Tras las descripciones que se hacen de los descubrimientos se encuentra un afán por la historia natural, es así que se nombran profesores para esta cátedra en las universidades y las monarquías financian expediciones para, además, de sus fines expansionistas, realizar colecciones de especies animales, vegetales y minerales, con el fin de examinar esta nueva naturaleza. El nuevo mundo se presenta como la gran aventura donde convergen comerciantes, marineros, científicos, artesanos, mineros e intelectuales.
Algunos participantes en los procesos de conquista narran lo que han visto, de acuerdo a los lugares por donde han pasado, fruto de largas expediciones para obtener noticias de la naturaleza, las gentes y sus costumbres, de estas nuevas tierras, sin embargo sobre la información que llega a España del nuevo mundo se presenta que no toda puede ser conocida, existe una censura que muestra la fascinación y recelo sobre la naturaleza y en mundo impreso.
2. Sobre al autor y su obra.
Gonzalo Fernández de Oviedo de origen español (1478 – 1557), realizo seis viajes a América durante 43 años, durante su estadía reside el mayor tiempo en Santo Domingo conociendo también Panamá, Nicaragua y el litoral atlántico Colombiano; lugares de los cuales se sirve para realizar sus descripciones sobre la geografía gentes y costumbres.
Gran parte de su formación se debe al contacto con la realeza, a los 13 años es mozo de cámara del príncipe Juan Hijo de los reyes católicos, luego en 1497 en tierras Italianas se encuentra al servicio del duque de Milán y de los reyes de Nápoles, regresando a España en 1502, desempeña cargos como notario apostólico y secretario del consejo de la Santa inquisición, luego escribano; a América llega como Veedor de las funciones del oro; en 1523 teniente gobernador en Santa Maria la Antigua, posteriormente Alcaide de Santo Domingo entre otras funciones desarrolladas en las nuevas tierras.
Dentro de la formación intelectual de Oviedo, el renacimiento ejerce una influencia notable, movimiento que en suelo español encuentra sus mecenas en los reyes y altas cortes, queriendo engrandecer sus coronas y casas permitiendo el ingreso de artes, ciencias y obras fomentando así el desarrollo de centros de estudios de toda índole. Se encontrara así Oviedo con grandes obras, pensadores y diversos saberes que lo convierten en un hombre de letras, dedicado a la escritura de diversas obras históricas y traducciones de novelas de caballería.
Sobre el Sumario de la natural Historia de las Indias es escrita por Oviedo durante su segunda estancia en España 1523 – 1526 ante el deseo expresado por Carlos V de ser informado sobre la naturaleza del Nuevo Mundo, acudiendo como fuente inmediata a su memoria, se encuentra en la obra una visión rápida y sustancial de de la naturaleza y hombre americano
En cuanto a la temática a tratar en el Sumario Oviedo afirma en su dedicatoria "E primeramente tratare del camino y navegación y tras acuesto diré de la manera de gente que en aquellas partes habitan; y tras esto de los animales terrestres y de las aves y de los ríos y fuentes y mares y pescados, y de algunos ritos y ceremonias de aquellas gentes salvajes"[5] recoge Oviedo generalidades del nuevo mundo, a través de un lenguaje sencillo y descriptivo.
