. FCE. México, 1980.

Weber, Max. La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo. FCE. México, 1980.

 

 

 

Autor:

Mauricio Ernesto Vera Soto

Materia: Prospectiva Estratégica

Área de las Ciencias de la Comunicación

México, 28 de mayo, 2005

[1] Misma que se desarrolla con mayor amplitud en el libro de Stephen Covey, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Paidós.

[2] Jaques Lacan, Semainiéres 1-18, pág. 26.

[3] En el sentido que le da Max Weber, de ser abstracciones que no existen en la realidad, pero que se usan para estudiarla y comprenderla.

[4] Ackhoff, Russel, Planificando la empresa del futuro. Limusa.

[5] Lao Tse, Tao Te King, pág. 22.

[6] Es decir, si se planea a la usanza occidental para dominar al mundo, para "crear" la realidad.

[7] Lao Tse, Tao Te King, pág. 73

[8] Se trabaja dicho concepto más ampliamente en El mito de la Universidad, CESU- UNAM & Siglo XXI editores.

[9] Lao Tse, Tao Te King, pág. 73

[10] Planeación para lograr algo, para alcanzar el sentido de la vida.

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