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El político y el visionario


Partes: 1, 2, 3, 4

    1. Un movimiento juvenil frente a la oligarquía
    2. Los nuevos Partidos
    3. La Revolución de Belaunde
    4. Tres soluciones posibles
    5. La carretera marginal de la selva
    6. El vivero de hombres
    7. La tierra más barata del Perú
    8. Una caja de ahorros vegetal
    9. Horizonte continental de un proyecto peruano
    10. El rol de las fuerzas armadas en la nueva conquista
    11. Fondo nacional de salud y bienestar social
    12. Obras hechas en su primer gobierno
    13. Promoción social, cultural y sanitaria
    14. El mensaje de Belaunde
    15. Belaunde: modelo a seguir
    16. Belaunde, mensaje permanente de peruanidad
    17. Una presencia reconfortante
    18. Con lo que llegué a Palacio me fui
    19. Nota editorial

    Las ideas políticas de Fernando Belaúnde Terry han rondado dispersas en discursos de circunstancia múltiple. En este trabajo de investigación se analiza lo que tuvo su génesis en la vida inmediata, al borde del camino o en la plaza de un villorrio; asimismo, en el gabinete de estudio, expresado en mensajes presidenciales de fiestas patrias y sobre todo plasmado en sus múltiples obras dejados a lo largo de 2 gobiernos y obras que ellas hablan por si mismas de la capacidad de estadista del Arquitecto presidente.

    Los conceptos son articulados en este trabajo monográfico a comienzos rectores de su ideario. Los fragmentos permanecen sueltos. Empero, el ordenamiento metódico faculta al lector una visión panorámica del ideario.

    Sin embargo, es necesario ser consciente de lo que se extravía. El político auténtico es más hombre de intuiciones cardinales que de concatenaciones de causas y razones. Citando es prócer, sus ideas rozan las entrañas, lo mas profunda de la conciencia de la nación, haciéndola vibrar estremecida: El pueblo se pone en marcha a la voz del adalid. Es lo que importa: el camino correcto. Lo demás es la secuencia lógica, el rigor de las fundamentaciones es asunto del profesor universitario, de los doctores, de los epígonos.

    El verbo de Fernando adquiere plenitud de significado en su circunstancia política . El discurso lo va sembrando en su vasta carrera política en villa , ciudad, caserío aldea tiene en cuenta las preocupaciones cotidianas del labriego, proyectándose a sus esperanzas y querencias. Si se esfuma el escenario sobre el que se vierte, el verbo pierde en fluidez v encanto, su magia prístina. Los vocablos son los mismos. Mas empalidece su colorido, al desvanecerse la campiña poblada de rostros humildes, haciendo un alto a la fatiga, bajo el sol de los Andes o de la selva, o entre la niebla que recubre los arenales y la mar.

    Una segunda operación, aun más radical, es la efectuada aquí. Los fragmentos son arrancados de su contexto, desasidos como siluetas solitarias. Diseños sobre el espacio abstracto. Lo que era sector de tina fluencia y detentaba signo concreto, adquiere inmovilidad pétrea y se alza altivo como proposición genérica. Así se violenta el pensamiento originario. Es necesario destacar esta alteración al inicio de la travesía.

    En tina edad en que las distancias del planeta se abrevian, y los seres humanos adquieren conciencia de su común destino ¿qué significa el Perú como doctrina? Las ideas políticas cardinales, lejos de ser patrimonio de una nación, transitan por el mundo como normas rectoras: libertad, democracia, derechos humanos, justicia social.

    En esta circunstancia, el planteamiento de Fernando el Perú tiene el privilegio de contener en su propio suelo la fuente de inspiración de una doctrina debe ser divisado en su magnitud situacional y polémica, como predominio de uno de los lados de la disyuntiva y , simultáneamente, como síntesis de componentes antitéticos: realidad e idea, indigenismo e hispanismo, nacionalismo e internacionalismo.

    Todo quehacer debe ser realista, sujetarse a las posibilidades inherentes a los hechos. Si un proyecto las desconoce, fracasa. El puente se viene abajo. El edificio se derrumba. La máquina se estropea. El plan de gobierno provoca el caos Sin embargo, de ser las ideas simples copias escuetas de las cosas, el hombre viviría aún sumergido en la ciénaga o en los bosques, al lado de sierpes y simios. La idea de pantano se reduciría a reflejarlo como un espejo. Las cosas son así, pero pueden ser de otro modo, cantan las ideas. El diseño del inventor rebasa las siluetas conocidas. El alfarero no extrae del análisis de la arcilla la imagen de sus figuras innumerables.

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