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Te amé después de un perdón y necesitas mi perdón después de amarte (página 2)


Partes: 1, 2

existencia por eso

serías suficiente sólo

si pudieras esconderte

en mi conciencia

y dejar la ropa de tu

cuerpo en mis sentidos

7.

Mis manos copian tu relieve

como el agua amontonada de la

lluvia

y deletrean cada una de tus olas

redondas,

y resbalan sobre tus médanos y

los modifican

como si mis dedos fuesen viento

y empañaran tus cúpulas

y luego el agua cae al agua y

tus manos y las mías.

que te peinan los dedos

8.

Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra

para que tú caminaras sin hollarte las plantas

9.

tu recuerdo me duele

por el tú que faltas

pero no reniego de saberte

no reniego de necesitarte

odio la burbuja de vacío

que me contiene

Recién pensé: amor mío

hubiera sido triste ver caer

las letras sin que las recogieras

lo pensé y aun así fue triste

fue triste fue triste

varias veces triste amor mío

varias veces amor mío

estás repartida en este silencio

empapando su presencia de ausencia

llenando esto lleno de vacío

como las cosas

conocidas y creídas de la pieza

ahora que apagué la luz

como ellas,

que podrían irse y volver con la voz de la lámpara

y yo lo ignoraría

y es así como está tu no estar,

sólo que no lo pienso

para que la noche no se doble líquida

como lo que está detrás del fuego

tú me entiendes, bueno, sé que lo harías

para no llorar

entre las lágrimas que ya estoy llorando.

10.

Quiero saber qué es cercanía.

¿el beso? ¿la chispa?

para nosotros piedras.

para nosotros bocas.

Quiero saberlo para tener una palabra.

una palabra ante la gente.

¡Ya sé! alegría.

(porque cuando estás conmigo

estoy alegre)

Pero no es sólo mía

y quiero algo mío, de los dos.

Escucha. (y déjame llamarte Querida)

Querida: tristezas ajenas,

cercanías, es el hijo

Porque en un momento

besarte es besarme, a mí mismo.

11.

Las pelusas del humo suben como las burbujas, en el mar

del aire,

y se mestizan, con las nubes como las burbujas con la

espuma de

las olas. ¿Quién podrá distinguirnos cuando nos

desasfixiamos del

mundo en el cielo de nuestro instante de amor.

12.

La lacia melodía de los ojos se expande

más que como un agua

como un cántaro a volver lleno

de agua

más que como un naufragio

como un anzuelo o una red

Pero hoy no hay peces.

y no pueden darme las manos

las ramas tocadas, no importa cuánto hace

y no pueden ofrecerme otros ojos

los pájaros vistos

algún día

Se esparce mi soledad

Mucho más

voy recogiendo mi soledad

previa de mí

de todos los lugares

donde sigo estando solo.

Ya no importa recoger la soledad

o llevarla dentro

como a un silencio

—o una indiferencia por las palabras

que no son las esperadas—

sólo importa llorar

13.

La lanza del viento se mocha contra los muros más duros

que filo su filo y se endica

El agua remeda el pulmón del lago con su aire azul,

pero guarda en secreto las olas las cascadas la lluvia

y los rayos de líquido brillo en que podría derramarse.

pero si el dique cae o el muro quiebra, el viento es viento

y el lago es río.

Si mi abrazo se desata para buscarte flores, esperas mis

costas

con tu forma estática de lago.

14.

Mis manos pronuncian tu nombre como la voz recorre la caricia de

la piel de las palabras

mientras el ambiente del alma se infla como de un olor a flores

recién cortadas, desnudadas del silencio que aprieta el perfume contra

las páginas.

15.

Tu pecho es un candelabro de dos velas.

Tú del pecho bífido

del corazón como una medalla de pájaro

del pecho de Iglesias

del pecho de labios.

