- Resumen
- Introducción
- Cultura y crecimiento económico
- Cultura, civilización y progreso
- Cultura y simbolismos
- Cultura y organización social
- Consideraciones finales
- Bibliografía
"Llamo intereses a las orientaciones básicas enraizadas en las condiciones fundamentales de la posible reproducción y autoconstitución del género humano, es decir, en el trabajo y en la interacción"[1]
Resumen
Para los desarrollistas es fundamentas saber ¿hasta donde la cultura influye en el desarrollo de una sociedad?, pero, sobretodo ¿cómo influye la cultura en el crecimiento y desarrollo sustentable? En el presente trabajo se analiza esa postura a partir del capital social. Para los estudiosos, la cultura es tan importante como el dinero. Aunque no siempre ésta relación es simétrica.
Palabras clave: Cultura, desarrollo, sociedad, pobreza, colectividades.
Introducción
En el presente trabajo, se analiza el concepto de cultura y sus orígenes, su significado y los simbolismos a los que está sujeta la idea de cultura en determinadas sociedades. Así, se parte de la idea que, el término cultura proviene del latín cultus que a su vez deriva de la voz colere que significa cuidado del campo. Por ello, hacia el siglo XIII, el término se empleaba para designar una parcela cultivada, y tres siglos más tarde había cambiado su sentido como estado de una cosa, al de la acción: el cultivo de la tierra (Cuche, 1999: 10). Entonces, podríamos afirmar que, el concepto de cultura tiene diferentes significados[2]como veremos más adelante, y su relación con el desarrollo tiene igual número de aristas. Aunque nuestra tarea es desmenuzar cada corriente de pensamiento, cada aportación hecha desde el desarrollo humano y los análisis realizados desde la sociología y la antropología al estudio de las culturas, la democracia, la libertad del individuo y el crecimiento económico y el de la ciencia y el acceso a ella por igual de todos los ciudadanos.
Cultura y crecimiento económico
Desde la antigüedad, más allá del antiguo Egipto, Grecia y Roma, hay una herencia de lo que es cultura, en relación a la producción de las artes, hay herencias que nos legaron y que todavía hoy admiramos y aunque no existía el capitalismo en la forma que hoy conocemos, los ciudadanos tenía que pagar tributo, pero el degustar de buenos modales sólo era para clases privilegiadas, por ello, el crecimiento económico, luego de la ilustración y la revolución industrial, vino a despuntar nuevos tipos de cultura, y su accesibilidad a otro tipo de usuarios, por lo que el desarrollo económico siempre ha sido dominante.
Por ello, quizá, el nacimiento de un concepto científico de cultura equivaldría a la demolición de la concepción de la naturaleza humana que dominaba durante la Ilustración y a su reemplazo por una visión no sólo más complicada sino enormemente menos clara. El intento de clarificarla, de reconstruir una explicación inteligible de lo que el hombre es, acompañó desde entonces todo el pensamiento científico sobre la cultura (Geertz, 1989:43). Y aunque es difícil construir un concepto consensuado de cultura, al menos hay intentos por deconstruir lo hasta ahora se ha planteado, sobre todo porque la concepción de tiempo ha cambiado, lo mismo que la idea de identidad desde la globalización, el desarrollo económico y el progreso[3]Son otras categorías de análisis, la cultura no va ligada a la tradición, mucho menos sólo al multiculturalismo o la identidad, va mucho más allá, es el derecho fundamental a poseer bienes de consumo y la cultura es un bien adicional, que permite el goce la libertad, aún en pobreza extrema, incluso, las políticas de desarrollo implementadas deberían considerar estos segmentos de población pero, como parte de los ciudadanos, como seres humanos que merecen ser cultos por naturaleza.
La cultura no es vista ahora como un bien suntuario, una actividad para los viernes a la noche o los domingos de lluvia, en la cual los gobiernos tienen que gastar, sino un recurso para atraer inversiones, generar crecimiento económico y empleos[4]Porque la cultura es diversión, representa ingresos monetarios, pero también genera asimetrías o brechas entre los que tienen acceso a bienes culturales y los que ni siquiera pueden disfrutar la cultura popular.
Los científicos sociales han tratado de llamar la atención de los gobernantes mostrándoles que en los Estados Unidos la industria audiovisual ocupa el primer lugar en los ingresos por exportaciones con más de 60.000 millones de dólares, o que en varios países latinoamericanos abarca del 4 al 7 por ciento del PIB, más que el café pergamino en Colombia, más que la industria de la construcción, la automotriz y el sector agropecuario en México. Podemos dejar de concebir a los ministerios de cultura como secretarías de egresos y comenzar a verlos como fábricas de regalías, exportadoras de imagen, promotoras de empleos y dignidad nacional…
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