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Los cocama cocamillas (página 2)

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Las bebidas con contenido alcohólico incluían por lo menos las fermentadas con yuca o masato, de maíz o chicha y de plátano o huaraco, tres drogas psicodélicas y soplaban dentro de la nariz el polvo de las hojas molidas de la "mimosa acaciodes" llamada curupá, por tubos en forma de Y. Los chamanes y otros bebían ayahuasca e infusiones de lo que ahora se llama toé. El tabaco era usado por los chamanes en curaciones, soplando el humo sobre el paciente e inhalando infusiones de humo al estómago para producir vómito, seguido de la succión del virote (yachay) que causa la enfermedad, o también fumando cigarrillos de corteza de árbol.

CAPITULO III

Hombre, ecología y cultura

3.1. EVOLUCIÓN CULTURAL Y AMBIENTAL

Después de 340 años de estrecho contacto con europeos y posteriormente con peruanos, están al borde de extinguirse como grupo étnico, avergonzándose de sus orígenes como nativos. Sin embargo, es posible lograr que exterioricen las diferencias entre sus propios modelos socio-culturales y los de la sociedad nacional que han encontrado en el Oriente Peruano. Es remarcable en sí misma, la persistencia de sus modelos socio-culturales, bajo condiciones, que algunos han denominado "etnocidio", lo que confirma, testifica y prueba las estrechas relaciones que siempre han tenido con su propio ambiente del Bajo Huallaga y la constante renovación que han logrado de dichas relaciones.

Por mencionar unos pequeños ejemplo de cómo es que la cultural cocama se está perdiendo se puede mencionar que la última Cocamilla que utilizó primitivas faldas negras tejidas por ellas, y sus blusas cortas, con brazaletes y collares de bolitas ensartadas semejante ha muerto hacía años, pero a pesar de ello, su apariencia fenotípica y especialmente su organización en el sistema de tenencia o posesión de la tierra y sus relaciones sociales en comunidad, demostraban que los Cocamilla eran tan "nativos". En aquella época se vivía en sus comunidades y empezaba a entrar algo de la vida social y económica de los Cocamilla, siendo víctimas de la discriminación por la mayoría de sus vecinos blanco-mestizos, por no decir todos ellos. Su pasado como indios en las misiones y, posteriormente como peones en condiciones de casi esclavitud, no los había preparado sino en forma muy rudimentaria, para ser incorporados a la economía capitalista extractiva y capitalista agrícola, como individuos o como comunidades sin nada ni nadie que los impulsase o guiase inicialmente, y sin tener acceso al poder económico y político, conforme lo tenían los fronterizos blanco-mestizos. Los Cocamilla, formaban una sociedad distinta, en la cual hasta el 90% encontraban su cónyuge entre otros Cocamilla; sus costumbres desaprobadas por los maestros blanco-mestizos, sus lagos o cochas violadas por los pescadores comerciales y sus hijas llevadas a servir a los centros urbanos, casi como esclavas. Es así como los han presionado fuertemente para que se conformasen en todo con las normas de conducta de los blanco-mestizos.

Los Cocamilla, hace mucho tiempo, desarrollaron medidas culturales de conducta para enfrentarse a tales presiones de la sociedad blanco-mestiza, habiendo llegado, por necesidad, a "encerrarse"' en ellos mismos, en el sentido de que no hablan fácilmente con forasteros y los hombres tratan de comportarse igual a los blanco-mestizos. Cuando se mencionaba su lengua o dialecto, movían incómodos los pies en la arena, riéndose nerviosamente.

De lo mencionado anteriormente, el grupo puede dar testimonio. Al ir a San José de Lupuna y Santa Rita, por el río Nanay, a una hora de Moronacocha, encontramos muy pocas personas que se identificaran con su origen cocama. Los pocos que aceptaron que les entrevistáramos, al preguntarles sobre sus costumbres o su idioma solían reírse y nos decían: "no me vas a entender, porqué habría de explicarte… además, ahora eso ya no se ve". En otros casos, en vista de que los únicos que podíamos entrevistar eran ancianos, empezaban a contarnos sus experiencias pero con cierta influencia Evangélica que es muy fuerte en las comunidades por el río Nanay.

En lo referente en su evolución ambiental, su concepción de los fenómenos de la naturaleza aún se mantiene. Ellos no consideran a la creciente de los ríos como un fenómeno catastrófico o perjudicial como lo es en la ciudad. Como dice el Richard Ricopa: "Para nosotros, la creciente es normal, incluso es un beneficio… nosotros sabemos cuándo la creciente va a ser más grande, la caída de un árbol es lo que nos avisa eso. Para los niños eso es bien divertido y todo el transporte entre las casas se da por medio de canoas y ello no limita nuestra rutina porque nosotros vivimos de la pesca."

Es más como parte de la influencia española ellos empezaron a obtener mejores métodos de pesca y de una u otra manera con el excedente del pescado que debería ser usado para su consumo, es usada para el comercio.