Tú del alma como un ámbito

de las manos como los caminos de la

música

Del hueco mordiendo el mar

o llevando un nido entre los dientes

como dos ramas de pan

Tú de los himnos de nubes erigidos

en el pelo

Tú de las venas como vientres

del corazón como una casa

Tú Tú…

Tú de la voz empañada de pelusas

Capaz de esgrimir mi nombre

a la mañana

con el sol

y llegar a buscarme

Tú como una niña

como un puñado de agua o mariposas

tú lenta grave

Tú quieta triste

Tú como mi contorno

(eterna en mi costado)

tú como la savia

enredada en mí de árbol

en el nudo de mi corazón añejo

Tú con un corazón

Tú como un corazón

cuando eres toda corazón y lates

herida de flecha

y agonizas

y sangras

a la orilla de la savia

Tú resucitada luego de una muerte ritual

Pastora de ecos

Mujer

Madre

Tú con tu vientre de puño

Tú del pecho bífido

de madejas de miga

Tú como un horno

Tú de ojos de chimenea

Tú de mirada de humo.

Tú… Tú…

Tú de playa

de arbustos y olor vegetal

de los heraldos del vientre

como médanos de nubes

como balcones

Tú del tercer oído

como un vértigo

como una chimenea de bodegas

con el mar a veces

revoleando molinos en tus vértices

como un ariete de toldos

y un faro vencido a medianoche

16.

Tienes la fatiga de la poesía.

Tú del pecho bífido

Y también tienes otro

nombre

tú del vientre luego doble

como tu pecho bifurcado.

17.

Si no te hubieras muerto

no sabría que ibas a morir

si no llorara como lloro

no sabría que lloraría así

si no te hubieras muerto

no lloraría como estoy llorando

y ese momento triste de tu muerte

lo hubiese ignorado

ahora

si te viera resucitar

despertar de tu sueño

aun viva sabría que estuviste

tristemente muerta

si no supiera que partiste

ignoraría que estás muerta

como ignoro que has ya regresado

no supe que estabas muriendo.

18.

ha caído salpicada a mi alma

una pluma de la cuerda de la guitarra de un

grito, de lejos como un árbol nacido de amor

emitido de dolor enfrutecido de llanto

y muerto de soledad.

y agrio como un grillo el relámpago de

mi grito. en mi alma

y yo encendí la leña mojada de mi escalofrío.

después la ola del silencio se llevó los castillos

de la playa y quedó la duda de las voces

y un eco arenoso y frío como un miedo de gritar,

y deshacerse como un castillo de arena.

luego tomé tu mano desesperadamente.

sin olvidar alguna soledad recién empezada.

19.

en tu estirpe de tierra

mis campanas romperán como los duraznos

tu mano sangrará gorriones de barro

barro de sangre

tu mano cíclope en el vientre

allí vivirán mis ojos

(como el alma de la luna

que está loca)

como una luna quemada

que guardó antes de la tormenta

su razón en tus guaridas

perdóname

perdona mi hombría

no pude sernos

el hijo sin sangre

no pude sernos el hijo

sin sangre

en la frente de tus manos

techo de madera y leche

mi beso se arrodilla

como un árbol

un rey

tributo sobre la tierra

por tanta saciedad recogida

ahora

la historia nos espera

los rostros nos repetirán hasta diluirnos

los rostros acechan en el tiempo del hijo

ven madre

amiga de mis manos

nosotros

a ungir de dios mi silencio vacío

tu silencio sobre el mío

es vigilia y plenitud

fuimos de la mano hasta tu vientre

y no tuve miedo (sino dios) de la eternidad

tuve dios amiga

yo también he creado

tu telar guarda mis manos

como la tierra gira por los árboles

y los cementerios

como si todo fuese líquido

y los lugares en proporción

sólo fueran en el exterior que es

una vasija

así gira todo dentro de nosotros

yo dentro de mí

que fijamente soy sólo yo

mi afuera

las veces de los otros

dame tus manos

raíces

pájaros

libertad y

libertad

20.