Para presentar la naturaleza del Nuevo Mundo, Oviedo se vale de la comparación con la naturaleza de Europa, de igual forma establece paralelos entre las costumbre y naturaleza de las islas y tierra firme; señala en algunos casos que esta muestra aspectos estrictamente diversos para los cuales no encuentra términos, acudiendo a las denominaciones que dan los nativos para dichos elementos. Es el caso de la iguana de la cual Oviedo la refiere como "una manera de sierpes que en la vista son muy fieras y espantables, pero no hacen mal, ni esta averiguado si son animal o pescado, porque ellas andan en el agua y en los árboles y por tierra, y tiene cuatro pies, y son mayores que conejos, y tienen cola como de lagarto, la piel toda pintada y de aquella manera de pellejo, aunque diverso y apartado en la pintura, y por el cerro o espinazo unas espinas levantadas, y agudos dientes y colmillos y un papo muy largo y ancho que le cuelga desde la barba al pecho, de la misma y tez o suerte del otro cuero y callada, que ni gime ni gruita ni suena {.} y tiene las manos largas y cumplidos los dedos, y uñas largas como de ave, pero flacas y no de presa"[6] con tal descripción se da lugar a un monstruo que es incomparable, es denotar que en su narración Oviedo afirma que es "mejor de comer que de ver[7]este aspecto muestra lo complejo de dar a conocer un mundo no visto antes y del cual no se tiene referencia alguna; ya sobre esta especie Colon la denomina "sierpe"; Pedro Mártir encuentra afinidad entre ésta y el cocodrilo del Nilo; Vespicci la encuentra parecida a una serpiente, salvo que no tiene alas; de las Casas afirma que es verdaderamente "sierpe"[8] se trata sin duda de uno de los múltiples ejemplos sobre la naturaleza que no es comprendida y no alcanza a ser vista como lo diferente. Por otro lado se encuentran las descripciones de los animales que no formaban parte de esta naturaleza y fueron incluidos por los españoles de nominados por Oviedo como animales de cuatro patas llevados por los Cristianos[9]esto en especial de las islas, haciendo referencia a vacas, ovejas, perros, cerdos y gatos llevados de España
Son interesantes las descipciones sobre los aspectos cotidianos de las gentes del Nuevo Mundo; mostrando detalles de las características físicas de los hombres y mujeres de las islas y tierra firme; estableciendo comparaciones entre estos,"los indios de tierra firme, en cuanto a la disposición de las personas, son mayores y algo más hombres y mejor hechos que los de las islas. En algunas partes son belicosos, y en otras no tanto"[10] distinguiendo entre costumbres, formas de procurar alimentos, los ritos ceremoniales, viviendas, armas, entre otros. Además de las relaciones que hace de los indios que comen carne humana denominados como abominables, sodomitas y crueles[11]
Respecto a la fauna en el sumario de Oviedo se encuentran descritas mas de 53 especies; mencionando de nombre en capitulo VII de las aves de la Isla la española 16 diferentes; en el aparte LIV de las víboras y culebras y sierpes y lagartos y sapos y otras cosas semejantes. Víboras, se encuentran clasificadas por su grado de letalidad apoyando sus afirmaciones, con la descripción de la muerte de una india a su servicio a causa de la mordedura de una serpiente; respecto de la flora son descritas 19 especies, ampliando detalles de algunas en el aparte LXXX de las palmas y yerbas. Fernández de Oviedo gira en torno a la fascinación y asombro, pero en sus descripciones su punto de referencia es siempre el mundo natural conocido en Europa ya sea de África o de la Indias Orientales.
3 Consideraciones sobre el texto.
El Sumario de la Natural Historia de las Indias es sin duda una de las primeras descripciones del Nuevo Mundo, cuyo fin es dar noticias a Carlos V, y en general a España, sobre la naturaleza de estas tierras; sin embargo como se mencionó anteriormente las descripciones se basan en lo visto lo que supone que quien describe lo hace desde su forma de percibir el mundo, teniendo en cuenta estructuras cognitivas, experienciales y vitales, que permuten la apropiación de la realidad, donde cada palabra o gesto emitido adquiere un significado, cuenta con un sentido, es decir que entre los gestos, las palabras y el mundo existe una relación de sentido, de pertenencia; relación establecida por el lenguaje como medio de designación, significación, de apropiación del mundo y de relación; de esta forma el lenguaje da cuenta de lo existente.
Hablar es describir una realidad, referenciar y determinar, parcial o totalmente un o mas objetos; Oviedo describe, sin duda, sobre un contenido concreto, el Nuevo Mundo, establece una relación entre su palabra y la naturaleza de América, por otro lado las descripciones fruto del lenguaje y del habla establecen un compromiso al designar o referenciar, quien lo hace se hace responsable de la afirmación, pues incluye aquellos que comprenden su lenguaje pero excluye a quien no lo usa, por otro lado se encuentran las implicaciones sociales, éticas, morales, políticas, religiosas entre otras del mismo lenguaje. En el Sumario de Fernández de Oviedo el lenguaje es descriptivo, sin embargo cabe preguntar, si el sentido que adquieren las palabras dentro del marco conceptual – cognitivo de Oviedo es el mismo dentro del mundo del indígena, las respuesta es clara NO; evidencia esta de una de las más grandes trasgresiones hechas, la imposición del un nuevo sentido del mundo, de la realidad. El encuentro entre el indígena y el español donde se cruzan miradas sobre una misma realidad genera además de la contradicción la oposición de sentidos. Es por esto que donde Oviedo ve seguidores del demonio "tornado a propósito del tequina que los indios tienen, este para hablar con el diablo, y por cuya mano y consejo se hacen aquellos diabólicos sacrificios y ritos ceremoniales de los indios.[12]" Téngase en cuenta que el término "tequina" Oviedo lo trata de traducir como a un maestro sabedor encargado de guiar o enseñar; tal texto que presenta a los indios seguidores de cultos oscuros para el español, en la cotidianidad indígena estos ritos son solo parte de su forma de relacionarse con su mundo, con sus múltiples sentidos de y formas de aprehender la realidad y expresarla a través del rito.
