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Estudio preliminar sobre la distribución de las lagunas glaciales de Timotes, estado Mérida (Venezuela) (página 2)

Enviado por Jesus Santiago


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LOCALIZACIÓN

La zona en estudio consta de una franja orientada hacia el NE. Políticamente se localiza en la zona fronteriza entre los estados Mérida y Trujillo, respectivamente en los municipios Miranda y Urdaneta. La población más cercana es Timotes (Mérida), de aproximadamente 15.000 habitantes, ubicada en la margen izquierda del río Motatán (Fig. 1). La forma de vida más importante de esta región es la agricultura.

Las cuencas de drenaje donde se ubican las lagunas glaciales fluyen hacia el río antes mencionado. Hacia la otra vertiente, lado SE, las cuencas drenan sus aguas hacia el río Pueblo Llano, afluente del río Santo Domingo. En la Tabla 1 pueden observarse las coordenadas, altitud y área de cada laguna. Por desconocerse los nombres de parte de éstas, se han identificado mediante códigos.

Fig. 1. Localización relativa del área en estudio.

Tabla 1. Localización y extensión de las lagunas de Timotes.

Lagunas

UTM – Norte

UTM – Este

Altitud (m)

Area (m²)

Mucumbás

889100

309800

3680

375

Negra

989500

311250

3500

2000

El Chorro

992000

313600

3300

3438

Ch 1

991300

314060

3420

313

Ch 2

991700

314750

3520

313

Ch 3

991700

314900

3540

750

La Estrella

993000

315600

3400

2875

E 1

993750

316650

3500

875

Las ocho lagunas en cuestión se extienden a lo largo de una franja orientada con un rumbo N55E, cuyo largo es de 8,5 km, por un ancho de 1,25 km. El desnivel entre la laguna más alta y la más baja es de 380 m. La distancia promedio entre las lagunas (tomando en cuenta la vecina más cercana) es de 1189,28 m, equivalente a 1,18 km. Obsérvese la distribución espacial en la Fig. 6.

EL ORIGEN DE LAS LAGUNAS

Uno de los factores de mayor significación en el origen de estas lagunas es la influencia del paleoclima. El clima del Pleistoceno se caracterizó por la ocurrencia de las glaciaciones, las cuales afectaron la mayor parte del planeta. En la actualidad, el límite de las nieves perpetuas en Venezuela está por encima de los 4700 m de altitud, en la Sierra Nevada de Mérida (Cárdenas, 1965), pero durante las glaciaciones del Cuaternario antiguo, éste límite, que permite, ladera arriba, la precipitación en forma de nieve, se ubicaba a algo más de 2700 m de altitud (Zinck, 1980); las morrenas finales más bajas se ubican a tal nivel. Recuérdese que la lengua o el extremo del glaciar, en su movimiento pendiente abajo, alcanza altitudes por debajo del límite de las nieves perpetuas. Pruebas de radiocarbono realizadas por Schubert (citado por Vivas, 1984), en material orgánico de morrenas de los Andes ubicadas a 3000 – 3500 m, dieron como resultado edades entre 10.000 – 13.000 años antes del presente; es decir que equivalen al Winsconsin superior, denominada glaciación Mérida por Schubert (Vivas, op cit).

Los circos son las cabeceras redondeadas de los valles glaciales, y corresponden a la zona de alimentación del glaciar. Es allí donde se acumula la mayor cantidad de nieve, la cual, capa sobre capa, le da mayor peso y volumen a la masa de hielo que se mueve pendiente abajo. El hielo en el fondo del glaciar se comporta como una sustancia plástica que facilita su movimiento.

Los procesos erosivos asociados comprenden la nivación (arranque de bloques desde el piso rocoso) y la abrasión, creada por las partículas adheridas al hielo. Un proceso de meteorización física de gran importancia en estos ambientes, es la gelifracción, (fractura por congelamiento), que puede ocurrir por debajo del glaciar o incluso en los relieves ubicados en sus alrededores, como son las aristas y picachos. Todos estos procesos son responsables entonces de hacer que los circos y los valles glaciales se hagan cada vez más amplios y profundos (Strahler, 1974).

Otra de las razones de que el circo sea un sector amplio, se debe a que allí es donde comienza a formarse el glaciar, antes de que éste se prolongue pendiente abajo; de igual manera, cuando el glaciar tiende a desaparecer, sus remanentes quedan en el circo, hasta que el cambio climático logra que el hielo se derrita por completo. En pocas palabras, el circo es donde el hielo se mantiene por períodos más largos (Fig. 2).