Iré a buscarte los días

a poblarte las horas

a urdirte la sangre

como una ciudad nocturna

21.

tus manos latirán

como los pájaros que esperan la raza

en el trasbordo ritual de los diluvios

pero llegará la paz al beso

y un rumbo para la libertad

que nos está buscando

ven grita conmigo

descalza como la tierra

echa a volar tu pájaro total

tu pan tu molino tu espiga

cisnes por fin

tascando las tormentas

como una nave

que late el mar

como tú amiga mía

baila baila baila

el viento se ha hecho para ti

árbol en libertad

levanta tu raíz muerde las

nubes con las manos

que yo besaré tu locura mientras tu luna

amiga

amor

te azuza el mar

que llevas dentro

22.

amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde

más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara

tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.

23.

Siempre

empieza

constantemente

como un río

este amor

que no termina

nunca

24.

Cuando no estamos juntos

me sobro.

25.

No me dejes en esta tiniebla de tu vida

con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje

solo.

26.

¡No puedo ni decirte adiós!

Mi alma deshecha se enreda

en las piedras de mis dientes

como un musgo y la noche

continúa como un río

y siempre será menor mi

tristeza anterior

yo te ofrezco mis ojos como una

costa pero muchas plumas

del puente se las ha llevado

el viento del agua

Y yo te extiendo mis ojos

como una mano.

y vuelven como redes

desde un mar ya sin

peces.

27.

Un día estaremos sentados

a la sombra del tiempo

de la mano

leyendo tus versos y los míos

los dos como una sola flor

la que hubiera sido el infinito

si no se hubiera derramado.

Un día, amor.

28.

Entre palmeras de multiplicadas manos

inmóviles alas de abanicos

sobre la hierba cómplice

entre el aroma sonoro de los eucaliptos

sobre la tierra desvestida

sobre algunas piedras huérfanas

contra la tumultuosa cabellera oceánica

recogíamos piedras o caracoles

cazábamos canciones en el aire

y atrapábamos las palabras

con que ahora edifico estos recuerdos.

29.

Desmantelando naranjas

demoliendo pianos

triturando caracoles

como a fetos de flautas

voy y vengo entre pies

e iluminación vacía

besando la íntima piel de algún espejo

con reflejos de lenguajes diferentes

De esta peregrinación por el aire

de esta torre de saliva

se pueden decir tantas cosas

tiene tantos nombres la soledad

Y el tuyo, el más atroz

30.

Te llamé por teléfono.

era el silencio en punto de tu ausencia

en mi pieza sin tiempo

Te llamé con insistencia

la llamada se extendía por el aire

la llamada sin respuesta

como un grito agonizante

inundaba el vacío callado de tu casa

y sonaba tristemente a nadie

Colgué. hice otra llamada

la misma cruenta voz que se partía

la misma temblorosa campanada

Me pareció que tenía algo de risa

recorrí en mi memoria todo el ámbito

un silencio sonoro que dolía

Volví a cortar. Estoy pensando

ahora en los venarios corredores, en la puerta

en los discos quietos y callados.

en la paz tranquila de la mesa

en el pasillo ahortal que se derrama

y que pasa delante de tu pieza

Al pasar me fijo en la ventana

Tu mundo de misterios escondidos

y me siento de recuerdos en tu cama

Se me sube a los ojos el vacío

se encarama tenaz a mi garganta

me siento encerrado en el delirio

Ahora pienso y se me anega el alma

que tal vez cuando te llame nuevamente

me responderá el silencio de tu casa

Y mañana y después al día siguiente

y también después de una semana

y otra más y después ya para siempre

Hasta que yo sepa de verdad qué pasa

: que sólo existes en mis sueños de demente.

31.

CLICK

Ya está la foto.

No puedo entender que fuéramos

que ese tiempo de beso

tiempo de nosotros

en que atrapábamos la vida

se haya vuelto papel de fotografía

y yo la mire solo.

32.

Y cuando se pronuncia la primera letra

de silencio, yo ignoro si es la pausa

de una coma o si es la semirrecta

decisiva de un punto final;

33.

Me ha llegado una carta tuya

desde antes

desde un día en que podría haberte averigua-

do

Hoy es el día en que sé que podrías haber

llegado

Hoy es el día en que

creces con los instantes

de mi caída

a lo largo de tu tamaño de pozo.

Tú eres un sobre cerrado desde que

existes carta.

Aquí.