Oviedo no se aleja de sus concepciones moralistas y religiosas desde las cuales asume las costumbres de los indígenas; sus afirmaciones de ritos idolatras, de seguidores del demonio, de mujeres que prefieren abortar a causa de la vanidad o el placer, no están lejos de los marcos cristianos.
En las afirmaciones sobre la naturaleza tanto flora y fauna Oviedo desconoce su sentido dentro del contexto en el cual se encuentra, su método comparativo lo lleva ver especies europeas mas pequeñas, extrañas o simplemente menores, notes el caso referido a los tigres, los de tierra firme son mansos y se dejan matar fácilmente, o al respecto de los leones " en tierra firme hay leones reales, ni mas ni menos que los de África; pero son algo menores y no tan denodados, antes son cobardes y huyen; mas acuesto es común a los leones, que no hacen mal sino los persiguen y acometen"[13] por otro lado sus descripciones llenas de imaginación caen en absurdos que para un hombre de letras como Oviedo no son comprensibles, más aún teniendo en cuenta que su inspiración son las descripciones de Plinio; notes el caso de las referencias que hace del Perico Ligero < Perezoso>.
Para la época de residencia de Oviedo en el Nuevo Mundo ya los problemas demográficos de mal trato y exterminio progresivo de los nativos de las antillas y tierra firme eran demasiado evidentes, recuérdese los sermones del Padre Montesinos al respecto en 1511, tema del cual Oviedo no logra dilucidar prefiriendo no hacer referencia alguna dejando dicha problemática al Consejo de Indias para "que se haga justicia y sean satisfechos los agraviados" [14]
Sobre el arte de describir durante la conquista y la colonia se le puede considerar como un gran triunfo de este la instauración de un nuevo imaginario, las diversas crónicas naturales y morales describen costumbres, seres y paisajes que carecen de orden y es por la llegada del cristianismo que se da una organización y la posibilidad de se salvos conociendo las costumbres, religión y Dios verdaderos. Por otro lado ante lo que no se puede nombrar, por que dentro de lo conocido por el español no existe, se encuentra el aporte del lenguaje indígena, términos como iguana, cacique, bohio, macana, yuca, maíz, entre otros, muestran la capacidad de resistencia de las tradiciones ritos y oralidad de las culturas descubiertas logrando crear espacios para el cultivo de los sentidos del ser indígena, claro esta teniendo en cuenta los procesos de mestizaje no solo racial sino cultural.
Autor:
Luis Felipe Pérez Calderón
Licenciado en filosofía y Magister en filosofía
[1] Luis Cabrera de Córdoba, De Historia para entenderla y escribirla. Citado por Borja Jaime, Los Indios medievales de Fray Pedro de Aguado, Universidad Javeriana 2002.
[2] Titulo del texto de Gonzalo Fernández de Oviedo. Fondo de Cultura Económica. México 1996.
[3] Opcit Oviedo pag 77, el paréntesis es mío para mostrar el motivo de inspiración de Oviedo.
[4] Ibid pag 119
[5] Ibid pag 79 -80
[6] Ibid 100 – 101
[7] Ibid 101
[8] Véase texto de Chaparro Adolfo y Schumacher Christian, Racionalidad y Discurso Mítico de la Universidad del Rosario. También Gerbi Antonello, La Naturaleza de las Indias Nuevas. Mexico Fondo de Cultura Económica 1982 citado por Scumacher en el texto mencionado capitulo 6 Como podemos saber de las Iguanas, por ejemplo.
[9] Opcit Oviedo pag 101
[10] Ibid pag 108
[11] Ibid pag 112
[12] Ibid Pag. 126
[13] Ibid pg 150
[14] Ibid pag 134
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