Por último, se podría considerar que como parte de la evolución cultural está la influencia de la escuela. Por medio de la creación de esta por idea del Estado, ello era lo que les obligaba a juntarlos mucho más en las orillas de los ríos. Ahora se busca que por medio de las escuelas se pueda ayudar a evitar la pérdida de la identidad cocama por medio de la enseñanza del idioma.

3.2. POTENCIALIDADES ECOLÓGICAS DE LA ZONA

Los productos ecológicos que se pueden obtener en el territorio Cocama – Cocamilla son:

  • a) Pescado:

Acarahuatsu, bagre, boquichico, bujurque, gamitana, huasaco, lisa, macana, mandín, manitoba, maparate, palometa, paña, rectacara, sardina, tucunaré, yulilla, zúngaro.

  • b) Carne del monte:

Achuni, añuje, carachupa, huangana, lagarto, majaz, oso Hormiguero, perdiz, ajino, taricaya.

  • c) Productos feculentos:

  • Arroz

  • Guineo

  • Maíz

  • Plátano

  • Sachapapa (papa del monte)

  • Yuca

  • d) Frutos Silvestres

  • Aguaje

  • Cocona

  • Daledale

  • Mullaca

  • Pan de árbol

  • Ungurahui

  • e) Frutas cultivadas y semi-cultivadas

  • Caimito, caña, guava, guayaba, limón, macambo, mamey, mangua, naranja, palta, papaya, pijuayo, piña, sandía, etc.

  • f) Diversas bebidas

  • Chapo

  • Chica de Maíz

  • Huarapo de maduro

  • Shibé

  • Aguardiente

  • g) Misceláneo

  • Fariña

  • Huevo de pescado, de gallina, de pato y de taricaya.

3.3. ECOSISTEMAS AMAZÓNICOS COMO MODO DE VIDA

Debido al ecosistema que les rodeaba las casas eran de forma rectangular con tejado a dos aguas, extendiéndose este casi hasta el suelo, tenían paredes laterales bajas de palmas partidas.

Los Cocama y Cocamilla siempre han vivido en comunidades bastante nucleadas con muchas casas, a diferencia de los patrones de asentamiento que tiene la mayoría de los otros grupos en la selva peruana. La composición de algunas de las casas familiares incluían plataformas para dormir abanicos de plumas para espantar los mosquitos; mosquiteros de tela de "cachibanco. Tejida con las fibras de una palma, probablemente chambira; hamacas para descansar durante el día; esteras tejidas de hojas de palma, hechas por los hombres en la actualidad y bancas con cuatro patas, hechas de troncos sólidos.

La utilización de las canoas, es otra de sus características que reflejan como su modo de vida se ve influenciado por el ecosistema en el que viven. Así también, se puede observar en su principal actividad económica que es la pesca, puesto que ellos se encuentran situados en las orillas.

En las épocas de crecida, la pesca se ve beneficiada y más aún la caza, porque ya saben dónde encontrar los animales. Richard Ricopa, dice: "… cuando hay crecida del río, es más fácil la caza, porque nos vamos a una restinga y ahí encontramos toda una variedad de animales y no tenemos que estar buscándolos por todo el bosque."

3.4. Problemática ambiental existente

El problema fundamental no está en la educación, ni por parte de los cocamillas, ni por parte del gobierno y si se dejara esta cuestión a cada cocamilla como individuo, penetraría de inmediato a la esencia dl asunto. Las condiciones materiales de la vida rural de los cocamillas son insatisfactorios, pues social y económicamente reciben un trato injusto; los forasteros amenazan sus tierras y explotan excesivamente sus lagos, mientras ellos tienen pagan precios exorbitantes de todo lo que compran y reciben precios bajos por todo lo que venden, incluyendo su mano de obra.

Estos problemas requieren una reorganización fundamental de la economía loretana, que a su vez responda a las presiones de los mercados nacionales e internacionales; y finalmente los cocamilla estan conectados con todos nosotros por la invisible red de relaciones económicas y sociales, que eslabonan el mundo moderno, y aunque talvés no sea sus supervivencia en ese mundo de gran consecuencia en términos globales, en términos humanos, podría ser más que simbólica sus supervivencia, porque cuando nosotros hayamos aprendido a proteger los derechos de los pocos podría ser que los derechos de todos estén en menos peligro.

Otro factor de estos problema básicos, consisten en que el carácter de la adaptación de los cocamillas al ambiente físico y socio político ha producidos comunidades igualitarias y políticamente acéfalas, las que están diametralmente opuestas en todo a las jerárquicas burocracias autoritarias del estado. La igualitaria organización económica y social basada en el parentesco, de la mayoría de las comunidades cocamilla, a más podrá funcionar sin fricciones en el actual ambiente sociopolítico y económico, y si hasta muy recientemente no se requerían un cambio de esta organización, mientras que los individuos trabajasen para los miembros de la sociedad predominante y pagadas en sus tributos, en la actualidad se requieren que cambien a una forma social que es contraria a ella, sin ofrecerles la base material para tal cambio, consecuentemente hay mucha fricción con funcionarios en educación, funcionarios bancarios, funcionarios políticos y oficina militares, dejando aparte la frustración y enojo por parte de los miembros de las comunidades rurales cocamilla.