Hoy, tus ojos:

¡Querida tú!

tu boca:

esperada, llegada, tenida tú

mis manos mar y anclas

tus manos anclas y mar

tú: mar

yo: ancla quilla

En el horizonte, esta manera de

nosotros

esta forma estridente de decir

esta forma ajustada de ser.

Me he caído a las entrañas de

tu alma,

allí me quieres

encontré la bandera de mi

imagen

y un llamado que esperaba

que lo fuese a buscar

a escuchar

un candado grita su dolor

estático.

Se aprietan las voces de

tus cosas y no te entiendo

y se deforma tu imagen

simple,

complicada.,

Me abrazan los renglones de

tu abrazo.

Mañana seguiré la

estela de mis ojos

Me acantilé desde tus ojos

aludando a tus sótanos desde un balcón

y se encontraron mis dos maneras

de verte de escucharte de

hundirme

Mi conciencia está en tu alma

He despertado en tus playas duras

o como mi blandísima manera

de sentirlas.

el tú que pienso se infla de ti

Eres enorme

y eres tú

y te sospecho infinita.

Tú eres hasta donde son las cosas en que

existo en el instante último en que

estás llegando

Hasta allí eres tú,

pero hoy que lo sé desde allí eres

hasta donde llamo tú.

34.

A veces no bastan mis maneras de tenerte

para mi voracidad.

Me empalagan los abrazos apelmazados

y un bostezo se infla en mí

y te aprieto con la desesperada

fruición de dos muelas en mis brazos.

y vienes a enhebrar mi abrazo

a imprimir tus bordes en mi piel

a caber en una cueva

que se encueva en ti

como una espada de luz

que hace sangrar el misterio de los cofres

y atardezco en tus aguas mi

naufragio de ocaso

tu mejor abrazo

mi manera de abrazado

también tus brazos

tus pliegues

la ciénaga en los

hombros de tus brazos

mis raíces

Se elevan los mástiles al cielo

se acantilan las quillas en el mar

déjame guiar el barco de

este abrazo

tú guárdalo

cierra un párpado sobre los cráteres

déjame nacer de ti

como una lágrima de lava

como la derrota

de mi mano abierta

y luego ansiar en tus

costas la gruta del remanso.

35.

Me gusta llegar a las guitarras de tus manos

porque son telares de silencio

y cantan mi paz

y en sus acequias caen mis mejores

horas con los cadáveres de mis lágrimas

como un simple posible sabor que no

he sentido

por eso me gustan los candelabros de tus

manos.

porque ellos no dejan acercar la noche

y arde a la paz de mis imágenes como

velas sin viento

Te perdono porque tengo derecho de llorar

y perdonarte

Porque todos tienen derecho de ser una

vez culpables

porque todos tienen derecho de ser

perdonados.

porque te amé después de un perdón

y necesitas mi perdón después

de amarte

36.

Tú llegas a veces para recomenzar este silencio

desteñido polvoriento de astillas de

bocas escombradas, enmohecido

de quizá llamados que cayeron

exhaustos antes de mi noción

de soledad antigua

como el fuego de una antorcha

no me regala ni un silencio

de oscuridad a mí que estoy

en sus últimas olas casi

en las playas de la luz,

que en mi asfixia cabe sólo

la sorpresa del aire

y hasta que compruebe

sus gotas no sabré de

su tal vez cercanía de

sus tal vez gotas de mi

quizá muerte;

porque los brazos de los

gritos, mutilados antes

de mí no descascaran

la burbuja de mi silencio

por eso tú vienes a recomenzar este silencio,

éste mi fiel, porque no hay un instante de no él hasta

él desde mí en que esté solo de él

este silencio pegajoso, meloso, oxidado, ya no sé si

del metal de la estatua de mi alma o de

la corona con que es

él, y mi soledad

existe.

37.

La primavera encendió fogatas

verdes en el campo virulentas

de caspa de margaritas, el viento

se apoyaba en los titubeantes

árboles

38.

la música se destiñe

en mi corazón como una

bocanada de niebla

indescifrable llora

mi corazón

mi corazón llora y tus

imágenes desafinadas

como una calle tras una

ventana de invierno

y tú subes como un incienso

de vino

39.