Fig. 2. Imagen típica de un circo glacial con su laguna (Fuente: Enciclopedia Encarta, Microsoft, 2004)

Pero además de la condicionante climatológica, dentro del desarrollo de la geometría del circo influyen otros factores de vital importancia, y cabe preguntarse por qué hay circos que no presentan lagunas y por qué hay circos que sí los presentan. Para el caso del páramo de Timotes (Fig. 3), la curiosa alineación de las lagunas y el hecho de que por la otra vertiente de esa cadena montañosa (cuenca del río Pueblo Llano) no exista ninguna laguna, son aspectos que llaman poderosamente la atención. Según Viers (1973), los factores estructurales como la naturaleza y disposición de las rocas, juegan un papel importante en la sobre-excavación del circo; en consecuencia, según sean las rocas, la forma de los circos puede variar de un lugar a otro.

Sobre la geología de la zona, Schubert (citado por González de Juana, 1980) reportó para el Grupo Iglesias (Precámbrico superior?) capas alternas de esquistos y cuarcitas, lo que hace suponer que los umbrales de los circos bien pueden estar asociados a la existencia de capas de roca dura como son las cuarcitas, las cuales se convirtieron en especies de obstáculos ante el libre avance del glaciar, mientras que las capas blandas fueron más fácilmente removidas ante dicho movimiento (Fig. 4). Por otra parte, un saliente de una capa de roca dura será un obstáculo más difícil de superar entre mayor sea su buzamiento.

Fig. 3. Bloquediagrama esquemático mostrando la ubicación de las lagunas glaciales en la región de Timotes.

Fig. 4. Influencia de la litología en la sobre-excavación de los circos glaciales. Ejemplo hipotético con circos escalonados.

Otra de las razones que pueden explicar el origen de las concavidades que permiten la acumulación del agua en los circos, es que, tratándose de un solo tipo de roca, justo en el umbral (el relieve que sirve de dique a las aguas) la roca no presenta fracturas, a diferencia del basamento rocoso de la laguna (Fig. 5), donde el trabajo del glaciar fue mucho más efectivo.

Fig. 5. La abundancia de fracturas en ciertos sectores facilitó la socavación por gelifracción y arranque de materiales a lo largo del valle. Ejemplo hipotético.

La posible influencia de la desigual resistencia de las rocas ante los procesos erosivos, más el efecto de las fracturas pueden combinarse para determinar conjuntamente la existencia de las lagunas. Las siguientes lagunas casi se unen todas ellas si trazamos en el mapa una misma línea recta: Mucumbás, El Chorro, La Estrella y E 1. Más aún, si se traza deliberadamente otra línea recta entre las demás lagunas, todas se unen: Negra, Ch1, Ch2 y Ch3. (Fig. 6).

Fig. 6. Alineación casi perfecta entre dos cuartetas de lagunas glaciales. (Mapa base: Hoja 6042-I-NO, Cartografía Nacional, 1964).

En la figura anterior también puede observarse cómo algunos de los ríos tributarios de esta serie de cuencas de drenaje se orientan de una forma aproximadamente igual a la franja de lagunas, lo cual puede ser un indicio más de que el control estructural tiene mucho que ver en este fenómeno. El patrón de drenaje de la zona es una combinación de los tipos rectangular y dendrítico.

La topografía preglacial es otro de los factores dignos de destacar. Si observamos los modelos de paisajes glaciales de los libros, notamos que buena parte de las crestas o interfluvios no son atacados por el hielo. La conservación de cimas redondeadas puede ser un indicio de que la superficie no fue objeto de la erosión glacial, tal como se observa en buena parte de las divisorias de cuencas del área en estudio. A vuelo de pájaro, sobre la carta topográfica podemos notar que las pendientes de las crestas que se inclinan hacia el río Motatán (vertiente NW) son menores que las que se inclinan hacia el río Pueblo Llano. Midiendo las pendientes se tiene que: Hacia el Motatán una de las crestas posee una inclinación de 24%, lo que equivale a 13º 29?.

En cambio, hacia la vertiente del Pueblo Llano (lado SE) la inclinación es de 40,84%, equivalente a 22º 12?. Esto indica que se trata originalmente de una montaña de vertientes disimétricas. Dichas diferencias pueden tener una estrecha relación con el buzamiento de las rocas que componen estas moles montañosas; posiblemente las estructuras buzan hacia la cuenca del río Motatán, ya que uno de los rasgos topográficos que apoyan esta suposición es la especie de mesa basculada que se ubica hacia atrás de la laguna La Estrella.