3.5. Políticas ambientales aplicadas en la Amazonía para los pueblos indígenas.

Los Cocama – Cocamilla se aferran al Convenio Nº169 de la

Organización Internacional del Trabajo que fue ratificado por el gobierno en el Perú en 1993 mediante la resolución legislativa Nª 2625.

El Convenio no define quiénes son los pueblos indígenas, sino que adopta un enfoque práctico proporcionando solamente criterios para describir los pueblos que pretende proteger. Un criterio fundamental para la identificación de los pueblos indígenas es la auto identificación, además de los criterios que se indican a continuación; los pueblos indígenas tienen:

* Estilos tradicionales de vida;

* Cultura y modo de vida diferentes a los de los otros segmentos de la población nacional, por ejemplo: la forma de subsistencia, el idioma, las costumbres, etc.;

* Organización social e instituciones políticas propias; y

* Vivir en continuidad histórica en un área determinada, o antes de que otros "invadieron" o vinieron al área.

Al reconocer los pueblos indígenas son proclives a sufrir discriminación en muchas áreas, el primer principio general y fundamental del Convenio núm. 169 es la no discriminación. El artículo 3 del Convenio establece que los pueblos indígenas tienen el derecho de gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación. Por su parte, el artículo 4 también garantiza el goce sin discriminación de los derechos generales de ciudadanía. Otro principio del Convenio atañe a la aplicación de todas sus disposiciones a las mujeres y los hombres de esos pueblos sin discriminación (artículo 3). El artículo 20 establece que se deberá evitar la discriminación entre los trabajadores pertenecientes a los pueblos indígenas.

Como respuesta a la situación vulnerable de los pueblos indígenas, el artículo 4 del Convenio establece la necesidad de adoptar medidas especiales para salvaguardar las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medioambiente de estos pueblos. Asimismo, establece que tales medidas especiales no deberán ser contrarias a los deseos expresados libremente por los pueblos indígenas.

Las culturas e identidades indígenas forman una parte íntegra de sus vidas. Sus modos de vida, sus costumbres y tradiciones, sus instituciones, leyes consuetudinarias, modos de uso de la tierra y formas de organización social en general son diferentes a las de la población dominante. El Convenio reconoce estas diferencias y busca garantizar que sean respetadas y tenidas en cuenta a la hora de tomar medidas que seguramente tendrán un impacto sobre ellos.

El espíritu de la consulta y la participación constituyen la piedra angular del Convenio núm. 169 sobre la cual se basan todas sus disposiciones. El Convenio exige que los pueblos indígenas y tribales sean consultados en relación con los temas que los afectan. También exige que estos pueblos puedan participar de manera informada, previa y libre en los procesos de desarrollo y de formulación de políticas que los afectan.

Los principios de consulta y participación en el Convenio núm. 169 no se relacionan únicamente con proyectos de desarrollo específicos, sino con cuestiones más amplias de gobernanza, y la participación de los pueblos indígenas y tribales en la vida pública.

En su artículo 6, el Convenio establece un lineamiento sobre cómo se debe consultar a los pueblos indígenas y tribales:

* La consulta a los pueblos indígenas debe realizarse a través de procedimientos apropiados, de buena fe, y a través de sus instituciones representativas;

* Los pueblos involucrados deben tener la oportunidad de participar libremente en todos los niveles en la formulación, implementación y evaluación de medidas y programas que les conciernen directamente;

* Otro componente importante del concepto de consulta es el de representatividad. Si no se desarrolla un proceso de consulta apropiado con las instituciones u organizaciones indígenas y tribales que son verdaderamente representativas de esos pueblos, entonces las consultas no cumplirían con los requisitos del Convenio.

El Convenio también especifica circunstancias individuales en las que la consulta a los pueblos indígenas es obligatoria.

La consulta debe hacerse de buena fe, con el objetivo de llegar a un acuerdo. Las partes involucradas deben buscar establecer un dialogo que les permita encontrar soluciones adecuadas en un ambiente de respeto mutuo y participación plena. La consulta efectiva es aquella en la que los interesados tienen la oportunidad de influir la decisión adoptada. Esto significa una consulta real y oportuna. Por ejemplo, una simple reunión informativa no constituye una consulta real; tampoco lo es una reunión celebrada en un idioma que los pueblos indígenas presentes no comprenden.

Los desafíos de implementar un proceso adecuado de consulta para los pueblos indígenas han sido objeto de muchas observaciones de la Comisión de Expertos de la OIT, como así también otros procedimientos de supervisión de la OIT, compilados ahora por la organización en una Recopilación. La consulta apropiada es fundamental para poder alcanzar un diálogo constructivo y para la resolución efectiva de los diferentes desafíos asociados con la implementación de los derechos de los pueblos indígenas y tribales.

 

 

Autor:

Ale

 

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