Tu frente como un altar de música

risco de vientre, proa o techo de fruta

y mientras un bostezo de música caliente

nieva a mi alma como un último velo

a esa hora sin culpas y sin manos

llena de ojos sin mirada de rostros sin rostros

a esa hora en que acuden como arroyos

revertidos

las horas que oraron;

tu vientre, tu vientre de faro, de reloj,

de cerradura y de campana

con los ecos lejanos del rojo campanario

con las alas alertas de campana entre las

páginas

con las viejas olas guardadas

que rompieron de violines tras los arietes

encallados

tu vientre de bodega y sótano

de caracol y pájaro

de incienso profundo entre la hiedra

heraldo y soldado de la gruta

tu vientre de la música coagulada

del agua enmaderada

del agua derretida

de la música derretida a la hora

de empezar a esperar

y de llenarse los ojos de perfume

como antiguos altares de templos recónditos

adormecidos de rito y pulso de pájaro.

tu vientre y tus manos

tus manos de puñado de piano

de candelabro de lana o miga

con rumbo de guitarra

y ya ahora toda tú

viejo crucifijo de fe

ya no volveré a rezar en ti

barco de tantas tormentas de ciego

simplemente

tristemente como a una siempre casa

con ese diario olor a cosa mía

tengo derecho y ganas de llorar por eso no lloro

persigno tu recuerdo

tu hondo recuerdo de cosa que comienza a olvidarse

yo no te olvidaré porque has sido

quedarás en el mismo recuerdo de tantas cosas

y tantas horas y yo mismo dejado,

abandonado de ser

para orar por las tardes de recuerdo infinito

hasta ser el que te ha olvidado.

40.

¿Quién puede decirme el orden de la

espuma

los laberintos descifrados de la

espuma

los panales resueltos de la espuma

¿Quién puede decirme sin dudas

la duda

el garfio interrogante en la

penumbra

sin dudar, el rostro perfecto

de la duda?

¿Quién puede decirme: no

despertarás del mundo;

y pensarás: en la vena de mi inimposi-

ble soledad aferré un puño

y en la garganta inexorable

del silencio mordí un nudo?

y pensarás: descubrí una manera

de ser más que una mente

¿quién puede explicarme

ese miedo de

caerme del carro de las horas

y quedarme como las piedras

empedrecidas y demoradas

de las costas

que (¿quién puede decirme que

no fueron gotas?)?

y no sé si tengo sentidos extraviados

en un mundo incoherente

o estoy decapitado de sentidos

en un mundo de cosas y de gentes

41.

Tu silencio es de noche y yo tengo tu

silencio

y he naufragado en él como un ciego y con frío

y aunque se acumula en mí un vacío

de ti

tu silencio es mío

Estoy vacío de silencio y me guarido en el silencio

Estoy lleno de palabras, mas no sé

decirlas

tengo fiebre en las lágrimas y nada de ti

sin embargo tengo; tu partida.

42.

No he lavado la ropa que tenía

la noche que nos desenvainamos

y desnudos como la miel que cae

de los higos maduros a la siesta,

nos anudamos acuáticamente

como dos lagos o dos gotas de agua

que se juntan innumerablemente.

No voy a lavar esa camisa.

43.

En esta noche aquí en esta ciudad

hoy, cualquier día un cualquier nunca

en esta ninguna parte rescatada

yo: este nadie de cosas y almanaques

de resecadas rosas y poemas volados

aquí en esta ciudad yo ahora

estoy escribiendo tu nombre

con dedos de niebla

roto contra el aire encallado

en la noche triste y sola de esta ciudad

donde hay tantos que tal vez recogen

su memoria, su alma, su tristeza

para llevársela luego a algún poema oscuro

en una ciudad cualquiera, solos.

44.

Necesito un jirón de tu voz para amordazar la noche

La noche sangra la noche sobre la piel de mi alma

Y mi alma, muere equivocada con la sangre suya

de la noche.