Las diferencias entre las pendientes pueden ser una razón valedera de por qué no hay lagunas en la vertiente que se inclina hacia el río Pueblo Llano, debido a que, a mayor pendiente, el movimiento de los glaciares se hace más rápido y su capacidad para erosionar se multiplica; en esas circunstancias, los puntos de roca dura que aparezcan en el camino, rápidamente serán eliminados.

En otros casos, las lagunas glaciales pueden formarse detrás de las morrenas finales, las que hacen las veces de represas naturales (ver fotos anexas), como sucede en otras localidades del estado Mérida (Zinck, op cit).

CONCLUSIONES

El factor paleo-climático es muy evidente en la formación de los circos glaciales de Timotes, ubicados sus pisos entre los 3300 y los 3680 m de altitud. Igualmente, y según los modelos evolutivos de la geomorfología clásica, la influencia del relieve preglacial (disposición de los valles, pendientes originales) también es otro de los factores determinantes. La distribución alineada de las lagunas obedece a un control estructural aún no precisado. Posiblemente se debe a la influencia de una litología de variada resistencia, y/o a la existencia de sistemas de fracturas que afectan el sustrato rocoso, y que se orientan de igual manera que dicha alineación.

Las incógnitas planteadas pueden ser respondidas si, en primer término, se realiza una interpretación de fotografías aéreas a escalas de semi-detalle o, mejor aún, de detalle. Esto podría ser útil para detectar rasgos estructurales como: fracturas, orientación de capas, buzamientos, etc. Luego será necesario ir al campo (se cuenta con carreteras rudimentarias que llegan a las lagunas La Estrella y El Chorro) con el fin de tomar algunas muestras de rocas alrededor de las lagunas y para medir rumbos y buzamientos, entre otras tareas fundamentales.

REFERENCIAS

Cárdenas, A. (1965). Geografía física de Venezuela. Talleres Gráficos Universitarios. ULA. Mérida. 287 p.

González de Juana, C., Iturralde, J. y Picard, X. (1980). Geología de Venezuela y de sus cuencas petrolíferas. Ediciones Foninves, Tomo I. Caracas. 407 p.

Microsoft Corp. (2004). Enciclopedia Encarta. Información virtual.

PDVSA (1993). Atlas imagen de Venezuela: una visión espacial. Edit. Arte. Caracas. 271 p.

Schubert, C. y Valastro, S. (1980). Quaternary Esnujaque Formation, Venezuelan Andes: Preliminary alluvial Chronology in a tropical mountain range. IVIC. Caracas. (Mimeo) 15 p.

Strahler, A. (1974). Geografía física. Ediciones Omega, S.A. Barcelona. 767 p.

Viers, G. (1973). Geomorfología. Ed. Oikos-Tau. Colec. Elementos de Geografía. Barcelona. 320 p.

Vivas, L. (1984). El Cuaternario. Editorial La Imprenta. Mérida. 266 p.

Zinck, A. (1980). Valles de Venezuela. Cuadernos Lagoven. Cromotip. Caracas. 150 p.

www.venezuelatuya.com (2006). Mérida turística.

ANEXO

Anexo 1: Zona del páramo de Santo Domingo: 1 y 2: Imágenes de la laguna de Mucubají, muy visitada por los turistas; posee un muelle para los pescadores de truchas. 3: Laguna Negra. 4: Laguna Victoria, formada ésta gracias al represamiento de una morrena final. (Fuente: venezuelatuya.com, 2006).

Anexo 2: Vista panorámica de las vertientes montañosas del lado sur de Timotes. En la flecha izquierda se ubica la quebrada El Muerto; en la derecha está la quebrada La Lajita, en cuyo nacimiento está la laguna Negra.

AGRADECIMIENTO

A mis amigos de la adolescencia quienes me acompañaron en las muchas excursiones por la zona aquí estudiada: Silvestre Villarreal (q.e.p.d.), Orlando Delgado, Iván Delgado, Alirio Rondón, Federico Franco, Alfonso Toro, Pedro Toro, Eduardo Rivera, Marcos Torres y Enrique Uzcátegui. Al Dr. Carlos Schubert (q.e.p.d.), geólogo brillante y ejemplar. Al Lic. Ronny Salas y al T.S.U. José G. Toro por su apoyo en la parte de computación.

Jesús Enrique Santiago

Geógrafo, Profesor Agregado de Geomorfología. Escuela de Ciencias de la Tierra, Universidad de Oriente.

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