La noche inunda la noche como en tu voz vive tu voz,

Tú me señalas con el índice de tu silencio el viento

de la noche,

las olas de mis brazos rompen en la playa

de río de esta noche, y tu dedo se alarga con

mi deriva inevitable.

Tú me puedes salvar,

La noche ya me llega al cuello,

el silencio alarida su brazo oblicuo y negro e instantáneo

cuando reviso mis oídos.

bajo mis ojos impotentes de las ventanas vacías

voy a la bodega de mi mente a sacar el polvo

a las imágenes,

Estuviste tanto conmigo que nunca tuve tiempo

de recordarte o sospecharte,

Me sobra tiempo para morir

Me sobra tiempo para recordar

Me sobra tiempo para esperar

Me sobra noche y silencio para morir las mil veces

de mi amor sediento y vacío

me sobra el pecho de mi ansiedad y mi angustia

para la última espada conocida del silencio que

me sobra, que sobrará,…

y el polvo.

45.

Así yo en ti

tu imagen puntiaguda y penetrante

ha llegado como un mástil a la vagina del alma

y se yergue allí como el murmullo sigiloso

de un estruendo guardado y contenido

Por eso mi boca se titula con tu nombre

y tras tus puertas, en el templo abrazante de nuestra

hora y de nosotros,

donde la oscuridad reina como en una caja cerrada

coronas como un anillo mi existencia íntegra

mientras mi rezo lancea el cielo

las palomas del eco se acercan a parpadear con sus alas

y los muros se derrumban con estrépito de humo

Y nado en la pecera de una lágrima

mientras se van derrumbando tus cristales de

burbuja

hasta que el vértigo en que nos evaporamos hasta

mezclarnos

resucita de nosotros

y estamos diferentes y nítidos

como cada uno de nosotros

borrachos aún de cada uno.

como dos vasijas quebradas

y las aguas novias

inundando la ciudad de los pedazos.

46.

Se ha inflado de silencio el ojal vacío de mi alma

la débil piel de una O anilla como un puño en el mango de mi ahogo

como una burbuja que me socava la garganta

y más allá de la sola oscuridad que sólo me llega de la luz

47.

La página existe como un abismo imperativo

y sube en mi busca pues mi caída la eleva

y soy un alud por ella y quiero caer.

y sé que dejaré la huella de la huella de tu imagen en mí

y tengo para hacerlo un mar esférico

mi rumbo insabido puede ser cualquiera

mas sé que uno acaba o existe entre la costa y yo

y a veces supongo que son más de uno

48.

Esta zozobra de todos los altares

esta prisión de todo mi albedrío

Es una cosa de verdad incalculable

esta deriva ciega, sin destino.

No te asustes de esas cicatrices

son parte de mis gestos, son sonrisas

—No entiendo bien lo que me dices.

¿Que de quién son esas fotografías?

Me parece que son de una película

me las traje puestas desde el cine.

Ahora mientras te quitas los zapatos

voy a echar al fuego alguna leña

de paso tiro esos retratos.

Podrías abrir esa botella?

49.

una luz una señal una estrella a través de la larga oscuridad

el jardín de tus manos la granja de tus ojos

y yo podía deletrear tu respiración descifrar tu respiración cada célula de tus palabras

era un luminoso viaje a través de los pulmones de la oscuridad de la sombra de las tinieblas

como es todo contigo como pasa con cada cosa contigo

todo un universo en una lágrima

un completo universo en una lágrima

el amor me hace ver todo con arcos iris y pájaros volando entre medio

pero hubo un día en que yo no te quería hubo un día en que yo todavía no te conocía

hubo un día en que yo todavía no te había visto nunca

y cuando yo te vi por primera vez

la primera vez que te vi había pájaros y arcos iris

sonriéndole a mi vida

te amo

no estoy muy seguro de las cosas que no amé antes de ti

no estoy muy seguro de las cosas que no hice amándote antes

tú eres como mi alma

tal vez yo conduje tu imagen a través del completo inventario de mi vida de rostros

terminaba en el tuyo

parecía tan fácil tan natural

todo va ocupando su correcto lugar en mi espíritu

mi mente se aclara a cada día

el tiempo tiene delicadas manos y acomoda todas las cosas sin romper ninguna

mis manos no son tan delicadas rompí la alianza

rompí el anillo de casamiento

me gusta mi voz de pie en tu nombre me gusta mi voz haciendo pie en tu nombre

me gusta fijarme urgentemente en mi cuaderno de apuntes

corrijo: libro de marilói

para tocar tu mente

para mojar tu mente con un color

yo antes nunca pensé acerca del amor relacionado con colores

un color no religioso como el color religioso del amor

ahora ya sé cuál es. el color de mis ojos cerrados cuando a veces el oro es oscuro

ya no tengo más garantías en mi sangre mis ojos vuelan con alas matinales

tú lavaste toda la mañana que yo venía trayendo en mi boca

todo el acero que tenía toda la soga los amarres ataduras todos los pesos que tenía

las cargas

es para estar en tu libertad para estar para estar

con tu libre asidero tu libre adherimiento tu libre pegarme a ti

si tú abres tus ojos yo reviento la luz rompo con la luz

tú me sangras me desangras tu mirada

tu respiración construye mi alma tu aliento, la edifica

yo recuerdo tus dedos arrastrándose

moviéndose cautelosamente sobre mi piel

inventando mi forma

ciñiendo mi cuerpo con espacio

soy una isla en el medio de un océano ausente

esta soledad esta tristeza del aislamiento me hunden

miento en tu ausencia olvidándote

50.

Mi corazón camina en mi sangre

mientras va penetrando.

Su boca trepa a través de mi

pecho como un profundo castor

Hace un agujero

y vuela hacia el sol. Mientras asciende

gotea un sueño que cae sobre mis

manos. Y nosotros estamos ahí, cuerpo

a cuerpo, paseando por una muy larga

calle. Ahora puedo empezar yo también.

Me, to the earth.

51.

Disuélvete en la noche poco a poco

como cuando te disolviste de la noche en mí

ve apagando las velas encendidas

una a una

yo quedaré como en un templo a oscuras

como el alma del templo, como mi alma en mí

ardiendo como hostias en los cálices

con ese fuego antiguo que es tan fuego

que arde mudo y no se puede extinguir

Recoge las palabras de los sitios

termina la agonía de los pájaros del eco,

desfigura de mi iglesia tus imágenes,

Hay una nueva sobre el altar

tú eres una imagen de ella

te romperás sin poderla quebrar

Y luego con los puños solos

Sin manos para un fin o un "otra vez"

yacerán los pedazos de la imagen de nosotros

sin poder ser nunca ni otro pedestal,

y si un día sobre cal de tu cadáver

se desmorona una lágrima imposible de llorar

alguien como todos que no sepa que estás viva

pensará en la lluvia, o en el agua nada más.

52.

Yo te perdono las manos de un tú de las que se aferraba

alguien tú, regocijándose de sus dedos, y de sus dedos

toco no las mías transparentes como el silencio

, con vocación de tú, que tú confundías con lo que

no era tú, o ignorabas y que ahora te tiendo

ayer.

53.

Los dedos de los dedos de nuestros dedos

con que se anonimizan nuestras manos

de donde emerge el aroma puro de nosotros

donde no existe cada uno pero existimos

mueren cuando podemos estar juntos,

porque ya no lo estamos;

por eso son de cada vez.

54.

Que estas puertas de llegar

sean las de partir

si no encuentras tu vida

en mi sendero,

si tu memoria me renuncia

si tu amor

se descalza de mi nombre.

55.

mujer,

tú amiga, luz,

tripulación total de mis espigas,

tesoro en llamas en la boca

de la madrugada

tienes las llaves y el timón de mi vida,

las anclas de todo mi destino.

Eso te lo doy. Como una mano,

como una manzana.

Pero no debes tropezar

con mis pies.

No te sientas encerrada

en mi libertad

que te regalo.

Quiero ser tu camino

no tu calvario.

 

 

 

 

 

Autor:

Jorge Lemoine y Bosshardt

Partes: 1, 2
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